Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Aún no he digerido la «Guerra Civil» del pobre Aznar

Algo habrá hecho

FÉLIX OVEJERO LUCAS en El País

24/05/2007

Hace unas semanas el nombre de Fernando Savater apareció entre los amenazados por ETA. Días más tarde, nos enteramos de que unos etarras detenidos tenían instrucciones para atentar contra los miembros del PP y de no hacerlo contra miembros del resto de los partidos, salvo algunos militantes del PSOE que discrepan de la línea oficial. La reacción inmediata de muchas personas fue la de expresar su solidaridad. Este mismo periódico se llenó de cartas al director mostrando su apoyo a la persona que, en muchas cosas, nos invitó a pensar limpiamente.

Buena cosa. Hace unos cuantos años, los asesinatos o las listas de amenazados se sellaban con aquella justiciera apostilla de «algo habrán hecho». No está de más recordar los supuestos morales implícitos en el retintín: ETA administraba justicia; algo peor: era infalible. Para quienes crean que esa historia es antigua les convendrá saber que todavía resuenan en boca de un entrevistado, en tiempo presente, en un reportaje reciente de TV3 sobre Terra Lliure: «En un determinado momento las cosas se tienen que parar y, por tanto, hacía falta un cierto nivel de violencia respecto a esa gente».

Aunque con el tiempo la apostilla se abandonó, hay un hilo que conduce desde aquel «algo habrán hecho» hasta una extendida crítica a los que se descalifica como «provocadores». Un hilo que se prolonga en la justificación de bastantes dejaciones de sus obligaciones por parte de las autoridades porque «no hay que provocar o dar excusas a los radicales». Que las expresiones son vecinas lo ilustra su impecable sustituibilidad como delirante disculpa de las agresiones sexuales: «algo habrán hecho ellas» funciona sin pérdida de información como «es que van provocando».

El ejemplo nos recuerda algo más. Si nos repugna la disculpa es porque no estamos dispuestos a aceptar como justificación de la barbarie el comportamiento de las víctimas. No hay nada que entender moralmente en las razones de los agresores sexuales. Exactamente lo que no sucede cuando, en el caso de ETA, se da curso a la mercancía de «la provocación», sea para recriminar los comportamientos «provocadores» sea para justificar la propia disposición ambigua y contemporizadora. Dicho en plata: en tales casos se asume que hay algo de justicia en la causa de ETA, que las apelaciones «a la opresión del pueblo vasco» no son desatinos completos. La misma convicción, por cierto, late en la exigencia de «respuestas políticas» ante «el conflicto», «respuestas políticas» que naturalmente no consisten en la crítica política de los supuestos de nacionalismo.

Sin duda, las reacciones de estos días son otra cosa. Lamentan la suerte de los señalados. Con todo, hay algo llamativo en la mayor parte de ellas: son apolíticas. No difieren de la que a veces se transmite a los enfermos, las víctimas de un terremoto o de una hambruna. Pareciera que a los afectados les haya caído una desgracia. Gente con mala suerte.

Pero no, no son unos desgraciados. No es verdad que tengan mala suerte. En realidad, se lo han buscado. Les resultaría muy fácil escapar a su infortunio. Bastaría con que cambiaran de opinión para que su mala suerte desapareciera. Entonces podrían pasear por la calle sin escolta, opinar «libremente». Como les sucede a tantos otros. Entre ellos, a muchos de los que expresan su solidaridad. Podríamos decir que está en su mano ser libres, que, aunque estén oprimidos, son libres de ser libres. Una curiosa paradoja, sin duda.

Como acostumbra a suceder, por detrás de la paradoja hay asuntos de hondura. En este caso dos ideas distintas de libertad. Según la primera, popularizada por Isaiah Berlin, hay libertad cuando no hay interferencia, cuando nadie restringe mis cursos de acción mediante una acción u omisión deliberada. Soy libre si nadie me impide hacer lo que quiero hacer. Por ejemplo, soy libre de viajar si nadie me lo prohíbe. Para esta concepción, la máxima libertad vendría a ser la de Robinson Crusoe: como no hay nadie con él, nadie se entromete en su vida. Una idea demasiado exigente, que nos impediría calificar como plenamente libre a una sociedad que encarcela a los asesinos. Pero también una idea demasiado pobre, que llevaría a considerar como libre al siervo cuyo amo, generoso, le deja hacer lo que quiere, por más que siempre esté en su mano la posibilidad de impedírselo.

La otra idea es la de libertad como ausencia de dominación. En este caso, hay libertad cuando no se está sometido a la voluntad arbitraria de otro. Las interferencias justificadas, no arbitrarias, no menguan la libertad. Por eso no es menos libre una sociedad que encarcela a los criminales. Antes al contrario, hay libertad porque no pueden imponer su voluntad. A la vez, el esclavo con un amo consentidor, sigue siendo un esclavo. Es una persona sometida a los caprichos de su amo.

Hay una interesante asimetría entre las dos ideas de libertad. La de Robinson se puede disfrutar en soledad. No es política. Unos pueden ser libres, aunque otros no lo sean. Mientras nadie se entrometa con ellos, lo serán. La libertad de uno puede aumentar con independencia de la de los demás. Cierto es que cuando llega compañía la cosa se complica. Hay que establecer leyes, acuerdos, resignarse a perder parte de la libertad. Pero como es inevitable, lo único que queda es minimizar las intromisiones, reconciliar los encontronazos. Al final, para juzgar si la sociedad es libre, se echan las cuentas, una suerte de balance total de la libertad.

Para la otra idea, una sociedad no es libre si alguien no lo es. Lo de Marx en el Manifiesto Comunista: «La libertad de cada uno es la condición de la libertad de todos». Si alguien puede, según le plazca, impedir a algún otro hacer o decir lo que quiere, no hay libertad. La libertad de uno aumenta con la de los demás. La propia «libertad» de quienes hacen lo que quieren será una libertad consentida. Los consienten. Les perdonan la vida, por pensar lo que piensan. No son libres de querer cosas distintas de las que quieren. Incluso ellos mismos tendrán razones para dudar de si lo que dicen creer lo creen honestamente o es porque es lo que les dejan creer. Tal vez deberían empezar a preguntarse si «algo habrán hecho» para que les perdonen la vida.

Según esta segunda idea, no hay más libertad en el País Vasco ahora que cuando eran más los amenazados. Mientras haya uno solo que no pueda expresarse libremente, no hay libertad para nadie. La lucha por la libertad es por la libertad de cada uno. Incluidos, por cierto, esos ciento cincuenta mil que se marcharon en los últimos años, una «realidad» con no menos peso ontológico -por no hablar del moral- que los votantes de HB que tantas veces se invocan.

Para quienes creen que la libertad importante es la segunda, muchas de las cartas a Fernando Savater, antes que otra cosa, entristecen. Sobre todo porque no llegaron para los otros amenazados. Savater no tiene un problema personal. Si tal fuera, sería un imbécil porque su solución ya la sabe: hacer como esos otros a los que les perdonan la vida.

¡Ah, por cierto!, un purismo: la idea libertad de Robinson es la del liberalismo. La otra es la del republicanismo. Según dicen, la fuente de inspiración filosófica del presidente de Gobierno. Pero, la verdad, me cuesta creerlo.

Félix Ovejero Lucas es profesor de Ética y Economía de la Universidad de Barcelona.

Hoy voy a la carrera. He metido aquí la foto de Ronald Regan con Felipe González porque han sido los dos políticos que más me han impresionado de todos los que he conocido personalmente.

(Queda excluido de la comparación Fernando Abril Martorell que siempre será para mi el número 1. Es una lastima que muriera tan joven.)

¡Que falta nos hace ahora un personaje como Abril!

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Cayucos cargados de ojos que nos ven

El alguacil alguacilado o Pedrojota pedrojoteado

Me parto de la risa. Gracias, señor Garzón por deshacer este entuerto y por restaurar mi confianza en la Justicia.

Me acabo de enterar de la “gran exclusiva” de El Mundo de hoy por un mensaje SMS de nuestro Ricardo Villa, cofundador y subdirector de nuestro diario on line “20minutos.es” y mano derecha (¿o izquierda?) de Arsenio Escolar. Gracias, Ricardo, porque me parto de la risa. Luego me ha llamado Arsenio y nuestras carcajadas se oían por todo el Cabo de Gata.

Estoy en Almería, a orillas del Mediterráneo y lejos de los diarios de papel, pero tengo conexión a Internet y voy copiar y pegar ahora mismo la portada de El Mundo (que descarga antes que la de El País) para deleite de nuestros lectores y motivo de reflexión para nuestros troles de buena voluntad.

Ayer me preguntaba yo por donde saldría hoy Pedro Jota Ramírez, el cazador cazado. Este gran ex periodista siempre supera mi imaginación. Y como le gusta pelear con trampa –suele esconder un hierro dentro de su guante- pocos colegas se atreven a llevarle la contraria.

Cuando caiga del todo –dentro de muchos años o, quizás, nunca- le brotarán enemigos por doquier. Pobrecillo. Pero se lo está ganando a pulso. Pedro Jota es un marrullero, maestro en el arte de manipular los hechos, capaz de convencer a incautos, con el fin de arrimar el ascua a su sardina. En distintos grados, todos lo hacemos –queriéndolo o no – pero, que yo sepa, nadie le supera.

El director de El Mundo ha convertido la realidad, retorciéndola, en una columna salomónica -estilo remordimiento-, no por sabia sino por retorcida. En este caso que nos ocupa, ha estrujado la noticia de los presuntos falsificadores del presunto informe sobre ETA/11-M tal como hacemos con una toalla mojada para extraer la última gota de agua. En lugar de celebrar el “desmontaje”, acusa al juez Garzón –a quien tanto alabó en otros tiempos- de “montaje”. Estarán usedes de acuerdo comnigo en que «montaje» es una palabra muy pedrojotera

Esta es la portada de El Mundo:

Esta es la portada de El País (que me ha llevado un siglo descargar):

Éste es el comentario editorial de El Mundo

Y este es el comentario editorial de El País

¡Atención!

Pedrojota no ha perdido el juicio. No se hagan ilusiones. Le costará reponerse de este ridículo tan espantoso («clamoroso» dice el ponderado José María Brunet en La Vanguardia), pero se repondrá. Saldrá por peteneras, ya lo verán.

¿Acaso no superó orgullosamente el feo que le hicieron sus enemigos, y en mala hora, con el video íntimo-sexual de Exuperancia y el corpiño rojo? Nunca quise verlo, porque me pareció una puñalada trapera y de muy mal gusto. Pero Pedro Jota hizo de tripas corazón y utilizó entonces la misma palabra (“montaje”, como si el video sexual fuera falso) que utiliza hoy para intentar desacreditar sin éxito al juez Garzón.

Lo del GAL –que él cubrió valientemente antes que El País– le dio un crédito periodístico que ya agotó hace tiempo a base de tantos abusos.

Sus heroicidades pasadas no valen ya para pagar sus excesos presentes. Será interesante seguir con atención sus próximas contorsiones editoriales, dándole conscientemente la vuelta a los hechos, para –como decimos cínicamente en todas las redacciones- “que la realidad no le destroce una buena crónica”.

Pedro Jota tiene una gran facilidad para corregir sus yerros y «decir digo donde dijo Diego». Es de sabios rectificar… pero ¿tanto?

Hay multitud ejemplos impresos y guardados en las hemerotecas. Por eso, no me extrañaría que abandonara pronto a su amigo Aznar, compañero de pupitre de su ex amigo Villalonga, y volviera su mirada hacia Zapatero o, incluso, hacia Pepiño Blanco. Nunca hacia Rubalcaba, a quien teme como a una vara verde.

No, no se escandalicen. Ya veo venir los editoriales de Pedro Jota lamiendo el c–o a Zapatero, como hizo con Mariano Rubio y Felipe González antes de pasarse al bando del acorralado Mario Conde.

Me dirán ustedes -y con razón- que no es bueno “hacer leña del árbol caído” y que “a moro muerto, gran lanzada”. Estoy de acuerdo. Pero convendrán conmigo también en que yo no le critico sus fechorías profesionales ahora, por primera vez, sino que vengo criticando las malandanzas de este tal Pedro Jota (¿recuerdan cuando se me escapó lo de Pedro Jeta?) desde que comencé este blog, hace ya más de un año. Y desde mucho antes, si miramos en las hemerotecas. Desde que tengo mi casa pagada y mis hijos crecidos, suelo hablar como si fuera libre y digo mucho de lo que pienso.

Para beneficio de los más incrédulos, voy a buscar un viejo ejemplo de contorsionismo editorial (o sintonización de la conciencia con el dueño del periódico) de nuestro insigne manipulador. Internet lo tiene todo. Por ejemplo, cuando Pedro Jota era director de “Diario 16”, a las órdenes de Juan Tomás de Salas (hermano de Alfonso de Salas) amigo y protegido de Mariano Rubio Jiménez (gobernador de Banco de España) y de Miguel Boyer Salvador (superministro de Economía del PSOE, antes de pasarse a las filas de Aznar), no de dolían prendas a la hora de deshacerse en piropos al Poder; unos piropos –créanme- que harían sonrojar a cualquier colega mínimamente pudoroso. Pero este hombre carece de pudor y de pundonor. A los hechos me remito.

He aquí uno de los artículos (“Carta del director”) publicado y firmado por Pedro J. Ramírez en “Diario 16”.

No quiero hacer más leña del árbol caído. Y no por falta de ganas sino porque tengo que recoger a mi hija Andrea y preparar la comida para unos amigos yanquis (compañeros míos de pupitre como Nieman´77 en la Univerdad de Harvard hace 30 años) que están de visita en nuestra casa almeriense. Bill es un “gurú” de las tecnologías de la información y estamos todo el rato hablando de Internet. ¡Qué pasada! Ya les contaré mis conclusiones cuando se me pase el ataque de risa que me ha provocado este Pedro Jota “pedrojoteado”.

Le han metido una cuña de su propia madera…

¿Duele?

¡Que le vamos a hacer!

Vuelve la mochila del 11-M. Se acabó el verano.

Así me he quedado yo –como el recuperado cuadro “El grito” de Munch, pariente del presidente de 20 minutos– al enfrentarme esta mañana con la prensa de pago nacional.

Por primera vez, después de mis vacaciones en la costa de Almería, me he armado de valor y me he asomado tímidamente a las portadas de El Mundo y El País. He pasado casi todo un mes sin saber nada del 11-M ni de la mochila de Vallecas ni de la esotérica participación de ETA en la matanza islamista de Atocha.

Una prueba de que se acabaron las vacaciones es que, hoy mismo, 1 de septiembre, el 11-M y la “mochila” atacan de nuevo y a toda página. Es la prueba del nueve. Si aparece el 11-M en la primera página de El Mundo a 4 columnas, ya es septiembre.

(Aún no sabemos nada nuevo de la Orquesta Modragón cuyas cintas musicales, aparecidas en la furgoneta robada por los terroristas del 11-M, apuntaban, según los investigadores de El Mundo, al grupo industrial de Mondragón y de ahí –cómo no- a la eventual pista etarra, con la que tanto soñó el trío de Irak (Aznar, Acebes y Zaplana) para prolongar su engaño masivo hasta el día después de las elecciones de 14-M.)

Intentaré leer más tarde la letra pequeña de las cinco páginas interiores que El Mundo dedica a su primer tema de portada. En ocasiones, el contenido informativo no se parece mucho a los grandes titulares.

No me ha extrañado encontrar, en una mirada rápida, la alusión de El Mundo al comisario de Vallecas, Rodolfo Ruiz, condenado por el polémico juez Hidalgo, en una estrafalaria sentencia recurrida ante el Supremo, por su participación en el caso Bono/caso Hidalgo”

Incluye este párrafo en su apartado 3 sobre “La manipulación”:

“Tampoco puede pasar desapercibido el hecho de que el jefe de la Comisaría en la que apareció (la mochila) haya sido condenado en el caso Bono por manipulación de pruebas”

Ni una sola palabra del 11-M en El País –ni en ningún otro medio de los yo he repasado por encima.

Ambos diarios de pago coinciden en la foto de EFE en su portada con Felipe González estrechando la mano del presidente de Irán.

Con el nuevo curso escolar y político, también ha comenzado el baile de los verbos en los titulares: En el caso del conflicto de la ONU con Irán y su energía nuclear, los verbos son muy expresivos…

El País:

Felipe González “media”

Bush “exige”

El Mundo:

González “defiende”

Zapatero “respalda”

Después de ver este chiste de El Roto en El País, he decidido dejar para mañana (o pasado) la lectura minuciosa de las cinco páginas de El Mundo sobre el 11-M y la mochila.

Es una dosis de manipulación a desentrañar demasiado fuerte para el primer día de trabajo. Ustedes me disculparán este ataque de pereza.

La segunda noticia de El País –que no aparece en la portada de El Mundo– será motivo de conversación en el día de hoy:

Miles de restaurantes y bares son desde hoy espacios libres de humo

Claro que más comentarios provocará hoy –y con razón- el partidazo de baloncesto España-Argentina que empezará las 12:30 h. He tenido que posponer la reunión del Comité Ejecutivo de 20 minutos hasta después del partido, por temor quedarme solo en la Sala de Consejos del Palacio de la Prensa. Preguntaré si podemos instalar un televisor en la Sala. Quienes no tengan a mano un televisor pueden seguir el partido por www.20minutos.es.

¡Qué nervios!

(¡España! ¡España! ¡España»)