Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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El PSOE se esconde. ¿Acochinado en tablas?

La derecha hace leña del juez caído («A moro muerto, gran lanzada») y homenajea a Fraga. El PSOE se esconde frente al Supremo y asiste al homenaje a Fraga en el Congreso.

Diputados de izquierdas (no del PSOE) se ausentan durante el homenaje a Fraga en el Congreso

¿A donde quieren ir a parar los socialistas, hundidos en el pozo más hondo de su reciente historia? ¿Si les queda tan poco por perder, por qué se quedaron en el hemiciclo, por ejemplo, durante el homenaje al ex ministro de Franco, que firmó penas de muerte sin juicio justo, mientras el resto de la izquierda se ausentó?

De Manuel Fraga recuerdo dos anécdotas personales poco edificantes. 1) Era ministro de propaganda del Dictador cuando nos molieron a palos en un homenaje a don Antonio Machado. 2) Era ministro de Gobernación de Arias Navarro cuando fui secuestrado y torturado con armas reglamentarias de la Dictadura. 

Ya se que está feo hablar mal de los fallecidos. Por eso, no dije nada del talante totalitario y de los modos fascistoides del fundador del PP en el día de las alabanzas. Lo que me sorpendió esta semana fue la actitud cobardica del PSOE: los únicos de la izquierda que asistieron (Guerra no aplaudió, ¡faltaría más!) al homenaje que el PP dió a Fraga en el Congreso de los Diputados.

En cambio, muchos socialistas y otras gentes de izquierdas han echado de menos a los líderes del PSOE en la manifestación improvisada esta mañana ante y contra el Tribunal Supremo o en la de la semana pasada por el caso de los crímenes del franquismo.

Ya tienen muy poco más que perder. Se han quedado en nada. Por eso mismo, no entiendo que los socialistas estén «acochinados en tablas» y no den la cara en asuntos que afectan a los principios del Estado de Derecho y a su propia identidad histórica.

Apenas aparecieron líderes representativos del PSOE (salvo Zerolo, que yo sepa) en la manifestación improvisada ayer ante y contra el Tribunal Supremo por la sentencia extravagante e insólita dictada contra el juez Baltasar Garzón.

Garzón en mi casa, poco después de la detención del dictador Pinochet

Comprendo que a ciertos socialistas no les resulte simpática la figura del juez Garzón, después de la investigación que hizo y rehizo de los crímenes del GAL en tiempos de gobiernos del PSOE. A mi tampoco me gustó que pidiera subvenciones a Botín con destino a la Universidad de Nueva York donde él estaba. Quienes le conocemos sabemos que el juez está lejos de ser perfecto. (Si quieres amigos o jueces perfectos te quedarás sin amigos y sin jueces).

Aunque yo apoyo a Garzón (viejo amigo), no se trata aquí de defender la personalidad de Garzón al completo sino de defender el Estado de Derecho y los principìos básicos de nuestro ordenamiento jurídico, a sea, de nuestra Democracia.

No estamos tanto por Garzón como contra el atropello del Estado de Derecho por parte del Tribunal Supremo. Y por eso echo de menos (y bien que lo lamento) a algunos líderes del PSOE en la mani de hoy.  Si siguen por ese camino tan huidizo, sin dar la cara cuando hace falta, por miedo a significarse, pronto podrán meterse todos los militantes socialistas en un taxi. Y por eso, también, me da tanto miedo el poder casi absoluto (merecido o no) que tiene hoy el PP (central, regional y local) sin apenas nadie enfrente para frenarle.

Me preocupa más la ausencia del PSOE en estas manifestaciones públicas que el jolgorio y la fiesta que la derecha y la extrema derecha están organizando con la caída del juez Garzón a quien los corruptos tanto temían. Basta con repasar los comentarios anónimos sobre este asunto en los blogs para comprobar lo crecidos que están los nostálgicos de Franco y algunos seguidores del PP. Y eso que este Gobierno de Rajoy/Saez de Santamaría se parece afortunadamente poco, por ahora, a aquel de Aznar/Cascos de tan triste y temible memoria.

Menos mal que aún nos queda el gran Forges intrepretanto nuestro miedo cotidiano («¡A ver si te van a oir en Las Salesas!», le dice Concha a Mariano, perdón a Vicente).

Y también nos queda -menos mal- Soledad Gallego-Díaz, con sus comentarios tan certeros en El País, para reconciliarnos con la buena prensa de toda la vida. Copio y pego a continuación su articulo de hoy:

Justicia a cualquier precio

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ (11 FEB 2012)

La justicia obtenida a cualquier precio termina no siendo justicia.

Eneko en 20 minutos

Lo afirma la sentencia del Tribunal Supremo que ha condenado al juez Baltasar Garzón a una pena de inhabilitación de 11 años y a su expulsión de la carrera judicial, y ciertamente muchos ciudadanos, en España y en Latinoamérica, pueden alimentar en estos momentos la misma convicción, aunque por motivos diferentes. Habrá que suponer que el Tribunal Supremo ha emitido su fallo sin que mediara animadversión personal ni enojo corporativo, pero lo cierto es que esta decisión ha acabado con uno de los pocos símbolos de la justicia en el que confiaba una parte notable de esos ciudadanos y que esa es una noticia pésima, con un precio muy alto.

No se trata de ignorar los graves hechos atribuidos a Garzón. Según la sentencia, el juez autorizó que se intervinieran las comunicaciones entre los imputados en una importante causa por corrupción y sus abogados, sin excepción alguna y sin mención expresa de su identidad, y lo hizo, afirma el Supremo, sin que existiera ni el menor indicio de que esos abogados estaban utilizando su condición de tales para la comisión de nuevos delitos. Su convicción de que los imputados continuaban ocultando su dinero, y su temor a ver cómo personajes poderosos y ricos conseguían escapar a la investigación, no es argumento suficiente para anular el secreto de las comunicaciones ni para deteriorar el derecho a la defensa.

Pero eso no es lo que se juzgaba realmente en el Supremo, sino si la decisión de Garzón podía ser explicada por una interpretación incorrecta de las normas del derecho. No, afirman los siete magistrados, no existe otra explicación que el empeño deliberado de actuar fuera de «los medios usualmente admitidos en derecho» ni otra razón que el anhelo del juez instructor de colocar el «proceso penal español al nivel de los sistemas totalitarios», un juicio de intenciones asombroso para tan alto tribunal.

Ahí, en la clara voluntad de apreciar prevaricación, es donde se abre un agujero por el que asoman muchas dudas: ¿esa misma decisión tomada por otro juez que no fuera Baltasar Garzón hubiera merecido valoración tan severa?, ¿qué sucede con los fiscales y con los otros jueces que compartieron su decisión?

Va a resultar muy difícil que los ciudadanos no asocien la condena de Garzón a su personalidad, a su historia y a su protagonismo internacional, insufrible para una parte importante de la corporación judicial, y que el descrédito que todo ello acarrea, dentro y fuera de España, no vaya a suponer un desgaste altísimo para la justicia española en su conjunto.

La expulsión de Garzón llega, además, en un momento de fuerte desánimo social. Los ciudadanos, aplastados por una crisis formidable, llevan meses conociendo casos de corrupción que no se traducen en delitos ni se sustancian en castigo alguno, personajes del mundo económico que reciben cantidades asombrosas por gestiones desastrosas, indultos llamativos para personas poderosas y dificultades sin cuento para acabar con el fraude fiscal, el desvío de fondos públicos y las trampas de todo tipo que no se podrían llevar a cabo sin ayuda de avispados asesores legales.

Todo ello, junto a noticias sobre algunos jueces corruptos que reciben castigos inexplicablemente ligeros por embolsarse dinero fácil. Nada de eso justifica, por supuesto, acabar con el derecho a la defensa (¿no debería revisarse el caso de los acusados de terrorismo?). Simplemente, resulta difícil aceptar que, entre tantas denuncias por prevaricación como se han presentado, solo haya habido un juez, Baltasar Garzón, que mereciera que le arranquen la toga. Queden tranquilos sus colegas del Supremo. Ya le han echado. Triunfó la justicia, a cualquier precio, deben pensar. Quede tranquilo Baltasar Garzón. Los ciudadanos no olvidaremos nunca la honda emoción que nos hizo sentir el 16 de octubre de 1998 cuando ordenó la detención del general Pinochet.

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Día de Accion de Gracias en 1998. Al fondo, Garzón entre el profesor Marichal y Ana Westley (la cocinera del pavo)

Eso mismo, Soledad. Sin caer en la resignación, siempre nos quedará la detención del genocida general Pinochet por orden de Garzón. ¡Ahí es nada!.

Por la cita de Pinochet, recuerdo hoy el pavo que nos comimos en mi casa el Día de Acción de Gracias en noviembre de 1998 con Baltasar Garzón y su esposa Rosario Molina, Juan Marichal y su esposa Solita Salinas, Joan y Angel Berenguer, Kathy y David White, Yolanda y Al Goodman y otros amigos y colegas. (Se entiende que la foto, por su mala calidad, la hice yo)

El dictador Pinochet llevaba apenas unas semanas detenido por orden del juez Garzón.

Es costumbre que uno de los comensales haga un brindis, a modo de oración laica, para conmemorar la comida fraternal de los peregrinos con los indios de Nueva Inglaterra.

En aquella ocasión, tomó la palabra mi maestro y amigo Juan Marichal, catedrático de la Universidad de Harvard, y nos emocionó a todos con un parlamento improvisado pro derechos humanos y contra los genocidas que comenten impunemente crímenes contra la humanidad; un bellísimo brindis que lamento mucho no haber grabado entonces.

Juan Marichal entre Garzón y yo

«Crimenes contra la humanidad en Argentina, en Chile, etc. que quedaban impunes… hasta ahora», dijo Marichal. A partir de la detención del dictador Pinochet, los genocidas sabrán que sus crímenes ya no quedarán impunes.

Y el maestro levantó su copa para invitarnos a todos a dar las gracias al juez Garzón, allí presente, quien se quedó emocionado y sin palabras.

Pase lo que pase, siempre nos quedará ese recuerdo de la detención de un criminal como el general Pinochet por orden de Garzón.

Recuerdo también las críticas que algunos colegas de la prensa extranjera le hicieron al juez español, más o menos en estos términos:

«Persigues a los dictadores de América Latina, por sus crímenes contra la humanidad, pero en España nadie se atreve a investigar y perseguir crímenes semejantes cometidos durante la Dictadura del general Franco. Los españoles veis la paja en el ojo ajeno y no la viga que tenéis en el vuestro. A eso se le puede llamar hipocresía o miedo». 

«Todo se andará», creo recordar que fue el resumen de la respuesta del juez Garzón.

Lo prometió y lo cumplió. Y ahí le tenemos ahora crucificado por perseguir también los crímenes del franquismo y la corrupción de políticos del PP.

Por muchos defectos que la derecha airee, exagere o invente de Baltasar Garzón (y los tiene), los demócratas estamos en deuda con este gran juez. Espero que el miedo no se extienda ahora entre los buenos jueces que siguen en activo ni entre los estudiantes de Derecho.

 

ETA y el 11-M, en El Mundo; islamistas, en El País. ¿Les suena?

El Mundo dedica hoy sus cuatro columnas de primera al viejo y socorrido «periodismo declarativo» (Fulafo dice, Mengano denuncia, Zutano advierte, etc.).

Arriba, a cuatro:

Egibar advierte que «ETA tiene el gran poder de hacer tambalear al Gobierno»

Arriba, a una columna:

Víctimas del 11-M denuncian al juez Del Olmo por no facilitarles la declaración de Manzano sobre los explosivos

A falta de noticias, buenas son las declaraciones que sirven a la línea editorial o a los intereses de la empresa editora.

Por yuxtaposición, como de costumbre, los dos principales titulares de la portada de El Mundo ligan a ETA con el 11-M. Siempre hay lectores de buena fe que pueden fijar en su mente -queriéndolo o no – el mensaje subliminal que lanzan dos titulares contiguos, aunque pertenezcan a noticias completamente distintas.

Sobre estas viejas técnicas -meter la cuchara para orientar a lectores ingenuos o a creyentes ciegos- ya sabemos que Pedro Jota Ramírez aspira a una cátedra vitalicia. Le sobran méritos.

Las cuatro columnas de arriba de El País van dedicadas a los islamistas como sujeto:

Los islamistas de Ceuta contactaron con tres soldados para robar un polvorín

En toda la portada de El País no hay alusión alguna a ETA ni al 11-M. La única referencia indirecta a ETA es este pequeño sumario con Zapatero como sujeto:

Zapatero dice que dará «pasos firmes, no en falso», en el proceso de paz

El nombre de Pinochet es citado en ambas portadas, aunque con un tratamiento bastante desigual, tanto en el sesgo ideológico y tipográfico como en el espacio asignado.

El Mundo da un pequeño sumario en «Otras noticias» con el nieto del dictador como sujeto:

El capitán Pinochet Molina, nieto del dictador, expulsado del Ejército por alabar a su abuelo durante el funeral

El País destaca la acción de otro nieto muy distinto -el nieto del general Prats, un demócrata asesinado por esbirros del dictador- a dos columnas:

Salivazo sobre el féretro de Pinochet

Sumario:

El nieto del asesinado general Prats escupió sobre el ataúd del dictador. «Era una cuenta pendiente muy personal»

Cuando leí esta noticia de El País, por primera vez, me alegré.

¿Podemos medir la intensitad de una venganza?

Pensé en una cita de Mario Benedetti -creo- que decía:

«Un torturador no se redime si se suicida, pero algo es algo»

.

Cuando leí por segunda vez lo del escupitajo contra el muerto, me alegré menos. Recordé otra cita importante -esta vez de Mafalda– que decía algo así como:

«Me dejó una basurita en el corazón…»

¡Qué complicados somos!

(Señor Fraga, arrepiéntase, retire sus palabras de ayer y condene al sanguinario torturador Pinochet).

Manuel Fraga ha hecho, sin duda, algunas cosas buenas para la democracia española. Sin embargo, cuando pasen muchos años, será recordado como ministro que fue de un dictador ilegal que firmaba penas de muerte igualmente ilegales.

Fraga aún está a tiempo de hacer méritos para mejorar su historia y no enredarse defendiendo ahora al golpista Pinochet.

Un parte del PP se lo agradecerá. Y todos los demás demócratas, también.

Fraga era el ministro de Gobernación cuando fui secuestrado y torturado, tras la muerte de Franco. Pero siempre he celebrado su evolución desde el paleofascismo hacia la democracia.

¡Qué lástima que ahora Fraga estropee su curiculum de demócrata, tratando de justificar el golpe de Estado ilegal, los asesinatos masivos, las torturas y los robos del general Pinochet!

Con este dibujo, El Roto (a quien debemos un homenaje) resumió ayer de maravilla en El País el sentimiento más generalizado sobre el dictador Pinochet entre todas las personas de bien.

¿Podríamos haber publicado algo así en España a los pocos días de la muerte del dictador Francisco Franco? Impensable. Estábamos aún muertos de miedo.

Pequeña diferencia: Franco murió matando (dos meses antes de su muerte fusiló a varios jóvenes) y ocupaba el poder; Pinochet había perdido el poder desde hacía muchos años y murió perseguido por la Justicia por los cuatro costados.

Josep Ramoneda nos ilumina sobre este asunto en su columna de El País de hoy:

El doble de Franco

JOSEP RAMONEDA 14/12/2006

Paradojas de las transiciones: la justicia española jugó un papel muy importante en las inculpaciones contra Pinochet y, sin embargo, los españoles fuimos incapaces de echar a Franco en vida y de juzgar sus crímenes.

Sin duda, la orden de detención internacional contra Pinochet emitida por Garzón el año 1998 es un hito en la historia del derecho y habrá contribuido a hacer más difícil la vida de los dictadores que, aunque en general son poco dados a viajar, todavía tendrán que ser más cuidadosos con sus desplazamientos. Pero sospecho que Pinochet ha jugado en el imaginario español una especie de papel de doble de Franco. Papel que él mismo reforzó con su presencia en las exequias del dictador. En la ira contra Pinochet se han proyectado buena parte de las iras contra Franco, y en el afán de conseguir que fuera condenado por sus crímenes tengo la sensación de que la opinión democrática buscaba, quizá inconscientemente, una satisfacción compensatoria por no haber podido condenar a Franco. De aquí la contradicción: hemos hecho por Chile lo que no fuimos capaces de hacer por nosotros mismos.

A los historiadores corresponderá decir si el ruido de sables, como se decía en la época, era una amenaza suficiente como para que los partidos demócratas hicieran tantas concesiones sobre el pasado. El hecho es que la creencia de que las relaciones de fuerza estaban del otro lado hizo que se aceptara una amnistía general que significaba poner al mismo nivel los delitos cometidos por los antifranquistas conforme a la legalidad franquista que los crímenes de un régimen autoritario que dos meses antes de la muerte del dictador todavía fusiló a cinco personas. Lo aceptamos y este lastre de partida no ha impedido que el balance global de la Transición se considere positivo.

Del concepto jurídico de amnistía se pasó al político de amnesia. La derecha tenía todo el interés del mundo en dejar pasar el tiempo para después empezar a blanquear el franquismo como hizo cuando regresó al poder en 1996. Y los partidos de tradición democrática, puesto que sabían que no había posibilidad de alcanzar condenas y reparaciones significativas, prefirieron olvidar también, aunque fuera para evitar problemas y frustraciones. Al fin y al cabo, la cultura de solidaridad de la resistencia estaba dejando paso a la lucha por el poder entre partidos, con lo cual el pasado también podía ser un estorbo.

Se murió Pinochet, y no podremos seguir dando caña a este monigote en el que veíamos un doble de Franco, su maestro, precisamente cuando estamos enfrascados en el debate de la memoria histórica. El Gobierno no ha acertado en el planteamiento. Ya el propio concepto es absurdo: la memoria no la establecen las instituciones. Ni siquiera los historiadores, cuya tarea es la explicación e interpretación del pasado sobre la base de las metodologías de las ciencias sociales. Lo cual sólo indirectamente puede tener que ver con la creación de imaginarios colectivos. La memoria forma parte de la conciencia de los ciudadanos y es una construcción que en las sociedades heterogéneas modernas nunca será cerrada. Pasó el tiempo de los grandes mitos nacionales, como, por ejemplo, el de la resistencia en Francia que el general De Gaulle convirtió en comunión obligatoria a pesar de la evidencia de que un gran número de ciudadanos -la mayoría- optó por la colaboración y por la adaptación. El Estado tiene poco que decir sobre el pasado. Pero sí hay dos tareas que le corresponden por elemental pedagogía democrática: el reconocimiento a los que dejaron su vida por negarse a aceptar el régimen dictatorial y la defensa de la superioridad política y ética de un régimen democrático respecto de una dictadura.

La derecha quiere hacernos creer que entre el franquismo y la democracia sólo hay diferencias de matices. Y utiliza las crueldades de la guerra, abundantes en ambos bandos, como argumento para igualar la preguerra, la guerra y la posguerra. Ésta es una falsificación de la realidad que sólo debilita la democracia. Rajoy dice repetidamente que no sería admisible que ETA pudiera conseguir ventajas políticas con el chantaje de la violencia. Y tiene razón. Pero Rajoy no ignora que el régimen franquista consiguió permanentemente ventajas políticas mediante el uso de la violencia, empezando por el modo en que tomó el poder. ¿Por qué no quiere que se sepa?

FIN

¿Quién acumuló mayores crueldades? ¿Franco o Pinochet?

La historia (y la memoria) no absolverá a ninguno de los dos.

Eso no les redime ni nos consuela, pero algo es algo.

La calle es suya (de El Mundo) y de Batasuna

(Actualizado a las 01:04 h.:

A través del correo de contacto del blog me ha llegado un enlace sorprendente a este otro blog que reenlazo aquí. Pensaba que estos plagios tan descarados ya no se hacían en la prensa española. Gracias, Luis.)

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En busca de la noticia que la justifique, he mirado y remirado esta grandísima foto de portada de El Mundo. Sin éxito.

Título:

La calle vuelve a ser suya

Tampoco encuentro rastros de noticia en el texto del pie de foto en el que describen que esos dirigentes de Batasuna «pasearon ayer por las calles de Usurbil (Guipúzcoa)»

El titular de portada de El Mundo «El PSE pide ayuda al PNV…» tampoco tiene explicación en el texto presuntamente informativo. Habrá que leer las páginas interiores.

Los islamistas detenidos en Ceuta «planeaban» (según El Pais) y «pensaban» (según El Mundo). Hay matices en los verbos y, naturalmente, en los tamaños tipográficos.

Con Zaplana se retratan también los matices. El País lleva como sujeto «El tribunal «, mientras que El Mundo prefiere al sujeto Zaplana«.

Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con una frase de El Mundo: la última del comentario sobre Fraga y el sanguinario Pinochet:

«Sus palabas son un insulto a las víctimas de la dictadura. Debe retirarlas cuanto antes.»

Amén.

Recuerdo a todos los blogueros que deseen participar en el II Concurso 20Blogs que el plazo de presentación de candidaturas termina el próximo dia 20 de diciembre.

Hay varios premios interesantes, con derecho a la estatuilla de Eneko, entre ellos algunos dotados con 3.000 euros y la posibilidad de publicar columnas y blog durante 2007 en 20 minutos y en 20minutos.es.

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Otra exclusiva de Acebes en El Mundo. Ni rastro en El País

Hay días en los que nuestro gran Eneko me convence de que una imagen puede valer más que mil palabras (y no sólo para los analfabetos). Este dibujo, publicado en 20 minutos, es, a mi juicio, una prueba de lo que digo.

Se están liando tanto los «pinochos» del PP que ya no saben cómo salir del callejón del 11-M-ETA-PSOE en el que se metieron (quizás sin querer y, desde luego, sin medir sus perversas consecuencias) a las pocas horas de la masacre de Atocha.

El «sostenella y no enmendalla» les puede costar caro en términos electorales. Si insisten en pregonar y recordar persistentemente su misma mentira masiva del 11 al 14-M, volverán a cosechar la derrota por las mismas razones que en marzo de 2004.

Con su estrategia machacona del 11-M y ETA no hacen más que recordar lo que hicieron para ganar. Van a movilizar un voto en contra que, en circunstancias normales, se abstendría. Muchos jóvenes pasan de votar al mismo que ya está en el Poder.

Pero si insisten en recordar el daño que se hicieron a sí mismos al mentir sobre el 11-M, refrescarán nuestra memoria y nuestra rabia frente a la manipulación miserable de aquellos tristes días de marzo.

Aunque ahora se demostrara que hubo algún contacto de los terroristas islamistas con los de ETA daría igual. Cuando Aznar, Acebes y Zaplana lo dijeron no lo sabían, no tenían ninguna pista ni prueba alguna, tan sólo tenían el deseo desesperado de alejar el fantasma de la guerra ilegal de Irak de las posibles causas de la masacre de Atocha. Trataban de alejar ese fantasma de la invasión ilegal de Irak tan sólo por tres días… lo justo para ganar.

Pero en todos los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, y en todos los grupos de seres humanos, hay mucha gente honrada que reacciona contra la injusticia y contra la mentira. Así, las filtraciones de la información real llegaron, minuto a minuto, al mundo entero… y a los embusteros les pilló el toro.

¿Es tan difícil de entender?

Recuerdo con tristeza y verguenza que, en aquellos terribles días, tuvimos que volver a conectarnos con la BBC, como en tiempos de la ominosa dictadura de Franco, para saber qué pasaba en España.

¿Por qué insiste el PP en remover y regodearse en sus propias heridas? ¿Hay algún sicólogo por ahí que pueda explicarnos esta sinrazón?

La búsqueda de un culpable externo puede ser un consuelo. Desde luego, recuerdo muy bien las declaraciones de Rubalcaba en vísperas electorales, para atajar la sarta de mentiras del Gobierno, cuando el mundo entero ya daba por hecho que el 11-M había sido un atentado terrorista islamista semejante al del 11-S de Nueva York.

Acebes anda diciendo (antes y ahora) que «Rubalcaba utilizó el 11-M para ganar». ¿Y quién no lo hubiera hecho para sacar a los votantes de aquel engaño masivo?

Aznar, Acebes y Zaplana le pusieron a Rubalaca y a Zapatero las carambolas como se las ponían a Felipe II y a Fernando VII.

Ýo creo que el PSOE no utilizó el 11-M para ganar -como dice hoy Acebes en El Mundo– sino que utilizó las mentiras del Gobierno sobre el 11-M para ganar. Y, por esa razón, entre otras muchas, ganó por una diferencia mayor de la que presumían antes del atentado.

A la vista de esta portada de El Mundo, y con varias décadas de periodismo a mis espaldas, no consigo encontrar qué noticia (es decir, qué novedad) hay en las palabras de Acebes para merecer 4 columnas en la primera página. No salgo de mi asombro, porque estos abusos -poco profesionales- suelen molestar incluso a los creyentes en la teoría conspirativa del 11-M.

Como las declaraciones de Acebes han sido concedidas al El Mundo en exclusiva, El País no ha podido transmitir a sus lecotres todas las novedades que seguramente contiene la entrevista y que yo no he podido encontrar.

El País habla ahora del 11-M más que nunca. Incluso le dedica columnas y análisis tan agudos como este de Pradera, cuya lectura recomiendo.

Una moción huérfana

El PP lleva de nuevo al Congreso el 11-M.

Javier Pradera

DOMINGO – 24-09-2006

Todos los grupos parlamentarios rechazan la iniciativa del PP con una enmienda que ratifica su confianza en las investigaciones sobre el atentado de la policía, la fiscalía y el juez

TRAS LA INTERPELACIÓN promovida el 13 de septiembre por el portavoz popular en el Congreso para exigir al Ejecutivo «la verdad del 11-M», una diputada del PP presentó esta semana una moción denunciando la opacidad de las investigaciones sobre el atentado: «El Gobierno», subrayó, «es responsable de informes falsos, de ocultación de pruebas y de todo tipo de obstáculos a la actuación judicial». Alicia Castro recibió una respuesta sustancialmente idéntica de todos los portavoces: el resumen de una enmienda conjunta de sustitución suscrita por los restantes grupos de la Cámara. Ese texto concertado declara el pleno apoyo del Congreso a las instituciones del Estado de derecho en relación con el atentado del 11-M, expresa su confianza en las investigaciones llevadas a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, respalda la labor independiente de la fiscalía y de los tribunales (desde la convicción de que sólo a ellos incumbe el esclarecimiento de la verdad material y penal del crimen), y ratifica las conclusiones alcanzadas en 2004 por la comisión de investigación parlamentaria.

Los portavoces de los partidos explicaron al día siguiente en rueda de prensa que el motivo de la concordancia de sus réplicas había sido la decisión de preservar al Parlamento de la contaminación confusionista que la iniciativa del PP buscaba como objetivo. No se trata sólo de que la investigación penal del atentado corresponda -por mandato constitucional- al Poder Judicial y no al Congreso; además, las preguntas retóricas, las dudas fingidas y las conjeturas absurdas de la moción daban por supuesta la incapacidad culpable o la voluntad prevaricadora del juez de instrucción, la fiscalía y la policía en la instrucción del 11-M, así como el propósito del Gobierno de boicotear la investigación. La repetición en la Cámara de un monótono mantra de fabulaciones disparatadas y alucinadas hipótesis sobre el atentado daría un tinte de respetabilidad parlamentaria a la teoría conspirativa según la cual la matanza de Atocha no habría sido perpetrada por el terrorismo islamista, sino por ETA, los servicios de inteligencia extranjeros y la policía española, con la previa complicidad o el posterior encubrimiento de los socialistas.

Al regreso de las vacaciones veraniegas, el presidente del PP dio a entender que se disponía a impulsar durante el resto de la legislatura un estilo de oposición diferente a la dura estrategia de broncos enfrentamientos de los años anteriores. A partir de ese momento, los populares deberían centrar sus esfuerzos sobre los problemas de los ciudadanos y la defensa de sus intereses, en lugar de enzarzarse en polémicas ideológicas; también las discusiones acerca del pasado -el 11-M- cederían su lugar a las propuestas de futuro. Todo el peso de la crítica descansaría en adelante sobre los defectos, errores e incumplimientos de la gestión del Gobierno: las acusaciones de ineficacia, incompetencia y demagogia pasarían a ser el caballo de batalla de la oposición.

Aunque los incendios en Galicia y la llegada a Canarias de los cayucos africanos sirvieron a Rajoy para iniciar ese cambio de rumbo, la fantasmal resurrección del 11-M como bandera de combate del PP ha frenado en seco el intento: la cruda teoría de la conspiración que acusa implícitamente al Gobierno de estar pagando a ETA la deuda pendiente por haberle brindado en bandeja la victoria del 14-M sustituye a la pacífica competición democrática entre adversarios por una guerra a muerte entre enemigos. No hace falta excesiva malicia para suponer que el forcejeo en torno a la línea estratégica del principal partido de la oposición es un reflejo de la lucha por el poder dentro de la cúpula de organización. Tal vez Rajoy sea un rehén de los guardianes de las esencias -Acebes y Zaplana- dejados por Aznar como vigilantes a las puertas del PP después de su aparente retirada. A efectos prácticos, empero, da igual que el sometimiento de Rajoy a la estrategia de oposición dictada por el ala dura del partido sea sinceramente voluntario o vergonzantemente forzoso. FIN

Ah! Con tantos viajes, ayer olvidé pegar aquí este dibujo de El Roto publicado el El País.

Ya que he comenzado hoy con un dibujo de nuestro Eneko, voy a despedirme con otro de El Roto, de esos que nos dejan arañazos en el corazón (a quien lo tenga, claro).

P.S. No se lo que va sacar El Mundo mañana en su portada. Y no se si me dará tiempo a entrar en el blog para comparar las portadas y escribir algo sobre ellas. Tengo un viaje de dos días muy lejos de Madrid (con muchos jefes y poca cobertura). Que los troles me perdonen si no pego aquí la portadas de mañana y pasado. Haré lo que pueda desde el extranjero.

(El que avisa no es traidor)

Por cierto, Fétido, hay tacos que nuestra sensibilidad puede soportar (e incluso agradecer) y otros que no aportan más que mal gusto. Creo que nos entendemos.

Estarán de acuerdo conmigo en que el nivel de agresividad, de insultos y de palabras soeces ha bajado mucho en este blog en estos días de pudorosa reflexión sobre la censura preventiva …

Buenas noches, querida Gret.

Buenas noches a todos.

¿Y si Gret no fuera una chica? Lo digo por un artículo de Thomas L. Freidman que leí esta mañana en la página de opinión del International Herald Tribune de ayer. Empieza así:

«La revista The New Yorker publicó un chiste de Peter Steiner sobre dos perros. Uno de ellos estaba sentado frente al teclado de su ordenador diciéndole al otro: «En Internet, nadie sabe que eres un perro».

Pues eso, Gret. Quién sabe…

Otra post data.:

Acabo de leer este mensaje de nuestro educado carles que dice lo siguiente:

«Hola Jose Antonio,

Desde tu formulario de contacto en Blogs 20minutos, carles ( carles@xxx.com ) te manda

el siguiente mensaje:

Son las 20:42 del 24 de Septiembre y JAMS todavía no ha comentado la portada de El

Mundo más importante sobre el 11-M.

Los lectores de JAMS se sienten tracionados.

Esto me recuerda a los NODOS franquistas, que ocultaban o enmascaraban las noticias.

JAMS, en serio, ¿no vas a comentar la portada de El Mundo q ha provocado q se

inicie una causa judicial contra la policía nacional?

Me has defraudado de forma brutal.»

Tranquilo, Carles. Después de cenar, intentaré ver y pegar a aquí esas dos portadas que me perdí por mi viaje a Barcelona. Creo que, además, como dice nuestro Sayonara será bueno para nuestro archivo. No hay mala intención. Yo me lo paso bomba con El Mundo, cuando no me da por llorar…

Hasta luego, Carles.

Ahí van las portadas del jueves 21 de septiembre. (Para nuestro archivo)

Y ahí van también estas dos perlas que me había perdido.

Una sale en El Mundo: el primer blog de un miembro del Gobierno de España. Lo seguiré de cerca, por si acaso. No sabe Jordi Sevilla donde se mete.

Ya sabemos que «no hay ministro tonto ni torero cobarde». A partir de ahora, habrá que decir este refrán al revés.

¡Bienvenido a la blogosfera, señor ministro!.

La otra perla -que no habrá podido ver José María Aznar por encontrarse conferenciando en Washington– es de El Roto.

También le hubiera sido de gran ayuda al Papa, antes de pronunciar sus inoportunas palabras sobre la violencia del Islam.

No hay nada como ver la paja en el ojo ajeno… antes que en el nuestro.

Estas son las portadas del viernes 22 de septiembre, el día que intervine en la INMA en Barcelona:

Como el titular a 4 columnas de El Mundo se lee de maravilla, he ampliado un poco el de El País, que va sólo a 2 columnas, sobre el mismo tema.

La verdad es que me ha sorprendido la insistencia de nuestro Carles para que incorporara estas protadas al blog. Lo hago encantado. Pero yo esperaba otra cosa y no encuentro nada espectacular ni fuera de lo común. Creo que es mas de lo mismo.

Puede ser como lo de la Orquesta Mondragón… que también salió a toda pastilla como la prueba irrefutable de que ETA había producido la matanza de Atocha para ayudar al PSOE… Resulta tragicómico.

Y lo peor es que algún día habrá una sentencia firme condenando a los autores del atentado del 11-M y pasarán los años y habrá creyentes ciegos en la teoría conspirativa del PP que seguirán pidiendo una investigación para saberla verdad; o sea «su verdad». Y esa «su verdad» está tan lejos de la realidad como la de quienes siguen diciendo que los atentados del 11-S en EE.UU, son obra de la CIA y del FBI.

Hay gente pa «to».

P.S. 3.- También me perdí en el viaje unas sabrosas declaraciones del presidente de la Junta de Extremadura, Rodríguez Ibarra, recogidas hoy por varios confidenciales. Ibarra siempre ha sido un hombre cabal que habla como si fuera libre. Le envidio.