Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

Entradas etiquetadas como ‘bandera’

Necesitamos otra derecha. ¡Por favor!

Los diarios, aunque tengan un comportamiento muy previsible, no dejan de sorprenderme. Eso les asegura una larga vida.

¿De qué España habla cada diario?

Público lo tiene muy claro. Sobre una foto de una joven cubierta con la bandera estremecedora de la Dictadura, titula a toda página:

España es otra cosa

Antetítulo:

El día del orgullo español que quería montar el PP se quedó en nada

El Mundo hace una composición retorcida o, mejor dicho, torticera:

Bajo una gran foto a cuatro columnas de contenedores ardiendo en San Sebastián (sin ningún cintillo de separación) va este gran titular:

Zapatero afirma que los ataques a España «ni siquiera son un resfriado»

Sumario:

Apenas dos horas después, cientos de jóvenes encapuchados iniciaban una larga batalla campal contra la Ertzaintza en San Sebastián empleando técnicas de guerrilla urbana

Al informar sobre esa foto de «arde España«, El Mundo no menciona nada sobre la protesta de estos radicales contra una marcha de Falange. Tanto la Falange como los radicales tienen derecho a expresarse pero no a destozar el mobiliario urbano de una ciudad tan bonita como San Sebastián.

Bajo una foto similar a la de portada de El Mundo, Público titula en su interior:

Batalla campal en Donosti

Jóvenes radicales destrozan el centro de la ciudad en protesta contra una marcha de Falange

El segundo titular de El Mundo es mucho más malicioso aunque, por ridículo y pueril, resulta inofensivo:

El presidente abucheado durante el desfile de la Fiesta Nacional pese a intentar escudarse en el Rey

El abucheo de «algunos ultras», según Público, no fue durante el desfile. Este es su sumario:

Zapatero fue abucheado durante el homenaje a los soldados fallecidos

El País trata este mismo asunto en su portada con un gran titular sobre la censura que hace el Ejército de los abucheos a Zapateroen «la ofrenda a los caídos«. Y lleva este sumario:

Rajoy elude reprochar que los silbidos empañaran el momento más emotivo

Mucha banderita y mucho patrioterismo pero muy poco respeto por los soldados que mueren defendiendo los ideales que representan tanto el Rey como la bandera.

¡Qué pena que la derecha española esté de nuevo presa en manos de la extrema derecha!

Como decía un comentarista en el hilo de ayer de este blog: necesitamos otra derecha.

Estoy de acuerdo. Tanto que voy a reproducir a continuación su comentario y mi respuesta.

Comentario de «necesitamos otra derecha» en el hilo de ayer de este blog:

«Siempre que leo la cosa esa de la fiesta nacional me pienso que estan hablando de toros. Absolutamente de acuerdo en todo, incluso en los 500 años de derechas, aunque haya quien no lo entienda. La tragedia española es que cuando estaba a punto de llegar la modernidad, salia la derecha al grito de «¡Vivan las cadenas!» y ganaba el Antiguo Regimen. Leyendo los comentarios esta claro que aun no han entendido ni lo que es una nación ni lo que es la democracia ni siquiera lo que es la derecha. Miro con envidia a Francia, Inglaterra, Alemania, donde podría votar a la derecha. Lo primero que hizo Sarkozy presidente fue ir a depositar un ramo de flores a la tumba de un comunista fusilado por Petain. Aqui aun estan defendiendo a Franco.Desde luego no voy a votar a un cizañero que acusa al presidente del gobierno de traicionar a los muertos por hacer lo mismo que el habia hecho unos meses antes».

«Lo de sentirse orgulloso de ser español me parece una enfermedad parecida a ser nacionalista vasco o de cualquier otro sitio. ¿Como puede alguien estar orgulloso de haber nacido aqui en vez de alli? Yo estoy orgulloso de cosas que he conseguido con esfuerzo, me siento comodo siendo español y me parece un buen pais este pero ¿orgullo? ¿No tiene otra cosa mejor que hacer Rajoy que agitar esos sentimientos tan absurdos? ¿No ha aprendido nada de su ilegal referendum contra Cataluña?¿Tiene que seguir siendo cmo Ibarretxe, cabezón y empecinado?»

lo dijo necesitamosotraderecha · 13 Octubre 2007 | 07:42 PM

—————-

Mi respuesta a «necesitamos otra derecha«:

Hola «necesitamosotraderecha«:

Gracias por el comentario anterior, con el que estoy totalmente de acuerdo. También agradezco los comentarios críticos, porque siempre aprendo algo con ellos.

No obstante, me preocupa la forma que algunos tienen de entender mis palabras. Quizás escribo en este blog con demasiada rapidez y espontaneidad. Esto no es una tesis doctoral. Pero si Internet tiene algún valor es el de la inmediatez, la frescura y la capacidad de diálogo.

Es como hablar en la barra de un bar. Por eso, aunque no responda a menudo, me gustan los comentarios. Algunos de ellos me desaniman porque confirman, desgraciadamente, que el miedo que le tengo a la extrema derecha española (que sigo llamando la «españa negra» con minúscula) no es infundado. Pero no importa. Algún día alguno de ellos llegará a pensar por sí mismo, sin cumplir consignas fanáticas.

A veces, me tratan como si fuera un extraño en mi tierra o un antipatriota, antiespañol, traidor a mi gente, a mis ideales, enemigo de la bandera o enemigo del Rey y hasta de mi padre.

¡Qué sabrán de ideales estos fanáticos nacionalistas!

Los separatistas se juntan a veces con los separadores. Son tal para cual.

Ninguno de ellos tiene por qué saber que muchos años antes de que Su Majestad Mariano I de ¡Paña! hiciera su patética soflama patriotera en favor de la banderita de «todo a cien» y del dia del «orgullo español«, en el comedor de mi casa ya había colocada una bandera de mesa de la España constitucional (sin la gallina fascista, claro).

Debo reconocer que la tengo en casa desde 1986 y está ya un poco descolorida. Se la quité a mi entonces jefe, José María Calviño, de su mesa de director general de RTVE, cuando fundé el primer informativo de la mañana «Buenos Días» en la primera cadena de TVE. Tampoco está sola sino acompañada por una bandera de los Estados Unidos del mismo tamaño. Mi chica, la pobre, tiene la desgracia de ser de Boston, señor Rajoy. Así, tengo el corazón partío entre dos banderas.

(Detesto la política del presidente Bush, pero respeto la bandera de los Estados Unidos tanto como la de España).

Pero no voy diciendo por ahí que tengo una bandera en casa. Tampoco digo que, por agradecimiento y afecto personal, tengo colgada en el hall de la entrada una foto de los Reyes de España con el Aga Khan, conmmigo y con mi hija Andrea (tomada en el Patio de los Leones de la Alhambra)

Señores comentaristas de la extrema derecha: ¡No se lo van a creer!. Esa foto está dedicada a nosotros por el Rey y por la Reina. Para los incrédulos, la descolgaré algún día de la pared y la escanearé para ponerla en el blog. Ya ven: un «rojo de mierda«, como dicen que soy yo, con foto de los Reyes de la España de todos en la entrada de su casa.

He caído -perdón- en una debilidad que siempre critico. No hay que pavonearse de las cuestiones sentimentales o accidentales.

Soy español porque me parieron en Almería. Y punto. Si tuviera que elegir mi lugar de nacimiento elegiría, por supuesto, Almería. Faltaría más. Pero no es mérito mío sino fruto del azar.

Si hubiera nacido -al margen de mi voluntad, de mi libre albedrío- un poco más arriba o más abajo sería marroquí o francés. Presumo de mis logros personales, no del azar. Soy cervantino y creo -¡sí!- que «el hombre es hijo de sus obras».

Muchos de los que critican mi presunta falta de amor por España (o por Almería, que ya es el colmo) son los que más daño están haciendo a nuestra convivencia en paz y en libertad y a nuestras instituciones democráticas.

Pero pueden seguir criticándome libremente en este blog (sin palabras soeces, eso sí) porque nunca pierdo la esperanza de que la razón venza alguna vez a su fe y lleguen a amar la libertad tanto como yo.

Tuve un maestro que me decía que, en cualquier grupo de gente, siempre hay dos orejas que oyen y dos ojos que ven (leen) por los que vale la pensa seguir luchando.

Si estos debates sirven para abrir la mente de alguien en favor de la libertad me doy por satisfecho.

Así ayudaremos a construir otra derecha a la que pueda votar la gente moderada con alegría y sin miedo.

Amén.

Saludos

JAMS

lo dijo JAMS · 13 Octubre 2007 | 10:06 PM

Sin alternancia no hay democracia. Por eso, necesitamos otra derecha que limpiamente pueda volver a ganar las elecciones.

Por favor, que baje del monte en son de paz.

El escándalo Gescatera no es de este Mundo

No busquen la noticia de la apertura de juicio por la estafa de Gescartera en la portada de El Mundo. Esa noticia no es de este Mundo.

Sólo sale en la portada de El País y va relacionada con «cargos del PP».

Sin comentarios.

No lo toquéis más, que así es el himno

La polémica sobre el uso o abuso del himno nacional o de la bandera de España en saraos partidistas me trae el recuerdo de aquel poema («¡Que lástima!») de León Felipe, el poeta que nos advierte siempre de los riesgos que tiene desenterrar el hacha fratricida, siempre el hacha.

¡Que lástima! Que lástima que yo no tenga una casa solariega con el retrato de un abuelo que ganara una batalla… Y añado: ni un himno ni una bandera…

También a mi me dan envidia esos otros países que ya superaron la guerra de himnos y banderas o que aún no han entrado en ellas.

Alguna vez he contado (por lo menos a mis hijos) una anécdota que me ocurrió durante la transición política de la dictadura a la democracia.

Iba yo camino de Castellana 3, donde trabajaba a las órdenes del entonces vicepresidente del Gobierno, Fernando Abril Martorell, y crucé, no sin cierto temor, por una manifestación que transcurría ruidosamente por la plaza de Cristo Rey de Madrid.

No me asustaron las personas que gritaban sus consignas sino las banderas que tremolaban con el aguila franquista y los colores rojo y gualda.

Proseguí, triste, mi camino. Cuando entré en el despacho de Abril Martorell -que antes fue de Carrero Blanco y de Manuel Azaña-, le comenté mi desazón por aquel espectáculo de corte fascista, aderezado con los colores de la que debería ser la bandera de España o sea, la mía y la de mis hijos. Le dije que había sentido miedo al verme rodeado por esas banderas rojo y gualda y que eso no debía ser bueno para la democracia que tratábamos de construir entre todos y para todos.

A los pocos días, el vicepresidente me pidió que leyera un decreto recién publicado en el BOE. Por primera vez, se regulaba el uso no partidista de la bandera de España. Sentí, en aquel momento, la emoción y el orgullo de haber contribuido, al menos en una parte mínima, a la concordia entre los españoles.

¡Que lástima que no tengamos hoy políticos activos de la talla de Fernando Abril que trabajen por la concordia!. Momentos extraordinarios, como el que vivimos, exigen el concurso de personajes también extraordinarios.

¡Anímense!

Metodología

ENRIQUE GIL CALVO en El País

05/02/2007

«Éste es un país de locos», declaró el lehendakari al tener que acudir a declarar como imputado de desobediencia a la Ley de Partidos ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Y al margen de las consideraciones que también pueden hacerse sobre su misma locura y la de su propio partido, al convocar desafiantes manifestaciones de protesta ante los tribunales que violan al menos en espíritu el imperio de la ley, lo cierto es que Ibarretxe tiene razón. Esto parece una locura, pues la actual espiral justiciera que anima a los intransigentes partidarios de la línea dura en materia de firmeza antiterrorista está dando cada día que pasa una nueva vuelta de tuerca en la misma dirección desprovista de cualquier sentido común, dada su obsesión por rizar el rizo de la persecución inquisitorial a los «culpables» de favorecer el diálogo y la negociación. Y hasta tal punto extreman su postura paranoica que han llegado a caer en el más espantoso de los ridículos. ¿Cómo se puede perseguir judicialmente el simple hecho de dialogar con la izquierda abertzale? Somos el hazmerreír de Europa, en ninguno de cuyos tribunales podrían representarse espectáculos semejantes. Y si no fuera tan trágico, ya que hay muertos por medio, esta farsa delirante resultaría cómica. ¿Acaso han perdido el juicio?

No, no lo han perdido, pues en su locura hay un método. Y como en toda metodología, cabe distinguir entre medios tácticos y fines estratégicos. Respecto a los recursos empleados, la táctica es hacer mucho teatro para escenificar un artificial enfrentamiento melodramático lleno de ruido y de furia que permita llevar la iniciativa, romper la agenda gubernamental (distrayendo la atención con falsos problemas que tapan las cuestiones prioritarias, como la especulación urbanística) y arrinconar a Zapatero contra las cuerdas. Y en este sentido, dada su aureola fatídica, los Tribunales brindan un escenario más melodramático que nuestro redundante Parlamento, donde la crispación y la bronca están a la orden del día. De ahí que a estos «locos» les guste tanto llevar a sus adversarios a los tribunales con razón o sin ella, haciéndoles pasar por la ley del embudo de sus horcas caudinas.

Y respecto al objetivo que pretenden alcanzar estos montajes judiciales, hace ya mucho tiempo que su estrategia política está demasiado clara: es la de hacer un juicio de intenciones ad hóminem, a fin de sembrar la sospecha sobre la legitimidad de nuestros gobernantes, destruyendo así la confianza que depositó en ellos la ciudadanía. Aunque luego la acusación sea falsa y todo quede en nada, el caso es imputar, inculpar y calumniar, con objeto de sembrar la desconfianza y el descrédito sobre los acusados en falso. Es la misma estrategia política seguida por la oposición contra Zapatero: mientras se mantuvo el llamado proceso de paz, se le acusó sin pruebas y en falso de pagar precio político a ETA; y cuando la ruptura del «proceso» ha demostrado que no hubo pago alguno, se le acusa sin pruebas y en falso de seguir negociando en secreto con ETA la forma de reabrir el «proceso». Todo para poder declararlo sospechoso número uno ante la ciudadanía.

Estrategia de la sospecha que se beneficia de su complicidad con la cúpula judicial que comparte sus intereses. Es uno de los grandes fallos de la transición a la democracia, que logró depurar a los militares golpistas pero no supo hacer lo mismo con la judicatura franquista. Y de esos polvos surgen estos lodos, como se demuestra con la negativa del Supremo a revisar los crímenes judiciales del franquismo. De ahí que a nuestra derecha se le llene la boca hablando de la independencia judicial, que aplican de forma sui géneris a la española. Dime de qué presumes y te diré de qué careces, pues sólo son independientes del Gobierno para interpretar las leyes al servicio de la oposición, demostrando así por la vía de sus autos que dependen políticamente de quién les nombró. Una independencia judicial que se reclama no para garantizar la imparcialidad de sus decisiones, como corresponde, sino para inmunizar su sectaria parcialidad a discreción.

Gracias, campeones. Ya no me da miedo la bandera de España


¡Campeoooones!

¡Campeoooones!

¡Oéee, oéee, oéee!

Pues sí, anoche, yo estuve allí. Después de cenar, me fui a la Plaza de Castilla para recibir a los campeones del mundo con otros cien mil aficionados al baloncesto. Fue realmente impresionante, para cada uno, por distintas razones. Quise escribir anoche mismo mis impresiones, pero no tuve éxito. Era demasiado tarde. Y hoy tuve algo de trabajo.

(Texto del chiste: «Es que he vsito un montón de banderas españolas y he asumido que era algo contra Zapatero». Texto de la pancarta: «RENDICIÓN. En mi nombre NO«)

Había docenas de banderas de España, con el escudo constitucional y con el toro, pero no vi ninguna de la Dictadura, con «la gallina» de Franco, de esas que se usan tanto en las manifestaciones del PP, de su Asociación de Víctimas del Terrorismo o de la «Santa Madre Iglesia de la COPE».

Muchos chavales iban envueltos literalmente en la bandera española, con toda naturalidad y frescura, y el color dominante en la plaza era el rojo de la camiseta de España. Fue una fiesta pacífica y alegre.

No me extraña que Ricardo haya dedicado su chiste de hoy en El Mundo a la multitud de banderas españolas ondeando, al recibir a los héroes nacionales de Cataluña, Extremadura, Madrid, Canarias, Andalucía, etc. en la Plaza de Castilla, a menos de 1.000 metros del incendio de la Torre Espacio, el rascacielos mas alto de Madrid.

Al despistado del chiste, con su pancarta contra el diálogo con ETA, le pasó anoche todo lo contrario que a mi.

Por eso, aunque sea con dos pinceladas rápidas, quiero dejar constancia de un sentimiento bastante placentero que tuve anoche, creo que por primera vez en mi vida: estuve todo el tiempo rodeado de banderas de España y, contra lo que me había ocurrido antes, no me dieron ningún miedo.

Y eso tengo que agradecérselo a los campeones del mundo de Baloncesto, incluido, naturalmente, Pepu Henández, su entrenador. Gracias.

El incendio en el edificio más alto de Madrid, la oleada de inmigrantes a Canarias, la crisis de Irán y, en El Mundo -¡cómo no!- los cuentos de Calleja sobre el 11-M han quitado protagonismo al espectáculo emocionante de la recepción masiva y entusiasta a los campeones en la Plaza de Castilla.

Por eso, las portadas tan sosas de hoy no reflejan la magnitud del acto ni su importancia para la cohesión de España en las generaciones venideras.

En la página dos de El Mundo hay otro chiste muy expresivo y acertado de los geniales Gallego y Rey, dedicado a quien lleva por título el apellido del segundo dibujante.

Hoy hemos visto muchos abrazos y cariñitos a Pau Gasol y a Pepu Hernández, tanto en el Palacio de la Zarzuela como en el de La Moncloa.

Sin embargo, durante todo el campeonato del mundo de baloncesto, que nos ha dado tanta alegría y gloria a todos los españoles, ningún miembro de la Casa Real -y eso que son un montón y están precisamente para estas cosas- se dignó acudir a Japón para aplaudir a nuestros chicos.

¡Vaya metedura de pata la del Rey! Con lo espabilado y profesional que ha sido siempre para estos escasos detalles, que tanto nos unen a la mayoría de los españoles frente a los deportistas de otros países, esta vez parece que se le fue la olla. O quizás tuvo malos asesores que sólo tienen ojos para el fútbol y, por eso, le enviaron a los ¡octavos de final del fútbol en Alemania! Ni siquiera eran los cuartos ni la semifinal…

Y ahora -al deporte emergente de los jóvenes estudiantes españoles- no van ni a los cuartos ni la semifinal ni a la final… Y encima ganamos al mundo entero.

Al menos, Zapatero envió a su ministra de Educación, que estuvo muy correcta en la celebración de la final. Pero lo del Rey

No me extraña que Gallego y Rey le hayan dedicado hoy su extraordinaria y aguda viñeta. Estoy deseando leer el próximo miércoles la nueva edición de El Jueves. Seguro que hacen alguna alusión a las ausencias reales.

¡Vaya un real patinazo!