Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Estación del AVE: Almería-Cabo de Gata. ¡Pásalo!

En tren desde el Ártico hasta el Mediterráneo. El Cabo de Gata puede entrar en el mapa ferroviario de Europa una vez que Almería, Níjar, Carboneras y la Junta de Andalucía han apoyado ya expresamente que la futura estación del AVE en la capital más oriental de la región se llame ALMERIA-CABO DE GATA.
El diario La Voz de Almería ha publicado hoy esta información en su pagina 2. Ahora sólo falta el acuerdo del Ministerio de Fomento.

Compruebo que la estación del AVE que se inaugura hoy en Valencia se llama «VALENCIA-JOAQUÍN SOROLLA». Y hay otras estaciones del AVE con nombres compuestos: Madrid-Puerta de Atocha, Sevilla-Santa Justa, etc.

La Voz de Almería pag. 2 del 17-12-2010





SOS para los enamorados del Cabo de Gata

El jueves pasado tomé posesión del cargo (o, más bien, de la carga maravillosa aunque pesada) de Presidente de la Junta Rectora del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Para un enamorado del Cabo de Gata, como yo, era una oferta de la Junta de Andalucía que no podía rechazar.  

Ahora solicito ideas y sugerencias a todos los enamorados del Cabo de Gata para preservar y mejorar el Parque Natural. Mi objetivo es dejarlo a mi sucesor, dentro de cuatro años, un poco mejor de como lo hemos recibido. Y es tarea difícil porque mi predecesor, el profesor Andrés Sánchez Picón, hizo un trabajo extraordinario como presidente del Parque durante los últimos cuatro años.

El consejero andaluz de Medio Ambiente, José Juan Diaz Trillo, me hizo oficialmente entrega del mapa del Parque en la Playa de las Amoladeras -una de las más bellas y de difícil acceso- próxima a Torregarcía, donde dicen que se apareció la Virgen del Mar a unos pescadores, y me encargó que  mimara y cuidara el Cabo de Gata como la joya única que es de la Naturaleza. Fue un acto sencillo, en bañador, a la orilla de mar -lejos de los despachos oficiales- y con la silueta imponente del Cabo de Gata al fondo.

Acompañamos, a continuación, a los niños de la asociacón ecologista Posidonia -uniformados de azul- hasta el rompeolas para la liberación de 80 tortugas bobas nacidas, hace un año, en esa misma playa.   Fue un acto muy emocionante. Los niños, un poco temblorosos, agarraban con fuerza y a dos manos el caparazón de las tortugas (recién salidas de las incubadoras) y las miraban con ternura aunque no sin cierta expresión de excitación y miedo a lo desconocido.

 Cada niño soltó su tortuga en la arena y la siguió con la mirada fija hasta que, mar adentro, la veía sacar la cabeza para tomar aire y penetrar de nuevo en las profundidades marinas para recorrer los océanos del planeta. Me recordó la escena de «Buscando a Nemo» camino de Sidney.

Estos quélidos o quelónidos (¿reptiles?), en peligro de extinción en el planeta, llevan un chip que los identifica con un número y una historia. La experta veterinaria que catalogaba con amor cada toruga me dijo que, dentro de unos años, volverían a la misma playa del Cabo de Gata que las vió nacer despues de haber recorrido medio mundo, medio mar, y un caparazón de casi un metro.

«Entonces estas tortugas marinas son como los almerienses» -le repliqué- «que nacemos aquí y nos vamos a recorrer el mundo pero siempre regresamos a nuestra tierra».

Al día siguiente, rendí una visita de cortesía a doña Paquita Díaz, de 99 años, propietaria de los 17 kms de la mejor costa del Cabo de Gata (Genoveses, Mónsul, etc.) para agradecerle su labor en la salvación de este paraje maravilloso y único. Doña Paquita estuvo encantadora y feliz por haber sido nombrada «Hija Predilecta de Andalucía», galardón que recibió de manos del presidente de la Junta, José A. Griñán, el pasado 28 de febrero.   Esta señora tiene una vida y una obra muy singulares que deberíamos escribir algún día para incorporarlas a la historia del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.

Lo dicho: todas las ideas de los enomarados de Cabo de Gata son bienvenidas. Gracias de antemano. El Parque me enimará a resucitar este blog, por tanto tiempo abandonado.

Este no es el Arenys de mis sueños

No me lo puedo creer. Arenys de Munt ¡quién te ha visto y quién te ve! En este mi querido pueblo del Maresme, al que me unen tantos recuerdos juveniles, ayer votaron, en plan zarzuerelo (quizás tragicómico), si Cataluña debía ser un Estado separado de España.

El resultado, como era de esperar, ha sido favorable en más del 96,3 % de los votos a la independencia. Claro que sólo fueron a votar, en esta consulta informal, prácticamente los partidarios de la separación de Cataluña como Estado independiente (2.500 de una población de 8.000). El 67% no fue a votar.

No me preocuparían especialmente estas consultas semifestivas de los forofos nacionalistas independentistas si no fuera porque remueven las bajas pasiones del ser humano, los egoismos particulares, el miedo a lo diferente, el tribalismo de ellos y nosotros, las diferencias culturales de manera excluyente, no integradora, y, en el fondo, acarician un puntito de racismo que me remueve la tripas.

En esta página de El Mundo de hoy hay una foto racista que me asusta: es una pintada anónima que dice:

UN XARNEGO UNA BALAA-

Me asusta, entre otras cosas, porque yo creí que lo de «xarnego» era ya una antigualla de cuando yo estudiaba felizmente en la Universidad de Barcelona. Estaba convencido de que ese tinte racista ya se había superado en Cataluña. Me lo ha recordado ahora la segunda lectura de «Últimas tardes con Teresa» de mi admirado Juan Marsé, novela publicada en 1966 cuando yo vivía en una pensión de la calle Balmes de Barcelona.

En aquella época, como inmigrante almeriense, me sentí secretamente identificado, en algunos aspectos, con el xarnego Manolo, el Pijoaparte, el murciano pobre y orgulloso de Marsé. Recomiendo vivmente la lecura de esta novela a los racistas nacionalistas separatistas catalanistas y a los racistas nacionalistas separadores españolistas.

Me asusta la pintada contra los «xarnegos«. Uno de esos «xarnegos» amenazados es precisamente el honorable presidente de la Generalitat de Catalunya, José Montilla, elegido por la mayoría de los catalanes. Pero también me asusta y perturba la exhibición, igualmente amenazadora, de la bandera fascista de la Dictadura de Franco en mi querido Arenys de Munt.

El Mundo, calentando el ambiente, titula así, con carga editorial, su foto central de portada:

Bufonada independentista en Arenys

El País titula fría e infomativamente su foto central de portada:

Arenys vota sí a la independencia

Hace muchos años que no paso por Arenys de Munt. Aún tengo muchos parientes a ambos lados de la riera y en San Celoni (tíos, primos, etc,). En realidad, no voy por allí desde que murieron mis queridísimos chacho Frasco y mi tía Carmen, con quienes pasaba muchos fines de semana en mis tiempos de estudiante.

Con ellos, unas visitas balsámicas llenas de afecto, entroncaba con la historia de mi familia (mayoritariamente emigrantes económicos a Cataluña y Argentina y exiliados políticos a Francia). Allí reponía fuerzas físicas y morales, leía, comía (¡pollo con cava!), ayudaba en el campo (eran los aparceros de una finca), cabalgaba los caballos de los dueños y me sentía bastante feliz, altenando -claro- con los sinsabores y tristezas propios de la edad.

Cuando alguien -incapaz de identificar mi fuerte acento almeriense- me preguntaba en Barcelona de dónde era, yo solía responder que era de Arenys de Munt y soltaba, entre risas, algunas palabras en catalán. Conocía ese puebo como la palma de mi mano. Y me gustaba pasear por sus calles.

Mis recuerdos juveniles de Arenys de Munt, de Arenys de Mar, de San Celoni, de Mataró y de toda la maravillosa naturaleza que rodea el Montseny no pueden ser mejores. Por eso, me entristece tanto que unos fanáticos nacionalistas de ambos lados estropeen la imagen pacífica y alegre que guardo de esa tierra y de sus habitantes, cualquiera que fuera su origen.

En diciembre de 2007, en La Cartuja de Sevilla, me tocó hablar de los andaluces (sobre cómo nos ven y cómo nos gustaría que nos vieran). Copio y pego, a continuación, unos párrafos de aquella charla que escribí pensando en mis paseos por Arenys de Munt, cuando estudiaba en la Universidad de Barcelona allá por los años 1966 y 1967:

«Cuando me llegaban esos rumores racistas sobre el inmigrante andaluz me sublevaba interiormente:

-éramos muy buenos para la música, sabíamos llevar muy bien el ritmo, las palmas, llevábamos el baile en la sangre, aunque éramos perezosos para el trabajo, bastante pícaros, graciosos, con salero, no muy limpios, lentos para el estudio, poco eficientes, falsos, traicioneros, fuleros, éramos juerguistas y borrachines, olíamos a ajo, etc. etc. En ese cuadro siniestro, éramos también abiertos, acogedores, hospitalarios y –cómo no- bastante buenos para el sexo. Algo es algo.

(Por cierto, estas mismas características tergiversadoras y mistificadoras de la realidad se aplicaban también a los gitanos, incluso en Andalucía.)

Pero el senequismo andaluz lleva siglos enseñándonos el arte de la prudencia y la “taqiyya” árabe, el arte del disimulo. Con una beca del franquismo, practicaba yo entonces la “prudencia de los pobres”, que sabiamente cita García Montero.

Y me crecía con el recuerdo del orgullo de aquel jornalero andaluz que, en tiempos de la Restauración, devolvió el duro de plata al cacique, que intentó comprar su voto, y le replicó:

“En mi hambre mando yo”.

O aquel viejo almeriense, arrugado por el sol y la miseria, en un pueblo casi abandonado de la Sierra de los Filabres, que contradijo a un ministro socialista cuando éste le animó a trasladarse a la ciudad para recibir mejores cuidados.

“No tiene dios cojones –le dijo el viejo al ministro- de mandarnos el hambre que somos capaces de aguantar aquí nosotros”.

Sabemos hacer de tripas corazón y nos superamos. Hemos demostrado que tenemos capacidad de sufrimiento, de trabajo y de superación como el que más. Por todo eso, deberíamos poner un cartel en las escuelas andaluzas que dijera:

“No somos diferentes”.

En la Universidad de Harvard volví a oír los mismos rumores y chistes racistas –los mismos, sí- que había oído años atrás en la Universidad de Barcelona. Pero allí eran aplicados a los negros, a los judíos y a los hispanos. También a los polacos.

Alguna vez llegué a leer entonces el poderoso monólogo de “El mercader de Venecia”, de Shakespeare, pero cambiando judío por andaluz: Fijaos cómo suena:

“Soy un andaluz”. ¿Es que un andaluz no tiene ojos? ¿Es que un andaluz no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no se alimenta de la misma comida, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un catalán, un vasco o un inglés? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no nos reímos?, Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?

Si nos parecemos en todo lo demás, nos pareceremos también en eso. Si un andaluz insulta a un catalán, a un vasco o a un inglés, ¿cuál será la humildad de éste? La venganza. Si un catalán, un vasco o un inglés ultraja a un andaluz, ¿qué nombre deberá llevar la paciencia del andaluz, si quiere seguir el ejemplo del catalán, del vasco o del inglés? Pues venganza. La villanía que me enseñáis la pondré en práctica, y malo será que yo no sobrepase la instrucción que me habéis dado.”

Lo dicho: pese a la caricatura que han hecho de nosotros durante décadas, en lo esencial, no somos diferentes. Hay también, en la historia de Andalucía, reacciones aisladas, a veces violentas y bastante desconocidas, contra el fatalismo y la explotación. También sabemos enseñar los dientes.»

Sorprendente (por inusual) titular de portada en El País contra Zapatero.

Interesante (y oportuno) artículo del International Herald Tribune de hoy sobre las relaciones «rotas» entre El País y Zapatero, que nos ofrece algunas claves. (El ITH reparte cada día un suplemento/resumen de El Pais en inglés).

El País in Rare Break With Socialist President

By DOREEN CARVAJAL

Published: September 13, 2009

International Herald Tribune/New York Times

(El Pais

A caricature of President José Luis Rodríguez Zapatero by Fernando Vicente in the Sept. 6 issue of El País.)

PARIS — When loyal readers opened Spain’s leading daily newspaper, El País, last Sunday, some may have spilled their morning café con leche.

The 30-year-old, center-left newspaper — long a reliable supporter of the governing Socialist Party — published a huge, withering caricature portraying Prime Minister José Luis Rodríguez Zapatero at the helm of a sinking map of Spain, encircled by sharks marked unemployment and deficit.

El País says the Captain Zapatero cartoon — and searing critique of the Zapatero government’s economic policies — is simply part of its coverage of “el crisis.”

But others, inside and outside the government, suspect that the newly muscular coverage is a result of a backstage clash between the newspaper’s parent company, Grupo Prisa, and a rival, Mediapro, over digital television rights granted to Mediapro by the Zapatero government.

“Grupo Prisa felt like they were scorned and the other group benefited more,” said Victor Domingo, president of the Asociación de Internautas, an Internet rights group critical of the government dealings on digital television. “Now it’s a battle, and all of the group is more aggressive with the government.”

This contest of media “galácticos” pits rivals based in Spain’s two power centers — Mediapro is in Barcelona, Grupo Prisa in Madrid — against each other. Both have ties to the Socialist party and global aspirations.

Grupo Prisa is one of the largest media groups in the Spanish-speaking world. It owns El País, which has an average daily circulation of a little more than 402,000, and several television and radio stations. Battered by the downturn in advertising that has affected nearly every media company, Grupo Prisa recently negotiated an extension on a bridge loan of €2 billion, or $2.9 billion, and sold a 4.5 percent stake for $56 million to Talos Partners, a New York private equity firm.

Mediapro produces and distributes films and has financed three Woody Allen movies, among them the recent hit “Vicky Cristina Barcelona.” It is also the controlling shareholder in La Sexta, a television channel, and paid more than €1 billion for the coveted broadcast rights to the soccer clubs Real Madrid and Barcelona. It owns the rights to other soccer clubs as well.

In mid-August, Mediapro was the chief beneficiary of a special “royal decree” approved on a fast-track vote by the Spanish cabinet that opened the way for digital over-the-air television available on a subscription basis.

Almost immediately, Mediapro seized the opportunity to introduce a pay digital channel, Gol Televisión, which sells subscriptions for programming dedicated to soccer.

That step, timed for the start in late August of the season for La Liga, the Spanish soccer league, was a direct foray into the territory of Grupo Prisa, which owns the satellite platform Digital Plus through its subsidiary, Sogecable. It has its own soccer channel as part of its premium-pay package, although it pays Mediapro €700 million for the rights to air matches.

Juan Luis Cebrián, Grupo Prisa’s chief and a former editor of El País, bristled at the government’s decision, loudly comparing it to the handiwork of a banana republic and accusing the Zapatero administration of “attempting to subdue the media” through a “war against those who are independent.”

He still does not mince words about how he views the government’s decision.

“This decree is for matters of extreme emergency,” Mr. Cebrián said during an interview from the Grupo Prisa headquarters in Madrid, adding, “I don’t believe that this law should be used to govern to favor friends.”

Mr. Cebrián said he supported the arrival of digital television, but he contended that “what is really grave is the favoritism in the industry.”

For his part, Jaume Roures, the chief executive of Mediapro, has given interviews to the Spanish business media denying that his company had received a gift from the Zapatero administration. In Spain, he said, “we have a tendency to look for political motives behind everything.”

In the aftermath of the dust-up, the Spanish competition regulator, the National Commission of Competition, announced this month that it was starting an antitrust review of Mediapro and Gol Televisión. Prisa lodged a complaint that the Catalan group was not reselling broadcasting rights for the Spanish soccer league in a fair way.

With corporate tensions building, critics are closely watching the coverage of the Zapatero government in El País.

They note, for example, that the newspaper has not only been tough on Mr. Zapatero but also took aim at the Socialist stronghold of Barcelona with stories about desperate immigrant women forced to take hormones to work harder in bordellos allegedly linked to a Barcelona city official.

This is not the paper’s first break with the Socialists. In 1995, El País published a front-page editorial questioning the ability of Felipe González Márquez, the president at the time, to govern amid corruption scandals and political turmoil after his 12 years in office.

Now, Javier Moreno Barber, the editor of El País, contends that the newspaper is taking a harsher look at the Zapatero administration in the face of the country’s greatest economic crisis since its civil war in the 1930s. Unemployment stands at 17.9 percent, and the country has a budget shortfall nearing 10 percent of output.

“We’re getting tougher on our local assessment of how the government is tackling the crisis,” Mr. Moreno said. “There’s no doubt about that. But I would deny it’s because of the problem we had this summer. We’re harsher now because we’re starting to see France and Germany are back on their feet.”

Still, the coverage leaves some longtime readers a little stunned. The critical business cover story that accompanied the Captain Zapatero caricature provoked a furious debate, with more than 600 readers posting comments online. One of the baffled readers was José Antonio Martínez Soler, executive editor of 20 Minutos in Madrid and a former El País journalist.

When his wife opened the newspaper to the caricature, she turned to him and said, “This is not my El País,” he recalled.

But Mr. Martínez Soler said he believed that the issue ran deeper and that the battle between Grupo Prisa and Mediapro over pay digital television was just a tipping point.

“It’s much more complicated,” he said. “El País never had the same relationship with Zapatero that it had with Felipe.”

He added that under the leadership and ownership of Jesús de Polanco, who died in 2007, Grupo Prisa had not had big problems with the Zapatero administration but that that had changed under Mr. Cebrián, who is not the owner and, he said, is not a diplomat.

At a news conference in late August, Mr. Zapatero weighed in with his reasoning for the fast-track television decree. The government, he said, had moved quickly so that Spain would not fall behind other European countries and also so that the industry would be made more diverse with the ability to offer alternative channels.

“The facts are incontestable,” he said, that more diversity would benefit “el país,” which in Spanish means the country. Then, realizing that people might think he was talking about El País, the newspaper, he quickly corrected who would profit: “The nation, of course.”

FIN

¿Alcalde musulmán en Almería? Envidio a Rotterdam

El día en que Almería vuelva a tener un alcalde musulmán -lo que no ocurre desde el siglo XV- daré gritos de alegría. Habremos dado un paso de gigante hacia la civilización y la concordia. Es lo que han hecho los holandeses de Rotterdam , a quienes envidio. Y -que conste- yo no soy musulmán ni judío ni cristiano. Soy agnóstico respetuoso.

Pero Almería es el caso más relevante de Europa en lo que se refiere a revolución demográfica y movimentos migratorios. Hace 30-40 años, mi tierra era la mayor fábrica de emigrantes de España (hacia Cataluña, Europa y Améríca).

Hoy -pese a la crisis- es la provincia que más inmigrantes atrae del norte de Africa de toda España (y quizás de Europa). En dos generaciones, la tortilla se ha dado la vuelta. Y la convivencia entre razas y culturas, que parecía imposible tras los tristes sucesos racistas de El Ejido en el año 2000, parece ser todo un éxito.

Copio y pego la información de El País de hoy, que tanta sana envidia me ha producido:

Juan Marichal, en casa de Nicolás Salmerón

Tan mal están los asuntos de actualidad que me da tanto miedo asomarme a las portadas de los diarios de pago como tirame por el balcón del IBEX 35. Por eso, voy a cortar y pegar hoy en el blog un articulo que he publicado en «El Eco de Alhama«, con motivo del centenario de la muerte de don Nicolás Salmerón, presidente que fue de la I República Española. En ese artículo recuerdo la visita emocionante que hice, hace unos años, a la casa natal de don Nicolás acompañado por mi maestro Juan Marichal y por su esposa Solita Salinas (que falleció el año pasado en Cuernavaca, Mexico).

Ambos recuerdos se me han unido hoy por motivos bien distintos. Por un lado, el centenario de la muerte de don Nicolás (una de las figuras que más me han influido en mi infancia almeriense) y, por otro, el reconocimiento (tacaño y tardío) con la Encomienda de Isabel la Católica a Juan Marichal (uno de los profesores que más me han influido en mi juventud y madurez).

He recibido de Cuernavaca esta foto de Juan Marichal con la flamante mellada de Isabel la Católica , acompañado por su hijo Carlos y su nuera Soledad. Con las fotos (que tanto agradezco a Carlos) me ha llegado también el discurso del embajador español, con motivo de la entrega de la condecoración a Marichal, el profesor más aplaudido por sus alumnos en toda la historia de la Universidad de Harvard.

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL EMBAJADOR DE ESPAÑA, D. CARMELO ANGULO BARTUREN, CON MOTIVO DE LA CONDECORACIÓN DE D. JUAN AUGUSTO L. MARICHAL.

• Saludos cordiales

• Es un enorme privilegio para mí entregar esta merecida condecoración. Nunca lo hubiera soñado. Juan Marichal es casi una leyenda para varias generaciones que, a través de sus investigaciones académicas y sus escritos, descubren la historia “encubierta y manipulada” por la dictadura franquista y el autoritarismo cultural.

• Nuestro homenaje más sentido al intelectual exiliado y comprometido, que se ve obligado a abandonar España y a pasar por París y Marruecos antes de recalar en México donde se licencia en Filosofía y Letras en la UNAM. Nuestro reconocimiento al historiador lúcido y al humanista, Premio Nacional de Historia, que a través de las aulas universitarias y una intensa actividad como conferencista nos acerca y descubre el ser de España, la entramada razón de nuestras decadencias y nos propone a través de figuras, como Feijoo, Azaña, Ortega y Unamuno, buscar e indagar en el regeneracionismo para descubrir y recuperar la “España creadora de civilización humanitaria”. Nuestra admiración al profesor universitario que a partir de la Universidad de Harvard y la Fundación Guggenheim, por tres décadas, promueve los estudios de las lenguas y las literaturas románicas formando e incentivando a centenares de jóvenes alumnos de todas las latitudes. Por fin, nuestro respeto total al convencido republicano que es capaz de criticar y denunciar los males del clericalismo español, las lacras del nacionalismo y el patriotismo exacerbado, y la debilidad de los intelectuales condicionados y sometidos a los intereses económicos.

• Condecorar a Juan Marichal es hacer frente a una deuda de gratitud de varias generaciones de españoles comprometidos con la democracia y que, a través de las obras completas de Manuel Azaña y de su biografía intelectual (introducción en realidad de sus memorias) que aparece en 1971 como “La vocación de Manuel Azaña”, gracias a la valentía intelectual de Pedro Altares y la editorial de “Cuadernos para el diálogo”, sacan del confinamiento la obra de este precursor del discurso democrático moderno, defensor de la moderación y el diálogo como método por excelencia de la política y que, como decía el Presidente Rodríguez Zapatero, en la presentación el año pasado de la edición ampliada de la obra completa auspiciada por Santos Julia, es el promotor de un proyecto reformista que reivindica “la reforma agraria, la expansión de la educación, la secularización del estado, una nueva estructura territorial del poder, la subordinación del ejército al poder civil y el desarrollo económico con fuerte intervención pública”.

• Gracias a Vd. Sr. Marichal, hemos descubierto este pensamiento lúcido y prodigioso que imaginó la España que hoy tenemos y necesitamos con cincuenta años de adelanto y que permitió ser una de las fuentes privilegiadas de pensamiento en las que se ha podido nutrir nuestra democracia contemporánea.

• Como dice en su libro citado, que recuerdo haber devorado en la Navidad del año 2003, “Azaña “sentía que en la condición humana predominaban los que él llamaba <>. El progreso civilizador consistía, según él, precisamente en<<domesticar>> dichos impulsos, educando a los seres humanos en la repugnancia hacia la violencia y la crueldad”.

• Estimado D.Juan, su obra es monumental y esclarecedora, es fruto de una profunda determinación y compromiso con la verdad y la libertad y sus estudios e interpretaciones se han convertido en materia de referencia obligada para cualquiera que pretenda acceder a nuestra historia contemporánea. Por su profundo amor a España, por este legado fenomenal que de Vd. heredamos y como reconocimiento del Gobierno español y de varias generaciones de estudiosos y políticos que se nutrieron de sus investigaciones, tengo el enorme gusto de hacerle entrega de esta Encomienda de Isabel la Católica cuya acreditación voy a leer a continuación………

• Imposición y agradecimiento a los presentes por este íntimo y emotivo encuentro

Cuernavaca, 24 de Agosto del 2008.

Carmelo Angulo Barturen

Embajador de España en México

He aquí una de las imagenes más recientes que guardo de Juan Marichal, en mi casa, con el juez Baltasar Garzón y conmigo, antes de partir de España con destino aMéxico, donde ahora vive rodeado de su familia.

Recuerdo, con esta foto, el brindis inolvidable que hizo el profesor Marichal , hace unos años, con motivo de la reciente detención entonces del dictador Pinochet, gracias a la decisión y el coraje que demostró el juez Garzón a la hora de defender los derechos humanos y de perseguir los crímenes contra la Humanidad.

Las sentidas palabras de Juan Marichal nos emocionaron a todos hasta ponernos los pelos de punta. Es uno de esos personajes que nos reconcilian con lo mejor de la condición humana.

Larga vida al profesor Marichal y ¡enhorabuena! por la condecoración recibida con tanto retraso.

—-

Y aquí va mi última foto (de la semana pasada) en la Puerta Purchena de Almería junto a la estatua de don Nicolás Salmerón y al profesor Andrés Sánchez Picón, un sabio en Historia Económica contemporánea que compartió pasillo conmigo en el Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Almería .

Goytisolo vuelve a la belleza/miseria de La Chanca (Almería)

Juan Goytisolo publica hoy en El País un buen artículo sobre un barrio de Almería que conozco muy bien desde que yo era niño, y que he frecuentado en las visitas que hago a mi tierra.

Comparto con él dilema que plantea entre «la fascinación estética y la indignación moral» aunque, en mi caso, pesa más la segunda que la primera. Describe muy bien el misterio de La Chanca: el contraste entre «la belleza del conjunto y el horror del detalle». Lo corto y pego a continuación para que puedan leerlo quienes no tengan la vista cansada o dispongan de una lupa.

La libertad de estar preso en alguien… (Cernuda).

Hoy no tengo periódicos. Estoy a orillas del Mediterráneo, relamiéndome aún por el buen sabor que me dejó ayer la boda de unos amigos.

Se casaron al atardecer, frente a la Isleta del Moro, en el Parque Natural de Cabo de Gata (Almería).

Varios compañeros hablamos de los novios, de las parejas, en general, del matrimonio y de ese «pálpito del universo» que es el amor.

El escenario era tan embriagador y la atmósfera, tan propicia a la ternura y a la nostalgia, que sufrí un ataque de cursilería y -no lo pude evitar- me dio por leer allí mismo un poema de amor (de Luis Cernuda) que tengo entre mis favoritos. Tuvo tal éxito que algunos de los presentes me pidieron una copia. Para ellos y para quienes no hayan tenido aún la dicha de descubrir este poema, lo copio y pego aquí mismo.

“Si el hombre pudiera decir lo que ama,

si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo

como una nube en la luz;

si como muros que se derrumban,

para saludar la verdad erguida en medio,

pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad del amor,

la verdad de sí mismo;

que no se llama gloria, fortuna o ambición,

sino amor o deseo,

yo sería aquel que imaginaba;

aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos

proclama ante los hombres la verdad ignorada,

la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien

cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;

alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,

por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,

y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu

como leños perdidos que el mar anega o levanta

libremente, con la libertad del amor,

la única libertad que me exalta,

la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:

Si no te conozco, no he vivido;

Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.”

FIN

Que les aproveche.

¡¡¡Y vivan los novios!!!

En Almería somos de 1ª. Viaje al pasado

He pasado el fin de semana en mi tierra (Almería), sin conexión a Internet ni a los diarios de pago. Ha sido un doble viaje al futuro y al pasado. El sábado 19 de mayo, miramos al futuro cuando el Almería ascendió a la Primera División de Fútbol, después de haber salido de ella hace 28 años. Fue una fiesta localista muy especial. Yo no soy futbolero (aunque siempre fui del Bilbao), pero mis paisanos me contagiaron su entusiasmo local y me puse a cantar el himno del ascenso (“Ya estamos aquí / somos de Primera / etc.”) como un descosido. Aún no he recuperado completamente mi voz.

Ese mismo día, miramos también al pasado al celebrar, con mis compañeros, el 50 Aniversario de nuestro ingreso en el Colegio La Salle de Almería.

Han sido dos fiestas, por distintas razones, emocionantes: una mezcla mágica de nostalgia y de esperanza. En esta foto se puede apreciar el ambiente de la medianoche en la Avenida García Lorca con el Puerto, cuando recibimos el autobús de los futbolistas. ¡Grandioso! (sobreto para el corazón; no tanto para el cerebro)

Esta es la foto que nos dieron de nuestro grupo de ingreso en 1957. Estoy en una de esas filas (con pelo y sin boina). Soy el segundo por la derecha de la tercera fila (empezando por abajo) y con chaqueta oscura. Estoy entre Guillermo Blanes y Dionisio Ravasa.

Y esta es la foto que nos hicieron 50 años más tarde, el 19 de mayo, en el patio del Colegio, después de la misa y antes del almuerzo.

Todos aportamos algunas anécdotas de la infancia y hubo risas y lágrimas. Faltaron más de veinte de los nuestros: muertos en accidente, por enfermedad o asesinados por ETA. Una representación de nuestra sociedad.

Uno de los que no pudo asistir, Manuel Jesús Solana (espero haber recordado bien su nombre) era mi compañero en esta obra de teatro. Ahí se le ve, en esta foto, sacada de mi sótano, con cara de santo. Yo estoy a su lado con las manos cruzadas, también en actitud piadosa, antes de pasar al escenario para interpretar la obra “Gólgota 1936”, en la que “unos rojos” mataban a unos frailes en la Guerra Civil. Escenas de la época.

Recuerdo que a mi padre (que fue teniente del Ejército leal a la II República) no le gustó nada esta obra.

Hace un montón de años que no veo a mi colega Solana. El sábado me dijeron que era general de División y un mandamás del Ministerio de Defensa. Impresiona ¿no? Pues ahí va un abrazo, mi general.

También encontré en el baúl de los recuerdos un boletín con mis notas de 3º (con 13 años). Entonces era un empollón, pero no tanto como Guillermo Blanes (presidente eterno del club de fútbol de Almería) que siempre sacaba el nº 1 de mi clase y ahora creo que es rico.

El recuerdo del Hermano Rufino me emocionó cuando visitamos su museo de Ciencias Naturales. Fue un gran maestro. No me resisto a copiar aquí (para no perderla otra vez) la nota necrológica que publiqué en La Voz de Almería cuando conocí su muerte en 1992.

Los organizadores de la fiesta del 50 Aniversario me pidieron unas líneas con anécdotas para la revista conmemorativa que han publicado. Copio y pego. Y advierto: su lectura no es obligatoria más que para mis colegas de clase.

Bodas de oro de la promoción del 57 del Colegio La Salle de Almería

Dicen que 50 años no es nada… ¿Cómo que no?

José A. Martínez Soler

Desde el día en que Rafa Mezquita me llamó para recordarme lo viejo y lo calvo que era, le he dado muchas vueltas al coco.

¿A quién se le ocurre celebrar el paso de los años, o sea, el envejecimiento, y despertar la nostalgia dormida o, peor aún, la melancolía que nos suele producir la creencia (naturalmente falsa) de que cualquier tiempo pasado fue mejor?

Pues eso mismo fue lo que hizo nuestro Mezquita (un nombre para no olvidar, en estos momentos de alianza de civilizaciones). También se sumó alborozado a esa idea mi compañero de pupitre Pepe Martínez-Cosentino Justo (otro apellido de éxito entre los de nuestro curso) y Federico Soria Bonilla (¡qué listo y rápido, al menos antes de hacer Derecho!) y José Luis Navarro Estevan (¿recordáis el día en que se enfadó y dijo ¡mierda! y nos quedamos todos de piedra?), Juanjo Romero (gran pintor) y otros colegas. Se fueron reuniendo religiosamente los viernes de Cuaresma en el Hotel Catedral, para organizar y cuidar todos los detalles de este encuentro sentimental en la tercera fase (fase, he dicho fase, no edad).

Rafa y Pepe me convencieron de las excelencias de la reunión y a ella me apunté, sin pensarlo dos veces. Al fin y al cabo, cumplir sesenta años o estar a punto de cumplirlos en el 2007, y con salud, siempre es mejor que su alternativa.

No imaginaba yo entonces las consecuencias emocionales y hasta físicas de tan precipitada decisión. Tuve que remover algunas cajas del sótano y desempaquetar toda mi infancia y juventud. Así me encontré con muchos y ricos trozos del proyecto de lo que hoy somos. Y descubrí, en el fondo de mi corazón, los rescoldos de una deuda impagable que tengo con muchos hermanos de La Salle que, generosamente, me transmitieron sus conocimientos, a veces a coscorrones pero siempre con afecto.

Empecé a recibir mensajes del comité organizador, reclamando datos o pistas para localizar a todos los miembros de nuestra promoción, esparcidos en la diáspora universitaria.

Como sabéis, tenemos entre nosotros nombres distinguidos de poetas, reyes, generales, etc., que no se olvidan: Quevedo, Felipe Segundo, Martínez Campos, Cervantes, etc. Y nos pusimos a rastrear sus huellas. Al principio, tenía su gracia. Pero, a veces, maldita la gracia.

Me topé, de golpe, en esa lista, con mis queridos Manuel Do Campo Schroeder, Juanma González y otros amigos de la infancia, que lucían una cruz funeraria junto a sus nombres, y que fueron muy importantes para mí, quizás la mejor parte de mí.

Ahí se me saltaron las primeras lágrimas. Algunos de ellos habían muerto en accidente, en la flor de su vida, otros fallecieron tras sufrir terribles enfermedades, uno fue asesinado por ETA y varios sobreviven afectados por el zarpazo cruel del terrorismo. A estas alturas, nuestra promoción, como no podía ser de otra forma, refleja –y de qué manera- la sociedad en que vivimos.

Luego vinieron –cómo no- las alegrías. Y muchas. Descubrí en la lista de clase a seres muy queridos que había perdido de vista, desde que emigré de Almería en busca de estudios, aventura, amores y/o fortuna.

Hice un juego: tapé los segundos apellidos con un folio… y los recité de memoria. Casi todos. Parece milagroso, pero la verdad es que el alemán ése, el médico que descubrió lo de la pérdida de la memoria… sí, hombre,… ¿cómo se llama?…Alzheimer. Pues eso, el tal Alzheimer no me ha dañado todavía los recuerdos grabados en la infancia. Dicen que son los últimos que se borran.

Imaginad, por ejemplo, que, en medio de una multitud, tomo un micrófono y me pongo a recitar a grito pelado:

“Capitán de los tercios de Flandes, señor capitán” o bien:

“¿Qué no lo conose?

¿que no ha estao usté allí?

Pué entonse no sabe

lo que es un jardín”

Entre los 6.000 millones de habitantes del planeta, únicamente los ciento y pico miembros supervivientes de la promoción del 57 del Colegio de La Salle de Almería pueden ligar estos versos con el nombre excelso del hermano Amado de María. Él fue quien fundó nuestra biblioteca y nos enseñó a amar la poesía, a cuidar nuestra lengua y a gozar con nuestra literatura. ¿Cómo olvidarle?

Hay muchas preguntas triviales cuyas respuestas nos unen sólo a nosotros, y nos unirán para siempre en el recuerdo de los afectos y de los sufrimientos, o sea, en el aprendizaje de la vida.

¿Quién –decidme- de todos los habitantes de la Tierra sabe dónde fue a parar la campana del patio de La Salle, donde entonábamos cada mañana el Cara al Sol, el “Pomporrutas imperiales”, ese de “Imposible el alemán” y otros himnos patrióticos tan de moda?

¿Quién, sin querer, me dio un navajazo en el culo en la clase del hermano Joaquín?

¿A qué área de investigación se dedicaba con fruición el maravilloso y chiflado hermano Rufino?

¿Acaso no fue para muchos de nosotros el cadáver frío del sabio hermano Mauricio (entrando al Colegio en la sala de la izquierda), el primero que vimos de cerca, y nos estremeció, en nuestra vida?

¿Alguien que no sea de nuestro curso habrá oído hablar en su vida del famosísimo detective Mantekón o del gran señor Sisebuto, “sube que sube que sube, trepa que trepa que trepa”?

¿Alguien que no sea uno de nosotros puede decirnos quien era entonces el fraile que mejor corría y jugaba al fútbol, al frontón o al baloncesto con sotana y todo?

¿Era alto o bajo el hermano Pelayo? ¿Era simpático o era gruñón?

¿Qué profesor de Filosofía gobernaba como nadie el órgano de la capilla y el coro?

¿Quién apuntaba ya para gran político socialista por sus matrículas de honor en Formación del Espíritu Nacional con don Antonio Manzano Lupión?

¿Quien era, desde muy joven, el calvo más incipiente y, a la vez, el mejor actor y escritor de nuestra promoción?

¿Qué monaguillos se bebían, antes de la confesión, el vino de misa de don Manuel, el paciente y despistado capellán del Colegio?

Hay tantos recuerdos que nos unen… Y sólo a nosotros, oiga. Pero no hay espacio para describirlos. El comité organizador me ha dicho muy claramente que no escriba más de un par de folios sobre la celebración de nuestras bodas de oro:

“Jose, que te conocemos, no te enrolles. Sólo dos folios”.

Bueno, pues ahí están los dos folios (con letra pequeña, eso sí), con todo mi cariño y con muchas ganas de daros un abrazo a cada uno de vosotros. Y al comité organizador, por supuesto, las gracias, un aplauso y un puñado de regaliz. Se lo merecen.

FIN

Mañana volveré a leer los diarios de pago.

Por la libertad: Una de las páginas más bellas de la Historia

El País publica hoy este artículo-homenaje a las Brigadas Internacionales que lucharon por la libertad y contra el fascismo en España. Como creo que es de pago, y estoy suscrito, lo copio y lo pego ahora mismo, con permiso de Juan Luis Cebrián.

Escrito en España

RÉMI SKOUTELSKY

Setenta años después del estallido de la guerra civil, un puñado de supervivientes de las Brigadas Internacionales llegados de todo el mundo participan estos días en ceremonias de homenaje en varias ciudades españolas. Desde su creación, las Brigadas tuvieron una dimensión mítica, ya fuera positiva o negativa. Sus combatientes no eran los primeros que cruzaban la frontera de los Pirineos ni los primeros en llegar a Barcelona o a Alicante. Refugiados políticos, en su mayoría italianos y alemanes, habían participado en la resistencia al golpe. Durante todo el verano de 1936, se incorporaron otros militantes, formando centurias que se integraron en las columnas anarquistas, en las del POUM o en las del 5º Regimiento comunista.

Los partidos políticos en el exilio animaban a sus miembros a que se incorporaran. Cuando la URSS tomó la decisión, sólo a finales de agosto, de ayudar a la República, no se planteó enviar tantos contingentes como Hitler o Mussolini. Habrá cerca de 2.000 soldados soviéticos durante toda la guerra: 40 veces más en el otro bando, sin contar con los Regulares marroquíes. Puesto que en el mundo entero miles de voluntarios estaban dispuestos a ir a España, más valía contar con ellos: así nacieron las Brigadas Internacionales. La Internacional comunista, el Komintern, encauzó, organizó y también reclutó cerca de 35.000 combatientes, todos voluntarios que no pedían retribución. Este movimiento es único en la historia por su dimensión.

Se ha considerado a las Brigadas Internacionales como un grupo de intelectuales, artistas y poetas. Quizá para algunos la realidad es demasiado vulgar. Se trataba de un ejército de obreros: el metalúrgico parisiense salido de la huelga general de mayo-junio, el minero galés curtido en las marchas contra el hambre, el sindicalista negro de Estados Unidos, el obrero italiano refugiado en Bélgica, el sastre judío de Whitechapel acostumbrado a meterse en peleas con los marineros del fascista Mosley, el parado de Montreal…

Estos hombres fueron masacrados en Madrid, en la ciudad universitaria, en el Jarama, en la espantada de Aragón y cuando cruzaron el Ebro. Uno de cada cuatro descansa bajo el suelo español y la mitad de los que volvieron quedaron marcados de por vida.

Se oponían a los ejércitos profesionales de Franco con su bravura, de la que no tenían el monopolio, y también con la fuerte convicción de que el destino de la humanidad dependía en aquel momento de su capacidad de resistencia. El fascismo les parecía una amenaza que se combatía a escala internacional: la mundialización no es de hoy. Para los veteranos italianos que habían luchado contra las camisas negras de Mussolini, se trataba de trasladar el frente de lugar. Para los judíos de la Europa Central, expulsados de Francia y luego de Bélgica, para los exiliados alemanes condenados a vivir de la caridad de los comités, España representaba también la oportunidad de poner fin a un sinfín de humillaciones. Para los franceses, que eran mayoría, o los ingleses, el compromiso era la respuesta directa a la no intervención de sus gobiernos democráticos. Muchos también veían la oportunidad de participar en la revolución española.

En febrero de 1939, cerca de 5.000 voluntarios cruzan la frontera francesa mezclados entre las columnas republicanas. Eran ciudadanos huidos de potencias fascistas que, al no poder regresar a sus países, se quedaron combatiendo tras la retirada oficial de las Brigadas Internacionales, cinco meses antes. Saben que al otro lado les esperan los campos de internamiento. Marty les dedica su último discurso retomando las palabras de la Pasionaria: «¡Habéis entrado en la historia!». Pero un muchacho de Varsovia le espeta: «Muy bien, pero ahora, ¿cómo salimos?».

Jefes de la resistencia nacional o que inmigraron a Francia, aunque también a Italia y a Yugoslavia, comandos de los ejércitos americanos, pilotos de la RAF, serán otra vez diezmados. La guerra fría les sorprenderá de nuevo: en Estados Unidos, ¿cuántos lograrán escapar de las garras del FBI? Idéntica a sí misma, Suiza los llevó ante los tribunales cuando volvieron. Pero lo peor ocurre en el Este. Son ex brigadistas muchos de los condenados por la caza de brujas estalinista, con las autoinculpaciones seguidas de ejecuciones inmediatas, que manchan de sangre a principios de los cincuenta las flamantes «democracias populares». No es una casualidad.

La recuperación de la democracia en la península y el hundimiento de la dictadura soviética tienen también consecuencias para los veteranos. En España, les conceden la nacionalidad a título honorífico a finales de los años noventa. En Francia, tras años de amnesia, incluso del Partido Comunista, les reconocen la condición de excombatientes.

Como creación del Komintern, totalmente sometidos a su control, los brigadistas no podían ser definidos en cambio como «su ejército». Es cierto que los códigos del universo comunista de entonces estaban en vigor, como «la espionitis», agravada en España por las derrotas militares. Sin embargo, esta atmósfera era propia de todo el ejército republicano, y los «500 fusilados» de Marty, a los que todavía se aferran algunos autores, son una falsedad inventada por los franquistas, como ya se ha demostrado ampliamente. Los mitos tienen una vida prolongada.

¿Habría incluido un ejército del Komintern a centenares de socialistas y republicanos italianos, a un 50% de franceses que, tal vez, no pertenecían al Partido Comunista o a los miles de voluntarios -la mayoría antimilitaristas convencidos- que no sabían utilizar un fusil cuando llegaron a España?

Las Brigadas Internacionales fueron aún menos «el brazo armado del NKVD» (el antiguo KGB): quedaron al margen de las luchas fratricidas de la República, en concreto las de los días de mayo de 1937 en Barcelona.

¿Puede calificarse en cambio a los brigadistas como «voluntarios de la libertad»? Muchos no hubieran retomado la frase insuperable de Rosa Luxemburgo según la cual la libertad de pensamiento es la libertad de quien no piensa como uno mismo. No hay que negar tampoco que fueron los primeros en implicarse en el combate que liberaría a Europa del fascismo y del nazismo, para convertirla en el lugar de la democracia y la libertad que es hoy. Su gesta constituye una de las páginas más bellas de la historia del siglo XX. Y se escribió en España.

Rémi Skoutelsky es historiador francés. Su última obra es Novedad en el frente. Las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil (2006). Traducción de Martí Sampons.

Y este es uno de los poemas más duros que jamás he leído contra las matanzas de civiles por el fascismo en la Guerra Civil española. Este poema de Pablo Neruda sobre el bombardeo naval nazi de la ciudad de Almería -que mi padre intentó defender con un sable que le dieron en el cuartel- es para mi equivalente al Guernica de Picasso en pintura.

En la historia de las guerras de la humanidad hay un antes y un después de los bombardeos contra la población civil de Guernica (desde el aire) y de Almería (desde el mar).

Ahora estamos tristemente acostumbrados a esta barbarie. Sin embargo, durante la Guerra Civil española, Guernica y Almería fueron una terrible novedad mundial, un ensayo cruel de la aviación y la armada de Hitler al servicio de Franco.

Y transtornó a muchas personas, entre ellas a los dos grandes Pablos (Picasso y Neruda). Picasso vomitó su rabia sobre el lienzo y Neruda sobre el folio. También transtornó al tercer gran Pablo del siglo pasado, Pablo Casals, (me lo dijo él mismo), que convirtió su rabia en un bellísimo Himno a la Paz.

Copio y pego aquí el poema de Almería de Pablo Neruda -como un pequeño homenaje a los brigadistas y a la memoria de mi padre. Acabo de encontrarlo entre mis papeles viejos y no quiero volver a perderlo. Dice así:

Almería

Poema de Pablo Neruda

Un plato para el obispo, un plato triturado y amargo,

un plato con restos de hierro, con cenizas, con lágrimas,

un plato sumergido, con sollozos y paredes caídas,

un plato para el obispo, un plato de sangre de Almería.

Un plato para el banquero, un plato con mejillas

de niños del Sur feliz, un plato

con detonaciones, con aguas locas y ruinas y espanto,

un plato con ejes partidos y cabezas pisadas,

un plato negro, un plato de sangre de Almería.

Cada mañana, cada mañana turbia de vuestra vida

lo tendréis humeante y ardiente en vuestra mesa:

lo apartaréis un poco con vuestras suaves manos

para no verlo, para no digerirlo tantas veces:

lo apartaréis un poco entre el pan y las uvas,

a este plato de sangre silenciosa

que estará allí cada mañana, cada

mañana.

Un plato para el Coronel y la esposa del Coronel,

en una fiesta de la guarnición, en cada fiesta, sobre los juramentos y los escupos, con la luz de vino de la madrugada

para que lo veáis temblando y frío sobre el mundo.

Sí, un plato para todos vosotros, ricos de aquí y de allá,

embajadores, ministros, comensales atroces,

señoras de confortable té y asiento:

un plato destrozado, desbordado, sucio de sangre pobre,

para cada mañana, para cada semana, para siempre jamás,

un plato de sangre de Almería, ante vosotros, siempre.

FIN

—-

«Almería quien te viera…»
Me gustan las vacaciones.

Sigo de vacaciones. Por tanto, no esperen nada especial. Llevo una semana sin periódicos nacionales ¡y sin Internet! y he sobrevivido de maravilla. Todo un record. Sólo alcanzo a leer La Voz de Almería, que tiene la buena costumbre de entrevistar a mucha gente de postín que ha elegido mi tierra como lugar de vacaciones.

En mi caso, no tiene mérito porque soy de aquí. Nací en la capital, entre la Plaza Toros y el Quemadero, y pasé buena parte de mi infancia y adolescencia en La Venta de la Rumina, mi casa de Mojacar.

Ayer pasé por el solar donde estaba mi casa. Es el único trozo de tierra sin ladrillos, a la orilla de la carretera entre Garrucha y Mojacar, muy cerca de las charcas de la desembocadura del Río Aguas. Recogí una piedra del suelo y hoy la acaricio sobre mi mesa. La tengo de pisapapeles.

Los muros de mi casa eran de piedras de la playa cogidas con barro arcilloso y paja, con algún que otro cacho de madera con clavos y cuerdas de esparto y algo de adobe. El techo -lo recuerdo muy bien- era de cañas sobre jácenas en bruto, desconocidas para el cepillo o la azuela, con cubierta de yeso y una capa de tierra morada, que aquí llamamos «tierra launa» o «tierra laguna» (nunca lo entendí muy bien), y que es impermeable al agua. Claro que para lo que llovía…

Mi casa era la única que había junto al camino de herradura, frente al mar, entre la desembocadura del Rio Aguas y otra casa vieja, a un par de kilómetros, que -no se por qué- llamaban la Venta de los Vagos. Ahora, en cambio, todo está lleno de casas nuevas y el hogar donde yo pasé los mejores ratos de mi infancia y adolescencia ha quedado reducido a ruinas. Ni siquiera ruinas. Es un solar vacío. Mi noria (unos decían que era de origen árabe y otros, romano) ha desaparecido entre los jardines y chalet de los veraneantes. Ya no hay balsa ni bancales ni cochineras.

Ahí ya no hay nada de lo que fue. Y, sin embargo, cada año, cuando voy camino de Mojacar, procuro pararme en el lugar exacto donde estuvo La Rumina y disfruto pisando este solar tan lleno de hermosos recuerdos. Es como un pequeño homenaje a mi padre, que soñó con convertir el secano en regadío. Y lo consiguió. Pero, más tarde, se arruinó y tuvo que vender La Rumina para pagar las deudas del pozo.

El viernes 25, volveré a pasar por allí. El alcalde, Gabriel Flores, me ha pedido que esa noche de el Pregón de las Fiestas de Mojacar. He dado docenas de pregones –sobretodo cuando salía en la tele- pero éste va a ser el más difícil de todos, porque en esta tierra –a donde vengo a cargar las pilas- me salen raíces que me atan al suelo; sus olores, colores y sonidos todavía me embaucan y cautivan como cuando era niño.

He rebuscado algunas fotos viejas. Aquí tengo una luciendo los peces que habíamos cogido en la playa de La Rumina, con el arpón que había traido de Francia mi primo Juan Antonio Bretones. De todos los peces que hay en esta foto -ahora puedo decir la verdad- yo sólo pesqué uno (y de los pequeños).

En la otra foto -que tengo en el Museo Virtual de 20minutos.es– voy en mi burro (que llamabamos Antonio Molina, porque no paraba de cantar) por la vereda que va de La Rumina a Mojacar. Iba dos veces por semana: a por agua y a comprar comida en el Molino.

Mañana trataré de escribir algo sobre estos recuerdos mojaqueros y sobre las maravillas y el embrujo de Mojacar en fiestas.

Ahora les voy a pegar aquí la entrevista que me ha hecho Marta Rubí, una colega del diario La Voz de Almería, donde me tratan como “gloria local” cada vez que vengo a la Feria.

Me gusta mucho la foto que me ha hecho Fran Leonardo a bordo de una faluya andalusí. El fuerte viento de Poniente (aquí decimos la “ponientá”) me ha soltado el pelo y no parezco tan calvo como soy.

No es obligatoria la lectura de la entrevista, pero quiero lucir la foto. Por favor, miren que mata de pelo… Por cierto,-no me van a creer- les aseguro que el que aparezca “veinte minutos” en el titular no es cosa mía. Me salió en la conversación sin pensar para nada en hacer publicidad al primer diario de España. En serio.

De tanto leer y analizar El Mundo, se me van pegando cosas de Pedro Jota. A esto se le puede llamar autobombo.

Lo demás es tontería.

Felices vacaciones

Y saludos desde Almería.