Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Otro revolcón a los conspiranoicos. Y Pedro Jota sin dimitir…

De vuelta a la normalidad laboral -después de la doble fiesta en una Almería de Primera División- me doy de bruces, otra vez, con la no participación de ETA en la matanza de Atocha ,según declaran los peritos el juicio del 11-M. ¡Qué aburrimiento! ¿No hay algún siquiatra disponible para los líderes de la AVT?

El País lo dice muy claro en su portada:

La obsesión de la AVT por meter a ETA en el 11-M se estrella otra vez con los hechos

Pese a la insistencia del trío Pinocho (Aznar-Acebes-Zaplana), la teoría conspirativa que trataba de relacionar miserablemente a ETA con el 11-M , para salvar cara de los mentirosos del Gobierno anterior, ha quedado de nuevo desacreditada en el juicio. Sin embargo, si uno lee El Mundo las cosas no están aún tan claras como muestra El País. Aquí están los titulares:

Indios y sociólogos

FERNANDO SAVATER en El País

22/05/2007

No sé si a ustedes les pasará igual: si a mí me tomasen por tonto Habermas o Vargas Llosa, por ejemplo, lo aceptaría con resignación puesto que a su lado probablemente lo soy; pero que me consideren idiota Conde Pumpido o López Garrido, por no hablar de Pepe Blanco… vaya, es algo que le humilla a uno. Y mi impresión general es que este Gobierno ha decidido que lo mejor es tratar a la clientela levantisca como si no tuviese demasiadas luces -«¡pero qué sabrá usted!»- incluso cuando se les está intentando dar en vez de liebre ya no gato, sino rata disecada.

El truco empleado es elemental aunque repetido con renovado énfasis: consiste en decir que en modo alguno se va a hacer o a consentir algo y luego hacerlo o consentirlo pero llamándolo de otro modo. Por tanto, el Gobierno nunca pactará con ETA un precio político del final de la violencia, pero ofrece una mesa política en cuanto acabe la violencia o si se suspende un rato suficientemente largo; no excarcelará a De Juana Chaos, pero se complacerá en verlo paseando fuera de la cárcel, que no es lo mismo; no absolverá de apología del terrorismo a Otegi, aunque no se extrañará de que no se le condene; no permitirá a Batasuna presentarse a las elecciones, pero autorizará decenas de listas de ANV que son «pacíficas y legales» aunque funcionen a todos los efectos como si fueran de Batasuna y por tanto parezcan de Batasuna, qué desconfiada es la gente; y por supuesto no se han reunido últimamente con los delegados etarras con fines de mercadeo, digan estos lo que digan, aunque de vez en cuando se les acerquen a buscar información, que no todo lo resuelve Google. Siguiendo así, el día que ETA pegue un tiro a alguien no se tratará de un asesinato propiamente dicho, sino todo lo más de otro afortunado que pasa a mejor vida…

Lo de las listas de ANV, sobre todo, está convirtiéndose en un auténtico máster de cómo tomar el pelo desde el Gobierno a la resignada grey de los gobernados. A cada telediario apretamos el cinturón de los embelecos un punto más. No sólo hay que creer que Batasuna no se presenta ni poco ni mucho a las elecciones gracias a la firme diligencia gubernamental, no sólo la parte autorizada de ANV nada tiene que ver con ETA pese a los apoyos que recibe de y brinda a los proetarras, sino que según el Fiscal General hasta se ha ido demasiado lejos en el celo prohibitivo. ¡Y aún hay quien pretende encerrar a la sufrida gente abertzale en un Guantánamo electoral! Es lo que viene a explicarnos a los duros de entendederas Javier Pérez Royo en Liquidación electoral de una minoría (EL PAÍS, 19 de mayo de 2007). Con la misma elocuente vehemencia con que otrora justificó a quienes iban a las puertas de la cárcel de Guadalajara para hacer la ola a los condenados del GAL, hoy denuncia que se está intentando ante nuestros ojos nada menos que la liquidación electoral de 150.000 o 200.000 ciudadanos españoles del País Vasco a los que se priva en la práctica del derecho de sufragio. Y así será, si se les impide votar de la manera que cada uno de ellos considere individualmente apropiada y se vean obligados a ejercerlo de la manera que los demás le imponen. A esos perseguidos solamente se les deja la opción de apoyar las candidaturas de los partidos que no les gustan o de abstenerse, es decir que se les condena al limbo electoral. ¡Menudo atropello! Por lo visto, no basta que haya candidaturas nacionalistas, nacionalistas radicales o francamente independentistas. Si el público lo demanda, es imprescindible que se autoricen también otras que no se desliguen de la violencia terrorista, que apoyen la estrategia de ETA y que recauden para ella financiamiento y audiencia política, abierta o encubiertamente. El derecho fundamental de elegir debe primar sobre la condición democrática o no de lo elegido, sea lo que sea. …Pues fíjense, yo no me lo creo. Puede que el derecho, sea constitucional o de otro tipo, no siempre coincida punto por punto con el sentido común del lego pero tampoco es una pieza absurda como las del teatro de Ionesco.

Y hay argumentaciones jurídicas que corroboran en este caso el escepticismo ante los razonamientos de Pérez Royo: remito al lector a la obra de otro catedrático de derecho, Carlos Fernández de Casadevante, La nación sin ciudadanos (ed. Dilex) cap. VIII, titulado «Ni todas las ideas, ni todos los proyectos políticos».

Pero si por un momento acepto el planteamiento de Pérez Royo, entonces yo también temo formar parte de la minoría electoral liquidada. Porque yo tampoco tengo un partido a mi gusto al que votar. Yo quisiera votar a un partido socialista con una firme posición de rechazo tanto ante el terrorismo de ETA como ante sus pretensiones políticas, un partido socialista que se atuviese al espíritu y la letra del Pacto Antiterrorista tal como fue redactado en su día, un partido socialista que buscara en este punto político fundamental el apoyo del resto de los constitucionalistas y que no debilitara el diseño unitario del Estado de Derecho para conseguir apoyos de los nacionalistas periféricos que no creen en él por mucho que tales concesiones garantizasen su hegemonía en el Congreso. Y como tal partido socialista de mi ideal no existe y por otra parte no puedo inclinarme por una derecha empeñada en el terreno educativo en preferir feligreses obedientes a ciudadanos conscientes, me veo obligado al limbo del voto en blanco. ¡Ay, que zapatética situación la mía! ¡Arnaldo, Pernando, cómo os comprendo y compadezco!

En una de las historietas del genial Fontanarrosa, el gaucho don Inodoro Pereyra se enfrenta a los indios que llegan en destructivo malón. «¿Qué pretendéis?», les pregunta y el jefe responde: «Vamos a arrasar vuestros campos, quemar vuestras casas y violar a vuestras mujeres». «Pero… ¡eso es una barbaridad!», comenta don Inodoro y el otro responde: «Ah, no lo sé, yo soy indio, no sociólogo». En el País Vasco, los indios del malón abertzale siguen manteniendo sus pretensiones tradicionales, pero ahora renovadas y reforzadas: intimidar a los oponentes políticos, extorsionar a la población social y económicamente, convertir su ideario de máximos en un trágala obligatorio para todos del que sólo están dispuestos como mucho a negociar los plazos de cumplimiento. Ya lo están demostrando en la campaña electoral en el País Vasco y hasta el ministro de Justicia lo ha experimentado en carne propia (como no hay mal que por bien no venga, al menos tras los incidentes de Sestao seguro que Fernández Bermejo no necesitó recurrir ese día a ningún laxante). Y después de las elecciones, podemos prepararnos para lo peor. Pero claro, los indios no tienen por qué ser sociólogos. Ese papel lo cumplen otros, que nos explican sus intenciones fundamentalmente pacíficas, su deseo de renunciar a la violencia aún no del todo maduro, las posibilidades futuras de entenderse con ellos porque entre gente de izquierda todo acaba arreglándose, sus derechos vulnerados por la inicua Ley de Partidos y los intolerables caprichos de la derecha montaraz que se empeña en hablar de terrorismo para que la gente no se pasme como es debido ante los logros económicos y sociales del Gobierno. Nunca les habían faltado a nuestros indios proetarras voces sociológicas de elucidación y encomio, pero nunca antes las habían tenido tan abundantes y situadas a tan alto nivel en el ordenamiento estatal.

Ya sé que estas elecciones municipales no son ni debieran ser unas primarias, pero me temo que en gran medida van a funcionar como tales. Porque algunos estamos preocupados sin duda por la corrupción urbanística y temas afines, pero por mero instinto de conservación sentimos otras cuestiones como prioritarias. Y no podemos dejar pasar esta oportunidad de mostrar con la ocasión de voto que se nos ofrece nuestro rechazo ante la explicación sociológica y la ambigüedad gubernamental que refuerza en lugar de impedir el peligro que corren nuestras cabelleras.

Fernando Savater es catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.

Conthe para no dormir. Vanitas, vanitatis…

El folletín de Conthe en las portadas de hoy me ha dejado con la boca abierta. De verdad, me encantaría dar doctrina sobre este asunto tan estrafalario e indecente, se mire por donde se mire.

Tengo la impresión de que Conthe se sintió británico por un día y ahora resulta que es más carpetovetónico que José María Aznar. ¿Habrá bebido?

Como la historia tiene cierta enjundia -y me tengo que ir a una cena ya mismo- dejaré mis comentaris para más tarde. Ahora sólo copio y pego las noticias y columnas del día que me han interesado. (Recomiendo especialmente la de mi maestro Manuel Saco, que está casi al final.

Y espero comentarios sobre «el Conthe de nunca acabar«.

Hasta luego.

JAMS

Al Qaeda, en El País y -cómo no- ETA, en El Mundo
El ex-comisario de Vallecas, citado por la AVT en el juicio del 11-M

El Mundo manda en primera con ETA y El País manda con Al Qaeda. ¿Cuantas veces habré hecho mención a esta misma sospechosa circunstancia en los casi dos años que llevo comparando estas portadas en el blog? Por raro y mezquino que parezca, después de todo lo que hemos visto y oido en el juicio del 11-M, algunas gentes del PP (cada vez menos), de su filial extremista, la AVT y de algunos medios (El Mundo y la COPE) siguen erre que erre o, como diría Peridis, «raca raca raca» sembrando dudas maliciosas sobre la participación de ETA en la matanza terrorista de Atocha.

A estas alturas, no se si atribuir dicha actitud a enfermedad mental, a pura maldad, a hipocresía o a descomunal sinvergonzonería.

El País dedica hoy un editorial muy oportuno («Queremos saber«) a este sucio asunto de la teoría conspirativa que, durante tres años agotadores, ha tratado de situar sin éxito a ETA en el atentado terrorista de 11-M con el fin de salvar la cara al mentiroso Aznar y, de paso, recuperar el poder por vía espuria.

La cada vez más derechista Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) de Alcaraz sigue rizando el rizo en sus campañas contra el Gobierno y a favor del PP. Está en su derecho -faltaría más- pero yo también estoy en el mío cuando veo en manos de quién han caído y digo: ¡pobres víctimas, doblemente víctimas!

A estas alturas del juicio del 11-M, la AVT de Alcaraz ha citado a declarar como testigo a Rodolfo Ruiz, comisario de Vallecas cuando apareció la mochila que no llegó a estallar y sirvió de base para localizar a los presuntos autores de la matanza de Atocha.

Como sabemos, el PP y el juez Hidalgo -ex compañero del comisario Ruiz– han tratado por todos los medios de condenar a este policía (la sentencia está recurrida en el Supremo) por el estrafalario «caso Bono», , acusándole de falsificar un documento sobre la presunta detención ilegal de dos manifestantes del PP que intentaron agredir al ministro Bono en una manifestación.

Lo que el PP y sus compinches de la teoría de la conspiración querían conseguir con la persecución de este comisario de policía, a mi juicio ejemplar, era poner en duda su actuación con respecto a la mochila de Vallecas a través del «caso Bono«.

Así podrían decir, como intentarán hacer el próximo jueves en el juicio del 11-M, que «si ha falsificado una vez lo habrá podido hacer también otras veces». O sea, «quien hace un cesto, hace un ciento».

Hasta aquí querían llegar el PP, el juez Hidalgo y la AVT de Alcaraz. El jueves próximo lo veremos.

¡Qué vergüenza!

El centenario nacional de Machado y Soria

MANUEL NÚÑEZ ENCABO en El País

30/04/2007

La magna obra de Antonio Machado se fue elaborando en su itinerario por las siete ciudades españolas donde habitó el poeta a lo largo de una vida que comenzó en Sevilla en el entorno de una familia progresista que formaba parte de la mejor ilustración española enraizada en el krausismo y la Institución Libre de Enseñanza y que se truncó en el exilio y muerte en Collioure a causa de la barbarie franquista. En este itinerario vital machadiano, Soria ocupa el lugar central de su vida y de su obra, porque su influjo fue decisivo en el hombre, el pensador y el poeta universal. Su llegada a Soria en la primavera de 1907 para tomar posesión de su cátedra de francés en el Instituto de Enseñanza Media, fue un encuentro mágico de cinco años hasta 1912 entre una ciudad y un poeta que marcaron el resto de su obra. En Soria encontró Machado los elementos fundamentales que le convirtieron en un poeta universal. En primer lugar, el amor de Leonor del que surgieron versos del máximo esplendor vital que se transformaron en elegía profunda a causa de la temprana muerte de su joven esposa: «Mi corazón está donde ha nacido, no a la vida, al amor, cerca del Duero». En Soria encontró también otros componentes fundamentales. Por una parte un estilo esencial soriano hecho de la serenidad, profundidad, claridad y sencillez que van a caracterizar su poesía y su pensamiento. Otro componente fundamental en la obra machadiana que se encuentra en Soria es la visión y la mirada del otro, de los otros, de las personas, más allá del yo de Soledades. En Soria, el poeta dio el paso de la poesía intimista de Soledades a la poesía exteriorizada de Campos de Castilla. Es un cambio que comienza a través de la percepción del paisaje. Antonio Machado es el primer paisajista lírico de Castilla, donde la profundidad del páramo soriano, a la vez que la grandiosidad de su cielo claro y diáfano, prestan al poeta una singular precisión, dotándole de una increíble concisión dramatizadora de la realidad. En sus versos se plasma, según Oreste Macrí, «toda una ética humana que se refleja en el relato de La tierra de Alvargonzález». El reconocimiento unánime del valor poético de Campos de Castilla fue además decisivo para salvar su vida como él mismo reconoce: «Cuando perdí a mi mujer, el éxito del libro me salvó. Pensé pegarme un tiro y no por vanidad, bien lo sabe Dios, sino porque pensé que si hubiera en mí aún algo útil no tenía derecho a aniquilarlo». En Soria encontró también al otro como persona desde la dignidad de la propia persona. Precisamente fue en Soria donde comprobó que esta «maestra de castellanía» nos invita a ser lo que somos, y nada más. ¿No es esto bastante?… Hay un breve aforismo castellano -yo lo oí en Soria por primera vez- que dice así: «Nadie es más que nadie». En Soria formuló el poeta y el pensador una concepción humanista de la patria que será base posteriormente de la concepción de la dignidad humana del pueblo, que nadie en la literatura elevó a más alto nivel. La dignidad de la persona, la dignidad del pueblo es la base de su ideología progresista. Precisamente, y esto no se ha señalado en el estudio de su obra, es en Soria donde Machado se reconoce ya como poeta y pensador con esa ideología. Una ideología que más tarde iba a explicitar con el compromiso heroico de sus hechos: «Más de una vez he dicho, y nunca me cansaré de repetirlo, que mi ideario político se ha limitado siempre a aceptar como legítimo solamente el Gobierno que representa la voluntad del pueblo, libremente expresada. Por eso estuve siempre al lado de la República española». El Machado camino del exilio hacia la muerte junto con su pueblo, miles de españoles expulsados y exterminados por defender la democracia, es el mejor ejemplo de que es posible la unión al mismo tiempo de la estética sublime de su poesía universal con la ética heroica de la dignidad humana.

Machado es ya un clásico con el reconocimiento de su poesía universal y de su pensamiento más allá de modas y modos literarios. Así lo ha testimoniado recientemente en Collioure ante su tumba la presencia de poetas y escritores actuales y tan importantes como Ángel González, Luis García Montero, Almudena Grandes y el cantante Joaquín Sabina, quienes nos emocionaron leyendo diversos poemas machadianos. Así lo ha declarado oficialmente la Unesco con motivo del 50º aniversario de la muerte del poeta en 1989, «recordando el valor universal de su obra, conscientes de que la obra literaria de Antonio Machado continúa siendo hoy una fuente de inspiración para las nuevas generaciones».

Conocer y recordar la decisiva etapa soriana del poeta es imprescindible para comprender las señas de identidad de Antonio Machado como poeta universal, la filosofía de su pensamiento y su propia ideología. El Gobierno ha acertado constituyendo recientemente una Comisión Nacional del Centenario soriano presidida por la vicepresidenta primera del Gobierno para conmemorar un aniversario de dimensión nacional e internacional que Machado y Soria merecen.

Como escribió en Soria el propio poeta: «No tiene una sociedad valores más altos que sus hombres preclaros». Machado es el hombre y el poeta preclaro que cualquier país de nuestro entorno europeo convertiría en el símbolo de su mejor historia.

Manuel Núñez Encabo, catedrático, es presidente de la Fundación Antonio Machado.

¿Quién hace mejor el juego a ETA?

Elogio de Savater

JAVIER OTAOLA en El País

03/04/2007

«El filósofo Fernando Savater, espiado por el supuesto jefe del comando Donosti»: la lectura de esta noticia me ha sobrecogido -una vez más-, y me ha evocado la estirpe y la dignidad volteriana de nuestro filósofo donostiarra y su coraje civil, que todos podemos y debemos reconocer más allá de nuestros acuerdos o desacuerdos.

El ejemplo y las palabras de Voltaire -también en Euskal Herria- resuenan cargadas de razón a través de los siglos para advertirnos contra lo que él llamaba la «peste de las almas»; esa enfermedad moral en virtud de la cual quien la contrae pierde la noción de la realidad y no sólo eso sino que se siente tocado por la gracia del Destino -está tocado- y en virtud de esa gracia queda persuadido de que sus acciones quedan por encima de las leyes humanas, las leyes que se aprueban en los Parlamentos nada valen para el fanático, para él las «verdaderas leyes» son las «voces» que le hablan desde la sombra, la fatwa que se acuerda por comandantes sin rostro, la consigna que se impone por jerarquías encapuchadas. Así resulta que el fanático no comete asesinatos sino que realiza «intervenciones», no deja huérfanos y viudas: provoca efectos «contextuales», no extorsiona, no roba, no intimida, sino que recauda, no da palizas, no bravuconea, no amenaza, ni injuria: lucha. Su conducta no es criminal sino «combativa». No quema ni incendia bienes públicos: se enfrenta al Capital. No pretende imponer su voluntad minoritaria, pero terca, a sus conciudadanos, son sus conciudadanos los que por su propia ceguera no quieren escuchar al Pueblo que habla por su boca, a través de una minoría iluminada: a pesar de lo que diga la aritmética, porque el Pueblo (Volksgemeinschaft) no es la gente, concreta, de carne y hueso, sino una realidad virtual y abstracta intangible que sólo existe en la cabeza del fanático. Los que contradicen o critican a los imanes o profetas del Pueblo, no sólo contradicen o critican, no debaten o deliberan, sino que están «atacando» al Pueblo. La libertad de expresión es sólo para asentir a lo que dicen los fanáticos, la libertad para el fanático es sumisión, lo otro es libertinaje, desviacionismo, traición. Como dicen Horkheimer y Adorno refiriéndose al fanático: «El hecho de que otro tome la palabra le parece ya como una interrupción desvergonzada». Los Derechos Humanos son los derechos de «los nuestros», «los otros» no son humanos, son sólo perros. Los que no están con nosotros están contra nosotros.

Si los jueces condenan a los fanáticos entonces resulta que «reprimen», si las víctimas se rebelan, es que son «verdugos». El fanático puede propinar una paliza a alguien y luego es él el que se pone la venda: el matón es la víctima.

Los síntomas son graves.

Ya nos lo advirtió Voltaire: «Una vez que el fanatismo se ha apoderado de un cerebro, la enfermedad es casi incurable». Hay pues pocas esperanzas de recuperación. Cuando el fanatismo erradica los sentimientos normales de piedad y humanidad, del corazón de un hombre o de una mujer es difícil que ese corazón pueda volver a sentir de nuevo, le queda justo la capacidad para sentir afecto por sus propias crías, en eso no es peor que los tigres.

El fanático no puede vivir ya sin el delirio y la rabia de su fanatismo porque esos sentimientos han ocupado toda su capacidad de sentir, de modo que si se viera privado de ellos quedaría como privado de su víscera cordial, como «lobotomizado» de una parte esencial de su propia personalidad: sin estrategias vitales propias, sin proyectos personales, sin autoestima, ya que todo ha sido devorado por su pasión fanática.

Siendo todo este cuadro gravísimo, lo es más aún por otra circunstancia de la que nos advertía también el maestro de Cirey: «De ordinario son los bribones quienes manejan a los fanáticos y quienes ponen el puñal entre sus manos…». Parece lógico que siendo el fanatismo algo así como la encefalitis letárgica en lo que se refiere a los estragos que hace en las facultades de raciocinio de quienes lo padecen, no tengan éstos gran capacidad para manejarse, de modo que es fácil que los fanáticos sean «carne de cañón», manejados por otros, que no siendo fanáticos, se sirven de ellos, y no merecen sino el nombre de bribones.

¿Qué luces no envía Voltaire desde su cielo humanista?: extender el espíritu filosófico, es decir, lo que los fanáticos llaman la «funesta manía de pensar», acostumbrar a los hombres y mujeres a la conversación, y al debate al argumento y a la réplica, atenerse a razones y no a violencias, recomendar el viaje como forma de aumentar la tolerancia, aportar ejemplos de civilización y de humanidad de la antigüedad y de otros países, elogiar los placeres de la vida, ¡tan corta!, confiando en que la inteligencia y el placer dulcifiquen las costumbres de los seres humanos, y disuadan a los fanáticos. Más aún: no acobardarse, reivindicar el sentido heroico de la Democracia como hacen filósofos y ciudadanos como Fernando Savater usando de la razón y la palabra.

Javier Otaola es defensor del ciudadano del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.

ETA en el 11-M: ¿»tumbar» o «confirmar»?

Las noticias (y no noticias) sobre el juicio por la masacre del 11-M siguen llenando las portadas. En cada una, naturalmente, van a su aire.

El Mundo, con el rabo de la teoría conspirativa entre las piernas, destaca dudas maliciosas sobre el comportamiento de la Policía, bajo el Gobierno Aznar. Lo da a una columna:

Dos testigos confirman que la Policía tuvo bajo control a “El Tunecino” antes del 11-M

El País, por el contrario, prefiere destacar del juicio algunos datos que podrían desmontar las mentiras de los “conspiranoicos”, o simplemente mentiirosos, del PP, de la católica COPE y de El Mundo. Pero el nuevo País utiliza (¡ay!) un verbo muy del gusto de Pedro Jota: «tumbar».

Titular a cuatro columnas:

La nota desclasificada del CNI tumba el supuesto nexo entre el 11-M y ETA

Antetítulo:

EL SERVICIO SECRETO ANULA UNO DE LOS ÚLTIMOS PILARES DE LA CONSPIRACIÓN

Sumario:

El documento señala que Trashorras “confesó su relación con el robo de explosivos”

Ese no es mi País, me lo han cambiado. En todos los años en los que fui redactor jefe de El País no recuerdo que hubiéramos recurrido al verbo tumbar con el sesgo que se le da hoy. Este titular, tan interesado y opinativo, es más propio del estilo Pedro Jota. Y si quieren imitar a Pedro Jota, los de El País están perdidos.

A manipular y sesgar no hay quien le gane a Pedro Jota. Pese a que suele llevar herradura en el guante, reconozco su maestría. Y el público, sediento de vísceras, siempre preferirá el original antes que la copia.

Con relación a la bronca sobre la prisión atenuada a De Juana Chaos, El País da sólo este sumario:

Rajoy descarta presentar una moción de censura tras la manifestación contra Zapatero

El Mundo prefiere a José Blanco como sujeto, a una columna:

Blanco prosigue su escalada: “Cada vez hay más españoles que quieren defender a España de Rajoy”

Interesante la foto de Felipe González con Baltasar Garzón en la portada de El Mundo con este titular nada inocente:

El juez “estrella” encuentra por fin a “mister X”

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EDITORIAL de El País

Rajoy, Otegi, Zapatero

13/03/2007

El líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, ya ha adelantado que su siguiente batalla tendrá que ver con la permisividad, que da por hecha, del Gobierno ante la participación electoral de Batasuna; el líder de esa formación ilegal, Arnaldo Otegi, ha dado por seguro que estarán en las elecciones del próximo mayo porque ésa es su «vocación y su derecho». El presidente Rodríguez Zapatero ha respondido que sólo podrá participar si rechaza de manera inequívoca la violencia.

El PP sigue haciendo juicios de valor contra los que nada valen las reiteradas afirmaciones en sentido contrario del Gobierno. Es una actitud perversa porque alimenta la desconfianza entre los dos partidos mayoritarios y, en la misma medida, la confianza de Batasuna en que podrá esquivar la legalidad. Esa confianza también se ve alentada por las teorías que sostienen que sin recuperar la legalidad y estar presente en las instituciones, Batasuna no podrá convencer a ETA de que desista. Ese argumento tiene de bueno que pone el acento en el papel de los batasunos ante su brazo armado, y de malo que invierte el orden lógico de las cosas: Batasuna sólo asumirá el riesgo de persuadir a ETA de que la lucha armada no tiene futuro si comprende que tampoco ella lo tiene si sigue la violencia; si comprueba que ésa es la única manera de recobrar la legalidad.

La Ley de Partidos es una norma excepcional, pero también lo es la causa que la hizo necesaria: una banda armada se dedicaba a coaccionar y matar a los miembros de los partidos competidores de su brazo político, si no se le da la razón. Ya existía la posibilidad de prohibirla en aplicación del Código Penal; la ley vino a establecer la forma de evitar que se burlase esa prohibición con fraudes diversos. Si ETA desapareciese, sería lógico derogar ese instrumento. Pero mientras siga, es una garantía mantenerla. Y para que Batasuna pueda participar en las elecciones, deberá desaparecer la causa que motivó su ilegalización: su vinculación con ETA.

No se trata por tanto de encontrar la palabra, si condena o rechazo de la violencia, sino de demostrar que renuncia a competir bajo la protección de un poder fáctico que amenaza y ataca a los demás. Es esa desvinculación lo que debe plasmarse en los estatutos de la nueva formación para poder levantar la doble interdicción: la suspensión judicial y la ilegalización. Hace bien el Gobierno en recordarlo. No porque el PP siembre la desconfianza, sino porque los ciudadanos tienen derecho a saber que no se permitirá el ventajismo que durante años ha disfrutado Batasuna, impidiendo que las elecciones se celebraran en Euskadi en condiciones de igualdad. Que eso quede claro es la mejor manera de ayudar a los sectores de Batasuna que quieren hacer política democrática y no extorsión política.

Fin