Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

Mi secuestro (I). Tal día como hoy, hace 30 años…

Tuve que dar un frenazo en seco y en plena cuesta. Unos locos habían cruzado su coche en medio de la calle y me impedían el paso. Pensé que se les había calado allí mismo.

Miré por el retrovisor de mi R-12 color hueso, con la intención de dar marcha atrás y salir por mi calle (Francisco Cabo) a la autopista de La Coruña. Instintivamente, miré el reloj: las nueve de la mañana pasadas. Ya iba tarde para cerrar, en la imprenta de Alcobendas, los últimos pliegos del semanario Doblón.

Todo fue muy rápido. Tres o cuatro personas salieron del coche que me impedía el paso. Me pareció ver que sacaban bruscamente –“¡qué raro!”, pensé- unas bolsas de deporte. El atasco iba para rato.

Volví a mirar por el retrovisor, antes de dar marcha atrás, y vi a un hombre mayor, con pelo rizado y un poco cano, que corría cuesta arriba hacía mi coche apuntándome con una pistola.

Miré al frente y las bolsas de deporte se habían convertido en metralletas (no eran como las que yo tuve en la mili; me parecieron más cortas y compactas). Sus dueños se cubrían la cara con dificultad: solo vi a uno con el rostro cubierto con pasamontañas, muy cerca de mí, apuntándome con su arma y golpeando con ella el cristal de mi ventanilla. Los otros rodearon mi coche.

Era martes, dos de marzo de 1976, tres meses después de la muerte de Franco.

(Tres meses llenos de inseguridad y miedo de cara al futuro. En medios periodísticos, sindicales, militares y políticos clandestinos abundaban entonces los rumores más extravagantes sobre escenarios golpistas. Los residuos del regimen franquista -que nosotros habíamos bautizado en Doblón como el «bunker»– querían mantener las esencias de la dictadura sin dictador. Pero teníamos indicios de que el flamante rey Juan Carlos no estaba por esa labor. «Era un prisionero más en el bunker franquista», decíamos. Franco afirmó antes de morir que dejaba «todo atado y bien atado». Y había rumores de que algunos generales y banqueros estaban tomando medidas para que así fuera).

Hacía una mañana soleada, aunque fría. Aún quedaba bastante nieve en Navacerrada. Un día maravilloso de invierno que, tan de mañana, yo no podía imaginar cómo iba a acabar.

No reconocí a ninguno de mis captores. En realidad, nunca supe si eran cuatro o cinco: el viejo que vino por detrás y tres o cuatro que me atacaron de frente.

En lugar de bajar el cristal, abrí la puerta, ya muerto de miedo, y, en ese instante, una mano – no se de quién- presionó un bote blanco de spray y me roció la cara con un líquido abrasivo que rajaba mi piel como si me cortaran con un montón de cuchillos a la vez.

Afortunadamente, un segundo antes, al ver de refilón aquel bote de spray acercándose de golpe a mi cara, cerré los ojos con fuerza y a tiempo para salvarlos.

Ya no volví a abrirlos hasta, unas horas más tarde, pasado el Alto de los Leones de la Sierra de Guadarrama, cuando me necesitaron con los ojos bien abiertos.

Uno de ellos me dijo:

“No te muevas, esto es un secuestro. Si no haces tonterías, no te pasará nada”.

Me sacaron de mi asiento tirando de la hombrera de mi chaqueta azul cruzada.

(Creo que ahora está arrugada en el sótano, y aún debe tener mi sangre seca, desde hace treinta años. Nunca la llevamos a la tintorería ni me la volví a poner jamás. No soy supersticioso, por si trae mala suerte.)

Al salir del R-12, uno de ellos me cruzó los brazos por detrás y me puso las esposas. Al mismo tiempo, otro me tapaba velozmente los ojos con un gran esparadrapo y dio con él un par de vueltas pillándome las orejas y el cogote.

Tuve mala suerte, al mover instintivamente mi cabeza a derecha e izquierda, para evitar la quemadura, provocada por aquel líquido tan doloroso que me echaban por la cara y sobre el esparadrapo que me cubría y protegía los ojos.

Tuve mala suerte, sí, porque quien me estaba poniendo las esposas, a mis espaldas, recibió en su cara el impacto del mismo líquido que iba destinado a mí, y creo que en exclusiva. Dio un pequeño grito:

“Joder, lo que escuece (o lo que quema) esta mierda”

Y soltó par de maldiciones y tacos. Naturalmente, me acusaba a mi de ser el causante directo de su quemadura imprevista.

Me metieron en el asiento de atrás de mi R-12 con un secuestrador a mi lado que, de vez en cuando, apretaba su metralleta contra mi costado, mientras protestaba por la quemadura que, según él, yo le había hecho.

Los dos vehículos echaron a andar hacia la autopista de La Coruña, única salida que tenía Las Matas, el pueblo dónde vivíamos mi mujer, Ana Westley, y yo, en una casita pequeña y extremadamente fría que habíamos comprado a un jardinero de la zona.

Ya de camino, se relajaron un poco y me explicaron, esforzándose por parecer amables, que se trataba tan solo de un secuestro para sacar algún dinero por mi rescate. Decían saber que yo era de familia rica.

Desde el primer momento, en cuanto descubrí al de la pistola por el retrovisor, y a los de enfrente con las metralletas reglamentarias, supe quiénes eran y qué podían querer de mi. Repitieron lo mismo un par de veces:

“Tranquilo, hombre, en cuanto paguen tu rescate, te soltamos”.

Tenía bastante claro quiénes eran mis secuestradores y podía, incluso, imaginar lo que buscaban. De hecho, yo había pasado las dos últimas semanas muy inquieto, sin recibir ningún recado de mis fuentes de información militares. Nada. No tuve ninguna reacción a la información, tan sensible y arriesgada, que había publicado en el semanario Doblón del 10 de febrero anterior, con la Portada dedicada a la Guardia Civil y con el antetítulo «De Vega a Campano». (Luego confirmaré la fecha exacta)

Desde que publiqué mi último artículo sobre los traslados irregulares de altos mandos moderados de la Guardia Civil, a mediados de febrero de 1976, no había tenido noticia alguna de mis fuentes anónimas. Desaparecieron de golpe. Ni una sola llamaba telefónica. Llegué a pensar que me habían abandonado, una vez conseguido su objetivo que era exactamente -según me dijeron al darme las primeras pistas y luego los datos exactos- frenar la purga de altos mandos moderados en la Guardia Civil.

No entendía muy bien de qué hablaban mis secuestradores, medio en clave, durante el viaje. Me hicieron muy poco caso -creo que iban un poco nerviosos- hasta que tomaron velocidad propia de autopista.

“¿Por qué dicen estos lo del rescate, en vez de ir directamente al grano?”,

pensé mientras buscaba explicación a tantos rodeos que yo consideraba innecesarios.

Desde luego, no fueron al grano hasta que me tuvieron en un lugar completamente seguro para ellos. Si hubiera ocurrido algún percance, contraorden o accidente no previsto, durante el trayecto por carretera, nadie hubiera sabido la razón real del secuestro. Por eso, deduje que la conversación durante el viaje debía estar alejada de la purga de altos mandos militares, que se produjo durante la enfermedad de Franco y los dos meses posteriores a su muerte. Y así fue.

(Continuará…)

Es un poco tarde y tengo trabajo. Seguiré escribiendo después de comer. Si me dejan…

Hasta luego.

34 comentarios

  1. Dice ser charles

    Gracias por hacer el esfuerzo de recordar cosas dolorosas.

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser Gatopardo

    Yo, sin embargo recuerdo perfectamente aquel suceso, y otros de entonces.Un abrazo entrañable.

    30 noviembre -0001 | 00:00

  3. … cuando me necesitaron con los ojos bien abiertos.Uno de ellos me dijo:“No te muevas, esto es un secuestro. Si no haces tonterías, no te pasará nada”</a…

    02 marzo 2006 | 14:22

  4. Dice ser Mozart

    Gracias, Jose. El contarlo es bueno para tí y para las generaciones que creen que la Transición fue un regalo del Cielo. Hoy, como hace treinta años, todavía me pone la piel de gallina el relato de esa historia.

    02 marzo 2006 | 16:15

  5. Dice ser M. Stirner

    José Antonio, te conocí muy poco tiempo después. Yo era director de la sucursal de la Caja de Madrid en Las Rozas, comprador habitual de Doblón y militante por aquel entonces de la CNT a pesar de mi puesto directivo. A alguno le pueden parecer sólo palabras el que yo diga que sentí tu trance como si lo hubiera vivido yo, pero es verdad. Dime, ¿no has hecho a lo largo de este tiempo ningún intento de saber quiénes fueron? Los malditos, seguramente han pasado a la reserva con el grado de coronel. Salvando cualquier distancia, siempre establecí un paralelismo entre la violencia que sufriste y la que padeció muchos años atrás Miguel de Molina, pero al menos en este caso al final todo el mundo pudo saber que habían sido los malditos Mayalde y Suevos. En tu caso ¿nos quedaremos sin saberlo?

    02 marzo 2006 | 17:26

  6. Dice ser neike

    Gracias por contarnoslo. Es terrible, no sabía nada de esta historia. Un saludo.

    02 marzo 2006 | 18:39

  7. Dice ser Hari Seldon

    Un abrazo y gracias (por tener el ánimo de contarlo)

    02 marzo 2006 | 18:41

  8. Dice ser nombre

    que mal royo: (dando ideas?

    02 marzo 2006 | 18:45

  9. Dice ser urbaneja

    JAMS me ha sorprendido tu relato, tu recuerdo. ¿Que te ha llevado a hacerlo? ¿Que bullía en tu cabeza cuando te pusiste sa escribir y cuando apretaste el botón publicar? ¿Lo has consultado con Ana?Lo he pensado y creo que hay que recordar de donde venimos, sobre todo para no volver. Esta noche, cuando vuelva a casa, voy a recuperar la colección de Doblón y a repasar sus portadas. Aquellos fueron tiempos duros y emocionantes, trabajamos sin regatear sfuerzo, pero lo que les hemos dejado a nuestros hijos es bastante mejor que aquello.Te aplaudo el gesto, continua el relato y sabes que quienes estabamos allí sufrimos contigo. urbaneja

    02 marzo 2006 | 19:02

  10. Dice ser Marlo

    Pero acábalo no nos dejes asi…

    02 marzo 2006 | 19:15

  11. Dice ser david

    gracias por tu lucha, seguimos a la escucha…

    02 marzo 2006 | 20:11

  12. Dice ser Pedro

    Escalofriante.Enhorabuena por contarnoslo.Hay que seguir investigando a la Guardia Civil.

    02 marzo 2006 | 20:33

  13. Dice ser Que más da

    ¡¡Yo no tengo día!!Una vez oí en la radio, a un epidemiólogo, que todos tenemos una rata a menos de dos metros. Yo coincidió, una rata humana. Pero no se van por cambiar el régimen político, solo mudan…Yo no tengo día, pero tengo resquemor por igual con Franco que con algunos fervientes socialistas. Franco hizo que las mujeres fueran de segunda, y algunos socialistas falsificaron las firmas de mi madre para quedarse con nuestras propiedades ( y no voy a contar como algunas fortunas al amparo de la democracia han sido amasadas en impunidad, de manera ilícita…)Yo no tengo día, pero lo hemos pasado mal, y los dos regímenes tienen la culpa, uno por la cultura machista, y el otro por con su falsa ética del bricolage, hacer posible en paralelo principios y enriquecerse de manera muy ilícita muchos, durante mucho tiempo…Yo no tengo día, descubrimos las falsificaciones demasiado tarde( después de pasarlo muy mal por quedarnos sin nada, sin saber dónde deparar, de negros, de negras, mi madre y mis hermanas), cuando el delito estaba prescrito. Duele más saber que fue robado, que perdido y pasar de infante- adolescente-universitaria careciendo de muchas cosas por no tener recursos. Yo no tengo día, pero duele en el alma la maldad, la impunidad de muchos… ya está prescrito, pero las pruebas las guardamos, puede que un día demos un zambombazo periodístico…Creo que el 40% por ciento de la población delinque( no hablo de moralidad, hablo de códigos penales), he conocido a mucha calaña, que se acercaba a mi padre para robarle, para utilizarlo, para aprovecharse… mi madre no contaba, Franco ya enseñó que el hombre era superior, ellas ni debían opinar, ni contradecir, ni separarse. La mente de mi madre estaba bien, era la machista de su marido y la sociedad…Yo tengo día, pero supongo que me ha hecho ser más inteligente, más lista, y huelo un mangante a distancia, sin día, pero con sabiduría. Como dice mi amigo Alvar: » Me caguen la puta»No soy más explícita a voluntad, es algo desagradable, que necesitaría otra vida para madurarlo, de pronto ta bloqueado. No suelo contarlo, produce sensación de vulnerabilidad el quitar la corteza.Pero si supierais la cantidad de delitos producidos por el machismo( no hablo de violencia, esa va en paralelo), y si supieres de lo importante de la cultura social para impedir la inmoralidad… y la democracia sigue siendo la misma mierda, que permite predicar principios a muchos con sus fachas duras y las fachadas blancas de sus fincas. Los conceptos son los mismo que antaño: poder y dinero… ahora sobre ello se da el barniz de lo social( que te dejan en el salario social como te descuides)Siento lo de la cara, el miedo, etc… yo no tengo ni eso, no tengo ni un día concreto…¡¡¡¡VIVA LA REVOLUCION!!!!, ¡¡¡¡VIVAAAAAAAAAAAA!!!!, jajaja, el sentido del humor no me lo arrancaron…Alguno día tambien lo contaré…

    02 marzo 2006 | 20:44

  14. Dice ser porco

    Un abrazo José Antonio, desconocía tu historia ya que en esa época era un niño y no me enteraba de las movidas.La tortura es lo más vil que se puede hacer a un ser humano.Bueno para quitar hierro al asunto decirte que en la foto que ilustra el artículo de Owen pareces un hombre de Atapuerca. 😉

    02 marzo 2006 | 22:50

  15. Dice ser Goyo Tovar

    Es un orgullo impagable estar a tu lado y poderte leer.Gracias por no olvidar.Goyo.

    02 marzo 2006 | 23:03

  16. Dice ser curro

    No lo sabia, gracias por contarlo y por seguir en el lado de los que quieren un mundo mejor.Me acuerdo de otros y otras de aquella época, que no lo pueden hacer.

    02 marzo 2006 | 23:44

  17. Dice ser Pepa

    Soy adicta a Chapi!! Ahora te leeré a ti también!No tenía ni idea de esta historia! En las Matas.. Suena tan reciente y tan lejano, al mismo tiempo!No me extraña que no hayas olvidado ni un ápice!

    02 marzo 2006 | 23:45

  18. Dice ser Romario

    Está muy bien contarlo. Enhorabuena.

    02 marzo 2006 | 23:57

  19. Dice ser Carlos Arrikitown

    He esperado (me he enterado vía el hijo de Arsenio;)a leer tu artículo hasta las 21:00 horas aquí en Pindorama…Para leerlo conmigo mismo…Yo tenía 10 años entonces, un abrazo…

    03 marzo 2006 | 01:35

  20. Dice ser uno

    Hace cosa de un mes tuve la suerte de compartir mesa con un señor que había estado preso en el Campo de Mauthausen. El modo en el que habló de su experiencia, la serenidad con la que lo contaba, su sonrisa, su mirada llena de cariño… transmitía una alegría de vivir que causaba un efecto balsámico.Al leer tu testimonio me he acordado de él. La existencia de personas como vosotros es un auténtico antídoto contra el miedo, una lección de vida.Muchísimas gracias y un fuerte abrazo.

    03 marzo 2006 | 09:53

  21. Dice ser Caminante

    Gracias.

    03 marzo 2006 | 11:21

  22. Dice ser Carlos Capote

    Increíble. No tenía ni idea. Nací en 1980, así que es normal que no recuerde nada. En cualquier caso, tengo la obligación de dar las gracias a quienes lucharon sin violencia por la paz y el concenso de los que disfruto hoy.Aún a riesgo de sonar simplón,gracias

    03 marzo 2006 | 12:00

  23. Dice ser Calladita estoy mas guapa

    Qué bonito. Es lo que más apetece del mundo, dedicarse a recordar estas historias para distraer al personal, y que no hable del Estatut, la OPA y otras cagadas monumentales de este gobierno.A nivel personal, lo siento, es un relato estremecedor, pero como OTROS TANTOS que afortunadamente están olvidados gracias al esfuerzo de TODOS.Por cierto, a mi abuelo lo mataron en la guerra. Los Rojos.

    03 marzo 2006 | 13:46

  24. Dice ser Jesús Cuadrado

    Hola, José:yo era coordinador de «En Punta».Los dos sabemos quiénes eran.

    03 marzo 2006 | 14:05

  25. Hace no demasiado escribía un post denominado ¿Nuestra transición?. Ahí denunciaba ese cuento de hadas que nos habían vendido de una transición modélica, sin víctimas y totalmente transparente y democrática. Algunos recordarán el trágico suceso acontecido el 24 de Enero…

    03 marzo 2006 | 18:11

  26. Dice ser Carlos Capote

    Una persona, JAMS, cuenta que sufrió hace 30 años secuestro y torturas. Lo recuerda con motivo del aniversario de la tragedia…Una de las comentaristas responde que es un relato «como OTROS TANTOS que afortunadamente están olvidados».Me parece una tragedia que al abuelo de la susodicha comentarista lo hayan matado los rojos, pero eso no me parece argumento para ser insensible con alguien que sufrió un «incidente» tan desagradable como el que cuenta JAMS.Si la comentarista narrase la historia de su abuelo, probablemente me parecería conmovedora y condenaría sin miramientos la violencia de sus asesinos. Lo que no puedo entender, es que a ella no le pase lo mismo con las tragedias de quienes parece considerar sus enemigos…

    03 marzo 2006 | 22:12

  27. Dice ser kuasar

    Muchas gracias por esta historia, tu historia. Sirve para aprender a los que no hemos vivido esos tiempos. Y aprender de aquello significa entender mejor el presente para crear el futuro.Y a «calladita estoy más guapa» sólo quiero decirle (como ya dice Carlos Capote) que me parece muy triste que, sea por el motivo que sea, sea tan insensible hacia las vidas ajenas.Las cagadas monumentales de quien sea y las que no lo son tanto son importantes cuando les toca el turno de serlo. No saber encontrar el momento adecuado es un fallo que siempre tuvo y seguirá teniendo el anterior gobierno.

    06 marzo 2006 | 02:31

  28. Dice ser pablo altclas

    exclente, muchas gracias por contarnos tu historia.

    06 marzo 2006 | 23:04

  29. Dice ser Nahuel Pérez

    Como será que…en todos lados se parecen estas cobardías…Ojala aquí en Argentina más de uno se animara a contar estas cosas en algún medio masivo…pero seguimos insistiendo en nuestra idea de que mejor no saber, así da la impresión de que no pasó nada…Mierda que tienes huevos para enfrentarte a tus fantasmas de esta forma

    07 marzo 2006 | 12:24

  30. Muy bien Papá,Está bien que lo escribas, que lo saques fuera.Ni yo sabía de algunos de los detalles que mencionas.Deberías terminarlo. Para ti, para tus lectores, para tu familia. Que quede plasmado, que se sepa, a modo de testimonio, lo que pasó. Y ahí quedará el recuerdo, para quien quiera leerlo, periodistas, amigos, conocidos, interesados en la transición, familia o quién sea.Es una historia valiosa que merece la pena compartir. Has empezado, lo has hecho bien, continúalo … ánimo.Con cariño y admiración,Erik

    08 marzo 2006 | 20:48

  31. Dice ser Andrea

    Papá,Estoy orgullosa de ti. Es bueno que lo cuentes, aunque sea después de treinta años… Es una historia (entre tantas tuyas que escucho con mucha admiración) que no se puede quedar en el olvido. Tienes mucho valor al sacar ese recuerdo que has llevado dentro durante tanto tiempo. No puedo ni imaginar lo que sufristeis tu y mama y sólo de pensarlo me dan escalofrios. Os admiro mucho a mamá y a ti, todo lo que habeís pasado y sufrido. Lo bueno, (si es que hay algo de toda esta historia) es que os ha unido más (si cabe). Sigue así, eres un excelente comunicador y un padre excepcional, y algún día se te dará el reconocimiento que mereces. Te quiero y te admiro.Andy.

    10 marzo 2006 | 12:43

  32. Dice ser rodrigo

    y que te paso eeeeeeeeeeeehhhhhhhhhhhhhhhhhhhheeeeeeeeeeeeeehhh no se lo que te paso pero fue muy tristerodrigo?==?=?¿?¿?¿?¿?chau

    12 marzo 2006 | 18:40

  33. Dice ser valluka

    Gracias por tu historia !!! creo que será de gran ayuda para mi trabajo de recerca. Trabajo sobre la tortura. cuidate 😉

    25 octubre 2006 | 19:06

Los comentarios están cerrados.