Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

Hipocresía con la extorsión y el dopaje

Si no fuera por la foto de El País, pese a su mala calidad, consideraría hoy las portadas como de nevera. Foto centrada:

Jóvenes españoles a favor de dar un mejor trato a los inmigrantes… ¡Ya lo creo que es noticia!

Las portadas del fin de semana apenas traen noticias de primera. No obstante, las voy a pegar aquí para mantenerlas en el archivo, y a petición de algunos lectores que me achacan -y no les falta razón- pereza vacacional.

Los dos grandes temas de primera de hoy rezuman hipocresía política y social y, cuando menos, discriminación.

1.-¿Por qué hacemos la vista gorda ante el pago a ETA de rescates de secuestrados y, en cambio, metemos en la cárcel a quien paga el rescate preventivo para que los terroristas no le maten o le quemen la empresa?

2.-¿Por qué exigimos records deportivos, humanamente imposibles de conseguir sin trampas, y metemos en la cárcel a quien utiliza drogas para satisfacer la demanda del público?

El Mundo y El País mandan con las extorsiones de ETA a empresarios y El País añade, como segundo tema, el «criminal» dopaje de los ciclistas.

Ambos diarios destacan cosas feas del imperio norteamericano en su columna de salida. Son dos noticias que nos recuerdan la peligrosa deriva que lleva el Gobierno de George Bush hacia la caza de brujas, la tortura y el desprecio de la democracia y los derechos humanos.

En El Mundo:

Cheney acusa a la prensa de poner en riesgo la seguridad de EEUU al revelar el espionaje de la CIA a los bancos

En El País se destacan las torturas de los norteamericanos a los detenidos y secuestrados en vuelos de la CIA sin garantías legales.

Y estas son las portadas de ayer, que no me dio ni tiempo de ver.

Lo que más me ha llamado la atención, en un repaso rápido, ha sido el artículo sobre el economista Galbraith en El País, que recomiendo a los menos pesimistas sobre el futuro del ser humano:

Galbraith y el sentido común

NORMAN BIRNBAUM

EL PAÍS – Opinión – 24-06-2006

Un grupo de colegas, familiares y amigos de John Kenneth Galbraith se reunió recientemente en la capilla de la Universidad de Harvard para honrar a este hombre que murió el 18 de abril, a los 98 años. Consejero de presidentes y, en especial, de John F. Kennedy, embajador de Estados Unidos en India, crítico implacable de las opiniones convencionales (una expresión que él acuñó, como su inolvidable oposición entre «la opulencia privada y la miseria pública»), siempre insistió en la ineludible dimensión moral y política del análisis económico. Fue el heredero legítimo de Adam Smith y John Maynard Keynes. Para desolación de los economistas que se ocultaban detrás de crípticas técnicas pero no podían disimular su papel como apologistas del capitalismo, él fue el crítico más elocuente del capitalismo y, al mismo tiempo, el economista más leído del mundo.

El funeral tuvo un significado político, e incluso varios. La Universidad estaba representada por su antiguo rector, Derek Bok, que es ahora rector en funciones después de que el claustro obligara a dimitir a un tecnócrata dogmático, Lawrence Summers (un economista incapaz de criticar el reparto actual del poder y riqueza). Bok habló largo y tendido sobre la magnética presencia de Galbraith en Harvard, con un hogar que era una posada universal y unas cenas que constituían un foro permanente. Lo que Bok no mencionó fue que, en los años treinta, Harvard no quiso renovar el contrato al joven Galbraith: sus opiniones keynesianas y su apoyo al New Deal de Franklin Roosevelt no estaban bien vistos. Diez años después, después de la guerra, estuvieron a punto de negarle una cátedra. Había analizado los efectos de los bombardeos por saturación llevados a cabo por Estados Unidos en Alemania y Japón y había llegado a la conclusión de que habían destruido todo menos la capacidad de dichos países de seguir fabricando armas. El grupo que en aquel momento preparaba con intensidad eclesiástica la guerra fría no quería que se proclamaran tales herejías desde un púlpito tan prominente. En años posteriores, Galbraith (a quien el primer ministro indio calificó, al expresar su pesar por su muerte, «un hombre de paz») criticó con la misma fuerza el afán aventurero y militarista de Estados Unidos y los costes sociales del capitalismo sin regular.

Los oradores eran personas que habían encabezado, durante dos generaciones, la lucha para prolongar el New Deal. El gran historiador y colega de Galbraith en la Universidad y en el Gobierno de Kennedy, Arthur Schlesinger Jr., estaba demasiado enfermo para asistir, pero envió un espléndido homenaje. George McGovern, candidato presidencial derrotado en 1972 y un símbolo vivo de la tradición del New Deal, recordó la tutela que le había proporcionado, cuando era un congresista desconocido, el que entonces era el líder intelectual de los demócratas. McGovern procedía de un Estado agrario, y Galbraith se había educado en la tradición del radicalismo agrario canadiense, que nunca olvidó. El senador Edward Kennedy habló en nombre de toda su familia. El silencio invadió de forma especial la capilla cuando expresó su pesar porque sus hermanos, el presidente y el senador Robert Kennedy no pudieron disfrutar durante más tiempo de los consejos de Galbraith. Gloria Steinem habló del constante apoyo de Galbraith al movimiento feminista. Amartya Sen mencionó la enorme influencia de Galbraith en economistas de mucho más allá de nuestras fronteras y cómo, para muchos, representaba el lado más noble de Estados Unidos.

Los hijos de Galbraith nos recordaron su preocupación por los demás, su generosidad de espíritu y su forma de disfrutar de la condición humana. Yo tengo muchos recuerdos de él, pero el más agudo es el de una visita que hice, un verano, a su granja de Vermont. Nos acercamos a nadar al estanque que tenía y, de camino, pasamos junto a un caballo que pacía en la hierba. Me detuve a admirar el animal y Galbraith comentó: «Norman, si hubieras crecido en una granja en Ontario en vez de las calles del Bronx, serías mucho menos entusiasta de los caballos».

Al acabar la ceremonia, salimos a los sones del poema escocés de Burns, Auld Lang Syne, un canto a la necesidad de la memoria. Dada la edad de Galbraith, no muchos de los presentes pertenecían a su generación. La siguiente (Schlesinger tiene 88 años, el senador Kennedy 74) estaba bien representada, así como la inmediatamente posterior. ¿Y qué hay de nuestros nietos? ¿Qué sitio tiene, en la política estadounidense, un pensamiento crítico con connotaciones prácticas? El otro día asistí a un debate sobre política económica en el Centro para el Progreso Americano, un instituto próximo a los Clinton, que pretende ofrecer ideas a los demócratas con vistas a las elecciones presidenciales de 2008. El ex asesor económico de Clinton Gene Sperling era uno de los oradores. Hizo lo imposible para no dar la impresión de que estaba en contra del capital, con lo que consiguió parecer una buena imitación de un famoso senador que, al preguntarle sobre la inflación, declaró que estaba contra la inflación y contra la deflación pero a favor de la flación. Por lo visto, la vieja Tercera Vía -un camino a ninguna parte- sigue abierta para los viajeros que huyen de tener que asumir una postura política. No obstante, también participaron Jared Bernstein, presidente de un instituto relacionado con los sindicatos, y el catedrático de Princeton y columnista de The New York Times Paul Krugman, que se mostraron mucho más combativos y cuyas palabras y actitudes -muy apreciadas por los jóvenes presentes entre el público- fueron la prueba de que algunos han aprendido las enseñanzas de Galbraith. Los que luchan para que se produzcan grandes transformaciones institucionales no deben permitir que sus adversarios conservadores marquen la pauta del conflicto.

En el horizonte de Estados Unidos no hay ningún gigante, pero eso no significa que vivamos en una era de pigmeos intelectuales. En las universidades y en el ámbito de la cultura, en cientos de iniciativas locales, en el Grupo Progresista de la Cámara de Representantes y en la labor de una veintena, al menos, de nuestros 100 senadores, cobran vida los textos de Galbraith. Al fin y al cabo, era el concepto de ciudadanía lo que él propugnaba en oposición a la reivindicación exclusiva del homo economicus. Galbraith, un calvinista escocés con gran sensibilidad ante los fallos humanos, no proponía transformar Estados Unidos en una comunidad sagrada. Pero sí pensaba que, con energía, inteligencia y persistencia, la condición humana mejoraría, incluso -o sobre todo- en Norteamérica, y nos dio una gran lección sobre el uso del sentido común. El sentido común en el que Galbraith nos insistía es común en un sentido muy tradicional: el de la participación en un proyecto político y espiritual que comienza por recuperar los campos de nuestra aldea.

Y recomiendo también el dibujo -tratado teológico/político- del genial El Roto en El País de ayer.

4 comentarios

  1. Dice ser Pepito grillo

    Señor Martinez,¿que quiere decir usted? ¿el unico periodico que dice la verdad, y que tiene fuentes fidedignas es el Pais? Se le ve el plumero

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser ESTUPEFACTO

    Un ex-presidente y una concejala, AMBOS COBRANDO ACTUALMENTE UN SUELDO OFICIAL PAGADO CON NUESTROS IMPUESTOS, llevan 2 años cobrando 10.000 euros al mes de una empresa privada de EE.UU. relacionada con George Bush a través de Famaztella S.L., sociedad creada precisamente hace 2 años por José María Aznar y Ana Botella para «explotar derechos de propiedad intelectual en todas sus manifestaciones, como libros, escritos, discursos, alocuciones, conferencias y obras análogas».Pero los 10.000 euros mensuales los cobran en concepto de servicios de asesoría estratégica, lo cual no está entre los objetivos sociales de Famaztella S.L. ¿PERO ESTO QUE ES? ¿Dónde está la Fiscalía? ¿Qué hace Gallardón teniendo en nómina a esta concejala? ¿Cómo pretenden luego decirme que pague mis impuestos? Menuda MIERDA de país que tenemos, por Dios.

    30 noviembre -0001 | 00:00

  3. Dice ser Pues eso

    No sé, habría que priorizar principios en la ONU… vías dialogadas para régimenes tiranos, pero anteponer la libertad a la muerte, pues ya es morir no tenerla… sé que sin experiencia no se puede comprender, pero creo que todo quién la ha tenido opinará lo mismo. Claro que supongo que otras maneras habrá de proteger de la muerte.Que en PNV algunos de ellos cuanto menos avalan al regimen de terror, eso es obvio… cuando se comparten sentimientos existe el vicio y tentación de compartir métodos… por eso yo no hago colectivo con nadie, no sea que me pierda.Jesucristo eligio la libertad por encima de la muerte, yo tambien… vivir doblegados no es una manera de vivir, es un infierno. Cuando te callas o miras para otro lado, ya estás muerto. Pero muy objetiva tampoco puedo ser, uno siempre defiende sus sentimientos y experiencias por encima de los otros… y piensa una necesidad el respirar de la manera que le prohiben.Veremos muchas cosas asquerosas en la tregua, el pueblo deberá decidir, y las individualidades apechugar… si los principios fueran compartidos, ningun tirano tuviera lugar, ni en Irak, ni en este país, ni en las casas, ni en Bush habría resquicio alguno de tirania.El deporte los periodistas tienen culpa de inventar fantasías, como con Alonso… ¡¡¡Qué corre!!! pues a mi que me importa, que sea español a mi ni fu ni fa, no soy racista… prefiero que un minero tenga un buen día( ya que él es asturiano)… esos patriotismos tontos, que rechazan para la solidaridad de las gentes( encontra del estatuto por la marranada de insoliradidad), y lo promueven para la estupidez que uno se haga muy rico en un coche, para que la estupida humanidad desee comprarse un coche como meta en su vida. ¡¡¡Pues no es mucha meta!!!Qué se dopen, me da igual… uno siempre tiene que dejar libertad, aunque se maten… pero que un tío no se mueva por principios… eso afecta a todos, y eso si puedo censurarlo… claro que ya se parte del capitalismo feroz, de las ansias de tener cosas como si uno permaneciera vivo por siempre… como si pudiera habitar cinco habitaciones a la vez… como si la austeridad fuera la lepra… porque sin desiguladades, no podrían sacar las untes a nadie… fatal que se pague un rescate, y fatal que se pague nada… porque no han dejado las armas aún, y para eso se hubiera pagado el rescate de acercar los presos mucho tiempo antes… Yo que séEs un delito el pagar… porque fallan los principios al hacerlo… fallan el deber de socorro y es colaboración en el delito, cooperador necesario económico… porque el callarnos o mantener las injusticias nos hace verdugos.. Y así pienso.¿ Y no pensáis que deben estar muy mal las cuentas de HB-ETA para este cambio, no debe ser que la pasta se le iba siendo ilegal? ¿ Y no será que estará latente hasta reforzarse bien en la pasta, y después de achacar inmovilidad del gobierno volver al cabo de unos años? pues así lo veo yo…que al menos el movimiento fuerte en la calle y violento volverá… porque sin estar todos de acuerdo como van a llegar a algo: PP-PSOE-HB-UPN… el zapatero no debería individualizarlo como algo personal, se está equivocando, deberían ser los partidos representados en coalición quien asumieran el reto, o un gobierno de concentración… no puede presentar el guiso y luego que se participe en su manera de cocinar, se hace las compras juntos… demasiados intereses de ego…, Qué asco.Me fio mucho más del poder judicial…, la libertad, la igualdad, el derecho, y del poder ejecutivo nada, ni este ni ninguno… por algo la libertad es mucha más profunda en Estados Unidos e Inglaterra… porque se fiaron mucho más del judicial que del ejecutivo o legislativo… porque el derecho que tanto ha costado formar, nunca se puede dejar al arbitrio de genialidades.

    25 junio 2006 | 20:26

  4. Dice ser Mariano

    Es realmente sorprendente que ante el titular «Marlaska aparta de su investigación al responsable de la lucha contra ETA», lo que más le llame la atención sea el artículo que cita. Yo también pienso que se le ve el plumero. Que es muy libre, ojo, pero se echa de menos un poco de objetividad.

    27 junio 2006 | 11:20

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