Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

Un regalo de Savater sobre la libertad. Gracias

No consigo ampliar este texto citado por el sabio Fernando Savater, de modo que pueda leerse en el blog sin dificultad. Por eso, me decido a copiarlo aquí al pie de la letra.

Considero que esta cita de Raoul Vaneigem, recogida por Savater en su artículo publicado hoy en la página noble de El País, resume a la perfección el primer madamiento de mi credo sobre la libertad de expresión:

Dice así Vaneigem:

«Nada es sagrado. Todo el mundo tiene derecho a criticar, a burlarse, a ridiculizar todas las religiones, todas las ideologías, todos los sistemas conceptuales, todos los pensamientos. Tenemos derecho a poner a parir a todos los dioses, mesías, profetas, papas, popes, rabinos, imanes, bonzos, pastores, gurús, así como a los jefes de Estado, los reyes, los caudillos de todo tipo…».

Y dice Savater (y digo yo también):

Amén

He conseguido copiarlo entero. Ahí va:

Fanáticos sin fronteras

«Mala racha llevamos con las reacciones suscitadas por el conflicto de intolerancia frente a permisividad suscitado por las caricaturas mahometanas publicadas en un periódico danés. Nuestros mentores ideológicos estaban un poco adormilados y el estruendo feroz que les ha despertado ha sido tan súbito que no les ha dado tiempo a despejarse. Jean Daniel nos informaba en estas mismas páginas de que él acepta la blasfemia siempre que vaya acompañada de buen gusto y dignidad artística: es de los que sólo disfrutan los strip-teases cuando se realizan con música de Mozart, que para eso estamos en su aniversario. Sami Naïr se empeña en que se trata de una provocación de la extrema derecha, explicación que padece el doble defecto de que no viene a cuento (¿acaso debe carecer de libertad de expresión la extrema derecha?) y de que es falsa (mejor informado, el corresponsal de EL PAÍS, Antonio Caño, aclara (6 de febrero de 2006) que el Jyllands-Posten es «una publicación de centro derecha, seria y respetada»). El presidente Zapatero, junto con el premier turco Erdogan, comunican al universo su reprobación de las insultantes caricaturas (por cierto, ¿oiremos a nuestro mandatario comentar la excarcelación dentro de unos meses del serial killer Henri Parot diciendo que «puede ser perfectamente legal, pero no es indiferente, y debe ser rechazada desde el punto de vista moral y político»?). El flamante premio Cervantes Sergio Pitol opina que los insultos a Mahoma son enormemente irreverentes y agresivos, lo que me recuerda que John Le Carré consideró la fetua contra Salman Rushdie como consecuencia de la arrogancia irresponsable del escritor (cuando conozco los dictámenes de ciertos escritores comprometidos sobre problemas concretos, me hago partidario del arte por el arte). Por supuesto, diversos teólogos, algún cardenal y algún gran rabino, han hecho oír su solidaridad gremial con los piadosos y feroces ofendidos: todas las iglesias conservan cierta envidiosa nostalgia de las fes que aún tienen fanáticos como cuerpo de guardia, porque sólo se resignan a inspirar respeto cuando ya no pueden inspirar miedo… ¡ah, los buenos tiempos! Etc., etc…

Desde luego, también hemos escuchado a muchos defender con vehemencia la sacrosanta libertad de expresión. Y hablar de que no debe utilizarse para faltar al respeto debido al prójimo. ¿Por qué lo llaman respeto cuando quieren decir miedo? Uno respeta mucho más a otro cuando le hace bromas o críticas, incluso de mal gusto, porque le considera un ser civilizado que no va a asesinarle por ello… que cuando guarda pío silencio y baja los ojos ante quien considera un loco furioso, capaz de partirle la cabeza a hachazos. Pero tampoco tengo claro dónde está la falta de respeto de esas caricaturas. Ya sé -me lo dijo Cioran- que todas las religiones son cruzadas contra el sentido del humor, pero me niego a creer que mil quinientos millones de musulmanes tengan forzosamente que sentirse ofendidos por ellas: sería tomarles a todos por imbéciles, lo que me parece sumamente injusto. Si yo fuera musulmán, hipótesis ahora improbable pero nunca se sabe, consideraría el dibujo de Mahoma con una bomba escondida en el turbante como una sátira contra quienes utilizan bárbaramente su doctrina para justificar atentados de inspiración política. Y me preguntaría, como hizo el semanario jordano Shihane, «qué perjudica más al Islam, esas caricaturas o bien un secuestrador que degüella a su víctima ante las cámaras». Desgraciadamente no tendremos ya respuesta ni debate, porque el semanario fue de inmediato cerrado y su director despedido. Sin embargo, como escribe en Charlie-Hebdo Tewfik Allal, portavoz de la asociación del Manifiesto de las Libertades (creada en 2004 por franceses de cultura musulmana), «hay ciertamente mucha gente que piensa lo mismo en tierras del Islam, pero no tienen derecho a decirlo: es a ellos a quienes falta más gravemente la libertad de expresión». Quizá esas caricaturas no ofenden ni a todos los musulmanes ni a quienes viviendo en teocracias no comparten esa religión pero tienen que disimular: al contrario, quizá expresan el más secreto y sincero pensamiento de tantos que están hoy reprimiendo por temor sus ganas de desahogarse intestinalmente sobre los mahomas de pacotilla que les oprimen…

Pero lo que me extraña, lo que no he leído ni oído a nadie aunque esté implícito en bastantes comentarios, es que lo amenazado en nuestras democracias no es sólo ni a mi juicio principalmente la libertad de expresión. No, lo que nos estamos jugando es precisamente la libertad religiosa. Y ello por una doble vía. En primer lugar, porque la libertad religiosa en los países democráticos se basa en el principio de que la religión es un derecho de cada cual pero no un deber de los demás ciudadanos ni de la sociedad en su conjunto. Cada cual puede creer y venerar a su modo, pero sin pretender que ello obligue a nadie más. Tal como ha explicado bien José Antonio Marina en su reciente Por qué soy cristiano, cada uno puede cultivar su «verdad privada» religiosa pero estando dispuesto llegado el caso a ceder ante la «verdad pública» científica o legal que debemos compartir. La religión es algo íntimo que puede expresarse públicamente pero a título privado: y como todo lo que aparece en el espacio público, se arriesga a críticas, apostillas y también a irreverencias. Hay quien se muestra muy cortés con todos los credos y quien se carcajea al paso de las procesiones: cuestión de carácter, cosas del pluralismo.

En segundo lugar, hay personas cuya convicción en el terreno religioso no es una fe en algo sobrenatural, sino un naturalismo racionalista que denuncia como nefastas para la humanidad las supersticiones y las leyendas convertidas en dogmas. Tienen derecho a practicar su vocación religiosa como los demás y son tan piadosos como cualquiera… a su modo. Voltaire o Freud son parte de nuestra historia de la religión ni más ni menos que Tomás de Aquino. Con el valor añadido de que sus creencias racionalistas han colaborado con el fundamento de la democracia moderna, la ciencia y el desarrollo de los derechos humanos en mucha mayor medida que los artículos de fe de cualquier otra iglesia. Las algaradas multitudinarias en las teocracias islámicas están prefabricadas sin duda por sus dirigentes, como las manifestaciones por un Gibraltar español que organizaba cada cierto tiempo el régimen de Franco. Pero lo que pretende el imán Abú Labán en Dinamarca, o los feligreses de la mezquita de Regent Park londinense, que se manifiestan con pancartas en las que se lee «Prepararos para un verdadero holocausto» o «Liberalism go to hell!», es acabar con la libertad religiosa de las de

mocracias y sustituirla por una especie de-politeocratismo en el que deberán ser «respetados» (léase temidos) los integristas intocables de cada una de las doctrinas y no tendrán sitio los que se oponen por cuestión de honradez intelectual a todas ellas. Es algo de lo que no faltan signos inquietantes también en las reclamaciones intransigentes de otras confesiones.

Quienes hemos tenido que convivir con fanáticos de tendencias criminales (valga el pleonasmo) nacionalistas, sabemos por experiencia que no hay peor política que darles la razón a medias. Por supuesto, ello no es óbice para que no deba recomendarse la prudencia y la delicadeza en las relaciones con los demás: no es recomendable zaherir a los vecinos, ni reírse del peluquín del jefe si se le va a pedir aumento de sueldo. Para los casos litigiosos están las leyes y los tribunales, a los que puede acudirse cuando alguien considera que el ultraje sufrido va más allá de lo tolerable. Pero por lo general nada es más imprudente que seguir las atemorizadas reglas de una prudencia meramente temblorosa. De modo que, mientras me dejen, me atengo mejor al credo propuesto por el ex situacionista Raoul Vaneigem: «Nada es sagrado. Todo el mundo tiene derecho a criticar, a burlarse, a ridiculizar todas las religiones, todas las ideologías, todos los sistemas conceptuales, todos los pensamientos. Tenemos derecho a poner a parir a todos los dioses, mesías, profetas, papas, popes, rabinos, imanes, bonzos, pastores, gurús, así como a los jefes de Estado, los reyes, los caudillos de todo tipo…». Amén.

Fernando Savater es catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.

Lo dicho: Amén.

18 comentarios

  1. Dice ser seis

    Javier, representar a Mahoma con un bomba de mecha en el turbante denota tan pésimo gusto como dibujar a Arzallus con un kilo de amonal. Ahora dime cuál de los dos aceptarías en un medio de prensa escrita.

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser David

    Conozco el caso de un chaval diavético de unos 25 años. Su padre es guardia civil y de fuertes convicciones políticas conservadoras. El chaval, vota a escondidas al Psoe, no por ideales ni por interes. Simplemente por que el Psoe a puesta por las células madre y eso puede acabar con su enfermedad. Comparándolo un poco con las caricaturas de mahoma, yo llego a la conclusión de que nada es blanco o negro, lo que ocurre es que miramos desde diferentes angulos.La única norma inquebrantable debe ser el respeto, por eso no podemos poner a mahoma chupandosela a una cabra ni los mas radicales pueden prohibirnos hacer caricaturas sobre cualquier tema. En mi opinión, los extremos son cuchillos que solo sirven para destruir al hombre.

    30 noviembre -0001 | 00:00

  3. Yo me quedo con lo que piensa Gómez Llorente. Hace una semana le escuche y decía que el fundamento del laicismo es la libertad de conciencia del que cree como del que no cree, el fin es la libertad no es una hostilidad a la religion. Afirmaba que había que profundizar en el laicismo. Y yo comparto con él la necesidad de la libertad, la libertad se ha de basar en el respeto. No estoy de acuerdo con la burla y la crítica destructiva.

    11 febrero 2006 | 19:15

  4. Dice ser Javier

    Por estas tierras blogeras se decía hace unos meses «ninguna idea merece respeto, ni siquiera ésta»Las religiones no merecen respeto. Sí lo merecen las personas, pero no lo que piensan.Las ideas hay que estrujarlas, hasta que canten. sin ningún respeto. No son de nadie y no poseen a nadie.Nadie debiera imponernos que respetemos sus ideas y si nos lo impone, debiéramos revelarnos.Dice Vaneigem: «Tenemos derecho a poner a parir a todos los dioses». No sé si lo tenemos, pero debiéramos tenerlo.Sólo una duda. ¿Cómo se lucha mejor contra los terroristas, integristas e intransigentes? Haciéndoles frente o de forma sibilina.Estamos en contra de que amenacen por la publicación de viñetas. ¿Cuál es el mejor camino para evitar que amenacen y nos opriman?Ese es el que tenemos que encontrar y no la sal gorda de publicarlas en todos los periódicos a nuestro alcance.No se acaba con ETA diciendo «A ETA la vamos a derrotar y no tienen otra salida que rendirse». Aunque sea verdad, decirlo es contraproducente.(No me queda otro remedio que decirlo para decir que es contraproducente. Entiendo que políticos con responsabilidad no lo digan nunca, aunque a muchos puedan parecerles débiles)Javier

    11 febrero 2006 | 21:38

  5. Dice ser seis

    Otro delirio del filósofo. Cierto, toda idea es criticable, caricaturizable y todo eso. Pero a ver quién es el guapo que publica una caricatura metiéndose con la AVT, por poner un ejemplo. O a ver a qué dibujante no le han devuelto nunca una viñeta no publicada. ¿Incompatibilidad con la línea editorial? Anda ya, que le pregunten a El Roto.

    11 febrero 2006 | 23:50

  6. Dice ser MANUEL

    Absolutamente de acuerdo con Joseph.

    12 febrero 2006 | 04:49

  7. Dice ser Javier

    Josseph, Manuel y SeisUna cosa es la fuerza y otra la voluntad. Ninguna ley y ningún grupo de presión debiera obligar o impedir publicar críticas a ideas.Voluntariamente, cualquiera pude hacer con su obra de teatro, su periódico o su boca lo que le dé la gana. También es libertad de expresión no decir lo que uno no quiere decir, aunque lo piense.Por tanto, no veo relación entre lo que decís vosotros y lo que dice Savater.Javier

    12 febrero 2006 | 08:37

  8. Dice ser Joseph

    JavierNo entiendo tu comentario, por supuesto que foma parte de la libertad de expresión la voluntad de decir o no decir, incluso creo que es parte inseparable de un ejercicio responsable de la libertad de expresión el ejercicio de voluntad de no dañar ni herir las creeencias más íntimas de los demás, y pienso que todos debieramos conducirnos de una forma más delicada con las opiniones del prójimo, ya sean católicas, islamistas, budistas, agnósticas o ateas o lo que a cada uno le venga en gana.Lo que duele es esa prepotencia frente a la Iglesia, y esa delicadeza en el trato cuando te empuñan un kalasnikov, o te amenazan con una intifada en la Castellana, es decir, lo que duele es que nos damos cuenta de que no es que se le haya caido la venda de los ojos a los que por sistema atacan a los católicos, sino que estamos ante la hipocresia de los cobardes y pusilánimes.¿Con qué autoridad esos políticos cínicos e hipócritas incapaces de respetar los sentimientos religiosos de una parte de su población se llenan la boca pidiendo respeto para la fe islámica, y puntualizando que la libertad de expreesión tiene sus límites, y que las caricaturas de Mahoma, aun siendo legales,pueden seer reprobables desde un ppunto de vista moral?No es la fortaleza de los principios la que sostiene ese punto de vista tan respetuoso con las ideas religiosas de los demás, sino el miedo de los cobardes.Creo que la revista satírica «El Jueves» lo explica muy bien con el estilo caústico que le caracteriza en su último número cuando dice que iban a dibujar a Mahoma, pero se han «cagao».www.eljueves.es

    12 febrero 2006 | 10:43

  9. Dice ser Joseph

    Completamente de acierdo contigo, seisEn Murcia, se ha representado una obra de teatro para niños, con algunos guiños para los padres acompañantes, titulada El Mago de Oz, en la que se hacían unas menciones irónicas al estatuto de Cataluña… ¡no veas la que se ha montado! con llamada a capítulo del Director de la obra porque era una burla intolerable al pueblo de Cataluña.., y es que- solo nos acordamos de la libertad de expresión cuando es la nuestra,- y solo nos acordamos del respeto a la religión cuando es el Islam…, porque hasta ZP y Borrell, que siempre se han ciscado en la religión (católica)) han exigido ahora respeto a la religión (siempre que sea islámica) de los demás, no vaya a ser que , como anunciaban ya en Londres, o como anunciaron en una iglesia de Novelda, en la que dejaron una mochila con teléfono móvil y cables (y una nota en castellano y árabe), hagan volar a unos cientos de infieles.¿Dónde están los defensores de la libertad? ¡Vaya basura!, son como Petain en la II GM;- Cuando todos los periódicos, al unísono como Fuenteovejuna, tenían que haber publicado la viñeta y decir… no pasamos por el chantaje… se han acobardado y han pedido respeto (particularmente los más agresivos con el cristianismo.- Cuando todos los gobiernos occidentales tenían que haber cerrrado filas… se han disculpado en nombre de un periódico…, o han pedido respeto en nombre de la alianza de civilizaciones,, pero eso sí, en Madrid ZP va a hacer un edificio dedicado a la Paz.. ¡hala! ¡ya podemos estar tranquilos!¡Qué vergüenza de políticos, qué vergüenza de gente…que hastío de cobardes!Continuemos alimentado a la bestia que nos acabará devorando.Si no existen principios ni valores, porque todos son iguales y relativos, si no existe historia, porque se reinventa cada día, si no nos queda más (y nada menos) que la libertad y estamos dispuestos a venderla por cobardía ¿qué queda?Europa puede estar condenada, tal y como la conocemos. Estamos tan acostumbrados a la libertad que no percibimos que es un bien escaso, raro en el planeta, y no nos damos cuenta (olvidamos porque hasta nos avergonzamos de la Historia) que ha costado mucha sangre llegar hasta aquí.

    12 febrero 2006 | 12:18

  10. Dice ser martí

    Ultimamente veo a la extrema derecha europea muy defensora de las libertades -siempre llegan tarde y cuando llegan se pasan de la raya (en España, lease Contitución). Libertat de insultar. Libertat para mentir. Libertat para afrontar las realidades con prejuicios, tópicos, sin analisis, si matices, sin autocrítica, y con rencor.

    12 febrero 2006 | 13:30

  11. Dice ser curro

    Muy de acuerdo con martí

    12 febrero 2006 | 18:21

  12. Dice ser pericles

    Joseph, me gustaría saber a que te refieres cuando dices que en España se ataca a la Iglesia Católica. Atacar a esta respetable institución sería impedirles el ejercicio de culto a sus creyentes. O perseguirles con penas de prisión por se cristianos. O asaltar sus sedes. En la actualidad, creo que lo único que se puede considerar como ataques no son tales. Aprobar leyes que amplían los derechos de ciudadanía a colectivos historicamente marginados, perseguidos y maltratados, no creo que sea un ataque a la Iglesia. No obliga a nadie. Obligar a los centros de enseñanza privados, que reciben subvenciones del Estado, a que tengan los mismos criterios de selección de su alumnado que el resto de los centros públicos, tampoco me parece un ataque. Si prestan un servicio público, por el que reciben una subvención, tendrán que adaptarse a las normas de quien da el dinero. O al menos negociarlo. El realizar algún chiste, incluso de mal gusto, o alguna crítica, tampoco creo que sea un ataque. Si el chiste es de mal gusto, a quien deja en evidencia es al que ha realizado el chiste.Yo no creo que las famosas caricaturas sobre Mahoma insulten a los musulmanes. Critica a los malos musulmanes que toman el nombre de Alah en vano para cometer crímenes. Y esto si que es una gran blasfemia. Los buenos creyentes musulmanes deberían de enfadarse con estos malos musulmanes, no quien realiza críticas a esos blasfemos.La libertad de expresión, como otros muchos derechos que han costado mucha sangre y esfuerzos, es un derecho irrenunciable. Sus límites deben ser el sentido común y lo que dicten los tribunales de justicia a favor de quien se sienta injuriado.Saludos.

    12 febrero 2006 | 20:47

  13. Dice ser Ralsa

    Otra vez el error. El buen musulmán es el que es capaz de matar en nombre de alá, de modo que los que toman el nombre de la deidad para cometer lo que nosotros consideramos crímenes son buenos musulmanes. No hagamos símiles equívocos con la doctrina cristinana del amor al prójimo e incluso al enemigo (aunque luego no se ponga muy en práctica): El islam no es la fe de paz y amor infinito que creen muchos.

    14 febrero 2006 | 09:37

  14. Dice ser Pacorro

    Para mí creo que también estamos tratando de «lo politicamente correcto». Los eufemismos a menudo me han gustado (no como a Javier Marías, que en un artículo q leí de él me pareció un absoluto chuleta). Me parece un logro encontrar y utilizar la palabra discapacitado antes que subnormal. ¿Es autocensura ser políticamente correcto? Puede ser, pero tiene un objetivo noble y loable -creo- intentar no herir. Mofarse intencionadamente de los demás sabiendo a ciencia que se van a molestar….Hombre..pues tendrás derecho..Pero habrás de saber bien a quien te has dirigido y atenerte a las consecuencias.

    19 febrero 2006 | 20:35

  15. Dice ser Armando

    Cuando la hipocresía domina nuestra clase política y llamar las cosas por su nombre resulta que es politicamente incorrecto, sólo algunos tienen el arrojo de luchar pro cambiar esta falsa moral.Para todos los participantes con ganas de implicarse un poco: afiliaros al partido CIUTADANS-CIUDADANOS.

    27 octubre 2006 | 19:58

  16. Dice ser ruchu

    malicimo

    04 noviembre 2008 | 14:34

  17. Dice ser sanchez

    purupara roscones el que lo lea

    04 noviembre 2008 | 14:35

  18. Dice ser venado

    bueno pero no lo entendi

    04 noviembre 2008 | 14:36

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