Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

20-N ¿Dónde estabas cuando murió Franco?
Portadas de Doblón para el recuerdo

El domingo pasado hice la promesa -¡en qué hora la hice!- de buscar en mi sótano las portadas del semanario Doblón (que yo dirigía desde su fundación) correspondientes a la larga enfermedad y muerte del dictador Francisco Franco.

Nunca imaginé que iba a ser tan costoso sentimentalmente hurgar en en el baúl de los recuerdos y, sobretodo, intentar ordenar el sótano, después de tantos años de abondono.

Estoy reventado pero, al fin, encontré los ejemplares que buscaba (dos de ellos, secuestados por la policía franquista). Sin embargo, aún no tengo localizada la copia de la carta que enviamos, en mano, al entonces Príncipe de España pidiéndole que intercediera para que la policía levantara el precinto de la imprenta y nos dejara distribuir por los quioscos el ejemplar de la muerte de Franco, que llevaba en su portada el sello de dos pesetas.

En cuanto encuentre ese escrito lo incluiré en el blog porque, aparte del valor sentimental que puede tener para los que hacíamos el semanario Doblón -corriendo no pocos peligros-, la intervención del jefe del Estado en funciones, si es que la hubo, fue mano de santo.

No sabemos lo que Juan Carlos de Borbón hizo exactamente con mi carta. Ni siquiera puedo probar que hiciera algo por nosotros. Nunca lo hemos hablado. Lo importante, en aquellos momentos tan dramáticos pero esperanzadores, es que gente joven, barbuda, crítica y con pantalones de campana, como nosotros, teníamos la convicción de que el Príncipe podría hacer algo por salvar nuestra revista y que -por otros indicios que teníamos- había muchas posibilidades de que estuviera de nuestro lado.

La verdad es que, al día siguiente de hacerle llegar dicha carta al Príncipe Juan Carlos, el ministro de Información de Franco, León Herrera, me convocó en su despacho.

No sabía si iba a prosperar una denuncia contra mí por delitos de opinión ante el Tribunal de Orden Público (eso formaba parte de la rutina, una semana al mes) o bien otra denuncia por injurias a la viuda del dictador.

Me llegaron noticias inquietantes de que García Carrés, uno de los más destacados fascistas de la época, paseaba por los despachos oficiales un ejemplar de nuestra revista prohibida al grito de:

«¡Han ofendido a la señora!¡Han ofendido a la señora!»

Releí varias veces el contenido de nuestros reportajes, para ver si podíamos desencuadernar el pliego correspondiente a la presunta ofensa a la viuda de Franco y poder repartir lo demás.

En un artículo, firmado por Margarita Sánchez y Luisa Cortés, tiutlado «La familia», encontré, en la página 77, esta única referencia a la «señora»:

«Carmen Polo de Franco.- Esposa del Generalísimo, madre de la marquesa de Villaverde y abuela de la duquesa de Cádiz. Es una mujer inteligente y despierta para los negocios. (…) Su afición a las antigüedades nace a raiz de sus visitas al Palacio de los Guillén Urzaiz, antes de la guerra civil».

El ministro León Herrera me recibió vestido de riguroso luto -el cadáver de Franco estaba aún expuesto en el Palacio Real- y fue extraordinariamente amable. Yo diría que fue, incluso, afectuoso. Al menos, así lo percibí yo, con todo el miedo que llevaba en el cuerpo, acostumbrado a las broncas y denuncias del ministerio.

El ministro mostraba un rostro compungido, derrotado o, quizás, agotado. Me hizo sentar, después de los saludos, y me dio una breve charla, en tono pedagógico y no amenazante, que recuerdo muy bien. Me dijo:

«¿Por qué me hacéis esto, precisamente cuando el Caudillo está aún de cuerpo presente? ¿No te das cuenta de que falta muy poco para que el futuro de España esté en vuestras manos? Tened un poco de paciencia. Nosotros ya somos el pasado y vosotros sois el futuro. Anda con cuidado. No habrá denuncias contra ti ante el Tribunal de Orden Público y ya se ha levantado la orden de secuestro sobre tu revista. Pronto podrás distribuirla. Pero anda con cuidado.»

Yo no salía de mi asombro. Nunca lo he contado hasta hoy pero recuerdo que, en un momento de su charla, el ministro franquista, que para mi era un ogro con nombre de león, me llamó «hijo». Fue una suave reprimenda, más paternalista que autoritaria. Y salí de ministerio muy alegre, volando hacia Alcobendas, donde teníamos la imprenta, y pensando que España ya era otro país. !Aún no habíamos enterrado al dictador! Y estaba convencido de que el Príncipe -que seguramente estaría tan asustado como nosotros- había obrado el milagro. Por lo tanto, no estabamos equivocados al escribir aquella extraña carta pidiéndole auxilio.

Lo más gracioso es que, entre republicanos de toda la vida, ninguno de nosotros sabíamos nada sobre el protocolo a seguir con la realeza. Por eso, la carta tiene cierta gracia por su ingenuidad y franqueza.

Un experto nos dijo que a los reyes de España no se les llamaba «Majestad», como en el extranjero, sino solamente «Señor», a secas. Pero ¿cómo despedirnos del entonces «heredero a título de Rey»?. Recuerdo haber escrito algo así como :

Señor:

Somos un grupo de jóvenes que deseamos un futuro democrático y en paz para España… (y luego le contaba lo del secuestro policial de nuesto semanario por publicar cosas permitidas en cualquier país libre). Para terminar, le pedía que hiciera algo por salvar la revista (hablaban de clausurarla para siempre) y que nos diera una señal de esperanza a las generaciones jóvenes que soñabamos con un país en libertad, etc. etc.

El experto en protocolo -que era un amigo ingeniero de Minas a quien llamábamos Pepito– me dijo que era imprescindible despedirse del futuro Rey como si ya lo fuese, es decir, como se hacía con sus abuelos y bisabuelos. Y ésta fue la exótica fórmula que utilicé, por primera y última vez en mi vida, para despedirme de Don Juan Carlos:

«A las RR. PP. de V.M.»

Me imagino que el casi Rey se partiría de risa porque nunca lo he visto en ningún documento. ¡Ah! esas iniciales significan:

«A las Reales Plantas de Vuestra Majestad»

Está claro que no iba a poner la despedida acostumbrada durante la dictadura:

«Por Dios, por España y su revolución nacional sindicalista. Viva Franco. Arriba España».

Sobretodo porque Franco acababa de morirse y entrábamos en tiempos nuevos de monarquía.

Al día siguiente, almorcé en El Puchero de la calle Larra con Nicolás Franco y Pascual de Pobil (sobrino del dictador) y le pedí que trasmitiera nuestras disculpas a su tía Carmen Polo de Franco ya que, en nigún caso tuvimos intención de ofenderla con aquel artículo. Eramos auténticos supervivientes atravesando un océano ignoto.

El semanario Doblón con el sello de Franco en su portada pudo distribuirse por toda España. Me consta que muchos lectores guardaron ese ejemplar como oro en paño. Algunos lo conservaron mejor que yo, puesto que me ha costado mucho encontrarlo.

Pero finalmente he cumplido con mi promesa de la semana pasada cuando escribí lo siguiente:

«Recuerdo que, hace 30 años, por estas fechas, miré en los archivos gráficos del semanario Doblón (que yo dirigía entonces) y en las agencias de fotos, en busca de las mejores imágenes para nuestra portada más soñada y también más histórica». .»

«Como el dictador tardó tantas semanas en morirse, agotamos nuestras reservas de buenas fotos: aquella con el ridículo traje de gala estilo Trujillo, la otra con botas de caballería marcando el paso marcial en Burgos, al terminar la guerra, o una en la que estaba, por primera vez en segundo plano, entre Don Juan y Don Juan Carlos, durante el bautizo de Don Felipe, etc. etc.

Busqué, entonces, esta foto sublime de Franco bajo palio, que ha publicado hoy El País, pero no la encontré. Había sido retirada de la circulación. Conservaba, como oro en paño, otra foto robada (naturalmente clandestina) tomada por detrás del general, mientras estaba subido en un cajón y empinado, de puntillas, en el balcón principal del Palacio de Oriente para poder ser visto y saludar a los muchos franquistas (millón arriba, millón abajo) que acudían allí a rendirle pleitesía cada vez que se reían de él fuera de España.

«Nunca me atreví a publicar esa foto de personaje tan adorado por los suyos, subido en un improvisado cajón de madera para compensar su corta estatura física. Tengo mucho respeto por las personas de baja estatura física y alta talla moral. Mi padre lo era. Y la postura de Franco podía ser risible.»

«Además, considerándola prohibida, los censores franquistas podrían haber secuestrado nuestra revista y denunciarme por delitos de opinión, lo que solía ocurrir una semana de cada cuatro.

Por eso, cuando, finalmente, expiró el dictador, me pilló sin foto que echarme a la portada de Doblón. Habíamos agotado nuestras existencias.»

«Desesperado, tuve que recurrir a lo que tenía más a mano, en aquella inquietante madrugada, en la imprenta: un sobre con el sello anaranjado de Correos (creo recordar que era de dos pesetas) en el que aparecía de perfil la efigie del muerto. Recorté el popular sello de Franco (la Gracia de Dios no aparecía en los sellos de Correos, solo en las monedas) y pedí al regente que lo ampliara hasta cubrir toda la portada del semanario.»

«Fue un éxito, a pesar de que también fue secuestrado ese número de la revista. Algún día contaré cómo nos libramos de aquel secuestro y pudimos romper los precintos de la Polícia para distribuir los ejemplares por los quiscos. Recurrimos (casi clandestinamente) al todavía Príncipe de España y a un sobrino del dictador… y se produjo el milagro».

«Prometo buscar esa portada en mi sótano y reproducirla el próximo domingo en este blog para celebrar el XXX aniversario de la misma. ¡Ah! y terminar esta historia dominguera de abuelo cebolleta sobre cómo el casi Rey nos libró aquel día de la censura franquista estando Franco de cuerpo presente.»

Lo prometido es deuda. Les he enseñado la portada del sello y les he contado -es la primera vez que lo hago- la historieta del secuestro de la revista. Menos mal que ya es historia.

13 comentarios

  1. Dice ser DIOGENES

    Al conocer la muerte de Franco, mi primera impresión fue de esperanza en las posibilidades que el previsible cambio de régimen representarían para España.Pero poco a poco fui observando que se trataba de un derribo controlado, que no era posible una ruptura total con lo anterior y que nuestra nueva democracia nacía con plomos en las alas.Se sustituyó la voluntad general por el interés de nuevos partidos (algunos con 100 años de edad pero 40 de vacaciones), dominados por oligarquías que actuaban como nuevos ricos propietarios de marcas comerciales exitosas, que se vendían solas cada 4 años, secuestrando la soberanía popular.Después vino el desencanto y la impresión que lo que se buscaba realmente era una democracia de baja calidad, en los estandares europeos, por eso de la adhesión a la UNION EUROPEA y a la OTAN.Hoy día queda poco de aquellos antifranquistas (contra Franco vivivamos mejor, dicen algunos), por eso este aniversario ha pasado totalmente desapercibido para la ciudadanía (excepto nostálgicos de ambos bandos) y a usted le cuesta tanto trabajo encontrar la documentación.

    21 noviembre 2005 | 01:47

  2. Dice ser El Linyera

    Cagando y no pude apreciar la diferencia.

    21 noviembre 2005 | 02:19

  3. Dice ser pacorro

    Vaya historieta divertida de «cuarto de máquinas» o de «cócina»..¿Y cómo se hacían antes estas cosas de ampliar sellos de colores..sin scanneres ni pcs? Parece mentira ¿no?La verdad es que la figura del Rey Juan Carlos con todo su buen hacer y su mano izquierda remite un poco al paternalismo aquel de su valedor. Las imágenes de bautizos de la familia real con el general allí presente dan un poco de cosa..Ofrecen la impresión de «Sistema»..de «Gran Hermano» vigilante unipersonal autoreproductible único capaz de «gobernar» esa tendencia ácrata de los españoles..(de los humanos creo yo)Es ese punto agradable de que cuando más acojonado estás te llamen «hijo», que no pasa nada. Pero claro, mejor suprimir el acojono previo y ya está.Saludos, no es cuestión de enredarse aquí con charlas de sistemas políticos para los íberos…

    21 noviembre 2005 | 06:00

  4. Dice ser imagina

    Me gustaría colar en su blog la entrevista que realiza Victoria Prego al presidente del Tribunal Supremo, que hoy aparece en el Mundo.“ENTREVISTA AL PRESIDENTE DEL TRIBUNAL SUPREMOHernando: ‘Podemos llegar a que el mismo hecho sea delito en una autonomía y no en otra’”http://www.elmundo.es/elmundo/2005/11/21/espana/1132547034.htmlHace un tiempo colgué en su blog este comentario, que la entrevista hoy publicada viene a confirmar.“…..ya estoy esperando de un momento a otro la entrada en el campo de batalla de los entes judiciales como acorazados para la toma de alguna playa.” lo dijo imagina • 15 Noviembre 2005 | 05:00 PMEste Sr. representa a la última instancia que tendría que decidir, caso de que se llegue a ello. ¿No es ilegal? que el juez que después tenga que juzgar un caso, opine sobre ello públicamente.O es que lanzar globos sondas interesados, entra dentro de las funciones de tan alto cargo.Saludos

    21 noviembre 2005 | 09:33

  5. Dice ser Gianna

    Jeje, parecen las batallitas del abuelo 😛 (es broma).Ahora en serio, yo nací en el año 81 y me gusta leer este tipo de historias, o las que me cuentan mis padres sobre lo que vivieron en la universidad en ese mismo periodo. Son retazos de una época que no hemos vivido y no podemos comprender los que hemos vivido siempre en democracia, y es bueno que de vez en cuando se recuerde que no siempre hubo en este país los derechos y libertades que hay ahora, y el trabajo costó conseguirlos.

    21 noviembre 2005 | 10:39

  6. Dice ser quiero cosas nuevas

    No entiendo el sacar tanto sobre Franco a estas alturas.. ¿no habia quedado ya olvidado¿la gente ¿ no queria olvidar?.. Creo que los que se les llena la boca de todo lo mal que lo pasaron, son los primeros en evitar olvidar aquellos tiempos y desgraciadamente nos hacen recordar a todos. POr favor escribir cosas nuevas…

    21 noviembre 2005 | 13:05

  7. Dice ser Maria

    Etimado JAMS,Hola!Muchas gracias por contar estas cosas.. Sinceramente usted ha formado parte de la historia, de la lucha por la libertad, por la igualdad… la lucha por buscar la forma de expresarse. Me emociona escuchar relatos de esta época. En mi país (argentina) pasaban cosas parecidas, y creo que el verdadero periodismo, el más idealista quedó allí! en ese jugarse la cabeza por publicar otras verdades…Te Felicito! debes sentirte vivo!un saludo!Maria

    21 noviembre 2005 | 16:36

  8. Dice ser ilde

    Hola, es legal o ilegal que un agente de policia tenga una foto de franco pegada en la puerta de su taquilla ( por fuera ). Se considera lugar público?

    15 diciembre 2005 | 15:44

  9. Dice ser nacho

    Franco engrandecio España

    03 agosto 2008 | 14:54

  10. Dice ser anonimo

    franco es un hijo puta hoy pegara a los extrangeros ogala se valla an infierno el hijo de la gran puta su madre de fenco es una puta ojala no ubiera nacido nunca

    20 noviembre 2008 | 15:04

  11. Dice ser franco

    nose

    09 diciembre 2008 | 15:28

  12. Dice ser uno de 81 años

    He vivido toda época de Franco.Soy un profesional liberal y lo mismo me da un regimen que otro,puesw,como nunca me he metido en ningún follón he vivido igual de bien entonces y ahora.Cuando leo tanta mentira pinso que lo único que pretenden es engañar a los jóvenes que no han vivido esa época.Entonces no había tanto asesino,drogata y gentuza impune como ahora.Será por eso que interesa mentir y exagerar,para tapar todo esto.

    12 diciembre 2008 | 15:57

  13. Dice ser Liber

    Ilde: ¿Es legal o ilegal que tenga que soportar a diario la imagen del exterminador de Cubanos denominado Che en todas partes y a todas horas? Le parafraseo en uno de sus discursitos:»Odio como elemento de lucha, odio inquebrantable por el enemigo, el cual empuja al ser humano más allá de sus limitaciones naturales, convirtiéndolo en una efectiva, violenta, selectiva y despiadada máquina asesina…»

    13 abril 2010 | 20:04

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