Ni una sola vez aparece Pascual Maragall citado en el texto de esta información publicada por El Mundo, a cuatro columnas y con foto, en su página 53.
Y es nomal que su nombre no aparezca por ningún lado, ya que la noticia se refiere a la Cámara de Comercio de Barcelona (el sujeto del titular) que no tiene relación alguna con el presidente de la Generalitat.
Sin embargo, para algún lector, que no se decida a leer minuciosamente las cuatro columnas de texto, puede existir relación razonable entre la foto de Maragall (centrada, a tres columnas) y quienes piden que «el cuarto canal analógico se instale en Barcelona».
Y más de uno pensará:
«!Hay que ver! Este Maragall se quiere llevar todo a Cataluña»
Hay que ver lo mucho que algunos estamos aprendiendo con su blog. Mil gracias.
12 octubre 2005 | 02:47
Entre unos y otros van a acabar consiguiendo que nos abramos la cabeza a pedradas…
12 octubre 2005 | 10:16
Estimado amigo, siento una gran admiracion por usted y por su labor en este blog. Tan solo un pero, deberia de publicar analisis sobre noticias mas a menudo. Saludos
12 octubre 2005 | 10:38
Rocamadour:Muchas gracias. Corre la voz.Montanelli:No seas tan pesimista, hombre. O disumula un poco para no contagiar más pesimismo a los demás. Te recomiendo a Ciorán, que, con todo su pesimismo, se murió de viejo.Aunque me llames cursi -y con razón- te diré que encima de la mierda también hay bellas gotas de rocío. Pero hay que buscarlas activamente y fijarse en ellas.Esta mañana de fiesta, por ejemplo, no tenemos periódico (me refiero, claro, a 20 minutos), hace un día espléndido en las afueras de Madrid, huele a tierra mojada, los pajarillos están como locos y ha salido el sol. (¡Qué contento se habrá puesto Bono porque los rayos rebotarán en los fusiles y en el betún brillante de las botas. Entre tantas armas, Pascual Maragall se va a juntar con sus colegas en la tribuna del desfile militar y luego tomarán unas copas. Te recomiendo la colunma de Saco en la que dice que, mientras los braceros se pelean por las lindes del cortijo, sus amos están tomando copas en el Casino.Y, sobretetodo, no mates al mensajero. No me hagas sentir culpable por lo que hago en este blog. ¿Crees que es mejor esconder la cabeza y no querer saber lo que pasa (por feo que sea) o estar al corriente para que no nos tomen el pelo? Que se abran la cabeza a pedradas entre los bárbaros, pero no entre los demócratas. Los bárbaros se tiran piedras, los demócratas nos tiramos palabras. ¿Es un avance o no?José A. Martínez Soler
12 octubre 2005 | 11:26
Me he explicado mal, amigo. Entre unos y otros me refería al Maragall, a Aznar, a Ibarretxe, a Carod, a Jimenez Losantos, a algunos de la Ser, a Pedrojota, a Luis Aragonés,…No me refería al apunte (lleno de mala uva) que has hecho sobre el titular de El Mundo me ha parecido muy fino. De ahi lo de que entre las imprudencias de unos políticos y el tenebrismo de ciertos periodistas, pues dan ganas de mandarlos a la mierda. Pero no.En lo que no estoy tan de acuerdo es en la generalización esa de «demócratas». Puede que tu y yo, y la mayoría de los ciudadanos lo seamos, pero no consideraría que aqui todo hijo de vecino es muy tolerante. Desgraciadamente no lo creo. Creo que hay un poso muy grande de intolerancia con los demás. Por ejemlo se utiliza la expresión «independentista» como un insulto o casi un crimen, y lo mismo cuando se dice «derechista»…Y esto tiene que ver con otra cosa de tu comentario que no veo igual que tu. Por lo que recuerdo el mensajero es el que transmite un mensaje. No creo yo que El Mundo haya sido un mero transmisor en la noticia de arriba (mezclando habilmente fotos y titulares) Creo que forma parte del problema. Y ojo que no lo hace solo El Mundo, como bien demuestras muchos días, El País hace algo muy parecido.No soy pesimista, solo es que los políticos son bastante mediocres. No me explico como para ser cajera del Carrefour a una cría le piden inglés hablado y escrito, latín clásico, alemán y chino mandarín, mientras que los dos últimos presidentes del gobierno no tienen ni pajolera idea de inglés. Cierto que el último de ellos, por lo menos no nos hace reír con (o de) sus discursos en Georgetown ni sus «comentarios» históricos sobre Tarik, Muza y sus vinculaciones con el 11-M. El nivel cultural de los políticos es bajo bajo.PD: sobre el comentario de los braceros, aunque sea un poco cogido con alfileres… si van a echar a 1.400 empleados de SEAT es de suponer que entre ellos estarán los Consejeros que han llevado a la compañía a esa situación con sus decisiones (y muy bien retribuidos por cierto, ya que hay que reducir costes)un abrazo, el blog cada día es mejor.
12 octubre 2005 | 18:47
Gracias, Montanelli.Hablando se entiende la gente y se aclaran muchas cosas. Estoy de acuerdo con algunas cosas que apuntas cn tu comentario, pero no con otras. Por ejemplo, no estoy de acuerdo en la generalización que haces de que «los políticos son bastante mediocres». Hay de todo, como en botica.Es cierto que hoy no vemos personajes extraordinarios, líderes con carisma, como ha ocurrido en épocas extraordinarias. Pero nuestros líderes políticos son los que hemos elegido para resolver los problemas de hoy. Estoy convencido de que si se ponen mal las cosas, elegiremos líderes extraordinarios y ellos mismos se ofrecerán a resolver esos problemas. Recuerda la Europa de la postguerra (Churchill, Adenauer, De Gaulle, Roosevelt, etc.) o la España de la transición (Suárez, Felipe, Guerra, Abril Martorell, Pujol, el mismo Fraga, Carrillo, etc.). Entrevisté a todos ellos y no son eran nada mediocres.La gente de primera se dedica ahora a otros menesteres y eso, para mí, es un signo de normalidad, pues tenemos líderes bastante normales (Zapatero, Rajoy, Chaves, Esperanza Aguirre, Simancas, etc.). De cerca, no parecen tan mediocres. Zapatero es un poco soso, pero Rajoy es muy agudo y tiene un fino sentido del humor.Pero los mensajeros enviamos, veces, señales contradictorias. Y siempre, naturalmente, por interés. Por eso, me esfuerzo en este juego de comparar los distintos mensajes.Intentaré combatir tu pesimismo (como si yo fuera Elena Francis)con mis mejores armas. También yo, si lo pienso dos veces, soy bastante pesismita. La inteligencia te lleva al pesimismo, pero la voluntad nos salva (o nos engaña) dandonos cierto optimismo. Recuerda a aquel comunista italiano que escribió los Cuaderni di Carcere (Gramchi o Gramsci, se me ha olvidado como se escribe su nombre) cuando oponía «el optimismo de la voluntad al pesismismo de la inteligencia».Que no nos falte la risa. O estaremos perdidos, Montanelli.SaludosJosé A. Martínez Soler
12 octubre 2005 | 23:16
estoy de acuerdo en que en las democracias es un avance tirarnos palabras. pero haría una reflexión: ¿No sería mejor intentar no «tirarnos2 sino intercambiar palabras?suena idealista, peron intentémoslo entre tod@s.recordemos el trascendental valor que tiene el poder pensar e intercambiar en un clima lo menos agresivo posible, los mensajes.Estampa
13 octubre 2005 | 01:01
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20 octubre 2006 | 20:38