Acabo de llegar del anatómico forense donde he estado con el fotógrafo, Jorge París. No se recordaba nada semejante desde la muerte del baloncestista Fernando Martín o la de Carmina Ordóñez. La mejor foto, sin duda, obtenida desde un lugar «privilegiado»no la ha hecho ningún compañero, sino las enfermeras asomadas a la ventana del anatómico forense, tres pisos por encima de la fría estancia donde descansaba el cadáver de la hermana de la princesa. La imagen de la marabunta. Hasta doscientos informadores estabamos en la puerta a las siete de la tarde.

A las diez y media de la noche sólo quedaba la agencia EFE y algún que otro rezagado. Dentro, el cuerpo de Erika, cuya muerte ha cubierto con una losa de luto y dolor la figura de su hermana.

Fotos: Jorge París