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Dove descubre (por fin) que a las mujeres les sale pelo en las axilas

Y solo han necesitado 62 años para darse cuenta, pero finalmente, en su última campaña, podemos apreciar la primera axila del mundo de la publicidad con (un poco de) pelo:

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El problema de Dove hasta ahora, y de tantas otras marcas, es que no sabían cómo acercarse a la mujer actual, cómo hablarla, cómo llegar a ella.

Campañas como «Belleza real» pretendían aproximarse a nosotras, pero en mi opinión es como si pretendes acercarte a un león con carne pasada de fecha. Puede que se la coma y no pase nada, pero si tiene bien el olfato lo más seguro es que le huela a podrido y te acabe mordiendo la mano (nosotras somos el león, por si no había quedado claro).

Dove pretendía alejarse de la belleza estereotipada de las modelos que se dedicaban a anunciar productos de higiene femenina a través de castings urbanos de los que luego sacaban mujeres reales para sus anuncios, sí, pero dando lugar a campañas poco creíbles igualmente:

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Ahora la marca ha dado un paso más. «De perdidos al río» debieron de pensar, «Del río al mar y pelillos a la mar». Y así ha pasado, que en su último anuncio nos encontramos con unos vellos cortos, apenas perceptibles, pero que hacen un orgulloso acto de presencia.

Pues señores de Dove, este anuncio sí me lo creo, porque mi axila está así el 80% del tiempo, con algún que otro pelillo (tampoco es que me salgan muchos), con los que hago mi vida normal.

Subo el brazo para agarrarme al asidero en el metro, me estiro si por un casual me meto en clase de yoga y me puedo desnudar tranquilamente delante de mi pareja sin ningún tipo de pudor por no llevar la axila perfectamente afeitada.

Eso es una axila, más que real, porque una depilada también es real, convencional: la axila media de la mujer española, me atrevería a decir. Y, para mí, aunque más que axilas suaves deberían decir limpias, .

Así te teñirás el pelo este otoño

Con la vuelta a la rutina (y a la peluquería) ya nos hemos despedido de esas puntas abiertas que nos hemos ganado a pulso durante el verano. Nos ha tocado hacer el cambio de armario y plantearnos arreglar esa fregona desmochada retorcida alrededor de un coletero que llamábamos peinado.

El otoño, que ya bastante enjundia traumática tiene de por sí con eso de perder el bronceado y empezar de nuevo en el trabajo, nos da un respiro con la plancha o el secador. Los peinados que triunfan para diario son los sencillos, y respecto a la longitud, el pelo corto es la nueva melena larga.

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Pero si hay una tendencia que me encante y que vea accesible para todas es el melting hair, que viene a ser el pelo de nuestro color natural como base con mechas más claras, aplicadas desde la raíz, dando un efecto de transición a lo largo de la melena.

Y es que lo del cabello sirena, en rose gold, azul pastel o verde esmeralda se nos estaba yendo de las manos. Francamente no me veo yendo a una entrevista de trabajo con ninguno de esos tintes en el pelo.

Además de suavizarnos los rasgos por dar sensación de luz al ser más claro que nuestro tono de la raíz (algo que nunca viene mal teniendo en cuenta que además de volver el otoño volverá a nuestra cara la ojera), el melting nos soluciona ese hastío que nos entra a todas al tiempo de vernos siempre el pelo del mismo color.

No necesita cuidados y es mucho menos dañino que teñirse todo el cabello (y si con esto no te he convencido de que es la tendencia otoñal perfecta para el pelo, no habrá nada que pueda hacerlo).

Este verano olvídate de todo menos de tu pelo

Que mal se llevan los hermanos Gallagher, pero no tan mal como tu pelo y la estación más calurosa del año. En verano nuestro pelo se rebela manifestándose en forma de puntas abiertas, colores extraños que aparecen por reacción al cloro y en general una sequedad digna de la estepa ibérica.

Concepto de pelazo. INSTAGRAM @DIANINAXL

Es una época en la que nos insisten mucho en el tema de la hidratación, pero no me refiero a que cojas una garrafa de cinco litros y te riegues la melena. Aléjate de la peluquería un tiempo, no tiene sentido que hagas ahora un saneado si en un mes vas a tener que repetirlo. Dale descanso a tu pelo del tinte por un tiempo ya que son productos muy agresivos con el cabello.

Despídete de la plancha y del secador. Diles adiós hasta septiembre. El pelo es más sensible al calor que Belén Esteban a las críticas que le hacen sobre Andreita. Además, seamos sinceras, con el calor que hace fuera de casa el pelo húmedo se agradece.

Recuerda que el cloro es el lado oscuro de la Fuerza (de la piscina): destruye bañadores, destruye bikinis, te pica en los ojos y te estropea el pelo si no lo aclaras al salir del agua. Para mantenerlo hidratado convierte la mascarilla en tu básico de viaje. No te separes de ella. Como seguramente te la requisen en el control del aeropuerto, acuérdate de comprar una en cuanto llegues a tu destino.

Por último, ten en cuenta que los sombreros, gorras y pañuelos no solo sirven para crearnos un estilismo que ya quisiera Anna Wintour para el número de verano de Vogue, sino que protegen el pelo de los rayos del sol.

Tu pelo es como tu padre, solo tienes uno así que este verano no lo abandones a su suerte. Él no lo haría.

Veet y su crema depilatoria solo para machotes

Lo de las campañas publicitarias de Veet es para mear y no echar gota. Sus reuniones de publicidad deben ser algo así: un grupo de hombres heterosexuales cuya edad media oscila entre los 49 y 56 años fumando puros, masticando tabaco y gargajeándolo seguidamente a una escupidera mientras suena algún cantante muy viril de música country (hasta aquí mi referencia que no conozco ninguno. Acepto sugerencias).

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Pasan los años y la marca sigue estancada en los años 20, más o menos allá cuando fue creada. La visión de la sociedad que nos proyecta la empresa para vender sus productos es, simple y llanamente, asquerosa.

Toda esta rabia contra Veet viene por una razón, no es que me haya aparecido de repente porque se me haya cruzado el cable o porque (os veo venir haters) esté «en esos días del mes» (también podemos estar de mal humor sin que se deba a las hormonas), y es el nuevo anuncio de la crema depilatoria para hombres que os invito a ver aquí:

Ahora que ya estamos todos puestos en antecedentes, os explico por qué creo que Veet debería empezar a sacar anuncios para los clientes que vivimos en el siglo XXI.

Para empezar el hecho de que Veet haga un producto «especial» para hombres es algo absurdo cuando es exactamente la misma crema depilatoria. O a ver si os creéis que los pelos masculinos tienen un porcentaje de titanio que necesitan ingredientes especiales para poder ser afeitados. Pues no. De hecho, lectores masculinos, os invito a que os depiléis con un producto «para mujeres», veréis como podéis eliminar el pelo igualmente.

La diferencia es que la marca crea un packaging de otro color para que no se asocie a algo femenino. Eligen nada menos que el azul oscuro, no vaya a ser que se ponga un color como el verde, amarillo o azul claro, colores que ha usado la marca, y les crezca una falda a los hombres que la usen.

Si vemos el anuncio con un poco de atención nos damos cuenta de que los actores tienen algo en común (y no, no me refiero a los cutres pasos de baile para bodas que aparecen dando), todos son delgados, jóvenes y me atrevería a decir que se intuye que heterosexuales (una de las primeras imágenes de dos chicas mirando bailar a uno de ellos sostiene mi teoría).

Es decir, un casting que hace que el hombre joven español medio que ve el anuncio como, por ejemplo, mi novio, pueda ir al supermercado y comprar con tranquilidad una crema de depilar, algo asociado históricamente a las mujeres, sin que sienta que pierde un ápice de virilidad. De hecho, si nos fijamos en los influencers que han colaborado con la marca como voz 3.0 del producto, están cortados por el mismo patrón.

En segundo lugar la forma física tanto de los elegidos para el anuncio como de los instagramers nos deja claro que «Si gustas, gustas», sí, pero estando delgado. Lo de las lorzas o tetas colgaderas es algo que en el maravilloso mundo de la belleza de Veet no tiene cabida.

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Lo único que le puedo conceder es que en el anuncio vemos pelo. Habéis leído bien, pelo en un anuncio de productos depilatorios, que puede sonar irónico pero lo cierto es que en la mayoría de anuncios el pelo no existe. Es como si las actrices se depilaran por el mero placer de sentir la cera en esas piernas suaves, lisas y brillantes como si fueran ancas de rana. Debe ser que el pelo, si es de hombre, no produce el rechazo que conllevaría mostrarlo de una mujer.

A ver si tengo suerte y este post llega a ellos. Si no cambian su manera de hacer anuncios, que no lo creo, al menos que le den una vuelta y se den cuenta de que, por mucho que les cueste aceptarlo, los tiempos han cambiado: las mujeres tenemos pelos, aunque no salgan por la tele vamos a seguir teniéndolos, y un hombre puede usar un producto que sale de un bote rosa y estar igual de bien con la tripa cervecera depilada (si les gusta).

Esas ‘instagramers’ con pelos

Miércoles, 10 de la mañana. Me deslizo por Instagram hasta que doy con una foto de una chica con pelos en las piernas. Me meto en su perfil y repaso sus publicaciones hasta que una de mis compañeras me llama la atención horrorizada.

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-Madre mía, ¿pero qué es eso?

Mi compañera, veinteañera, con un mini bolso de Vuitton con llavero de pompón rosa incluido y más adicta a Instagram que al café, mira mi móvil asustada, como si esa pelusilla de la foto fuera a saltar de la pantalla y a enzarzarse en un combate a vida o muerte contra su pompón.

Eso, querida, son pelos. Pelos como los que tienes tú o yo hasta que alguien te ha enseñado a verlos como algo incorrecto, lo que hace que siempre sientas que te los debes quitar del cuerpo.

Pero no es el caso de Morgan Mikenas. La instagramer amante del fitness (y del arte y música según su cuenta en la red social) decidió dejar de depilarse y vivir en armonía con su cuerpo y sus pelos, algo que aplauden sus casi 77.000 seguidores.

I am not afraid. I am not afraid of my truths, of who I really am. I am not afraid to be exposed. What you see is what you get. This is me. I will not take away part of myself to make YOU feel more comfortable. I 👈🏼👈🏼am comfortable!! I'm completely comfortable in my own skin. Don't fear what will become of you, depend on no one..Because once you let go of what someone else might think of you, you are free..🌼✨ Since moving to Vegas I have gone into public in shorts/tank tops/ bathing suit.. fully exposing my body hair. It was a pleasant surprise for me! People out here look at me like I am no different/look directly into my eyes and acknowledge me as an authentic human being.☺️🙏🏼💖 (And that's how it should be) Completely a full 360 from the Midwest. Out there, if I went into public exposed, a trail of whispers/ laughter/ judgment/ negativity would follow.. but the negativity has taught me how to be fearless and confident.. and that's all you need to beat the negativity:) And I'm sure I will encounter negativity out here sometime, because negativity is everywhere and unavoidable..but I'm feeling super lucky that I haven't had to deal with that yet!:) All Im hoping to do is to teach acceptance. Practice acceptance, not judgement.💝✨🌸#onelove #inspireothers #befree #bebold #beyourself #selfcare #spreadlove #fitness #confidence #namaste #loveandlight #gratitude #bodypositive #bodyhairdontcare #positivity #passion #iloveyou #weareone #summerready #acceptance #notjudgement #physique #healthylifestyle

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«No me asusta quién soy. Lo que ves es lo que hay. No voy a quitarme una parte de mí para que tú te sientas cómodo. Yo estoy completamente cómoda en mi propia piel. Una vez deja de preocuparte lo que otros puedan pensar, eres libre… Todo lo que espero es enseñar a la gente a aceptarse. Practicad la aceptación no el juicio.»

No es la única que se ha sumado al #bodyhairdontcare. Cada vez más hombres y mujeres en las redes sociales suben fotos de su vello corporal con orgullo.

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Pero el hecho de que sean las que tienen un considerable número de seguidores las que se animan a dar este paso, logran una visibilidad y un impacto que realmente ayuda a concienciar de que, a fin de cuentas, el vello corporal debe ser una elección personal y no una obligación externa impuesta.

Cambiando de temporada y de peinado

Las ganas de meterse la tijera en el pelo cuando llega el calor son inevitables. Empiezan esos días en los que te asas de calor en el metro, en clase o en la oficina y terminas con la nuca más pegajosa que el papel de moscas.

Por ello, y porque eres una adicta a las tendencias (sino no estarías leyendo ese post) aquí tienes los que serán los cortes de pelo estrella de esta primavera:

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El shag, corto y desfilado con capas perfecto para darle dinamismo a un pelo liso. Te sonará de Winona Ryder en Stranger Things.

Rockstar #shag for this badass beauty 🔥🎸🌺 #shtrnomad #sallyhershberger24k #MAJOR #hair #cutbylevi

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El loobque viene a ser un bob de longitud media (long bob). Si quieres sanear el pelo pero no perder la forma, este es tu corte.

Las mechas tigereye están inspiradas en la piedra Ojo de tigre, piedra marrón con rayas amarillas. Se hacen a mano alzada a lo largo de la melena en tonos nuez, avellana, cobre y miel y es ideal para melenas castañas o rubias oscuras.

👳🏻‍♀️👱🏻‍♀️Capelli spenti? Scegli il tuo stile da #rhdparrucchieri 👳🏻‍♀️👱🏻‍♀️

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El gringe es el flequillo del ranking (porque no podía haber una temporada sin flequillo), que aunque no es muy deseado en verano te gustará por su comodidad a la hora de mantenerlo. Desfilado y despeinado, está inspirado en Brigitte Bardot.

Cambiando el champú por vinagre de manzana

Dice mi madre que los experimentos están bien siempre y cuando se hagan con gaseosa, pero como los hijos somos expertos en eso de desobedecer a los progenitores, me puse a experimentar con el vinagre.

No recuerdo cuando fue la primera vez que leí que el vinagre de manzana era un sustituto perfecto del champú. Mis únicas experiencias con el aliño habían sido en ensaladas.

Después de consultar en foros que no iba a quedarme calva por usar el truco, decidí tirarme a la piscina (de vinagre).

Mi segunda motivación para probarlo es que el vinagre sale mucho más barato, y como dentro de poco seré la encargada de mi propia intendencia, tengo que estar atenta a este tipo de cosas ya que pretendo vivir de manera más austera que un monje ermitaño.

(Os dejo la comparativa para que veáis que no os miento)

CARREFOUR

CARREFOUR

Para lavarme el pelo llené de vinagre de manzana hasta la mitad un botecito de 100 ml (de los típicos de aeropuerto) que tenía restos de champú. Soy de melena muy larga y con los 50 ml me pude lavar todo el pelo perfectamente. Aunque agité bien el bote por si conseguía lograr una mezcla, el líquido se quedó tal cual.

Después de mojarme todo el pelo repartí el vinagre por mi cabeza rezando por que no me cayera en los ojos. Todos sabemos lo que escuece un champú, y por el blog no estaba dispuesta a averiguar lo que puede llega a escocer el vinagre.

La aplicación fue igual que la de un lavado convencional, es decir, haciendo círculos con los dedos a lo largo de mi cuerpo cabelludo y frotando entre las palmas de mis manos las puntas. Aquello no soltaba ni un ápice de espuma, lógicamente.

Medio mareada por los efluvios, aclaré el pelo durante bastante tiempo con agua templada y lo primero que me sorprendió fue lo liso que quedaba tras el aclarado. Me llamó la atención porque yo soy la típica que no concibe un lavado de pelo sin suavizante/mascarilla/desenredante y al ver cómo quedaba tras quitarle el vinagre decidí no echarle nada más.

No os voy a engañar, a mi pelo recién lavado le podría haber restregado un par de hojas de lechuga y un tomate para hacerme una ensalada. Pero una vez se quedó seco del todo el olor había desaparecido por completo.

Tras mi experimento, a favor del vinagre tengo que decir que deja el pelo liso sin necesidad de productos que nos lo desenreden, que queda mucho menos apelmazado una vez está seco y que incluso al día siguiente de lavarlo el aspecto y el tacto es de recién lavado.

¿En contra? Para una ducha romántica yo seguiría usando el champú convencional.

 

«Hay muchos lugares donde gobierna la mujer, el hombre solo tiene la barbería»

Salón Look 2016: entre los tres pabellones de Ifema llenos hasta la bandera de stands de cosméticos, manicuras y productos de peluquería me topo con un pasillo que, a modo de baldosas amarillas en El Mago de Oz, las franjas azules, rojas y blancas me guían a través de un sinfín de improvisadas barberías.

Me alucina la cantidad de espacio que tiene la Feria de Madrid dedicado a ellas. A su alrededor brotan las barbas (sobre la cara de muchos asistentes) como las flores en primavera. Y qué barbas. Y qué sillones de cuero envejecido. Y qué maravilla de estantes llenos de botes de diseño vintage con jabones y lociones para barbas.

@Roystonn

FOTÓGRAFA: CRISTINA SIMÓN. MODELO: @ROYSTONNST88

Me acerco a una de ellas y me pongo a hablar con Frankie, de la barbería Los tres bigotes. Le pregunto por el pasillo de las barbas y por estas en general. Por cómo los hombres se han abierto este hueco en un mundo de belleza que hasta hoy era, en su mayoría, seguido y apoyado por un público femenino.

«Estamos en la época en la que las barbas están de moda absoluta. Han vivido una adaptación en la sociedad al ser consideradas algo elegante. En definitiva están más integradas» afirma Frankie. «La barba simboliza la masculinidad del hombre. Hemos salido de una época en la que se llevaba la depilación en el pecho, las cejas perfectas… Ahora la masculinidad está en el aire».

Se ríe y se mesa la perilla mientras afirma que eso que se dice de que «la barba es el maquillaje de los hombres» es verdad. Me pone su propia barbilla como ejemplo, gracias a la barba su cara parece más larga.

Aunque Frankie no pasará los 30 años, por su barbería pasan hombres de todas las edades, así como los que se encuentran en la feria. Desde veinteañeros cubiertos de tatuajes hasta un señor de, fácilmente, setenta años al que le retocan un bigote canoso que sería la envidia de Papá Noel mientras le graban para televisión.

Mantener una barba «al mes te puede costar unos 30-40€ aunque depende de varias cosas. Cuando hace calor crece más rápido. Varía porque cada persona es un mundo. Los hay que van cada semana, cada dos…» dice Frankie. «Lo que está claro es que el mantenimiento de una barba requiere de un barbero«.

@Royston

FOTÓGRAFA: CRISTINA SIMÓN. MODELO: @ROYSTONN88

Aunque también hacen cortes de pelo, las barberías se han convertido en un lugar exclusivo para ellos: «Yo nunca le corto el pelo a una mujer, es algo solo para hombres. Hay muchos lugares donde gobierna la mujer, mientras que el hombre solo tiene la barbería».

«Los cortes de pelo de barbería son cortes en degradado. En la barbería nunca marcamos las nucas, es un concepto muy sutil. Son técnicas diferentes a las de la peluquería» dice Frankie. «Es un corte que se ha arrastrado del folclore este tiempo. El que iba a una peluquería unisex iba a por el corte de pelo de los Beatles, el que iba a una barbería buscaba un corte diferente«.

No te cortes flequillo, es una trampa

Caen un poco las temperaturas y nos volvemos locos con el otoño. El cambio de armarios, la carrera contra los días que cada vez son más cortos o el flequillo son algunas de las cosas que caracterizan a esta época.

Porque claro, llevar flequillo en verano y terminar con la frente blanca contrastando con nuestro bronceado no es algo que funcione. ¿Habéis visto alguna vez que se lleve el flequillo en verano? Nunca. Es como si Suchard pretendiera que comiéramos sus turrones a principios de junio. Con el frío aumentan las ganas de abrigarse, que vienen de la mano con dejarse crecer los pelos (incluyendo los del flequillo).

He de confesar que soy el prototipo de mujer que pega el tijeretazo a esos mechones delanteros para lucirlo. Siempre me sucede lo mismo. Me pongo a leer la revista de moda de turno en la que aparece (introducir nombre de actriz famosa aquí) con su flequillo recién cortado.

«Oh, qué bien me quedaría esto a mí» piensa mi cerebro mientras dejo la revista y me planto en la peluquería (porque así soy yo con los cambios de peinado, me dejo llevar por los venazos, y claro, tener la peluquería a cinco minutos de casa no ayuda). Una hora después me doy cuenta de que no soy (introducir nombre de actriz famosa aquí) y por tanto no me queda tan bien como a ella.

A lo hecho pecho y al flequillo cepillo. Y secador. Y 15 minutos que tendrás que dedicarle cada mañana para llevarlo decentemente peinado. Porque esa es otra. Te despiertas con el flequillo como la situación política española, con cada pelo mirando para un lado.

Cuando por fin le has cogido el tranquillo al cepillo cilíndrico, cuando por fin has aprendido la técnica de muñeca necesaria para darle forma con el secador, el flequillo ha crecido y vives entre la angustia de comerte a la gente por la calle y el sufrimiento que es que se te meta en los ojos. Porque puedes estar años para dejarte crecer un poco de melena que en unas semanas los pelos del flequillo han crecido cinco veces más rápido que cualquiera del resto de los pelos de tu cabeza. No me preguntéis por qué pero es así. Científicos de Massachusetts llevan años estudiando este fenómeno sin averiguar a qué se debe.

#fringehaircut #fringehair #haircut #newhair #newhaircut

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La cosa es que al final acabas hartándote del flequillo. Que sí, hacedme caso. Yo también pensaba que no, pero acabas cansada. Se ha convertido en esa parte de cuerpo que atrae la grasa como si de un imán se tratara. Si el pelo te aguanta uno o dos días sin lavar, el flequillo a la media hora de lavártelo ya está medio grasoso de la de veces que has tenido que colocártelo. En ese punto, lo único que puedes hacer es dejarlo crecer y rezar porque crezca rápido, ya que estás unas semanas en ese punto de no-lo-bastante-corto-como-para-que-no-dificulte-la-visión y no-lo-bastante-lago-como-para-que-quede-bonito-si-se-lleva-abierto.

Que aunque también tiene sus cosas buenas, como poder llevar las cejas como orugas procesionarias (ojo con las ventiscas traicioneras), si no eres de las intrépidas con pulso de cirujano que se atreve a cortárselo a sí misma, al final te acaba saliendo caro no solo en dinero sino en tiempo, ya que viene a ser como un trabajo de jornada completa.

¿Caerás este otoño en su trampa?

Alegato para que vuelva ‘El hombre como el oso’

El otro día en unas piscinas termales me llamó la atención la cantidad de hombres depilados que veía a mi paso.

-¿Pero por qué te depilas?- Le pregunté a uno de los chicos del grupo, uno de estos medio alemanes rubio a rabiar (en otras palabras, que no se podía decir que encajara en el prototipo de hombre-oso-peludo-morenazo).

-Me gustan más mis piernas así.

Manda narices. Y yo que daría un dedo porque el movimiento #MiVelloMisNormas se normalizara hasta el punto en el que se aceptara que nosotras pudiéramos depilarnos o no hacerlo sin ser criticadas por ello.

-¿Pero por qué?- Insistía yo incrédula mirando aquellas piernas diez mil veces mejor depiladas que las mías. Ni la muñeca Barbie las lleva así de perfectamente rasuradas.

-Es más cómodo para jugar al fútbol.- Claro, ahora resulta que el 0,0001% extra de resistencia que ejercían tus pelos contra el viento afectaba a tu rendimiento en el juego.

Ojo, antes de que me digáis nada, respeto totalmente a los que decidís hacerlo. No es que sea una fanática pro-pelo que ataca lanzando mechones a aquellos que veo depilados por la calle, pero, en mi opinión el pelo es bonito donde quiera que esté.

Quim Gutiérrez, uno de los pocos que no le declaa la guerra al pelo. INSTAGRAM

Quim Gutiérrez, uno de los pocos que no le declara la guerra al pelo. INSTAGRAM

Donde sea, en serio. Y nunca me he encontrado a ningún hombre con pelo en la espalda pero si lo encontrara y fuera un hombre por el que tengo sentimientos, estoy convencida de que también me gustaría.

Rompo una lanza por el ‘caminito’ delicioso que parte desde vuestro ombligo y que invita a descenderlo a besos. Me declaro fanática de vuestro vello del pecho, de recorrerlo lentamente de manera distraída con los dedos. Como buena devota de las barbas, os digo que no hay nada mejor que trazar el contorno de vuestra mandíbula con la boca medio abierta, utilizando los labios como las serpientes la lengua, para definiros cuando las luces están apagadas (o encendidas). Soy la hooligan del vello púbico, hincha que acaba siempre haciendo los actos más vandálicos entre las sábanas.

Así lo digo, sin vergüenza. Que los únicos pelos en la lengua en este caso concreto, sean los que después de un camino de roces, hayan sido acariciados por ella.

Por todo ello, pido que vuelva. Porque con vello o sin él, sois de las cosas más hermosas del mundo. Pero, a mi parecer, vestidos únicamente con lo que os ha tocado por naturaleza, ni os cuento.