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Los zapatos para entrar pisando fuerte en el otoño

Se nos acaba el chollo. Si la montaña de papeleo de la mesa de la oficina o el taco de apuntes que ha aparecido por generación espontánea solo te lo hacían sospechar, te doy la confirmación. Lo bueno y breve dos veces bueno, así que este verano ha debido de ser buenísimo de lo corto que se nos ha quedado.

Pero no todo tiene que ser malo, ya que entramos en el fantástico otoño, la estación fetiche de las amantes de la moda. El fresquibiri se empieza a notar, y como que ya no ves las sandalias con los mismos ojos por aquello de que empiezas a tener frío en los dedos de los pies.

Es el momento de pasar página, ser fuerte y guardarlas en el armario hasta el año que viene. Pero, que no cunda el pánico porque a la vuelta te espera esto:

-Talones fuera, en forma de bailarina o kitten heel, el tacón preferido de las mujeres altas. Este año vuelven las puntas que siguen el trazado de los dedos y darán un toque formal a todo aquello con lo que lo combinemos. Si quieres hacerte con unas para que se conviertan en zapato de diario apuesta por negro o rojo que son dos básicos que siempre vas a combinar fácilmente.

H&M/LEFTIES/BIMBA Y LOLA

ÜTERQUE/LEFTIES

-Botines calcetín, perfectos para mantenernos el tobillo abrigado. Aunque parecen de villana de película serán los protagonistas de la noche. Con vaqueros o faldas cortas dejando las piernas a la vista son también un básico que podremos combinar hasta el infinito (y más allá).

ÜTERQUE/BIMBA Y LOLA

-Nos volvemos barrocas este otoño con los mocasines abiertos. Son perfectos para los días de entretiempo, esos que en Madrid apenas llegan a la semana pero en Milán duran un mes (¡afortunadamente!).

Este zapato o lo amas con todas tus fuerzas o lo odias con todas tus fuerzas. Si, a diferencia de mí, eres de las primeras, encontrarás en los mocasines el complemento perfecto para tus estilismos de día.

H&M/ÜTERQUE

-La moda del zapato-calcetín también llega a las deportivas. Mi duda existencial es si aún con esa forma se llevará el calcetín igualmente por dentro. Y si no se lleva ¿transpirará el pie u olerá a tabla de quesos cuando nos quitemos la zapatilla? (Si alguien tiene unas del estilo por favor que nos de su opinión)

ZARA/STRADIVARIUS/ÜTERQUE

-Las botas altas son quizás la elección más invernal, pero no está mal mirar al futuro, como hacía tu madre comprándote el uniforme de tres tallas más para que te sirviera por lo menos un par de años.

Si Taylor Swift las llevaba en Look what you made me do es porque se convertirán sin duda en una de las tendencias de la temporada.

ÜTERQUE/H&M

Por qué septiembre es el ‘enero’ de la moda

Después de cuatro horas de viaje paramos en una gasolinera y mi novio hace lo que llevo pidiendo todo el viaje: comprarme la Vogue del mes de septiembre.

@meetingmara

Era lo primero que quería hacer al llegar a España. Se lo llevaba repitiendo la semana entera mirando con deseo las Vogues portuguesas que me miraban desde cada quiosco que nos cruzábamos.

«¿Por qué la de septiembre?» Me preguntaba él a sabiendas de que nunca me compro revistas (y menos una que cuesta casi cinco euros, algo que me da para un paquete de tangas en Primark).

Por todos es sabido, y si no lo sabías ya te lo digo yo, que Vogue es la Biblia de la moda, lo que la «gente del mundillo» lee con fervor a la hora de saber qué viene y qué se va, hasta otra temporada, de nuestras vidas.

El número de septiembre, The September Issue, es el Mapa del Merodeador de la estación. Te dice qué se lleva, cómo se lleva y dónde se lleva la nueva temporada, desde la manga hasta el complemento de tus tacones sin olvidar del color que llevarás en tus labios o el grosor de tus pestañas.

Es como la apertura del curso en el colegio, solo que, en el caso de la moda, es algo que coges con ganas, no como cuando empezabas cuarto de la ESO y sabías que tocaba volver a verle la cara a la profesora de Física y Química.

«Lo relevante y definitorio de esta franja de tiempo que nos ha tocado vivir» afirma Eugenia de la Torriente en la Carta de la Directora del número de la revista. ¿Y qué nos espera?

Por lo que he visto por encima aprovechando los kilómetros entre Toledo y Madrid, mezclas arriesgadas, el más es más, colores vibrantes, tejidos gruesos que no dejarán pasar una pizca de frío y texturas que piden más que ser llevadas, ser acariciadas.

Resetea el armario, empezamos.

Ivy Park de Beyoncé: mucho nombre y pocas nueces

Que a las famosas les gusta sacar su propia colección de ropa es algo que me lleva quedando claro un tiempo. Todos recordamos el ascenso (y caída) de la línea de Rihanna, Victoria Beckham, pero Jennifer López, Stella McCartney o las hermanas Olsen son otros ejemplos de celebrities mejor o peor avenidas.

NORDSTROM

Las novedades de la colección de la norteamericana para otoño invierno 2017 son como el caldo. Vale, sí, te hace el apaño en un día de invierno, pero mejor si lleva pasta, alguna verdurita o garbanzo, como que mejor, ¿no?

Si echamos un vistazo a la línea, lo mismo podría poner «Ivy Park» que «Under Armour», «Adidas» o «Nike». Que me perdone Beyoncé, a la que adoro con todas mis fuerzas, pero la colección me sabe a poco.

De hecho, la palabra para definirla sería «básica» (pensé en «insulsa» pero no quiero hacerme mal karma con la diva máxima). Es básica porque, aunque es una colección deportiva, no veo riesgo, ni diseño, ni nuevas tendencias. Veo camisetas, sudaderas, mallas anchas e incluso unas chanclas que son misteriosamente parecidas a las de la colección de Rihanna para esta temporada.

Antes de que digáis que estoy siendo demasiado dura, deciros que no pretendo que innove como Rei Kawakubo o Viktor & Rolf, pero que ya que se lanza a un ámbito de la moda como es la deportiva, ámbito que tiene bastante competencia, qué menos que atreverse un poco y aportar cosas nuevas.

NORDSTROM

NORDSTROM

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Zapatos de terciopelo para volver a creer en el amor a primera vista

Lo hemos visto en camisetas, vestidos, pantalones y, esta temporada, el terciopelo es el tejido que también llegará a todos los zapatos: desde calzado plano hasta tacones para las noches invernales.

Para las más atrevidas los tonos burdeos, verde botella, rosa pastel o metalizados darán un toque de color al armario. Pero si la tendencia no termina de convencerte y la prefieres llevar discretamente, el negro siempre será el básico con el que el acierto está asegurado.

Botas altas

ZARA

ZARA

Botines

ASOS

ASOS

Sandalias con plataforma

BERSHKA

BERSHKA

Stilettos

ASOS

ASOS

Sandalias

H&M

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Zapatos de cordones

ASOS

ASOS

Botines militares

STRADIVARIUS

STRADIVARIUS

Mocasines

ZARA

ZARA

Salones 

ASOS

ASOS

La tendencia de llevar camiseta por debajo de los tirantes

No sé en qué momento se decidió que las camisetas o vestidos de tirantes necesitaban complementarse con una camiseta de manga corta por debajo.

Es decir, de repente todo lo que fuera llevar o una u otra por separado ya no era igual de estiloso. Ya no estabas tan a la moda.

Empecé a ver esta tendencia a principios de verano de manera muy aislada. De hecho recuerdo pensar «¿A dónde va esa loca en pleno junio en Madrid con una camiseta de manga corta por debajo de un vestido?». Aquí, que hace más calor que en la sauna del infierno. No tenía ningún sentido.

Ahora que ya han pasado los días asfixiantes y hemos pasado de la sandalia a las botas y al paraguas, las mujeres vistiendo esta combinación se han multiplicado de manera exponencial hasta el punto de que este fin de semana lo llevaba una amiga mía.

Las tendencias son una cosa más o menos lejana hasta que alguien de tu círculo cercano la adopta. Ahí ya no hay escapatoria y sabes que, por mucho que te resistas acabarás cayendo.

Ayer decidí dejar de darle largas y aposté por la combinación. Una vez pasado el shock inicial, he de admitir que agradecía poder seguir luciendo mi vestido veraniego de una manera más otoñal (pasando menos frío principalmente).

Además de que en casa todas tenemos camisetas de manga corta, por lo que si nos animamos a llevarla, es de las pocas tendencias que no vamos a necesitar comprarla. Dos de dos, ¿te atreves a probarla?

‘Choker’, el regreso de la gargantilla noventera

Corrían los 2000 y entre las muchas tendencias, las gargantillas elásticas a modo de tatuaje triunfaban entre las adolescentes. Quién me iba a decir a mí que años después la rescataría de entre el collar de la concha de nácar y el del elefante de imitación de marfil.

Realmente el choker, que es esa gargantilla ajustada que realza el cuello, es un concepto muy amplio, ya que puede ir desde nuestro elástico vintage hasta un pañuelo colocado estratégicamente alrededor de la garganta.

Choker casero. MARA MARIÑO

Choker casero. MARA MARIÑO

Kendall Jenner, Gigi Hadid o Emily Ratajkowski son solo algunas de las que ya han caído ante los encantos del accesorio. Y es que es lo bueno de los complementos, que no solo te va a resultar mucho más asequible hacerte con ellos que si se pone de moda un Birkin, sino que además con la variedad de gargantillas que puedes encontrar (de cinta, de lazo, más ancha, menos ancha, lisa, metálica, de terciopelo, minimalista, barroca…) te va a resultar muy difícil no tropezar con una que te guste.

Pero si, como yo, eres de la escuela del reaprovechamiento máximo, te recomiendo que le eches un poco de creatividad al asunto y apañes alguna cuerda o cinta que tengas por casa para hacerte con el tuyo.

En mi caso, inspirada por Katie Rosebrook, una tuitera de Iowa cuyo choker hecho con el cordón de una zapatilla de deporte anudada se convirtió en viral, corté los herretes a un cordón de mis zapatos Oxford y… ¡apañado!

¿Qué opináis de la tendencia?

 

Al pan, pan y a los labios, vino

Pero no en copa o del cartón de Don Simón (para las universitarias) sino en forma de lápiz labial, pintalabios o gloss.

Este otoño, quitando el color rojo que es el clásico por excelencia (en serio, si no sabéis que pintalabios comprar, invertid en una buena barra de color rojo, no os arrepentiréis) como el otoño anterior, y el anterior, y el anterior del anterior, vuelven los colores de frutas oscuras.

¡Oh Dios mío! ¿En serio? Vaya, esto sí que no me lo esperaba. Los colores como cereza, ciruela oscuro o frambuesa abandonan los fruteros y son perfectos para las jornadas diurnas.

De los rojos y granates vamos pasando a tonos más oscuros llegando a los marrones como el chocolate o a morados como el berenjena que podemos llevar tanto de día como de noche.

Kourt K @paulaohenoja 😍 A beautiful deep purple, perfect for fall!

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A partir de aquí entramos en territorio de intrépidas. Los colores otoño-invierno 2016 se siguen oscureciendo y llegando, no solo a un arándano más oscuro, sino incluso al negro.

El mate en todos los colores es EL ACABADO, así, en mayúsculas. Continuará en invierno, con la dificultad añadida de que con el frío no podrá lucirse en todo su esplendor ya que los labios son muy sensibles a las bajas temperaturas (y acabamos con la boca más cuarteada que un código de barras). Para compensar deberemos llevarlos bien hidratados por debajo.

BROWN SUGAR. this Friday 12pm.

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Su homólogo, el brillante efecto satén (casi puedes sentir los pelos quedándose pegados en el gloss transparente), será el otro acabado tendencia para ocasiones especiales.

Y por último, algo más complicados de llevar pero increíblemente bonitos (tanto que acabarás picando con el de la purpurina y escupiendo brillo durante varios días), los acabados metalizados y glitter para las noches en las que no queramos pasar inadvertidas.

No te cortes flequillo, es una trampa

Caen un poco las temperaturas y nos volvemos locos con el otoño. El cambio de armarios, la carrera contra los días que cada vez son más cortos o el flequillo son algunas de las cosas que caracterizan a esta época.

Porque claro, llevar flequillo en verano y terminar con la frente blanca contrastando con nuestro bronceado no es algo que funcione. ¿Habéis visto alguna vez que se lleve el flequillo en verano? Nunca. Es como si Suchard pretendiera que comiéramos sus turrones a principios de junio. Con el frío aumentan las ganas de abrigarse, que vienen de la mano con dejarse crecer los pelos (incluyendo los del flequillo).

He de confesar que soy el prototipo de mujer que pega el tijeretazo a esos mechones delanteros para lucirlo. Siempre me sucede lo mismo. Me pongo a leer la revista de moda de turno en la que aparece (introducir nombre de actriz famosa aquí) con su flequillo recién cortado.

«Oh, qué bien me quedaría esto a mí» piensa mi cerebro mientras dejo la revista y me planto en la peluquería (porque así soy yo con los cambios de peinado, me dejo llevar por los venazos, y claro, tener la peluquería a cinco minutos de casa no ayuda). Una hora después me doy cuenta de que no soy (introducir nombre de actriz famosa aquí) y por tanto no me queda tan bien como a ella.

A lo hecho pecho y al flequillo cepillo. Y secador. Y 15 minutos que tendrás que dedicarle cada mañana para llevarlo decentemente peinado. Porque esa es otra. Te despiertas con el flequillo como la situación política española, con cada pelo mirando para un lado.

Cuando por fin le has cogido el tranquillo al cepillo cilíndrico, cuando por fin has aprendido la técnica de muñeca necesaria para darle forma con el secador, el flequillo ha crecido y vives entre la angustia de comerte a la gente por la calle y el sufrimiento que es que se te meta en los ojos. Porque puedes estar años para dejarte crecer un poco de melena que en unas semanas los pelos del flequillo han crecido cinco veces más rápido que cualquiera del resto de los pelos de tu cabeza. No me preguntéis por qué pero es así. Científicos de Massachusetts llevan años estudiando este fenómeno sin averiguar a qué se debe.

#fringehaircut #fringehair #haircut #newhair #newhaircut

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La cosa es que al final acabas hartándote del flequillo. Que sí, hacedme caso. Yo también pensaba que no, pero acabas cansada. Se ha convertido en esa parte de cuerpo que atrae la grasa como si de un imán se tratara. Si el pelo te aguanta uno o dos días sin lavar, el flequillo a la media hora de lavártelo ya está medio grasoso de la de veces que has tenido que colocártelo. En ese punto, lo único que puedes hacer es dejarlo crecer y rezar porque crezca rápido, ya que estás unas semanas en ese punto de no-lo-bastante-corto-como-para-que-no-dificulte-la-visión y no-lo-bastante-lago-como-para-que-quede-bonito-si-se-lleva-abierto.

Que aunque también tiene sus cosas buenas, como poder llevar las cejas como orugas procesionarias (ojo con las ventiscas traicioneras), si no eres de las intrépidas con pulso de cirujano que se atreve a cortárselo a sí misma, al final te acaba saliendo caro no solo en dinero sino en tiempo, ya que viene a ser como un trabajo de jornada completa.

¿Caerás este otoño en su trampa?

Las ocho tendencias en las que debemos invertir este otoño

Entre que toca volver a la universidad o a la mesa de la oficina, y que por la calle has dejado de ver los ‘braga-shorts’ empezabas a sospechar que el verano llegaba a su fin.

Después de entrar oficialmente en la temporada más confusa del año (porque no sé los vuestros, pero mis estilismos de entretiempo parecen formados por un grupo de diseñadores de Pokémon: «Ahora ponemos unas chanclas…y unos calcetines debajo por si hace frío. Una falda corta, jersey de lana para el fresquillo en los brazos y…¡listo!) estas son las tendencias que se convertirán en algo más deseado que Brad Pitt estando soltero:

Flores bordadas: inspiración setentera en todas y cada una de las prendas. Para las más apañadas (y ecológicas) un parche termoadhesivo o incluso una abuela ágil con las agujas, en el caso de que aún se te resista el hilo, es una tendencia que podemos versionar de forma casera.

TOPSHOP Y ASOS.

TOPSHOP Y ASOS

Satén: el aliado de las noches más salvajes. Eso sí, procura combinarlo con medias tupidas o abrigos gruesos ya que es un tejido cuyas propiedades de abrigo brillan por su ausencia. Si quieres lucirlo al 100% olvídate de sentarte, ya que es un tejido que se arruga solo con mirarlo.

ASOS, TOPSHOP Y BERSHKA

ASOS, TOPSHOP Y BERSHKA

Bodies: vinieron en verano y resistirán el invierno. El colectivo de madres de fashion victims se encuentra muy agradecido a esta tendencia en particular ya que protege la barriga y los riñones del frío (y ya sabemos como se ponen con lo de llevar los riñones al aire).

TOPSHOP Y H&M

TOPSHOP Y H&M

Hombros al aire: bueno, vale, no es una tendencia nueva nueva, pero como si lo fuera. Las camisetas sin hombros, aunque llegaron para primavera/verano, se apuntan a colores más otoñales y son perfectas para conjuntarlas en nuestro día a día.

JENNYFER

JENNYFER

Terciopelo: el más agradecido (y calentito). En clave nocturna es un aliado perfecto para cuando caigan las temperaturas sobre todo si lo llevas en manga larga.  Combinado con unas zapatillas o vaqueros en estilismos más informales, se dejará llevar también a la luz del día. Y si a eso le sumas el plus de que estarás más suave que un peluche, es imposible que no te seduzca.

TOPSHOP, BERSHKA Y H&M

TOPSHOP, BERSHKA Y H&M

Metalizados: para no pasar desapercibido (otra tendencia que llevamos arrastrando desde… no sé… ¿2014? ¿Qué pasa? ¿Se les han acabado los tejidos?). Volverá a tentarnos en prendas a partir de lúrex, el tejido que entró el año pasado sin mucha pena ni gloria y en accesorios. Antes de comprar bolsos o zapatos de estos colores, recomiendo mirar la fabricación, ya que en este tipo de accesorios el color se cuartea enseguida con el uso y su vida útil es muy limitada.

ZARA Y PRIMARK

ZARA Y PRIMARK

Bailarinas con lazo: o las deseas o las aborreces porque no levantan pasiones a medias. En mi caso es aborrecimiento total, porque los zapatos que son de llevar anudados 1. siempre se me acaban bajando y tardo media hora más en llegar a los sitios, ya que tengo que rehacerme el nudo cada tres pasos y 2. cuando ya me canso y los aprieto más fuertes que el corsé de Rose en Titanic acaban gangrenándome las piernas y dejándome los pies hinchados.

JENNYFER, ASOS Y ZARA

JENNYFER, ASOS Y ZARA

Folklore: de los países europeos más fríos viene esta tendencia con la que te sentirás como Anna y Elsa en los días de entretiempo de Arendelle. Para darle el contrapunto al toque romántico puedes combinarla con botas militares o bikers (chaquetas de cuero de toda la vida).

ASOS, ZARA Y JENNYFER

ASOS, ZARA Y JENNYFER

¿Cómo ves la que se nos avecina? ¿Te ha volado la cabeza alguna de las ‘nuevas’ tendencias?

El ‘efecto verano’ en la tripa y las caderas

[Día 1 de septiembre a las cuatro de la tarde. Me relajo con mi mejor amiga en el borde de la piscina aprovechando para ponernos al día.]

-Qué asco de verano, no me gusta cómo tengo las piernas.

La miro con ese amor reverencial de abuela que tenemos por las amigas queridas, ese que hace que, estén como estén, las veamos siempre como las criaturas más perfectas del universo y no nos entre en la cabeza que no las llamen para un trabajo o que el chico de turno no las conteste los whatsapps.

-Tonterías- le digo-. Yo antes del verano tenía abdominales y ahora mira…

Nos reímos y enumeramos los extras del verano: su brownie de chocolate con helado de dulce de leche, mis incontables platos de pasta, las pizzas…

Y es que en verano, como en Navidades, Semana Santa o cualquier época del año un poco más especial, nos dedicamos a lo importante: a disfrutar. ¿Y qué mayor disfrute que dejar de lado lo que debemos seguir de manera más estricta durante el resto del año?

Si eres de los que lleva puesto el ‘efecto verano’, es decir, el efecto de las tapas, pinchos, salchipapas, cubatas en la terracita chill out, barbacoas, lomo-quesos, festivales, etc, es normal que el cuerpo haya perdido un poco de forma y que notes una flacidez veraniega en la tripa o en las caderas.

Volver a la rutina laboral puede ser la clave para encaminarnos hacia hábitos más saludables como sustituir los litros de cerveza por agua y volver a una alimentación equilibrada que no esté basada en fritos y rebozados como los platos del chiringuito (que no significa que te pases el día comiendo verde como las vacas).

Retomar la forma física es más fácil si hemos entrenado previamente, un poco como montar en bicicleta. El cuerpo, que es muy sabio, sabe que hace meses, estuvo en forma, solo tenemos que encontrar la manera de recordárselo.

Para ello debemos hacer ejercicio. No, no hay alternativa, hay que moverse. Si tu único ejercicio cardiovascular ha sido andar del aparcamiento a la orilla para plantar la toalla, empieza poco a poco. Puedes apuntarte a un gimnasio o empezar con algo tan sencillo como el running. Que no importa si solo corres hasta la esquina y vuelves a casa siempre y cuando mañana corras hasta la esquina y un pasito más allá y así progresivamente hasta que te hagas la San Silvestre.

La clave es y será siempre la paciencia y no agobiarse por cómo hemos vuelto. Que, en el fondo, la vida es demasiado corta como para renunciar también en verano a los pequeños placeres gastronómicos.

«Que nos quiten lo zampao» pensamos mientras hablamos de la clase de spinning que seguramente nos espera al día siguiente.