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Stradivarius man, la nueva alternativa ‘low cost’ para hombre

Después de que empezara a vender productos de decoración y complementos de escritorio, a principios de mes, Stradivarius (una de las hijas de Inditex) hacía historia dentro de la marca lanzando una línea masculina.

Después de analizarla detalladamente, en mi opinión supone una alternativa low cost bastante interesante ya que cubre las necesidades de, lo que podríamos considerar, ‘el mercado masculino joven español’, y he aquí el porqué.

STRADIVARIUS

En primer lugar, la línea está compuesta por propuestas poco arriesgadas. Vale que encontramos algún cuello o anchura menos convencional, pero por lo general sigue el estilo de Pull and Bear, Bershka o incluso Zara.

En segundo lugar, los precios pueden resultar interesantes para el público al que van enfocado (hombres jóvenes entre 18 y 30 años), ya que encontramos ropa informal como camisetas, pantalones de algodón, pasamos por los célebres vaqueros y camisas informales y terminamos en algún pantalón más arreglado para esos primeros empleos en los que pueden exigir un dress code más arreglado.

Para que os hagáis una idea de los precios las camisetas oscilan entre 15 y 18 euros, las chaquetas y pendas de abrigo entre 50 y 150 euros, mochilas y bolsas de 20 a 50 euros y zapatillas de 30 a 50 euros. Siendo Inditex sé que no es la mejor calidad del mundo, pero en base a mi experiencia con Stradivarius mujer, son prendas que, si las cuidas, te pueden durar de tres temporadas en adelante.

STRADIVARIUS

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Las sandalias de Inditex que hacen que quieras cortarte los pies

Todas sabemos que el verano y el cambio de armario vienen de la mano con las rozaduras de las sandalias. Es así. Puedes tratar de negarlo, pero la semana de adaptación en la que florecen en los pies las ampollas y las farmacias hacen caja con las tiritas, es una cosa real. Tras ese tiempo, puedes usarlas cómodamente el resto de la temporada.

Sin embargo, no todas las sandalias se comportan de la misma manera, un modelo en concreto, el de tiras con forma de aspa compuestas de poliuretano de Inditex, están sembrando el terror en los pies de las mujeres.

Sandalias. FACEBOOK ELSA SARMIENTO

Sandalias para sadomasoquistas. FACEBOOK DE ELSA SARMIENTO

Este modelo, elaborado por el propio Satán en persona, provoca unas heridas que ríete tú de las torturas de la Santa Inquisición. Vamos que si te dan a elegir entre la rueda y andar una hora con este calzado, la rueda se te asemeja a una sesión de spa con masaje.

Noelia Pérez, es una de las afectadas por estas sandalias: «Me las compré el viernes por la mañana y me las puse para ir a trabajar. A los 10 minutos ya tenía rozadura y cuando llegué al trabajo, herida. Me compré tiritas pero se me despegaban. Tuve que trabajar descalza«.

Sandalias Stradivarius. MARA MARIÑO

Sandalias de Stradivarius. MARA MARIÑO

«Para volver casi me corto los pies. Llegué a mi casa sangrando. Al día siguiente fui a Stradivarius y les dije de cambiarlas porque no me valían. Me dijeron que no las podía cambiar porque las había usado y les había quitado la etiqueta. Dije que las había usado pero me habían hecho heridas en los pies, que con ellas no se puede caminar. Les pedí que por lo menos tuvieran la decencia de cambiármelas y no quisieron. Fui tonta porque tenía que haber pedido la hoja de reclamaciones» relata Pérez.

Rozaduras por el centro del pie, por los dedos… Clara Salgado, otra víctima de las sandalias, cree que el problema se debe al material: «En cuanto el pie te suda un poco, te quema. Hace ampollas que se explotan. Siempre las llevo con tiritas y parezco la momia».

Lo que no se entiende, según Salgado, es «que te gastes 40 euros en unas sandalias que no son de un material muy bueno». Porque honestamente, cuando te compras unas sandalias del chino de 10 euros sabes a lo que te expones por ese precio. Que seguramente saldrán malas y no verán otro verano, pero claro, te has gastado en ellas una cuarta parte que si te las llevas de tienda.

Por lo pronto, el modelo de sandalia de Zara ha sido retirado. Traté de encontrarlo en algunas tiendas y no solo no estaba sino que se había eliminado del catálogo online. Las de Stradivarius, en cambio, siguen encontrándose a la venta.

Sin embargo, debemos plantearnos hasta qué punto confiamos a ciegas en una marca sin preocuparnos de lo que pueda venir detrás. Inditex ha jugado con la garantía de calidad media que se da por hecho en sus productos cuando han producido problemas cuyas secuelas no desaparecerán fácilmente, ya que las marcas de las heridas, una vez curadas, siguen a la vista en la piel.

Secuelas. FACEBOOK

Secuelas en la piel. FACEBOOK

Que sí, que tengo claro que lo que vende Inditex no va a durar para siempre, que también está hecho en China o Bangladesh, pero, entonces, que no se aprovechen del nombre y lo vendan al precio al que lo encuentras en los chinos cuando están hechos de los mismos materiales.

Es una vergüenza que además de sangrarte los pies te sangre también el bolsillo.

 

«Conseguir que Inditex haga más tallas es algo difícil»

Es un día cualquiera por la mañana. Vas camino al trabajo pensando en tus cosas cuando algo llama tu atención en un escaparate. Los maniquís no son delgados, son lo siguiente. Te resulta increíble que el grosor de sus piernas se asemeje más al de tus propios brazos que al de tus piernas.

Así se sintió Anna Riera cuando pasó por delante de un Lefties que le impulsó a abrir una petición en la plataforma Change.org pidiéndole a Inditex que retirara aquellos figurines que flaco favor (literalmente) le hacían a nadie. «Me quedé impactada por aquellas piernas extremadamente delgadas. Lo primero que pensé fue si realmente alguien las tendría así».

Más de 100.000 firmas después, aquellos maniquís desaparecían del escaparate: «Inditex se comprometió a quitar los maniquís diciendo que estaban descatalogados y que había sido un error«.

Lo que parecía una guerra ganada, se convirtió para Anna en la primera victoria de sus dos batallas, pues a la de los maniquís le siguió la de las tallas. El nuevo objetivo de la estudiante de psicología es que Inditex aumente el tallaje a partir de la talla 42 (si, señores de Zara, hay vida más allá).

Cosas a tener en cuenta. TWITTER

Cosas a tener en cuenta. TWITTER

¿Por qué el imperio de Amancio se queda ahí cuando más del 50% de las mujeres en España usan una talla 40? «Creo que no les interesa, pero eso no es lo que me importa. Me importa que se den cuenta que es beneficioso para ellos también hacer más talla» dice Anna.

La joven de 18 años, pese a las peticiones no ha cambiado su relación con la tienda: «No quiero ir en contra de Inditex, me gusta la ropa de Zara, de Berhska… pero hay sitios que no están haciendo bien para nuestra salud mental. Pido cambios como consumidora para cambiar la vida de todos«.

Pese a lo loable que me parece su cruzada, es acusada por más de uno de promover la obesidad al reivindicar mayor tallaje: «No intento promover la obesidad sino algo que esté dentro de lo sano. Muchas mujeres tienen una 44 o 46 y son personas que si las ves no piensas que tengan un problema de salud».

No se muestra muy convencida sobre si su petición conseguirá cambiar el tallaje en Inditex: «Creo que para eso se necesitan más firmas porque es un cambio difícil. Esta decisión no depende de mí». Pero la marca no se ha pronunciado al respecto. Ni ante ella ni ante medios que han intentado entrevistarla, porque, como reconoce Anna «Lo importante de la petición no es el número de firmas sino que te conteste la persona o empresario«.

Una espera que sigue agraciando beneficios al imperio. Y es que, pese a las demandas y peticiones, este  miércoles se reveló un crecimiento del 15% de Inditex, la mayor subida desde 2012. Anna se muestra rotunda al respecto: «No lo veo mal, al final la decisión de si compras en Zara o no es del propio consumidor. Puedes pensar que Zara promueve la explotación infantil pero tú decides comprar o no.»

No sabe si logrará que algo cambie, pero para ella, ser la mujer que cambió los tallajes de Zara «sería fenomenal» no por reconocimiento «sino porque es un privilegio poder representar mujeres que han tenido problemas con la talla. Me alegra poder ayudar».

Y es que, a su edad, tiene claro que una talla no determina a la persona: «Mi personalidad y las cosas que hago son lo que me definen».

A veces parece que las marcas nos prefieren anoréxicas

La moda es solo para delgadas. Llevo tiempo sospechándolo viendo el físico de las modelos de pasarela (con ‘llevo tiempo’ me refiero a que llevo toda mi vida). Pero no solo en la pasarela, en los catálogos de las marcas o las revistas de moda hay mujeres de la talla 34 con tobillos como bolígrafos Bic. Es imposible no sentirse presionada, especialmente cuando entras en la adolescencia y tu cuerpo empieza a cambiar. Eres más susceptible a lo que nos venden: que esa delgadez enfermiza es la belleza.

La anorexia no se encuentra solo en la pasarela. Y ha venido para quedarse gracias a blogs que la fomentan y a tendencias en las redes sociales como el thigh gap (el hueco determinado genéticamente que algunas mujeres tienen entre ambos muslos) o el coin challenge (la moda de sostener monedas en el hueco de la clavícula). Las modelos ya no son las únicas que tienen que enfrentarse a los problemas de peso. Las compañeras de Blanca Padilla que vomitaban antes de un show o comían pañuelos de papel según el libro de la ex editora de Vogue, Kirstie Clements, son la cara más vista de unos desórdenes que, mientras que en 2010 se calculaba que el 6% de las mujeres españolas padecían, en 2012 ya se hablaba de entre el 5 y el 10%. Y cada vez afecta a edades más tempranas.

No solo la publicidad se encarga de fomentar unos ideales de delgadez insanos, sino que las tiendas empiezan a cambiar sus comportamientos de venta. Ahora es más común encontrar maniquíes tan delgados que entrarían varios en el jersey que te has comprado. Es como si a las fábricas les hubieran cortado el presupuesto de materiales y se vieran obligadas a hacerlos cada vez más finos para cubrir las cuotas. Incluso me hacen preguntarme si no estarán reciclando brazos de muñecos antiguos como piernas de los nuevos.

Pero las tiendas no se han limitado únicamente a encoger a los maniquíes. La silenciosa cruzada por la delgadez también ha llegado a las prendas. Cada vez las tallas son más pequeñas. Lo que antiguamente era una talla 36 es ahora la 38 y la 34 es la nueva 36. De esta forma, lo que consiguen es que nos sintamos continuamente insatisfechas por no entrar en la talla que consideramos la ‘ideal’ y queramos perder peso. Cada marca puede tallar de la manera que quiera: no eres tú, son las tiendas.

Otras tiendas, en cambio, en vez de apuntarse a la ‘liliputmanía’ excluyen a toda talla que no sea la pequeña (incluso a las medianas) como Brandy Melville o Double Agent. Son marcas que las nuevas influencers, como la bloguera de moda Justina Sharp, en vez de criticar unas cánones tan estrictos, consideran que es algo de lo que sentirse orgulloso el hecho de estar tan delgada como para entrar en una de estas prendas.

Como veis, nos estamos planteando mal la situación. La guerra no es contra nuestro cuerpo. La enemiga no es una misma. El problema no es que no entres en la prenda, sino que la tienda no haga una prenda en la que tú entres.

No estamos solas. La primera batalla tiene que comenzar en la infancia. La estima que me forjé gracias a la educación que me dieron mis padres, que soy una persona valiosa y que debo aceptarme independientemente de cómo sea mi cuerpo, fue lo que jamás me hizo caer en ningún trastorno.

Otras guerreras que luchan contra la anorexia son Anna Riera, una chica de 17 años, que harta de los estereotipos impuestos por la firma Inditex, ha puesto en marcha en change.org una petición para que retiren estos maniquíes, el calendario nudista solidario del equipo de rugby de la Universidad de OxfordQuererse está de moda, iniciativa de la presentadora Cristina Pedroche que recauda fondos para Adaner Murcia.