Entradas etiquetadas como ‘free the nipple’

Tetas sí, pezones no

Cuando te haces un tatuaje, una de las primeras cosas a cumplir es que no debes llevar ropa apretada en torno a él. Estrenando uno en el costado, iba a ser complicado el tema del sujetador, así que opté por pasar aquella primera semana sin llevarlo.

FEMEN

FEMEN

Las mujeres bien sabéis de qué os hablo, pero, queridos hombres, ¿cómo explicaros la gloriosa sensación de ir con el pecho suelto? Permitidme que os la describa como mejor se me ocurre: es como cuando después de un día nadando en la piscina te metes en la cama y aún sientes como si te mantuvieras en suspensión dentro del agua, como cuando haces algo muy bien en el trabajo y te felicitan por ello, como cuando conocéis a una chica con la que compartís aficiones.

He trabajado, he salido de fiesta y he quedado con amigos siempre sin sujetador durante una semana. Sin él me sentía ligera, libre, hasta el punto de que casi caminaba más recta al no encorvar la espalda por inercia de la presión del sujetador.

Y en uno de estos benditos momentos, en uno de mis instantes de felicidad corporal, de comodidad máxima, recibo críticas porque en una de esas ocasiones se me notaban los pezones.

Haciendo memoria, recuerdo que he recibido algún que otro comentario al respecto, de manera privada, porque en ciertas fotos de Instagram, en las que salgo con tops deportivos, sucedía lo mismo.

No sé si debería haberme sentido avergonzada pero la verdad es que no sentí pudor alguno. Las tetas tienen pezones y el sujetador es un invento que, además de colocarlas en posiciones antinaturales, da una forma irreal de seno perfectamente redondo cuando la realidad es que todos, absolutamente todos, están coronados por esas glándulas.

Y aunque entiendo que no todas tenemos la suerte que tengo yo de poder ir sin sujetador sin que me resulte incómodo o molesto (de las pocas ventajas de tener pecho pequeño), si en algún momento decidimos hacerlo, que sea sin agobios por nuestro cuerpo.

Sí, se me transparentan los pezones, llevo las largas puestas, los llevo como los timbres de un castillo y no quiero ocultarlo, porque por mucho que nos digan que es feo, obsceno o de mal gusto por provocativo, la realidad es que se trata de otra manera de desigualdad.

Mientras que nadie se va a quedar mirando a un hombre al que se le marcan con la camiseta, las mujeres no podemos mostrar los pezones porque no debemos tener sexualidad. Socialmente el pezón femenino no existe, ya que, una vez más, el cuerpo no es nuestro, sino que es algo que debemos ocultar por si puede causar excitación o malestar por si transmite que somos nosotras las que la estamos sintiendo.

Así que a todas aquellas rebeldes con causa o a aquellas, que como yo, vais más cómodas por la vida sin él, no os avergoncéis, porque es lo natural. Y a quien no le guste, que no mire.