Ambas esperábamos que este día no llegara, al igual que esperábamos que nunca jamás ver nevar en marzo, pero las cosas pasan y solo nos queda renovarnos o morir.
Yo era de esas, ERA DE ESAS que pensaba con orgullo «Por esa tendencia NO pasaré». «No puedes pasar» le gritaba mentalmente a los tacones con calcetines como Gandalf al Balrog de Moria.
A fin de cuentas no era la primera vez que me resistía a algo, lo hice en su día con las botas UGG que siempre me parecieron horrorosas o a las medias de rejilla por fuera de la cintura pantalón.
«Mara, eres una mujer elegante con una edad y eso no es para ti«. Pero lo que no sospechaba era que se avecinaba una ola de frío inmensa que atenazaría Milán y que haría estallar por los aires mis planes de ir a los cócteles de la Semana de la Moda a pie descubierto.
No me quedó otra que plantearme un cambio en el estilismo. O ‘botarracas’ de suela de tractor o sandalia… Con calcetín, claro.
Estaba tranquila hasta cierto punto ya que llevaba tiempo viéndolo en pasarelas y sabía que (tan) horrible no podía quedar. Pero claro, una cosa es verlo en un desfile donde puedes encontrarte prácticamente cualquier cosa (y si no me creéis leed esto), y otra cosa es salir a la calle con eso puesto tratando de llevar la cabeza alta.
La cosa es que no tenía alternativa. Hacía frío, llovía y no me apetecía cogerme un catarro. Así que tiré de calcetín ejecutivo y para adelante.
Ahora que lo he probado, no paro de encontrármelo en streetstyles y he de confesar que después de la experiencia (y de lo calentita que me resultó la idea) estoy segura de que voy a volver a picar. De hecho estoy en busca y captura de unos calcetines grises para poder jugar con más tacones.
El tacón puede ser cualquiera de tu armario. Sí, abierto, cerrado, alto, bajo, elegante, informal. Y puedes combinarlo con cualquier calcetín, incluso con los blancos deportivos de tu hermano.
Aprovecha que todavía hace frío como para ir con los dedillos al aire, para ponerte los tacones con calcetines. Si alguien te dice algo, deberás hacerle saber que se está metiendo con una de las tendencias de la temporada y que las autoridades estilísticas le hostigarán por su ignorancia.