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Una serie de catastróficas desdichas: crónica de mi pedido a Asos

Sabéis que apoyo con todas mis fuerzas las compras online: he comprado desde bolsos hasta naranjas, de maquillaje a tests de ADN. Que no soy una novata precisamente, vaya.

Así de mosqueada estoy con Asos. Sigue leyendo. WIKIMEDIA/PIXABAY

Una de mis tiendas favoritas (hasta ahora) era Asos. Vale que los precios no son los más baratos del mundo, pero a la mínima que hacían descuento (y es que hacen descuento por casi todo: que si pre-rebajas, que si rebajas, que si fin de rebajas, que si porque hace calor, que si porque hace frío…) ahí estaba yo, con el Paypal echando humo.

Pero voy a ir al grano, que lo que queréis leer es mi #dASOSperación: sentimiento de impotencia ligado a una mala experiencia con la tienda (pendiente de aceptación por la Real Academia, aunque a este ritmo de quejas igual lo incluyen antes de 2019).

Para mi regalo de Reyes le pedí a mi pareja el gorro militar de Savage Rainbow. Cuando lo descubrí, hace varios meses ya, me hizo ojitos desde el primer momento. Militar, multicolor, cantoso a más no poder y con no sé cuántas piedras pegadas a lo Sargent Pepper millennial.

El susodicho gorro de ASOS.

Pero el hecho de que costara casi 90 euros (87,99) me dolía en las entrañas, en la cartera, en las lumbares… en todo mi ser. Por eso, cuando en diciembre mi pareja me dijo «venga, que te lo regalo por Reyes, que lo han rebajado a 60 euros» estaba yo más pletórica que cuando descubrí Las Chicas del Cable.

Fue un largo mes de espera, pero cuando llegó el 6 de enero y vi la caja de Savage Rainbow debajo del árbol, casi lloro de la emoción. Abro la caja, miro dentro y… FALTABAN PIEDRAS DEL DISEÑO. Y no es que se hubieran despegado y estuvieran perdidas por la caja a lo mejor del movimiento, es que directamente no estaban. No habían llegado. Habían desaparecido como si estuvieran dando una vuelta con Will Byers por el Mundo del Revés.

Harry Potter y el misterio de las piedras desaparecidas.

«¡MANTENGAMOS LA CALMA!» le grité a mi novio que estaba leyendo Marca.es tumbado en la cama. «Aún podemos solucionarlo». Mi gran problema es que en siete días (cinco hábiles) volvía a Milán, a un piso compartido al que, directamente, no llega el correo postal, por lo que era una urgencia que llegara a mi domicilio de Madrid. «Mañana lo devuelves y mientras yo hago el pedido de uno nuevo para que me llegue a tiempo» le dije decidida.

Tuve que pagar 11,99 euros añadidos por el envío rápido, pero pensé que merecería la pena. Era imaginarme acudiendo a la pasarela milanesa con el sombrero y ya me moría de la emoción ‘fashionil’. Mientras tanto escribí un tuit a Asos subiendo la foto del gorro y recomendándoles Loctite para pegar bien las piedras. Había que desahogarse de alguna manera.

Me contestaron por privado diciéndome que lo sentían mucho y, tras saber mi situación y lo del envío, que me devolverían los 11,99 euros que tuve que pagar añadidos para que me llegara a tiempo. «Algo es algo» pensé yo.

El martes llegó el esperado gorro. Le aguardaba con tantas ganas que yo creo que hasta mi perro se alegró de ver al cartero. Abrí la caja con una reverencia que cualquiera diría que era la mismísima Meghan Markle recibiendo una corona de diamantes regalo del príncipe Harry. Lo saco del paquete y… sorpresa, le faltan otras tres piedras que también habían pasado al Mundo al Revés que debe tener Asos en uno de sus almacenes.

Que una vez me llegue el gorro defectuoso vale, ¿pero dos y encima habiendo pagado más para que llegara a tiempo? Os voy a ser sincera, el disgusto fue grande. Volví a subir otro tuit ya más mosqueada y me dijeron que hablara con el chat de ayuda.

En el chat me atendió una tal «María» que se mostró muy comprensiva conmigo y me dijo que mandaba orden de que se me mandara reemplazo inmediato para que llegara a tiempo. Mientras tanto, que mandara el segundo sombrero defectuoso de vuelta. Esa misma tarde fui a hacer la devolución y, positiva como siempre, confié en la palabra de «María».

El viernes, un día antes de volverme a Milán, me escribe «Rocío» a mi correo electrónico diciéndome que no les quedan reservas del sombrero en el almacén, pero que no me preocupe, que me pasa el link para que vuelva a comprarlo online a la tienda.

No solo no se me mandó nada en absoluto, sino que les llevó cuatro días hábiles hacer una consulta en un almacén para luego decirme que ajo y agua y que si seguía interesada, que lo comprara por tercera vez.

Vamos a ve, me llega un primer gorro defectuoso, me llega un segundo gorro defectuoso por el que encima tengo que pagar más para que me llegue a tiempo ¿y me escriben 24 horas antes de que me vaya del país para sugerirme que lo compre de nuevo por tercera vez para que me lo envíen a un sitio al que no me llega correo?

Obviamente, gastarme más dinero en algo que me había llegado mal por su culpa no entraba en mis planes y esto fue lo que le contesté a «Rocío» (¿estos profesionales no tienen apellidos?):

Y después de todo el lío, después de marcharme a Milán sin un regalo que tendría que haber estado perfecto para el día de Reyes pero que me mandaron defectuoso en dos ocasiones, me contesta un tal «Marco» ayer lunes a las 23:04 de la noche diciéndome que voy a recibir el reembolso del gorro (solo faltaría), que seguramente el sombrero haya sido «mal manejado» y que me ofrecen un 10% de descuento en mi próxima compra.

Poco dinero para que deje de incordiarles y ninguna solución que a mí me sirva al respecto ni que compense que me han tenido liada con pedidos y devoluciones y, que al final, el resultado es que Asos sigue como si nada y yo me quedo sin nada.

Por último, me dice «Marco» que espera que el mensaje sea de utilidad. Claro, todos los mensajes, y toda la experiencia, me han servido de utilidad, y mucha, ya que no pienso volver a comprar en Asos viendo que no tienen ningún filtro de calidad ni los medios para solucionar problemas de los que deberían hacerse responsables.

El jersey navideño feo contraataca

Los españoles somos muy de apuntarnos a cualquier bombardeo independientemente de dónde venga. Y si tiene comida o bebida de por medio, mejor. Pero, una de las culturas que tiene mayor peso en nuestra sociedad es la norteamericana.

Bebes Coca Cola, eres fan de Sexo en Nueva York, de Juego de Tronos, de The Walking Dead y de Como Conocí a Vuestra Madre,  te disfrazas en Halloween, aprovechas el Black Friday para arrasar en las tiendas antes de Navidad, en tu casa el Santa Claus de traje rojo y barba blanca aparece en todas partes… Estamos americanizados.

Una de las tendencias que estamos abrazando sin darnos cuenta, es la de los «Ugly Christmas Sweaters«, los jerséis navideños feos. En Estados Unidos son tan famosos que hasta tienen una fiesta en la que todo el mundo saca del armario su jersey más feo. El espíritu de esta moda, rescatar el jersey que te había regalado tu tía abuela cuando estabas en plena adolescencia y ponértelo con la cabeza bien alta por una vez, se ha pervertido. Ahora, las tiendas hacen jerséis feos A PROPÓSITO.

Dentro de los feos podemos encontrar varias categorías. En primer lugar está el jersey pervertido sexual, que, además de feos, tienen connotaciones sexuales. ¿POR QUÉ? Solo de pensar en Papá Noel de esa manera…argh!!! Es algo demasiado desagradable de imaginar. ¿Irías a cenar a casa de tu abuela con una sudadera que pusiera «Tintinea mis cascabeles»? ¡¿A que no?! Pues por mucho que esté en inglés, tampoco es de buen gusto (a no ser que seas un degenerado o tu abuela tenga las cataratas del tamaño del globo ocular).

 

connotaciones

ASOS, traumatizando mis recuerdos sobre la figura de Papá Noel desde 2015

En el segundo grupo encontramos los jerséis que nunca debieron salir del purgatorio al que fueron enviadas en los años 90 para limpiar sus pecados contra el mundo de la moda. Hay gente mala, mezquina y luego están los inventores del chaleco verde con ‘papanoeles’. No es por echarle leña al fuego, pero encima tienen pinta de estar hechos con la lana que pica.

infierno90

THESWEATERSTORE, tan feos que parecen hechos a propósito. Oh, wait…así es.

 

Los que simplemente son feos pero te intentan vender como cool a ver si cuela y te los compras.

horrendos

H&M, intentando hacer de una m***** de tendencia algo fashion

gatete

 

Y por si el maltrato al pobre gato (que tuvo que vivir toda su vida traumatizado sufriendo acoso porque su padre era un reno y su madre una gata) fuera poco hay hasta versión gore de los jerséis con animales: el modelo «he sido atravesado por un reno con cifosis» (¿tan difícil era coser ambas partes a la misma altura?)

gore

UGLYCHRISTMASSWEATERS, que pese a las manifestaciones de Greenpeace ha seguido adelante con su nueva colección

Los amantes de los animales pensábamos que esto era pasarse de la raya y que no había nada peor. Pero no, nos equivocábamos. Siempre puede sorprendernos algo aún más espeluznante: los jerséis «pecho al aire» te animan a ir con una teta fuera graciosamente decorada. Para él o para ellas, el jersey «teta fuera» va a ser la sensación y tema de conversación en las cenas familiares. Por una vez, los chistes de tu cuñado no serán el centro de atención. Y, si este post, los jerséis horrendos o en definitiva, las fiestas navideñas son demasiado para ti, siempre nos quedará el jersey «porta botellas», perfecto tanto para botellones navideños como para beber en la intimidad.

etsy

ETSY, a Femen y a 871268794810934 hombres les gusta esto

Moda inspirada en Star Wars: de las galaxias a tu armario

Hasta hace poco, llevar una camiseta de una película, serie o cómic era el mayor nivel de frikismo conocido por la especie humana. Ahora, todos tomamos café con orgullo en una de las tazas de Star Wars que regalaba El País. Ser ‘friki’ está de moda.

http://style-and-stuffs.tumblr.com/post/132839134468

Sudaderas de Breaking Bad, leggins con el símbolo de Batman y el despertar de la fuerza y de la moda inspirada en La Guerra de las Galaxias gracias a la última entrega. La moda y Star Wars se han unido, como Han Solo y el gas tibanna congelado en El Imperio Contraataca, para formar algo bello. Aunque Rodarte fue la primera firma en pegar el salto a la pasarela con los personajes de las películas en 2014 ha sido Alvarno el que ha convertido el casco de Darth Vader (con adornos de pedrería, dicho sea de paso), en el elemento estrella de su colección primavera 2016 (también conocida como «Los Sith son para el verano«).

The Rodarte 2014 collection is modeled during Fashion Week in New York, Tuesday, Feb. 11, 2014.

Desfile Rodarte. GTRES

ALVARNO

Desfile de Alvarno. GTRES

Afortunadamente las tiendas low cost siguieron la estela de la tendencia (porque las firmas que desfilan en semanas de la moda no son conocidas por tener precios asequibles precisamente) decididas a colar en nuestro armario prendas inspiradas en las películas.

ASOS

Gorro de lana, camiseta de tirantes y gorra de Star Wars. ASOS

PRIMARK

Gorro de lana y camisetas estampadas. PRIMARK

KIABI

Camisetas estampadas. KIABI

Pero no fueron las únicas en subirse al carro. «Tonto el último» debieron de pensar Adidas y Devon que también aprovechan el tirón de la saga (¿qué será lo siguiente? ¿Papel higiénico estampado? ¿Un escurreplatos inspirado en la nave X-Wing?).

ADIDAS

Mochila de asas, zapatillas con relieve y sudadera. ADIDAS

DEVON

Gemelos y reloj inspirados en las películas. DEVON

Por último, para las aficionadas con más pasión por las películas, los zapatos de Irregularchoice, que no acabo de saber cómo sentirme respecto a ellos. No sé si me gustan, me horrorizan o directamente encarcelaría al diseñador:

IRREGULARCHOICES

Zapatos (algunos más ponibles que otros). IRREGULARCHOICES