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¿Cómo me maquillo si llevo gafas?

Soy miope. ¿Os había dicho que soy miope? No mucho, vaya, lo bastante como para necesitar las gafas cuando voy al cine o a clase, pero no lo suficiente como para plantearme ir con lentillas por la vida.

Pero, ¿sois capaces de subir la ceja tanto como yo?

Así que soy de gafas, y de gafas de pasta además (que ya que las llevo, pues que se vean bien). Y claro, si, como yo, perteneces al club de las dioptrías y tus gafas se han convertido en el básico de tus estilismos de cada día, habrás pasado por la duda existencial de «¿Y yo ahora cómo me maquillo? ¿Cuáles son los secretos de sacarme partido con los cosméticos si mi montura de pasta me tapa parte de la cara?»

  1. Si algo he aprendido de las brochas y de las gafas es que se llevan bien en muchas zonas y en otras no tanto, como por ejemplo, el puente de la nariz. Si ponemos mucho maquillaje en esa zona terminará por desaparecer o cuartearse, así que mejor déjalo sin pintar.
  2. Los ojos son la clave, úsalos sabiamente. Si por el cristal parecen más pequeños intenta agrandarlos jugando con las pestañas o el eyeliner. Pero si los cristales crean un efecto óptico haciéndolos parecer más grandes, dale protagonismo a los labios.
  3. Si tus gafas, como las mías, son de pasta, es una buena idea que controles qué zonas quedan tapadas (y por tanto con sombra) por la montura para compensarlas con maquillaje.
  4. Las cejas son siempre una buena idea ya que son el marco de las gafas. Rellénalas con un lápiz o con un poco de sombra y disfruta del efecto Kardashian. Si pones iluminador debajo del arco quedarán más marcadas.
  5. Iluminador, tu mejor amigo si eres una #gafotaestilosa. Úsalo para darle luz a las zonas que pueden quedar oscuras por la montura. Aplícalo no solo debajo de las cejas sino en el lateral del ojo siguiendo la cuenca.
  6. Un toquecito en el lacrimal tampoco está nunca de más. Glow, girl, glow!
  7. Si eres fan de las pestañas postizas, déjalas para cuando vayas sin gafas si no quieres estar todo el rato con la sensación de que chocan contra el cristal. Si tus pestañas son normales puedes untarlas tranquilamente en máscara. Mirada de muñeca de porcelana modo ON.
  8. ¿Colorete? Sí, gracias. Échalo sin miedo (pero tampoco te pases, que no estamos en 1980).
  9. Acuérdate de limpiar las gafas con desmaquillante para sacar los restos de cosméticos.
  10. Pero sobre todo siéntete igual de estupenda que cuando vas sin gafas.

Si sigues todos los pasos (y te pones tu sonrisa de «¡Que ya es viernes!») te quedará un resultado parecido al mío (y, ya de paso, puedes seguirme en Instagram y ver lo emocionante que es mi vida de periodista en Milán. Vale, es mentira, no es tan emocionante. Pero uso muchos emojis.)

Maquillaje unisex para romper los estereotipos

Había un chico en mi colegio que tenía muchos granos (pocos afortunados se escapan del acné adolescente) y para disimularlos usaba base de maquillaje.

BOTHWAYS

Debe ser que la cogía de alguien con un tono de piel diferente al suyo porque, mientras que la mitad de su cara era blanca, la otra era rosa, y claro, el día que una de las chicas de la clase hizo la observación en alto, se hizo un silencio de esos que preceden a la tormenta.

Un chico llevaba maquillaje. Las burlas por parte de sus amigos no se hicieron esperar.

Sin embargo, tanto yo como muchas de mis compañeras lo veíamos como algo perfectamente normal. Nosotras éramos las primeras en usar los correctores para disimular granos, ojeras de estar con el Messenger hasta las mil y chupetones indiscretos en el cuello en las comidas familiares.

¡Lo raro nos parecería en todo caso que existiendo cosméticos que dejan la piel tan estupenda, ellos no se beneficiaran también!

Más adelante sugerí a mi hermano o a mi novio usar un poco de corrector para disimular granos inesperados ya que ambos trabajan de cara al público, y fue algo que repitieron en otras ocasiones.

No estamos hablando de maquillaje con purpurina o barras de labios (que hay hombres que se maquillan así y también van estupendos como es el caso de Manny Gutierrez) sino de cosméticos para el día a día que ayudan a disimular imperfecciones y a darnos un empujoncito si la ojera es, no ya ligeramente oscura sino color violeta.

Esto lo debió de pensar una de las ex concursantes de Geordie Shore (no sé si veis ese tipo de realities terriblemente malos de los cuales soy un poco adicta), Marnie Simpson, que ha creado con su pareja la línea Bothways, que es, precisamente como indica su nombre, una selección de cosméticos para hombres y mujeres que se preocupan por su aspecto.

Dentro de su tienda podemos encontrar correctores, base o cepillo para marcar las cejas, que son algunos de sus productos unisex estrella (entiendo que el kit de contouring no tiene por qué irle a todo el mundo).

Para la celebrity inglesa «las mujeres no son las únicas que podemos llevar maquillaje. Si un hombre se maquilla no tiene por qué esconderlo como si fuera un secreto. Todos podemos disfrutar la sensación de lucir perfectos».

Aunque no es necesario ir a marcas exclusivas genderfree para que el maquillaje sea una cosa de todos, la idea es que con este tipo de iniciativas nos animemos a romper el estereotipo (#breakthestereotype) y podamos disfrutar todos de los cosméticos.

Recuperar tu cara después de los estragos de una noche de fiesta

Yo no sé vosotros, pero mi amanecer el día 1 de enero vino acompañado de un pelo cuyo olor parecía salido de una cajetilla de Marlboro y una cara que por mucho que analizaba en el espejo, entre la hinchazón y los ojos rojos, no reconocía.

PIXABAY

Vamos que si me hubieran pedido el carné en ese momento me habría costado bastante convencerles de que estaban ante la misma persona.

Por mucho que cumplí la norma universal del maquillaje que es quitárselo antes de ir a dormir (y eso que a las siete y media de la mañana lo único que quería era fusionarme con la cama), la noche que tuvo paseos de una punta a otra de Madrid, alguna que otra copa de celebración y tan solo dos horas de sueño, mi cara era un poema.

Ya que el alcohol nos deja secos, es importante hidratarnos interna y externamente, por lo que mis primeros compañeros del año han sido la botella de agua y la crema hidratante en cantidades masivas.

Aunque mi plan era empezar el año en casa y en pijama, para las que queráis salir a la calle y disimular esos ojos hinchados que a malas penas conseguimos abrir, podemos usar una cuchara que hayamos enfriado en la nevera previamente (tenéis más trucos en este post) o unos algodones humedecidos en leche o café.

Algunas, como es mi caso, hemos empezado el año con una lista de buenos propósitos y con un grano también, fruto del exceso de grasa que produce la piel para combatir la sequedad del alcohol (nota mental, el año que viene celebrar la Nochevieja con té verde on the rocks). No te lo toques con las manos sucias. Si quieres retirarlo puedes utilizar mercromina, un truco casero que nunca falla.

Por último, confía en los alimentos como tratamiento natural. Aprovecha para darle un descanso al cuerpo de polvorones y turrón, por lo menos hasta Reyes, y recuerda que la fruta es un antioxidante excelente. En mi caso fue un zumo de zanahora, manzana, pera y jengibre. Carnes magras, pescado azul o frutos secos también serán agradecidos por tu piel y tu cuerpo en general.

Y ya que estamos, aprovecho también para felicitaros el año a todos los lectores.

Claves para usar (correctamente) el iluminador

Soy de las que piensa que la pasta nunca lleva el suficiente queso rayado ni la cara la suficiente cantidad de iluminador. De hecho estoy tan loca por los polvos iluminadores desde que los descubrí que me echaré como cinco veces el cosmético antes de salir de casa.

Yo cuando me aplico el iluminador y veo la vida color de rosa (brillante). STYLECRACKER

Pero vamos a empezar por el principio de los tiempos. El iluminador se ha hecho popula gracias a Kim Kardashian y su mundialmente célebre contouring, ya sabes, esa forma de maquillarse utilizando polvos de tonos claros y oscuros para «esculpir» los rasgos de la cara.

El contouring se aprovecha del efecto de la luz sobre esos puntos que disimulamos o resaltamos para dar sensación de caras más afiladas, narices más finas o pómulos dignos de Angelina Jolie.

Cuando no controlas los iluminadores pero brillas igualmente para cegar a tus ‘haters’.

Pero, ¿cómo controlar esta compleja técnica que parece solo reservada a los expertos en maquillaje y que en las manos equivocadas puede convertirnos en una participante de la Gala Drag Queen de Canarias?

El iluminador no se puede poner al tuntún como si aquello fuera las colonias de muestra del aeropuerto, no. Debe aplicarse (toma nota) en la parte más alta de tu pómulo, debajo del arco de las cejas, en el hueso de la nariz, en el arco del labio superior y en la frente.

Supuestamente, si eres de esas que tiene un neceser de pinceles que visto desde fuera parece el cinturón de herramientas de un fontanero, deberías usar la brocha que tiene forma de abanico. Pero si eres una persona que tiene dos pinceles contados, puedes usar una brocha gruesa deformándola ligeramente con la mano para que las cerdas adquieran esa forma o puedes aplicarlo directamente con los dedos a lo freestyle.

Otro truquito si quieres lucir escotazo es poner un poco de iluminador en la parte superior de tus clavículas. Eso sí, procura no llevar vestido de tirantes si no quieres que termine con las típicas manchas de maquillaje.

Lo que no puedes hacer con el iluminador bajo ningún concepto es usarlo para disimular granos, heriditas, ojeras o cualquier cosa que quieras tapar, ya que precisamente lo que va a hacer el cosmético es resaltarlo (mejor usa un corrector).

Talco para los labios: el truco de los maquilladores que puedes hacer en casa

Bendita fiebre de los labios mate. No nos gustaba tanto algo desde que Britney Spears lanzó Gimme More y andábamos con el «It´s Britney bitch» en la boca las veinticuatro horas del día.

KYIECOSMETICS

Uno de esos días de cumpleaños familiares en los que vuelan las croquetas casi al grito de «Tonto el último», mi prima me hizo un descubrimiento clave. Podemos decir que mi vida desde ese momento se resume en un antes y un después de saberlo.

Para que el color de la barra de pintalabios le aguantara durante más tiempo se echaba talco (sí, del de toda la vida, de ese que tienes cogiendo polvo en una de las repisas del baño) sobre los labios.

Pero es que además de que el color te dura casi hasta el día siguiente si vas con cuidado, el pintalabios queda en un acabado mate que sería la envidia de la línea cosmética de cualquier Kardashian (o Jenner).

Para echarlo, tenemos que poner en un trozo de papel higiénico el talco y aplicarlo sobre los labios con cuidado de no respirarlo (puede llegar a ser tóxico si inhalas una gran cantidad) ni de dejar el baño como las plantaciones de cocaína de Pablo Escobar.

Mi truco es poner el papel sobre una superficie plana y «besarlo», ya que si te lo llevas a los labios corres el riesgo de que se te desparrame.

Probando el invento en mi baño con poco glamour pero con mucha ilusión. MARA MARIÑO

Podemos retirar el exceso dando toquecitos con un pincel sobre los labios y retirando el exceso de fuera del contorno con los dedos.

Las más neuróticas podemos estar tranquilas ya que a la hora de desmaquillarnos, el producto se retira como cuando nos quitamos el pintalabios convencional.

De todas formas si todavía no estáis familiarizadas con cómo ponéroslo podéis tomar apuntes viendo el siguiente vídeo.

Correctores a prueba: cuál es el que mejor tapa las ojeras

Toda mujer (especialmente si esa mujer tiene una media de horas de sueño bastante breve) necesita en su neceser de maquillaje un buen corrector.

Siempre hay algo que se puede arreglar con un poco de corrector: tapar granos, disimular heridas, esconder el chupetón que te ha hecho el noviete del cole si eres una quinceañera que se ha colado por aquí sin querer…

MARA MARIÑO (con ojeras)

En mi caso es, con el cacao, uno de mis básicos desde que tengo 18 años, especialmente ahora que llevo las ojeras 24/7 y mi aspecto de cansada por la vida se ha convertido en mi día a día.

Es por eso que quiero compartir mi búsqueda del tapaojeras perfecto, una travesía que me ha llevado muchos años, muchas decepciones, alguna que otra alegría pero sobre todo, dinero.

Deliplus Stick Corrector Antiojeras y Antibolsas: Como buena defensora del producto nacional, mi historia empezó con los correctores del Mercadona en barra. Aunque no son de lo mejorcito, para cuando empecé a maquillarme me hacían el apaño. Sin embargo cuando las jornadas empezaron a ser más largas (no solo me lo ponía para salir al Starbucks con las amigas sino de la mañana a la noche), demostró que no es precisamente el que más aguanta. Además tiene la textura un poco dura, lo que hace que sea un poco difícil trabajarlo bien. ¿Lo bueno? El precio, ya que cuesta solo 4 euros.

MARA MARIÑO

De ahí me pasé a la Bobbi Brown Retouching Wand. Soy una gran fanática de los pintalabios de esta marca y pensé que si los labiales me salían tan buenos, el corrector seguramente también. Además, estaba empezando a cobrar mis primeros sueldos de ETP, por lo que me dije que de apostar por una marca buena, iría a una segura. Inocente de mí. No solo me costó cerca de 30 euros, algo que ya me esperaba conociendo los precios de las barras de labios, sino que para lo bien que me la vendieron fue un fracaso absoluto. Al instante de ponerlo, te cubre perfectamente la piel dejando un acabado muy natural ya que su fórmula líquida es muy ligera, (de ahí que te la cuelen), sin embargo al poco rato desaparece de la vista y de la memoria. O te la llevas siempre en el bolso para estar poniéndotela cada dos por trees o sino no sirve de nada.

MARA MARIÑO

Tras mi decepción con Bobbi Brown (y que ya no tenía el bolsillo para fiestas), me regalaron en un evento la paleta L’Oréal Paris Infallible Cover, un conjunto de correctores que incluyen el morado para iluminar y el verde para eliminar rojeces. Vamos, que cuando vi la cantidad de cosas que podía corregirme que no sabía que tenía, estaba yo más contenta que unas pascuas. Además, al tener varios tonos, cubre bien las diferentes zonas de la piel, algo que las que tenemos la ojera más oscura en una zona que otra, agradecemos enormemente. Sin embargo no sé si fue por mi tipo de piel (mixta) que a la hora de llevarla puesta me marcaba los surcos de las arrugas del ojo y no cubría para nada. También tuve que decirle «bye bye«.

MARA MARIÑO

Cuando ya empezaba a perder la fe en los correctores encontré el corrector líquido Shaka Concealer en la tienda OVS de Milán (me temo que no vais a encontrar esta marca en España por el momento). Costaba 3 euros y andaba buscando como fuera un corrector, así que me lo llevé para hacer la prueba. Si bien la zona de las ojeras la cubre perfectamente, al aplicarlo sobre zonas donde tengo la piel más grasa, no cubre igual de bien. Aunque en general, para lo que yo quería, me hizo el apaño.

MARA MARIÑO

Mi mejor experiencia fue con el Glowing Concealer de Wykon que viene en formato lápiz aunque tiene una textura mucho más cremosa que los sticks convencionales. Me lo apliqué primero sobre la mano y después con la esponja sobre la ojera y nariz. El acabado es totalmente natural y es el que más resiste (ha pasado la prueba del tiempo y del clima). Lo único malo es que no tienen tonos intermedios, por lo que tuve que cogerme un corrector más claro y otro más oscuro. Sin embargo, a 4,50 euros que me salió cada uno, me pareció que podía permitirme llevarme ambos a casa. Esta sí que la podéis encontrar en España ya que tiene tienda en Madrid.

MARA MARIÑO

Purpurina, la contaminación más brillante

El brilli-brilli nos encanta. Queda genial en la ropa, en la funda del móvil, en las zapatillas de cordones, en la sombra de ojos… Nos gusta tanto verla en todas partes que hasta han sacado una versión comestible.

GTRES

Sin embargo, la purpurina, como microplástico que es, termina en el medio ambiente. Por terminar, termina también en nuestro organismo cuando (inocentes de nosotras) nos hacemos un maquillaje especial y nos da por llenarnos la cara con más brillo que una bola de discoteca.

Por su tamañano es muy complicado recogerla correctamente, y sino que te lo digan a ti que sigues barriendo el brillo cuando ya hace un mes de la fiesta de cumpleaños.

Respecto a la que nos ponemos sobre el cuerpo, aprovechamos para sacarla en la ducha a golpe de chorro de agua caliente. Sin embargo pasa como con la agüita amarilla de Los Toreros Muertos, acaba en el mar siendo alimento para los peces. Y el problema es que al ser hecha de plástico no es degradable.

Hablando claro: de la purpurina que has usado (en lo que sea), el 85% terminará intoxicando no solo el agua sino también los animales que habitan en ella.

La solución es tan sencilla como darle calabazas a nuestros cosméticos que la contengan y optar por alternativas biodegradables que ya podemos encontrar en circulación.

Esta eco-purpurina está hecha de celulosa en lugar de plástico, concretamente de eucalipto y lo bueno es que no le lleva más de 90 días descomponerse.

Así que si, estas navidades, ya que nos pillan a la vuelta de la esquina, queréis celebrar sin contaminar (#glitterwithoutlitter) podéis decidiros por comprar estas purpurinas ecológicas, que además de no dañar al planeta tampoco son nocivas para nosotros.

¿Se cansará Kim Kardashian de desnudarse?

(Antes de que empieces a leer quiero aclararte que no tengo nada en contra de los desnudos, todo lo contrario, los aprecio enormemente, sobre todo los que se dan en vivo y en directo. También decirte que tampoco tengo nada en contra de Kim Kardashian ya que soy muy fanática del estereotipo de belleza curvilínea al que le está dando tanta visibilidad. De hecho muchas de las cosas de mi armario están inspiradas en su estilo. De hecho soy muy fan también de que le dé por llevar las raíces negras de tres centímetros con su pelo rubio platino teñido.)

Mi pregunta viene por su última campaña publicitaria en Instagram para anunciar los nuevos gloss e iluminadores de su línea de cosméticos que saca a la venta este viernes:

Ultralight Beams highlighters & glosses launching Dec 1st on KKWBEAUTY.COM 📸 @marcelocantuphoto

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Claro que eso lo sabes una vez lees el pie de foto de la imagen, ya que de primeras no terminas de saber lo que está anunciando: si una depilación láser integral, alisado japonés, purpurina para fiestas

Que Kim Kardashian se desnude en Instagram es algo que ya forma parte de nuestra rutina en realidad. Más o menos Puidgemont y los desnudos de la celebridad americana son algo que van a la par en cuanto a cantidad de noticias cada día.

Y por mucho que sea algo a lo que estoy más que hecha y acostumbrada, no puedo evitar que una parte de mí sienta que es algo que le repatea. Como estilista la imagen me encanta por su iluminación cuidada, colores y composición; como consumidora, el gloss me parece llamativo, pero como persona crítica que me considero, tengo que reflexionar acerca de la idea que transmiten este tipo de imágenes y su impacto.

Las imágenes que nos rodean nos influyen de una manera que no sospechamos, por tanto, lo que logra Kim Kardashian utilizando su cuerpo desnudo para publicitar cualquier tipo de producto, es que solo quitándose la ropa consigue que salte a la vista lo que promociona y que por ello tenga éxito, un mensaje bastante peligroso a mi entender.

¿Por qué parece que no hay otra manera de anunciar productos que no sean relacionándolos con el sexo? ¿Por qué los perfumes, los desodorantes, las cervezas se relacionan con imágenes de personas medio desnudas?

Por supuesto que ella es libre de hacer con su cuerpo lo que quiera y que si lo que quiere es desnudarse todos los días en una red social nadie va a decirle que no lo haga, pero ¿queremos eso en realidad? ¿Un mundo en el que solo con el sexo se consiga llamar la atención?

Porque a mí, sinceramente, me parece un mundo bastante superficial por mucho que me lo vendan cubierto de purpurina.

¿Cada cuánto se deben lavar las brochas que usamos para maquillarnos?

Cuando una amiga lanzó en las redes sociales la pregunta de cada cuánto limpiábamos las brochas y pinceles me quedé en shock.

«Ah, ¿que las brochas hay que limpiarlas?» Le pregunté inocentemente. Ingenua de mí. No sé por qué no me imaginaba que debiera preocuparme de limpiar algo en lo que simplemente echaba unos polvos de maquillaje.

GTRES

Además, no es que las tengas por ahí colgadas a la intemperie, sino que están guardadas alejadas de los ácaros y del polvo en el neceser a buen recaudo. Claro, con lo que yo no contaba era con las toxinas y bacterias de mi propia piel.

En una de las sesiones de fotos que se organizan en mi escuela, tuve la oportunidad de coincidir con un grupo de maquilladores así que aproveché para preguntar sobre el tema.

«Todos los días» me respondió una de ellas sin titubear «…en el caso de que las compartas. Si eres la única que las usa, entre dos o tres días«. Básicamente lo que llevo haciendo todos estos años es maquillarme una y otra y otra vez con mis inmundicias epidérmicas.

Limpiar los pinceles es tan sencillo como darles un lavado de agua y jabón. Si el cosmético que hemos usado es graso podemos echarle un poco de jabón lavaplatos. Aunque también en las tiendas de maquillaje tienes limpiadores específicos, si lo haces con lo que tienes por casa, te sale más económico.

Moja la brocha, aplica el jabón en la palma de tu mano y seguidamente frota la brocha haciendo movimientos circulares, como si estuvieras pintándote la mano. Aclara al terminar y colócalas sobre papel absorbente para que se sequen.

No solo evitamos mancharnos los poros sino que le alargamos la vida a las brochas.

Todo sobre mis cejas

El paso de niña a mujer no lo di cuando empecé a usar top y de ahí pegué el salto a los sujetadores. Ni siquiera lo di cuando me bajó la regla.

El paso de niña a mujer lo di cuando comprendí el poder de las cejas, que hasta ese momento había subestimado.

INSTAGRAM

Retrocedamos en el tiempo: año 2010. La raya negra del ojo por dentro de la línea de agua era lo más, el culmen de la belleza, el novamás del maquillaje, la tendencia por excelencia de todos los colegios de Madrid. No había nada más favorecedor desde el ahumado de los años 80.

Era la época de depilarnos las cejas al milímetro dejándonos siete pelos seguidos. De hecho, es de las pocas cosas de las que me arrepiento en esta vida, de esa depilación extrema que me hacía con bandas de cera (yo era muy kamikaze por aquel entonces)

Pero llegó Cara Delevigne y de repente las cejas estaban por todas partes, y no solo eso, sino que nos quedaban genial. De hecho ahora mismo las mujeres de nuestra generación estamos obsesionadas con los aguacates, la igualdad salarial, los 130 millones de mujeres que han sufrido mutilación femenina y con pintarnos las cejas correctamente.

A la hora de maquillarlas, podemos usar o lápices o directamente sombra de ojos. Aunque ambas opciones son más que válidas, en mi caso al usar el lápiz empecé a notar que la ceja se me pelaba. No sé si era por pintarme con el lápiz en sí, que quedaba el color muy fijado y tenía que desmaquillarme con intensidad, o porque era del Primark y me costó dos euros.

La cosa es que he vuelto a maquillarlas con sombra de ojos gracias a los tutoriales de Youtube que me han enseñado a sacar la Kat Von D que llevo dentro.

Y ya de paso a resaltar la mirada y el resto de facciones.