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Lorenzo Caprile: “Desde la globalización todos vestimos igual de mal»

A diferencia de Stefano Gabbana, a Lorenzo Caprile no le verás subiendo historias a Instagram con unas orejas de Mickey Mouse en Disneyland Paris o haciendo ejercicio en calzoncillos. De hecho no le verás subiendo ninguna historia en absoluto, ya que el modista es contrario a los teléfonos móviles 3G.

GTRES

De hecho, para entrevistarle telefónicamente desde Milán, tengo que cambiarme de tarifa para poder hacerle una llamada internacional a su taller del Barrio de Salamanca (pero vamos, que yo por hablar con él, me cambio de tarifa, de compañía, de grupo sanguíneo y de lo que haga falta).

Taller que, me confirma, va «a mil por hora». «Sobrevivimos gracias a las modas. Hace 30 años este tipo de talleres cubrían más tipos de vestidos y necesidades sociales. Era más variado. Si no fuera por la moda, la modistería de mujer no existiría«.

Y es que la globalización tenía que tener sus cosas malas. «Todos vestimos igual de mal» me dice el modista.

El consumismo en masa de la moda desechable no se queda solo en el fast fashion. Para Caprile «ocurre con todo. Es la sociedad en la que nos ha tocado vivir. Si quieres hacer turismo alquilas un Airbnb, compras vuelos baratos… Con la comida y películas pasa lo mismo. Hasta con las relaciones«.

Ya no queremos ropa que dure toda la vida como la que podían comprar todas las abuelas, porque a fin de cuentas, «¿qué hay hoy que dure?» se pregunta. «Ni el sexo es para toda la vida. Lo único que tenemos seguro es que vamos a morir, ni trabajo, ni casa, ni nada…»

Achaca a Inditex el revolucionario cambio de la industria: «Es quien ha cambiado las reglas del juego para siempre en la manera de presentar la ropa, en su contacto con el público… Y ese cambio no tiene el nombre del Valentino de turno sino de Amancio Ortega«.

Pese a ello, en el taller «sobrevivimos con mucho esfuerzo, muchísimo trabajo y amor por el oficio» me dice quien ha vestido a la reina Letizia y es figurinista de la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España. Unos logros que casi pueden parecer complicados de superar, sin embargo, el sueño del modista es «que la señora que entre por la puerta se lleve un vestido y esté satisfecha».

Por lo general «a la clienta que viene a mi taller le puede mucho la historia, la biografía del taller, busca un estilo de traje muy concreto. Se me conoce por el gran traje de novia tradicional con traje, cola y velo a juego. Desde que entra la clienta hasta que se lo entregamos, el proceso lleva alrededor de unas 300-400 horas de trabajo. Es un traje complejo que, en este momento, muy pocos podemos hacer en España, por lo que la oferta es pequeña» afirma el modista.

Que no «diseñador». Pese a que le había escuchado decir que no estaba a favor del uso de ambos términos como sinónimos, no pude evitar que se me escapara en una de las preguntas, a lo que me pidió que buscara en el diccionario la definición. «Diseñador es un anglicismo, todos somos modistas» me aclaró.

Y es que descubro que es un firme defensor de los términos castellanos: «Yo cuando puedo intento combatir los anglicismos, porque me parece bastante cateto. Por decir lo mismo en inglés ¿te da más caché? En algunos casos puede ser, porque en castellano no hay palabra que lo defina de manera tan precisa. Pero a mí me parece más bonito decir las bambalinas de cualquier espectáculo que backstage».

Pero no os confundáis pensando que Caprile es todo un clásico. Me cuenta que le habría gustado ser, de haber podido, aprendiz de Coco Chanel: “Fue la gran revolucionaria de la moda del siglo XX. Todo lo que vino después de ella, Saint Laurent, Armani, Galliano, Moschino, no se entenderían si no hubiera habido una Chanel que liberó a la mujer del corsé y las faldas largas y que introdujo el punto o el pantalón. Buscaba algo que era muy difícil: favorecer a la mujer desde el sentido práctico. Aún bebemos de sus ideas, son los cimientos”.

“Si la mujer viste hoy como viste, es gracias a ella”, remata.

Y como no podía ser de otra manera me toca preguntarle, para acabar, por Maestros de la Costura: «Ha sido una experiencia maravillosa: conocer a los aprendices, trabajar, aprender de ellos y de mis compañeros Raquel, María y Palomo. Ha supuesto salir de mi zona de confort, intentar hacerlo lo mejor posible y vampirizar la energía de los aprendices. Tienen una ilusión y unas ganas de comerse el mundo que es muy envidiable».

«Ha sido algo positivo en todos los sentidos y creo que esto hacía falta (en televisión), nos ha enseñado esa cara oculta detrás de todo lo bonito de la moda. Hay mucho trabajo y mucho esfuerzo. A veces las cosas tienen el precio que tienen por el trabajo que llevan detrás. La ropa no crece en los árboles».

«Diseño pensando en qué me hubiera gustado ponerme en la época en la que me sentía fatal conmigo misma»

Cuando Jennifer Usandizaga se descargó Instagram no pensó que sería el primer paso de un camino que le llevaría tener su propio e-commerce. «Mara, es sábado, no empieces con tecnicismos y habla en castellano». El e-commerce o comercio electrónico es un método de compraventa a través de Internet.

ATTITUDESHOP

Lo que tiene de especial Attitude shop, el espacio de Usandizaga, es que imperan dos cosas: un amplio abanico de tallas que va desde la S a la 3XL y un ‘buenrollismo’ legible en cada una de las prendas.  Y es que la base siempre ha sido el bodypositive, del que hacía gala la fundadora desde sus comienzos.

«Cuando me abrí Instagram empecé a subir contenido para mujeres con problemas de autoestima de cómo sacarse partido sin importar un número en una etiquetaAttitude ha estado en mi cabeza desde pequeña. Me encantaba la moda pero al tener tantos problemas para vestir en mi adolescencia, descarté la idea de estudiar algo relacionado y me alejé de ese pensamiento. Volvió a nacer con mi perfil de Instagram».

«Tenía muy claro que quería crear una marca inclusiva donde nadie tuviera problemas con su talla y se sintiera importante. Es por eso que en Julio de 2017 decidí crear Attitude shop una empresa que apostaba por la diversidad, con mismos precios para todas las tallas y sin barreras.»

Sin tallas, sin exclusividad… Unos pasos agigantados que por mucho que den emprendedores, es algo que tiene que llegar al sector de la vestimenta en opinión de la empresaria: «Aún queda mucho que hacer en la industria de la moda y la inclusión de las tallas grandes. El día que vea en una tienda todas las tallas en un mismo perchero sin carteles se habrá avanzado un poco».

«Attitude», «Seguridad», «Divina» o «All My Curves Are Beautiful» son algunos de los lemas que rezan las camisetas, algo que diseña pensando en «qué me hubiera gustado ponerme a mí en la época en la que me sentía fatal conmigo misma. Un diseño que al ponérmelo diga: Hasta aquí. Decido ser feliz y comerme el mundo siempre» afirma Usandizaga.

La idea de Jennifer Usandizaga, de trabajar en la seguridad desde fuera para que cale el mensaje por dentro, responde a los problemas de autoestima que podemos tener con nosotros mismos: «Somos nuestros peores enemigos. Nunca nadie pensará tan mal de ti, como tú. Y ese mismo poder de destrucción, lo tenemos de construcción. Y adquirirlo no es tan difícil como pensamos. Pero nos da miedo, porque la confianza en uno mismo es poder y a veces el poder, nos aterra».

La emprendedora, que sabe bien lo que es exponerse en una red social, tiene muy claro como lidiar con los haters: «La gente no tiene problemas en soltar veneno sobre el trabajo ajeno y quedarse tan tranquilo en el sofá mientras sigue viendo la televisión. Según ellos, es a lo que te expones».

«Para mí, es la forma cómoda de quejarse de cuánto mejor harían los demás aquello que te critican, pero les da pereza hacerlo. A estas alturas he comprendido que cuanto más te justifiques, expliques tu trabajo o rebatas con educación ese veneno, más los alimentas. Así que sí, a lo mejor un día te toca la moral pero luego pienso en todo lo que hago, lo que peleo y en lo que creo, que el resto me da exactamente igual

Vikika: «Una mujer que haga pesas nunca va a parecer un hombre»

Cuando era pequeña quería ser princesa. Quería tener la cintura de Ariel, ser tan lista como Bella, el vestidazo de Aurora… Tanto yo como las chicas de mi generación, crecimos viendo que las mujeres ideales tenían ojos enormes, pestañas largas, boca sonrosada, una habilidad increíble para el canto y siluetas finas y delicadas. Era lo que había, lo que veíamos en el cine, lo que nos poníamos en el reproductor de VHS todas las tardes y las muñecas con las que jugábamos.

SWEETBUTVIKIKA

No tuvimos los referentes que pueden tener las niñas actualmente: princesas (porque siempre son princesas) fuertes, intrépidas y valientes que se meten en la aventura sin pestañear. Tienen el pelo rizado hasta el extremo, manejan el arco y sus brazos son algo más corpulentos para hacerse todo un mar remando.

Es decir, si ahora fuera niña o preadolescente, definitivamente cambiarían mis referentes hacia mujeres físicamente fuertes. Tendría la mira puesta en aquellas que han desafiado los cánones de belleza porque son independientes y no necesitan más aprobación que la propia.

Y, un ejemplo de quien podría ser ahora una princesa 2.0 (eh, Disney, ¿para cuándo una princesa con músculo?), que ha conseguido salvarse a sí misma sin necesidad de príncipes azules y se ha hecho un hueco en el mundo de la forma física es Verónica Costa, Vikika para las redes.

Tiene más de quinientos mil seguidores en las redes, mucho deporte a sus espaldas, y desde finales de 2017, un segundo libro en el mercado: #Quiérete (editorial Cúpula), un título que, según la influencer busca que nos demos cuenta de la importancia de «querernos y tratar de mejorar cada día sin fijarnos en los demás y menos en redes sociales».

«Reflejan una realidad que queda muy lejos de lo que realmente es. Sin darnos cuenta, vemos los perfiles de otras personas que aparentemente son perfectos, y nos exigimos lo mismo. Esto va haciendo mella y hace que nos queramos menos».

Es, sin duda, una de las primeras mujeres en darse a conocer en el mundo fitness 2.0 por sus rutinas de ejercicio y recetas saludables. Un éxito que está logrando que nos alejemos del estereotipo de la delgadez hacia uno más tonificado: «En las últimas décadas se ha buscado una mujer más delgada, pero, al final, gana lo más saludable. Un cuerpo hecho de comer poco como está es desnutrido y no es saludable. Cuando la sociedad toma consciencia de ello, se rebela. Asistimos a un cambio social en el que la salud prima por encima de todo. Eso es lo que creo que está triunfando en la red».

Pero, ¿ayuda también que, por primera vez, las mujeres le estamos perdiendo miedo al músculo? «Más que perderle el miedo al músculo, se está perdiendo el desconocimiento a la hora de entrenar a las mujeres. Se sabe en parte gracias a la redes sociales, que una mujer que haga pesas nunca va a parecer un hombre, ni su músculo va a crecer como tal. Al contrario nos hace vernos más firmes, ágiles y fuertes«.

«Decir que una mujer por estar fuerte o musculosa parece un hombre, es como decir que un hombre que esté gordo o que tenga grasa extra parece una mujer. Es un sinsentido» dice la influencer, que también se ha tenido que enfrentar al lado oscuro de la red: «Claro que recibo críticas pero eso dice más de las personas que lo critican (su físico) que de mí«.

Una de sus recomendaciones es la de tratar de evitar la comparación con la forma física de quienes se dedican al fitness ya que según Costa puede que sea «una frustración o una inspiración dependiendo de la seguridad en uno mismo, o incluso de si tienes un buen o un mal día. Lo importante es ser conscientes de que podemos trabajar para ser una mejor versión de nosotros mismos y no como otra persona que no somos, ya sea una chica de portada de una revista o una influencer«.

"Me preguntaron por drogas… les hable de tu sonrisa."

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La atleta se considera también fanática de los cuidados estéticos: «Me gusta cuidar todos los aspectos de mi cuerpo, aunque reconozco que soy un poco perezosa para echarme el body milk a diario, así que lo hago tres veces por semana. Para la cara soy más rigurosa. Cada día me pongo mis cremas, exfolio mi cara y uso mascarilla hidratante antes de dormir».

Aunque sabe lo que es participar en una competición de fisioculturismo, no es algo que se plantee repetir por el momento: «Fue una buena experiencia, vi dónde estaban mis límites y ya tuve suficiente. La competición requiere, sobre todo en las últimas semanas, un esfuerzo sobrehumano que no puedo permitirme ya que tienes que dejar prácticamente todo porque tu nivel de cansancio es brutal».

En una publicación comentó que fue a raíz de prepararse para la competición que decidió operarse el pecho: «Siempre he tenido poco pecho y era algo que, aunque no era imprescindible, siempre había pensado que cuando pudiera permitírmelo lo haría, y así fue. Cuando quieres mejorar algo de tu cuerpo que solo se puede conseguir con cirugía, no tiene porque estar relacionado con falta de autoestima, simplemente el deseo de verte mejor».

#Quiérete cuenta con un espacio dedicado a la política de censura de Instagram de los pezones femeninos, algo que, a su parecer «tiene peso por un tema cultural y social. Tradicionalmente el pezón de la mujer se ha visto como algo sexual en cambio el del hombre no. Creo que es cuestión de tiempo que cambie.»

Por último, la pregunta del millón, ¿se considera feminista? «Ser feminista no es lo contrario de machista. Un feminista es aquel que apoya los derechos de la mujer sin censurar o menospreciar al hombre, por tanto sí, soy feminista y también humanista porque creo en los derechos de los seres humanos«.

«Los docentes aportan mucho más que la apariencia»

«A mí me dicen que no puedo ir con vaqueros y monto la de Dios» me dice G. V., que lleva 33 años trabajando de docente en Madrid, a raíz de la medida que han tomado dos colegios concertados de la Comunidad, instando a sus profesoras a vestir con «recato».

PIXABAY

La circular, que dicta que «no es conveniente el uso de pantalones vaqueros, mallas o pantalones muy ajustados«, subraya también que es «preferible» evitar «transparencias, escotes pronunciados, hombros al aire, camisetas de tiras o ropas excesivamente ajustadas».

«No tiene que ser ni el colegio ni nadie quien establezca la forma de vestir«, reitera G. V.. «Un colegio privado puede marcar unas directrices, pero es absurdo que en uno que recibe financiación pública te digan nada. A mí jamás me han dicho nada respecto a la ropa, y cuando trabajaba en la privada, en el CEU, tampoco».

La profesora opina que, al igual que en cualquier otro trabajo, lo suyo es «vestir con decoro». Pero ante la recomendación de la circular que sugiere que las docentes lleven faldas o vestidos que «como mínimo» bajen hasta la rodilla porque, según la circular, «La feminidad es una cualidad destacada en la mujer que debemos potenciar», la docente se pregunta irónicamente: «¿Y el rosario? ¿Dónde lo dejamos?»

«Me parece que trata a la mujer como mujer florero. Tú cuando das clase vas a explicar cosas independientemente de tu género«.

A. M., de 25 años, que lleva dos trabajando de profesora en distintos centros, considera la medida «incoherente. Me parece mal no, lo siguiente. Entiendo que ir con vaqueros pueda estar peor visto porque es una prenda casual y quieran que los profesores vayan más formales, como pasa en el colegio Greenwich (centro concertado), que me comunicaron en la entrevista que no se podía dar clases con vaqueros, pero que las profesoras tengan que ir con faldas por la rodilla no tiene sentido«.

«¿Les van a dar una paga extra del colegio para que renueven el armario? Se entiende que cuando vas a trabajar como profesora, o de lo que sea, vas a vestir normal, no como si salieras de fiesta».

«Están mirando hacia el sitio equivocado. Los docentes aportan mucho más que la apariencia. Deberían centrarse en la que es su función, la educación de los alumnos» afirma la profesional.

«Mi objetivo es mostrar el mundo de la belleza real, el de la calle, y no el de las revistas»

En el momento en el que estás leyendo esto, me apuesto el diploma en Periodismo a que si vamos a tu armario vamos a encontrar por lo menos dos o tres números de tallas diferentes (en mi caso hay cinco).

INSTAGRAM @PRETTYANDOLE

Y no es porque cambies de peso o hayas crecido de repente por una ingesta de Petit Suisse, sino a que cada tienda tiene un sistema de tallas diferente, lo que hace complicado pensar en una talla fija como nuestra.

María Rodríguez, la blogger que se encuentra detrás de Pretty and Olé, ha dado un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la industria de la vestimenta con su tienda online sin tallas (SinTallas.com), la primera desde que Charles Worth acuñó a finales del siglo XIX el concepto de moda tal y como la conocemos siendo el primer diseñador en poner medidas estándar a sus creaciones.

«Me llamo María y tengo un cuerpo serrano. Soy gorda y aquí te cuento mi camino hacia una vida más sana y cómo me he sentido siempre guapa, sin tonterías y sin complejos» se presenta la blogger en su canal, y esto es lo que supone esta nueva etapa en su vida.

Le tenemos mucho cariño al concepto de «cuerpo serrano» ya que nos recuerda a nuestras madres o abuelas pero ¿cómo definirías un #CuerpoSerrano? 

¿Madres y abuelas? jajaja, ¡pero si no es tan ‘carca’! Desde mi proyección, un «cuerpo serrano» es una persona que ha logrado amar su cuerpo y disfrutar con él de la vida sin importarle su peso o talla. No lo trato como un concepto diferente al que ya tiene, se utiliza mucho cuando quieres darle un ‘olé’ a tu body, solo que nadie antes lo había utilizado para referirse a su público. Y eso es lo que quiero, que mi público sienta que el mundo de los complejos es una tontería.

El apoyo de tus seguidores del blog ha sido tu punto de partida para crear la tienda. ¿Cuánto tiempo llevas escribiéndolo? ¿Hasta dónde se remonta tu interés por la moda?

Comencé a bloguear en 2009 con Pretty and Olé hablando sobre productos de cosmética y maquillaje, que me gustaban desde pequeñita. Me apasionaba el mundo de la belleza y, además de vídeos en Youtube (que subía muy de vez en cuando) en mi blog contaba todas mis experiencias y hacía reviews de productos cada semana, incluso cada día en algunas épocas. Me lo tomé bastante en serio y me fui amoldando a lo que le gustaba a mi público y a mi también, así que evolucioné introduciendo algo de moda, lifestyle y consejos útiles que podrían servirle a la gente para verse guapa, con el objetivo siempre de mostrar el mundo de la belleza real, el de la calle y no el de las revistas. Mi tienda, SinTallas.com, es una suma de toda mi filosofía: de la moda entendida como diversión, que sea ponible, que pueda llevarla cualquiera… y cero Photoshop.

INSTAGRAM @SINTALLAS

¿Cuáles son las mayores dificultades que te estás encontrando ahora que la tienda online está en pleno funcionamiento? ¿Y cuáles son las satisfacciones que te produce?

Una de las satisfacciones más grandes es saber que una tienda que vende sin tallas haya calado tanto a nivel nacional como idea emprendedora. Jamás supuse que, aun siendo influencer, mi startup iba a ser portada de la mayoría de medios de comunicación. Ha sido una pasada ver cómo la gente se ha interesado por la tienda y evidentemente eso nos ha dado un empujón grande días después de abrir. Pero el día de apertura fue maravilloso: tenía a todo el público de mis redes sociales pendiente y al minuto de abrir empezó a haber decenas de pedidos. Sin duda, la satisfacción más enorme es saber que tantos ‘cuerpos serranos’ te apoyan y eso te hace darte cuenta de que vas evolucionando de la forma correcta.

Por el contrario, la dificultad más grande que tengo con la tienda es que estoy yo sola, como cualquier otro emprendedor que lucha por su idea. La gente piensa que por tener ciento de miles de seguidores tienes a todo un equipo a tu lado haciendo el trabajo, y eso en mi caso no ocurre. Cada mañana me levanto, preparo los pedidos y atiendo a los mensajes de forma personal, gestiono las ventas, el stock, las devoluciones… Si estoy de viaje tengo que dejar a alguien a cargo y se hace dificultoso, pero bueno espero poder ampliar el equipo de forma permanente nada más pueda. Ahora mismo estoy en un primer paso de este proyecto.

¿Por qué decidiste crearla? ¿Cómo es posible que hasta ahora no haya aparecido ninguna tienda sin tallas en España hasta ahora? ¿Crees que sentarás las bases para futuros negocios del estilo a partir de tu tienda?

Mi idea era evolucionar con Pretty and Olé y ofrecer algo que verdaderamente la gente pudiera tener consigo. Como lo que más me preguntan es por prendas, pensé entonces abrir mi propia tienda online pero con alguna idea innovadora. He sido product manager y mi trabajo era crear ideas nuevas en Internet, así que tenía que aprovechar mi experiencia y no crear una «tienda de una bloguera» más, sino que debía tener algo especial. Ahí fue cuando investigué sobre las compras online y las tallas, sobre los miedos de la gente a comprar prendas en Internet… y surgió Sin Tallas de una forma muy racional. Y la verdad, lo primero que me dije fue precisamente eso: ¿cómo no se le ha ocurrido si quiera a la gran industria antes? Así que bueno… imagino que tendrán sus motivos o igual han tomado nota. No tengo ni idea de qué va a pasar…

INSTAGRAM @SINTALLAS

Vendes prendas diseñadas en España, una decisión bastante arriesgada teniendo en cuenta que te saldrían más económicas si fueran prendas de China. ¿A qué se debe?

Sí, ahora mismo todas las prendas que vendo están diseñadas en España y algunas también fabricadas aquí y, aún así, los precios son bastante buenos. Sin embargo no es algo definitivo. Mi intención es tener más moda y expandir catálogo y para eso tendremos que ampliar fronteras ya que es muy difícil encontrar, no solo precio, sino moda para todas las tallas en España. El motivo de hacer esto al principio ha sido bastante sencillo y tiene que ver con las compras al por mayor y la regulación de impuestos.

¿Te planteas hacer algo en un futuro orientado también al sector masculino o es algo que no vas a tocar?

De momento seguiremos con moda para mujeres, que son quienes nos siguen y quienes consumen más moda, además de ser el público que personalmente conozco más a fondo. Sin embargo, no descarto poder tener en el futuro moda para hombres, niños, embarazadas y otros nichos.

«‘Gorda’ se sigue utilizando como un insulto cuando no sabes por qué esa persona está así»

Puede que en mundo de las tallas grandes no sea «oro todo lo que reluce» según me confirma Diana López Bernardo, Dianina XL para Youtube, la española en quedar segunda en el certamen de belleza Miss Curvissime Italia 2016.

YOUTUBE

 

«Hay mucho intrusismo laboral de mujeres que no tienen formación en modelaje, exigencias de pérdida de peso por parte de las agencias y también hay discriminación por parte de las propias chicas. Al principio sentía que tenía que justificarme para pertenecer a un grupo de Facebook en el que te expulsaban si adelgazabas o te hacían mandar fotos para realmente comprobar que usaras tallas grandes» me dice la youtuber cuyo canal se basa en el Body Positive.

«Procuro enfocar los temas de manera general, no solo a personas de tallas grandes sino a todos los que tengan complejos como poco pecho o ser demasiado delgada. Creo que está igual de mal las que se meten con las delgadas por estar delgadas que las que se meten con las gordas por estar gordas. No hay que compararse con nadie. Todas las mujeres somos bellas y si es tu constitución no puedes hacer nada».

Pero ¿en qué consiste exactamente el Body Positive? «Es aceptarte tal y cómo eres. El problema de aceptarse a una misma está en la sociedad que te dice que si no entras en unos cánones no vales. Lo ideal sería que la sociedad te dijera que vales porque eres única seas como seas».

Pese a que el Body Positive y la obesidad no tienen nada que ver, Dianina XL es en ocasiones acusada de fomentar la obesidad: «El concepto de ‘gorda’ se sigue utilizando como un insulto cuando no sabes por qué esa persona está así, si es por comer o por un problema de salud. La obesidad es un problema de salud y ese es el motivo principal por el que se debe adelgazar. En mi caso mi objetivo es estar sana».

Para romper su «relación tóxica con la comida» la youtuber residente en Milán acudió a una clínica italiana: «Tenía una relación de amor-odio con la comida y la clínica me ayudó a romper esa relación. En Italia este tema es gratuito, invierten en tu salud ahora para que no tengas problemas mañana, no es como en España, que te ponen una dieta y ya. En la clínica te educan a comer y a que seas consciente de lo que comes».

Si bien en un principio los temas de su canal ayudaban a los emigrantes a hacer gestiones en el nuevo país (como vivir con poco presupuesto, elaborar un buen currículum…) fue «a partir de mensajes privados que recibía de gente» que decidió incluir el Body Positive con vídeos de ropa, autoestima, hauls (muestrario de nuevas adquisiciones)…»Me escribían personas que igual no se atrevían a ir de compras» dice la youtuber. «Creo que esto es más bueno que ayudar a la gente a emigrar porque tiene más partido positivo. Esto es real, hay gente que lo necesita y me gusta que haya un trasfondo. Mi máxima es que si yo no me avergüenzo nadie se tiene que avergonzar».

Y ya que sale el tema de ir de compras le pregunto si es difícil comprar ropa de tallas grandes: «Cada vez menos, porque cuando era adolescente me tenía que ir a la sección de señoras de El Corte Inglés para vestir. Las tallas han aumentado. Lo que era una 42 es ahora una 46. Cuando voy a una tienda me fijo en que me quede bien, no en el número. La pena es que la mayoría de las veces las prendas no llegan a tienda. Cuando Zara dijo que incluían la XL y XXL estuve buscándolas cuando llegó la nueva colección. Después de no encontrar ninguna prenda de talla grande la dependienta me dijo que tendría que cogerlo desde la web ya que en el caso de que mandaran algo era solo una unidad».

Independientemente de la talla que tengamos o de cómo seamos físicamente, ¿cuál es el verdadero secreto para vestir? «Mirarse al espejo, y si te ves divina con lo que llevas, adelante. Con lo que te sientas cómoda es con lo que te vas a sentir bella. Un cuerpo no te va a impedir hacer nada«.

Lo que siempre quisiste saber de los puntos negros (pero no tuviste a quién preguntar)

(Quien nunca haya encontrado a esos pequeños bastardos en alguna parte de su cuerpo que levante la mano. Nadie, lo que imaginaba.)

Y es que según Josefa López, esteticista y formadora en estética de Tu Maxwapa, «los puntos negros se forman a partir de la suciedad que se va acumulando por el sudor y el sebo que desprende la propia piel». Delicioso. Aunque me hace saber que la contaminación por el CO2 y las bacterias que se encuentran en el aire (y más ahora que estamos en plena temporada de resfriados y gripes) también ayudan a la expansión de los puntos negros.

«Se concentran más en la zona de la nariz, frente, mejillas y barbilla» dice mientras examino la colonia de puntos negros que floreció en mi nariz prácticamente el mismo día en que nací. La genética, como me hace saber la profesional, juega en mi contra. Gracias, papá, por tus genes de nariz puntillista.

Por mucho que me esfuerzo en asesinarlos entre uña y uña, la esteticista me aclara que la mayoría de las veces que los quitamos en casa lo hacemos mal ya que no quitamos toda ‘la roña’: «Tiene que salir del todo ya que si se rompe los encontramos al día siguiente el doble de grandes».

Tras frotarme con un cepillo un gel limpiador, colocarme un exfoliante de oliva y aplicar un poco de tónico de pomelo para calmar la piel me coloca encima de la cara una máquina de vapor que me recuerda a las veces que he puesto la cabeza sobre una cazuela de agua hirviendo para hacer vahos: «Con el vapor se abre el poro y sale mejor el punto negro. Duele un poco, pero como dicen las abuelas para estar guapa hay que ver estrellas«.

Y veo estrellas, planetas, cometas, asteroides, meteoritos y algún satélite perdido cuando, con una especie de palito metálico, procede a quitarme el ramo de puntos negros de mi nariz. Confieso que una lagrimita de dolor me cae (y es que los muy infames se resisten a dejar mi nariz).

«Vaya, tienes algunos de hace mucho tiempo». «¿Cuánto tiempo?» le pregunto curiosa. «Estos de aquí (noto que hurga bajo la aleta de mi nariz) son de hace más de un año». Tengo puntos negros con los que he estado más tiempo que con la mayoría de mis novios. Interesante.

«El problema de hacer esto en casa es que se queda el poro abierto y hay que cerrarlo bien, para lo que utilizamos tónicos astringentes» dice Josefa mientras me aplica el líquido. Pero lo que más me impacta es la máquina de alta frecuencia que utiliza seguidamente, una especie de, vibrador transparente gigante que suena como un aparato del dentista. Nada más oír el zumbido me puse más tensa que cuando llevo ropa blanca y me baja la regla. Casi infarto cuando noté la mini descarga en la piel. También es cierto que yo soy muy dramática y me impresiono enseguida.

Tras cerrarme los poros aplica una crema hidratante y me extiende una mascarilla para pieles mixtas por toda la cara. Tras dejarla unos 10 minutos la retira y me aplica tónico otra vez y crema hidratante. Con los poros cerrados y la cara roja como si hubiera salido de la clase de spinning, damos fin al tratamiento.

¿Y ahora qué? ¿Cómo puedo mantener esta piel jugosa como el culito de un bebé? «Debes corregir el exceso de sebo con una crema para pieles grasas, una no-comedogénica (‘comedones’ son los puntos negros). Cremas que contengan menta o que lleven cítricos son muy buenas para contrarrestar la grasa».

Cuando ya me iba tan feliz pensando que con una cremita salía del paso la esteticista me pregunta por mi alimentación, algo que por lo visto también le pasa factura a la piel: «Somos lo que comemos, por lo que si comes grasa se refleja en la piel. Es el reflejo de nuestro interior, por lo que infusiones de hierbas como té o menta, alimentos antioxidantes o depurativos van a eliminar toxinas». Me recuerda que no sirve de nada el tratamiento de eliminación de puntos negros si no cuido la alimentación en casa. Adiós chocolate Milka, adiós.

¿Y qué pasa si un mes voy algo más apurada y no tengo para pasarme por un centro de estética y dejarme los 24 euros que cuesta la limpieza? «Hay mascarillas de arcilla negra que se pegan totalmente a la piel y sacan el punto negro». Vale, y también las hay que necesitas aceite de un templo budista de Bangkok, por lo que le pido una que se pueda hacer con lo que tenemos por casa: «Otra más sencilla es una que me hago yo con un yogur natural o de limón, una clara de huevo, unas gotitas de zumo de limón y un poco de miel. La dejo unos 20 o 25 minutos y seguidamente la aclaro. Limpia los poros e hidrata la piel».

Me voy del centro como del 2016, prometiéndome que llevaría a cabo hábitos saludables, solo que esta vez, en vez de prometérmelo a mí misma, se lo aseguro a la esteticista: lavaré bien mi cara cada día y la hidrataré antes de irme a dormir, que según ella, es cuando la piel se renueva.

¿Cómo llevar un blog de moda con una discapacidad visual?

Esa era la pregunta que me hacía al conocer a Eva González, que a raíz de una enfermedad autoinmune que tuvo de pequeña, la periodista y community manager, fue perdiendo la vista progresivamente el motivo por el que creó Moda A La Vista, un blog de moda adaptado para personas con discapacidad visual.

Eva y Brooke. MODA A LA VISTA

Eva y Brooke. MODA A LA VISTA

«Hice el blog pensando en que quería que fuera accesible para personas con discapacidad visual pero mi intención no es que sea exclusivo para esas personas sino adaptado a ellas y también para que cualquier persona a la que le guste mi estilo me pueda seguir» afirma la bloguera que agradece la colaboración que recibe para subir los temas. «Escribo mis posts con Jaws (programa lector de pantalla de la ONCE), me pongo la ropa, alguien me hace las fotos y lo sube a WordPress, ya que no es una plataforma accesible».

Pero a la hora de estar al tanto de las tendencias, para Eva supone «mucho esfuerzo. Por mi trabajo y el niño no tengo tiempo de estar todo el día en las tiendas por lo que lo hago a través de Internet«.

Sin embargo no siempre es una vía sencilla, ya que «en cualquier revista de moda encuentras artículos del tipo Los 7 jeans que se llevan, pero pinchas y es una galería. Nadie pone un pequeño texto explicando si se llevan acampanados, rotos…»

¿Cómo compra la bloguera su ropa? «Elijo las tendencias que más me van a mí y las que van con mi estilo. Si algo se lleva y no me gusta como me queda, no me lo compro. Tengo un poco de resto visual en el ojo izquierdo por lo que distingo colores y formas si me acerco a las cosas, eso me ayuda bastante».

«Como perdí la vista progresivamente creo imágenes en mi cabeza por el tacto. Yo toco una prenda y lo que veo cuando la toco es el corte y el tacto. Si voy de compras acompañada y me dicen que el estampado es horroroso me hago una imagen según me van contando» afirma Eva.

Le pregunto si el hecho de ir con Brooke de compras, su perra guía compañera, le supone una dificultad a la hora de que le llamen la atención en los establecimientos. Afortunadamente «en las tiendas nunca me han puesto ningún problema. Me resulta un poco incómodo porque a veces en el probador no cabe o se agobia si le cae un perchero encima… En otros establecimientos sí he tenido pegas, pero en las tiendas de ropa nunca me han puesto ninguna».

Y es que, como Eva demuestra con su trabajo, lo que realmente tiene una discapacidad es la ciudad, o, en el caso de su blog, la propia tecnología.

Carlos Andrade, Mister Internacional Madrid 2017: «La belleza física es algo totalmente efímero»


Desde que el concurso de Mister España cayó en bancarrota, ha sido Mister Internacional Spain el certamen que le ha relevado a nivel nacional.

Según Carlos Andrade, el madrileño que ostenta el título de Mister Internacional Madrid 2017, el concurso está «enfocado a la belleza principalmente, por tanto refleja cuidado corporal, facial y una forma de vestir no solo acorde al gusto de la persona sino que potencie sus cualidades».

CARLOS ANDRADE

CARLOS ANDRADE

Para él supone «una forma de representar a las personas de cada región. Es una forma de representar al mundo exterior los mejores talentos por así decirlo». ¿Y qué hay del punto de vanidad de los que se presentan a este tipo de concursos? Andrade lo tiene claro: «El ser humano tiene el deseo de sentirse deseado. Todos tenemos un ego que debe ser sano, pero que concursar tiene también ese atractivo es algo innegable».

Sin embargo, el entrenador personal de 25 años tiene muy claro que para él la belleza «es la combinación de no solamente el aspecto físico sino la armonía con la personalidad y el espíritu. Vivimos en un mundo en el que la primera impresión es lo que cuenta pero es solo el primer paso. Conociendo a la persona te das cuenta de su belleza interior. Se debe aunar todo, también el estilo de vida que sea mas o menos saludable. A fin de cuentas la belleza física es algo totalmente efímero, yo lo veo como si fueras a enamorar a una persona que es ciega».

CARLOS ANDRADE

CARLOS ANDRADE

Modelos con vitiligo, de tallas grandes… ¿Estamos viviendo un cambio de cánones estéticos que juegan en detrimento de los certámenes de belleza más clásicos? «La sociedad se está abriendo de miras. Estos certámenes ya no son todo. Antes Miss y Mister España eran lo único, ahora hay mas diversidad. Internet ha roto las barreras de todo, somos una sociedad liquida. Es decir hay mas diversidad y más puntos de vista. Antes lo único que percibíamos era la televisión o el periódico ahora una persona puede mirar en Internet hasta donde lleguen los limites de su curiosidad y creatividad. Son cánones igual de válidos y significan que hay menos barreras de entrada. Todo es mucho menos rígido» declara Andrade.

«Ahora esa belleza tiene cabida porque tiene un público y un mercado. Lo que veo insano es que sigan promoviendo modelos muy delgadas. La delgadez extrema no debería consentirse cuando pasa el punto de la salud. Debería controlarse. Veo bien que haya aceptación de tallas lo que veo inaceptable es que se estimule esa delgadez extrema».

Respecto al concurso de Mister Internacional Spain «estar en forma, llevar un estilo de vida saludable, medir más de 1,80, tener buena presencia o ser atractivo» son algunos de los requisitos que según el entrenador personal, les piden para participar.

«Desfilar en traje, en ropa casual que muestre las mejores cualidades, llevar al día las redes sociales subiendo fotos naturales del día a día y fotos profesionales» son algunas de las cosas que tiene en cuenta el jurado, aunque también tendrán que someterse a la prueba de preguntas de cultura general. Según el concursante, esa prueba en concreto «busca que seas una persona completa con armonía entre el interior y el exterior». Cuando le pregunto cómo se va a preparar para esa prueba en concreto me confiesa que de ninguna forma: «He sido una persona que se comía las enciclopedias, no sé qué podría prepararme».

En mi opinión, es quizás la prueba de redes sociales la única que moderniza un poco el certamen ya que bajo mi parecer, sigue promoviendo un tipo de belleza muy concreta basado en un rol masculino muy clásico. Para el participante «no habría ningún problema en que un chico con piercings o tatuajes se presente, pero a lo mejor ese chico tiene que ponerse un traje alguna vez en su vida. No es un filtro de entrada pero sí una forma de exposición».

«Cuando vas a un concurso hay que adaptarse a ciertos patrones» afirma Andrade. Le pregunto si se ha sentido cosificado participando en el concurso: «No me he sentido un objeto en ningún momento. Si a alguien solo le interesa tu físico te va a tratar así, pero si eres capaz de desplegarte, puedes hacer ver cómo eres en realidad».

Respecto al resto de sus compañeros y rivales, «hay muy buena onda. Hablamos a veces por Facebook o Whatapp y hay espíritu de competición sana». Para Carlos Andrade «sería un orgullo poder representar Mister Internacional Spain e ir al certamen internacional y dejar a España en lo mas alto». Solo me queda desearle suerte.

«No hay modelos con discapacidad porque se nos considera imperfectas y no puedes vender al mercado algo roto»

Ir de compras es esa experiencia más o menos satisfactoria pero necesaria que realizamos de vez en cuando: entrar a la tienda, elegir la que será en un futuro próximo nuestra ropa, probárnosla si tenemos el tiempo, quedarnos con ella si nos gusta cómo nos queda, pagar y marcharnos.

Qué fácil es todo cuando tienes dos ojos que ven, dos piernas que te llevan por las escaleras de la tienda o una espalda recta que te permite que la prenda te siente más o menos bien.

Jamás me había planteado que no pudiera ser igual de fácil para otras personas. También es verdad que jamás había conocido a personas a las que ir de compras supusiera un problema más allá de alguna peleílla en rebajas que se salda con un forcejeo.

Y creo que nunca me lo había planteado porque no he sido educada en la inclusión (de hecho me falta tanta educación en ese aspecto que no sé cómo abordar este tema de manera correcta así que disculpadme si en algún momento algo resulta ofensivo porque no es mi idea).

Empezaré por el principio, por una cafetería madrileña un domingo lluvioso de noviembre a las cinco y media de la tarde. Sumamos en total siete personas (tres de ellas periodistas, dicho sea de paso) y una perra guía que ocupan seis sillas de patas metálicas y una de ruedas. Lo que tenemos en común es que a todas nos interesa la moda y la imagen de una manera o de otra.

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Parece el principio de una novela de Agatha Christie pero es un meet-up (en castellano, una quedada) organizada por Being Inclusive, que se definen como «una empresa social de moda inclusiva» que busca que la industria de la vestimenta englobe no solo diversidad corporal sino funcional.

Algo bastante lógico ya que la moda es uno de esos sectores que prácticamente (algo también extraño, por cierto) apenas ha cambiado en los últimos 50 años, por lo que «es donde más barreras se pueden romper» opina una de las participantes.

Que la pasarela se convierta en una plataforma de difusión de la diversidad humana me parece aún un destino lejano de un camino largo, pero aquella reunión fue lo más parecido a un primer paso que puedo imaginar.

Todo se reduce a pensar un poco en los demás. En que no solo podemos ser tallados por una altura o un peso, sino a que también hay personas invidentes, con un pie dos tallas más pequeño que otro o con una ostomía, como es el caso de Encarna, que también tiene derecho a lucir ropa interior bonita. Todas somos reales porque esto no es una guerra de quién más o quién menos ya que todas tenemos la suerte de existir.

Pero sí hay mucho de aceptación personal y de aceptación por parte de los demás en esto: «Tenemos que comprender que hay gente que nace para vivir de pie y gente que nace para vivir sentado en una silla de ruedas» dice Ana.

«Nunca se van a atrever a hacer cambios porque es un reto social«, dice la periodista, que, además de deportista paralímpica acude a la cita con parálisis cerebral como «compañera de viaje» según nos comenta.

Quiere que se muestre un abanico en la pasarela: «He llamado dos veces a la Fashion Week y a la 080 de Barcelona y en cuanto me reconocían, me colgaban directamente». Su idea sería un desfile inclusivo pero «que no sea solidario de esos que salga la modelo de la mano con el discapacitado, que se profesionalicen las modelos con discapacidad«.

Potenciar que las empresas del sector se involucren e introduzcan más diversidad en las propias campañas, talleres de automaquillaje que también pueden servir de rehabilitación porque son actividades motoras, adaptar la ropa a los diversos cuerpos, que los medios de comunicación ofrezcan información accesible, campañas fotográficas que celebren las cicatrices o diseño de ropa «hazlo tú mismo» son algunas de las ideas que sugieren como pasos en el camino a la inclusión.

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Además de las perchas altas, las tiendas con escalones, la ausencia de rampas o los probadores para personas con discapacidad, que aunque existen por ley se acaban usando de almacén, hay otras barreras a las que las «in-girls» (el término ideado por Olga y Nerea, las fundadoras de Being Inclusive) se enfrentan: «Se nos considera imperfectas y no puedes vender al mercado algo roto» dice Ana, cuando «mi discapacidad me ha hecho ser quien soy».

«Hay chicas coquetas a las que les gusta cuidarse y si no pueden acceder a ello afecta a su imagen y autoestima» comenta Olga haciendo hincapié en la aceptación personal. «Debemos potenciar lo bueno, no esconder lo malo» dice Eva, la creadora de Moda a la vista, el primer blog adaptado para las personas con discapacidad visual.

Además de que «hay mucho miedo al desconocimiento» muchas veces no sabemos cómo usar el lenguaje, como puede haber sido mi caso.

Me despido con una frase de Raquel, que ideó un proyecto para que las personas que, como en su caso, tienen una diferencia de dos números entre un pie y otro, no gastaran una fortuna en zapatos sino que pudieran comprar uno de cada pie de los que iban para stock: «Somos unas luchadoras, unas valientes y no queremos que nos trate con lástima«.

Ni lástima ni mantenernos ajenos a esto, sino salir un poco de nosotros mismos y mostrarnos abiertos a, en primer lugar aceptar, y, en segundo lugar, apoyar, en la medida que podamos, lo diverso.