Archivo de enero, 2017

Cuando mis pezones sufrieron ‘bullying’

[En otros posts he hablado de que, en más de una ocasión, opto por salir sin sujetador. Lo veo algo cómodo para ocasiones e incomodísimo para todas las restantes, por lo que asumo que se me pueden notar en algún momento.]

Los sujetadores deportivos, que simplemente sirven para sujetar el pecho sin ningún tipo de relleno, suelen marcarlos a la perfección. Es por eso que en algunas fotos haciendo ejercicio estoy acostumbrada a leer el comentario del listillo de turno (que el listillo de turno suele ser un amigo para molestar) preguntándome que si tenía frío. No, no tenía frío, soy un ser humano con glándulas mamarias (al igual que él, por cierto).

La naturalidad con la que pienso en el asunto viene a ser una particular reivindicación feminista en la que me niego a cubrirlos. Son algo natural y si ellos pueden marcarlos con camisetas (sí, queridos, vosotros también vais a veces con los pezones como para rayar diamantes) quiero el mismo derecho sin escuchar los consabidos comentarios.

En una de estas, uno de estos ‘iluminados’ del Señor, me hizo notar en una foto que se me notaba el pezón. Vaya, ¿no me digas? Quizás es porque TENGO pezones.

La cosa es que le contesté que si tenía algún problema, a lo que respondió «Enseñalo!!». Sí, sin acento, estaba demasiado emocionado asumiendo que mi pezón estaba únicamente para uso y disfrute que se le olvidó añadirlo. Muy amablemente (es decir, sin mandarle a la mierda, idea que estuve acariciando) le comenté que con mi cuerpo hacía lo que me salía del gatete: «Lo enseño a quien yo quiero 😉 y no estás en la lista». Elegancia pura. La reina Elizabeth II aplaudía mi flema desde Buckingham.

Lo que mi interlocutor contestó fue lo siguiente: «Mejor, porque son muy pequeñas jajaja«. Pues bien que querías vérmelas gorrioncillo. No solo me cosifica sino que ataca a mi autoestima utilizando una red social.

En ese momento, sin pensar, puse una denuncia en Instagram a este usuario (denuncia que por cierto, les ha entrado por una pestaña y les ha salido por la otra. ¿Quién narices regula las quejas? ¿Monos?).

Sé que ese tipo de comentario a otra mujer, o incluso a mí misma en otro momento de mi vida, más joven en plena adolescencia, me habría hecho daño. Son estos ataques los que hacen que luego la gente desarrolle inseguridades y sea incapaz de aceptarse tal cual es, por lo que deben ser denunciados sin excepción.

El acoso no tiene límites y con las redes sociales es mucho más sencillo ya que no hay que dar la cara. Utilizando el teclado podemos dañar a personas que se encuentran a kilómetros de distancia. Pero lo realmente grave es que sin conocer a alguien (o aún conociéndolo) algunos se sientan con el derecho de criticar o juzgar por el físico cuando NADIE ES PERFECTO y somos mucho más que eso.

Emma Stone, el estilo de la ‘lady’ moderna de La La Land

No hay una sola película en la que no adores irremediablemente a Emma Stone. Aprovechando que este jueves estrenan en los cines de mi barrio su última película) me cuelo en su armario para analizar su estilo.

Y su estilo, quitando los outfits de gimnasio que absolutamente TODOS tenemos (quizás no tan estilosos como ella que aún recién salida del gimnasio parece parte del catálogo de Adidas), se caracteriza por tener un punto vintage.

La actriz se inspira en modelos y anchuras del Hollywood de los años 50, cuando las divas eran divas de verdad y no estrellas de YouTube.

Largos que dejan al aire los tobillos, tacones de pulsera… Puede que su armario no sea de mis favoritos pero hacen de su estilo uno de los más característicos de las alfombras rojas.

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Los calcetines de Adidas para llevar sin zapatos

Nuestro amor por la comodidad está haciendo negocio en el mundo de la moda: botas para salir a la calle que parecen zapatillas de andar por casa, pijamas que son en realidad vestidos de fiesta…

ADIDAS

Y el último invento de Adidas para romper nuestra relación con los calcetines: el modelo NMD city sock que por muy guay que suene (la magia de poner las cosas en inglés) viene a ser un calcetín rígido con la suela pegada.

Los fanáticos de Adidas (o de los calcetines) se encontrarán ahora mismo más ilusionados que la noche de Navidad esperando el 4 de febrero, el día en el que la firma deportiva ha fijado la venta al público del modelo.

Pequeños inconvenientes que, como amante de las sneakers que soy, le veo a este diseño: ausencia de cordones, lo que significa que o el calcetín es lo suficientemente rígido como para compensar esa falta de sujeción o te va a bailar el pie más que una guiri en la Feria de Sevilla; el misterio de la limpieza de las ‘calzapatillas’ ya que no los puedes meter en la lavadora (¿o sí?) y la gran incógnita de la transpiración, o en otras palabras, ¿olerá el pie cuando nos descalcemos?.

Para todos los demás que o no vamos a gastarnos los casi doscientos dólares en el diseño o que, sencillamente, nos parecen feas, seguiremos con nuestra relación de amor-odio con los calcetines cuando se nos pierde algún par en la lavadora o cuando los ‘traga’ el zapato al caminar porque son demasiado cortos.

Las monstruosidades del ‘streetstyle’ de la Paris Fashion Week

Llegan las semanas de la moda y nos volvemos locos. Como sabemos que pueden caer fotos en cualquier momento, los más adictos a la moda peinamos hasta la última percha del armario para crear tendencia. Porque somos así de ególatras, nos encanta pensar que aunque vayamos a ver un desfile y seamos normales y corrientes parezcamos influencers. Y sí, yo la primera. Aún recuerdo esa fashion week a la que asistí con unos botines diy que había cortado esa misma mañana (lo petaron).

La jugada nos puede salir bien o podemos estrellarnos estrepitosamente combinando el elegante abrigo de pieles de la abuela Josefa con los vaqueros que encontraste en Malasaña aquel día que estabas segura de que irían con todo:

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El chándal de terciopelo es, en mi opinión, perfecto para andar por casa calentito. Lo de combinarlo con camisa, cinturçon de Gucci y un abrigo largo es como los que le echan mayonesa a las croquetas. No mezclar lo que solo funciona bien por separado:

Many thanks to @mercedesbenz, official partner of the Paris Fashion Week. 📷 by @vannibassetti. #pfw #mypfw #menswear #fw17

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Cuando la Semana de la Moda te pilla recogiendo arroz en plenos campos de Youxing y no has tenido tiempo en las doce horas de vuelo China-París de cambiarte:

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¿Quién dijo frío? Si te tienes que pasar una semana resfriada, con anginas y baja laboral por ir divina de la muerte, TE LA PASAS. Antes muerta que sencilla:

Cold temperatures are not going to stop fashion street style, 📷 by @vannibassetti. #pfw #mypfw #menswear #fw17

A photo posted by Paris Fashion Week (@parisfashionweek) on

El Lado oscuro de la Fuerza inspira a este asistente que llega hasta teñirse el pelo para que haga juego con su conjunto:

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Cuando tienes unas sandalias tan TAN estilosas como las de esta invitada y te niegas a dejarlas en casa solo porque las temperaturas son bajo cero, unas medias y apañado:

Day 4 of the Paris Men's Fashion Week has just started ! 📷 by @vannibassetti. #pfw #mypfw #menswear #fw17

A photo posted by Paris Fashion Week (@parisfashionweek) on

El abrigo de Lewis Hamilton no tiene perdón de Dios. Eso sí, perfecto para ir al cine y poder pasar en sus bolsillos palomitas, chuches, refrescos y un bocata de jamón sin que nos confisquen la comida:

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Para terminar y darle un poco de paz a nuestros ojos os dejo una foto del conjunto elegido por David Beckham. Colores nudes, un jersey de cuello vuelto y unas gafas de sol lisas que demuestran que menos es más (aunque también ayuda que los lleve el futbolista).

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Miranda Kerr se lanza a la piscina del diseño (de vaqueros)

Además de la carrera que Miranda lleva a sus espaldas en el mundo de la moda como maniquí de un sinfín de diseñadores, la modelo está haciendo sus pinitos entre costuras. Su colaboración ha sido una colección cápsula de Mother Denim con trasfondo benéfico.

GTRES/MOTHER DENIM

Y es que parte de los beneficios irán a The Royal Women’s Hospital Foundation, que cuida de mujeres y bebés prematuros en Australia desde hace 150 años. Además de que las donaciones son las responsables del 70% del equipamiento salvavidas en la parte de cuidados intensivos para recién nacidos.

MOTHER DENIM

MOTHER DENIM

Los diseños, por mucho que tengan el plus solidario, son tirando a sositos. Tiene más regusto una papilla de arroz, para que nos entendamos. Que vale que no tiene que marcarse una mezcla de estampados a lo Kenzo, pero sus diseños no le han hecho romperse mucho la cabeza.

Sudaderas, camisetas, faldas, camisetas de los cien a los 300 dólares, es decir, no aptas para todos los bolsillos. Es decir, si eres estudiante/becaria/fashion blogger definitivamente la colección NO está a tu alcance. A no ser que pretendas alimentarte de aire, claro.

La obsesión por maquillarse con cosas raras

No nos gustan las cosas sencillas. Es curioso pero es así. Lo fácil no nos va. Nos fijamos en la persona que pasa de nosotros, le damos doscientas vueltas al problema del examen porque no nos creemos que la profesora lo haya puesto tan simple…

Es ese impulso que empuja a mi madre a echarle soja a las lentejas en vez de hacerlas como siempre. Si ya están buenas así ¿por qué lo complicas? No lo entiendo. En el mundo de la belleza ocurre exactamente lo mismo, y a mi vídeo maquillándome con cucharas me remito, pero eso no es lo más extraño que encontramos por la ‘youtubesfera’…

YOUTUBE

Prepárate para vaciar el fregadero: cucharas, tenedores, batidoras de varillas y hasta el estropajo son los objetos cotidianos que usa esta youtuber para crear su maquillaje.

Como si maquillarse no llevara ya bastante tiempo hay que sumarle el rato que nos va a dedicar lavar de nuevo todos los utensilios. ¿Original? Sí. ¿Útil? Puede. ¿Lo harás en casa cuando hasta levantarte del sofá a por el mando de la tele te da pereza? Harto improbable.

 

Para ser más extremos, podéis probar a haceros el contouring con un cuchillo (la cuchara llegados a este punto ya hasta resulta convencional).

Fundamental probar también las tiras de celofán como guías para trazar las sombras del maquillaje. Míralo como un dos por uno, no solo te maquillas sino que te haces la depilación facial de paso.

Pero el que se lleva el premio de los contourings alternativos es el youtuber Skelitom, conocido por sus originales maquillajes basados en los colores de snacks como Cheetos o Doritos. Lo objetos alternativos con los que consigue su maquillaje incluyen: patata fritas, un burrito, una hamburguesa, un limpiacristales, una bota, un desatascador o una pala.

Yo, como buena amante de la comida que soy, me arrancaría las uñas con las pinzas de depilar solo de pensar en gastar un delicioso taco en pintarme el colorete, aunque los otros objetos (exceptuando quizás el cuchillo) me parecen más factibles. Siendo totalmente sincera, con lo vaga que soy para maquillarme, me niego a usar cualquier cosa que no sea la brocha que ya está en mi neceser . ¿Qué opinas de esta moda de maquillarse con cosas raras?

(Fundamental poner cara de vicio mientras los utilizáis para que el maquillaje quede correcto).

Adiós a las azafatas en los podios de ciclismo australianos

(Asumo que puede parecer irónico que como azafata opine sobre este tema, como lo irónico que resulta que tu monitor de spinning, ese que te hace sudar la gota gorda, se llame Ángel o que tu profesora de yoga se llame Dolores.)

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Este martes, la UCI World Tour 2017, comenzaba sin las célebres azafatas que besan y entregan los premios a los ciclistas. Mi yo interior se frota las manos con la de críticas que podemos sacar de esto.

En primer lugar, las sustitutas de las azafatas iban a ser jóvenes promesas del ciclismo mientras que, en la entrega de este martes, fue un compañero del ciclista ganador de la primera prueba, Caleb Ewan, el que le colocó el maillot de ganador. O en otras palabras, un puesto menos de trabajo a no ser que pretendieran que las jóvenes promesas fueran ‘de gratini’.

Aunque como azafata opino que es un trabajo menos, como mujer, es un paso más en el largo y angosto caminito hacia la igualdad. Y es que como recoge El Periódico, Leon Bignell, ministro de deportes de South Australian, explicó a ABC News que «no tiene mucho sentido que el Gobierno pague a las azafatas del podio al tiempo que financia tratamientos psicológicos para ayudar a las chicas jóvenes con trastornos provocados por su imagen corporal».

Mikel Landa, tercero del Giro 2015, declaró en El Correo que «es la línea por la que debemos ir. Las azafatas en los podios sobran. Es como tratarlas como objetos, las infravaloramos. Aquí es una costumbre arraigada y nadie se atreve a dar el paso, pero hay que admitir que poner ahí arriba a mujeres elegidas por ser guapas y tener buen cuerpo no es la mejor imagen que se pueda dar de ellas».

Si algo tengo claro después de cuatro años trabajando de azafata es que es un trabajo basado en el sexismo que no quita que sea una profesión digna con la que poder ganarse la vida. El hecho de que eliminen esta profesión en un evento de proyección mundial es una forma de comunicar alto y claro el mensaje de que ya no vende única y exclusivamente el cuerpo de una mujer. Y, para las que nos dedicamos a ello, encontraremos otras cosas con las que poder ganarnos la vida ya que valemos más que para dar imagen.

Blake Lively y su estilo embarazada ‘chic’

La actriz Blake Lively ha demostrado a lo largo de estos dos años que se puede estar embarazada y no ir todo el día en el chándal de premamá de H&M, que es como me planteaba pasar mis futuros embarazos (y posiblemente con un cubo de helado cerca, por aquello de los antojos).

Aunque los vestidos anchos y sueltos parecen la elección favorita de las celebrities que pisan las alfombras (Natalie Portman en los Globos de Oro es el último ejemplo) Lively ha aprovechado un sinfín de ocasiones para marcar tripita y tripón.

Si algo nos enseña es que los kilos extra no son nunca un impedimento para vestir como nos de la gana y lucir estupendas. Y si no me creéis, ojo a los conjuntos:

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Primer embarazo:

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Lo que siempre quisiste saber de los puntos negros (pero no tuviste a quién preguntar)

(Quien nunca haya encontrado a esos pequeños bastardos en alguna parte de su cuerpo que levante la mano. Nadie, lo que imaginaba.)

Y es que según Josefa López, esteticista y formadora en estética de Tu Maxwapa, «los puntos negros se forman a partir de la suciedad que se va acumulando por el sudor y el sebo que desprende la propia piel». Delicioso. Aunque me hace saber que la contaminación por el CO2 y las bacterias que se encuentran en el aire (y más ahora que estamos en plena temporada de resfriados y gripes) también ayudan a la expansión de los puntos negros.

«Se concentran más en la zona de la nariz, frente, mejillas y barbilla» dice mientras examino la colonia de puntos negros que floreció en mi nariz prácticamente el mismo día en que nací. La genética, como me hace saber la profesional, juega en mi contra. Gracias, papá, por tus genes de nariz puntillista.

Por mucho que me esfuerzo en asesinarlos entre uña y uña, la esteticista me aclara que la mayoría de las veces que los quitamos en casa lo hacemos mal ya que no quitamos toda ‘la roña’: «Tiene que salir del todo ya que si se rompe los encontramos al día siguiente el doble de grandes».

Tras frotarme con un cepillo un gel limpiador, colocarme un exfoliante de oliva y aplicar un poco de tónico de pomelo para calmar la piel me coloca encima de la cara una máquina de vapor que me recuerda a las veces que he puesto la cabeza sobre una cazuela de agua hirviendo para hacer vahos: «Con el vapor se abre el poro y sale mejor el punto negro. Duele un poco, pero como dicen las abuelas para estar guapa hay que ver estrellas«.

Y veo estrellas, planetas, cometas, asteroides, meteoritos y algún satélite perdido cuando, con una especie de palito metálico, procede a quitarme el ramo de puntos negros de mi nariz. Confieso que una lagrimita de dolor me cae (y es que los muy infames se resisten a dejar mi nariz).

«Vaya, tienes algunos de hace mucho tiempo». «¿Cuánto tiempo?» le pregunto curiosa. «Estos de aquí (noto que hurga bajo la aleta de mi nariz) son de hace más de un año». Tengo puntos negros con los que he estado más tiempo que con la mayoría de mis novios. Interesante.

«El problema de hacer esto en casa es que se queda el poro abierto y hay que cerrarlo bien, para lo que utilizamos tónicos astringentes» dice Josefa mientras me aplica el líquido. Pero lo que más me impacta es la máquina de alta frecuencia que utiliza seguidamente, una especie de, vibrador transparente gigante que suena como un aparato del dentista. Nada más oír el zumbido me puse más tensa que cuando llevo ropa blanca y me baja la regla. Casi infarto cuando noté la mini descarga en la piel. También es cierto que yo soy muy dramática y me impresiono enseguida.

Tras cerrarme los poros aplica una crema hidratante y me extiende una mascarilla para pieles mixtas por toda la cara. Tras dejarla unos 10 minutos la retira y me aplica tónico otra vez y crema hidratante. Con los poros cerrados y la cara roja como si hubiera salido de la clase de spinning, damos fin al tratamiento.

¿Y ahora qué? ¿Cómo puedo mantener esta piel jugosa como el culito de un bebé? «Debes corregir el exceso de sebo con una crema para pieles grasas, una no-comedogénica (‘comedones’ son los puntos negros). Cremas que contengan menta o que lleven cítricos son muy buenas para contrarrestar la grasa».

Cuando ya me iba tan feliz pensando que con una cremita salía del paso la esteticista me pregunta por mi alimentación, algo que por lo visto también le pasa factura a la piel: «Somos lo que comemos, por lo que si comes grasa se refleja en la piel. Es el reflejo de nuestro interior, por lo que infusiones de hierbas como té o menta, alimentos antioxidantes o depurativos van a eliminar toxinas». Me recuerda que no sirve de nada el tratamiento de eliminación de puntos negros si no cuido la alimentación en casa. Adiós chocolate Milka, adiós.

¿Y qué pasa si un mes voy algo más apurada y no tengo para pasarme por un centro de estética y dejarme los 24 euros que cuesta la limpieza? «Hay mascarillas de arcilla negra que se pegan totalmente a la piel y sacan el punto negro». Vale, y también las hay que necesitas aceite de un templo budista de Bangkok, por lo que le pido una que se pueda hacer con lo que tenemos por casa: «Otra más sencilla es una que me hago yo con un yogur natural o de limón, una clara de huevo, unas gotitas de zumo de limón y un poco de miel. La dejo unos 20 o 25 minutos y seguidamente la aclaro. Limpia los poros e hidrata la piel».

Me voy del centro como del 2016, prometiéndome que llevaría a cabo hábitos saludables, solo que esta vez, en vez de prometérmelo a mí misma, se lo aseguro a la esteticista: lavaré bien mi cara cada día y la hidrataré antes de irme a dormir, que según ella, es cuando la piel se renueva.

La moda de los abrigos que no abrigan

«Un abrigo camel» fue una de mis peticiones para los Reyes Magos de este año. «Pero que abrigue de verdad» le insistí a mi madre (como si realmente hiciera falta hacerle hincapié a una madre en eso).

Así dio comienzo una travesía casi tan larga como la que tuvo que emprender Frodo hacia el Monte del Destino. La diferencia es que mientras que él iba de un lado a otro sufriendo los efectos del anillo yo iba de tienda en tienda exasperándome cada vez más según dejaba los abrigos de nuevo en los percheros.

Al principio tenía que probármelos para comprobar si abrigaban o no, pero según fui volviéndome asidua en los Zaras, H&M´s, Pull & Bears, Bimba y Lolas, Stradivarius o Lefties de todo Madrid acabé desarrollando la capacidad de saber si una prenda abrigaba o no por el tacto.

Enganchaba la manga entre los dedos, la frotaba contra sí misma comprobando su grosor y volvía a dónde mi madre a darle la mala nueva: «Es precioso, pero no abriga«. Y así con todos.

Me llamó la atención que en pleno mes de enero, los abrigos a la venta fueran poco más gruesos que algunas chaquetas del armario y ya ni os hablo de los que están compuestos de fibra en su mayor parte. He intentado que los científicos de Harvard den respuesta a esta gran incongruencia pero es tal la confusión que les ha producido que se han rendido ante la dificultad del problema.

No sé si es que por primera vez voy a un lugar frío o que soy más consciente del valor de las cosas, de la calidad y de lo que cuesta ganar dinero que cuestan, pero ni uno solo de las decenas de abrigos que toqué me convenció.

La verdad es que NO entiendo el sentido de todo esto. ¿Para qué vender abrigos que no abrigan en invierno? Me refiero, si los sacan en entretiempo puede tener algo de lógica, pero no para cuando estamos enfrentándonos a las mínimas temperaturas del año.

Así que por favor, dueños de tiendas low cost, sed sinceros, ¿qué pretendéis con esto? ¿Es un acuerdo con las farmacéuticas para que pasemos resfriados todo el invierno controlándonos con medicamentos o para que nos veamos obligados a comprar el doble de jerséis y chaquetas para ponernos por debajo de unos abrigos finos como el papel de fumar?

No quiero un plumas que me haga parecer un muñeco Michelín ni un abrigo térmico ultra especializado de la muerte por el que tenga que gastarme 200 euros. Quiero un abrigo bonito que abrigue. Y no me parece pedir tanto.