Archivo de diciembre, 2016

Étnico y desenfadado con el sello de Barbados, el estilo de Rihanna

Desde que apareció en el panorama musical con su umbrella bajo el brazo, Rihanna no ha dejado de hacernos contener las ganas de subirnos a una mesa a darlo todo cuando sonaba alguno de sus temazos.

Es algo mágico, tú escuchas a la de Barbados y al segundo estás tarareando su canción mientras empiezas a andar pisando fuerte (si no te provoca esa reacción es posible que lleves los auriculares desconectados).

Rihanna. GTRES

Rihanna. GTRES

Fuera de los escenarios, la artista lleva un estilo mod, o para los que como yo, no tenéis ni idea de los términos modernos model-off-duty, es decir, modelo fuera de la pasarela, que suele estar asociado a prendas cómodas y deportivas.

Rihanna. GTRES

Rihanna. GTRES

 

Rihanna. GTRES

Rihanna. GTRES

Mientras que para su día a día más formal escoge estampados étnicos y colores vivos, para la noche y otros eventos, opta por los escotes amplios que revelen su tatuaje unidos al pelo suelto.

Rihanna. GTRES

Rihanna. GTRES

 

Rihanna. GTRES

Rihanna. GTRES

 

Rihanna. GTRES

Rihanna. GTRES

Si bien su estilo me rechina en ocasiones (el vestido de noche con el cinturón de apliques no tiene perdón de Dios) su armario cuenta con más de una prenda que podría compartir perfectamente con la artista (si se dejara, claro).

Pantone escoge el «greenery» como color para 2017

Ahora que ya te habías hecho con todos los complementos en ‘rosa cuarzo’ y ‘azul serenidad’, Pantone vuelve a cambiarnos el color de los armarios.

Combinando el "greenery". PANTONE

Combinando el «greenery». PANTONE

Para el 2017, la empresa ha declarado el greenery (una especie de verde amarillento) como color del año. «Una refrescante y revitalizante sombra que simboliza los nuevos comienzos» han declarado en el comunicado.

«Es un fresco y picante verde que evoca los primeros días de primavera, cuando el verde de la naturaleza revive renovado. Atribuye a los consumidores del color a coger aire profundamente, oxigenarse y revigorizarse».

Queridos empleados de Pantone, tras comprobar en mi armario que no tenía ni una sola prenda en este color, más que nada porque no soy muy fanática de los verdes, la bocanada de aire tan profunda que sugerís he tenido que tomarla para no mandaros improperios por Twitter.

En palabras de la directora ejecutiva, Leatrice Eiseman, no debo desesperar porque el color «satisfará nuestro deseo de crecimiento, rejuvenecimiento y revitalización». Palabras que parecen recién salidas de una estrategia publicitaria de zumos detox.

A la hora de combinarlo, podremos mezclar el greenery con colores neutros, brillantes, sombras oscuras, pasteles, metálicos e incluso, según Pantone, los colores del 2016, por lo que no los desterréis tan pronto de las perchas.

Ahora solo nos queda estudiarlo correctamente para evitar que vayamos en el metro con el tono de verde equivocado.

Y mi opinión:

Hay que tener valor

«Hay que tener valor para venir así con lo gordita que está, pero siempre viene guapísima» comentaba una compañera mía mirando a otra que acababa de entrar. No pude sino darle la razón cuando me fijé en cómo iba vestida. De una camiseta corta ceñida le sobresalía un poco de tripa que se montaba encima de la cintura de la falda de talle alto.

Y'all out here thinking I'm done, that you can fuck with me, but you can't. I'm not going anywhere 👏🏻💯✌🏻️ #effyourbeautystandards

A photo posted by Plus Model✖️ Mom ✖️ Feminist🎄 (@tessholliday) on

«Pues sí, hay que tener valor» pensé una vez más. Hay que tener valor para entrar en una tienda y desobedeciendo las imágenes de de las modelos que parecen ser los únicos con derecho a lucir ciertas prendas, comprar en un acto de rebeldía, la ropa que realmente nos gusta.

Hay que tener valor para salir a la calle sin maquillar, con las bolsas bajo los ojos de haberte quedado hasta la madrugada enganchada a esa serie que te gusta, y aún más valor cuando te dicen que tienes cara de cansada y que deberías echarte algo. Hay que tener valor para aguantar estoicamente ese tipo de comentarios y aceptar la cara que nos devuelve la mirada en el espejo, cada vez más ojerosa, cada vez más arrugada, pero cada vez más nuestra.

Hay que tener valor para salir a bailar con un vestido escotado que a duras penas mantiene en su sitio una copa C. Y también hay que tenerlo para quitarse el sujetador en la penumbra de una habitación, delante de unos ojos indiscretos cuando, por genética, has sido dotada debajo de él con poco o nada. Así como hace falta valor para ir sin depilar en una sociedad en la que el cuerpo debe ser como los gatos egipcios, sin una pizca de pelo.

Hay que tener valor para ponerse el bikini por primera vez después de una cesárea dejando al aire la cicatriz y las estrías. Porque si para algo hay que tener valor es para llevar una vida durante nueve meses, sacarla adelante y sobrevivir para contarlo. Hay que tener valor porque independientemente de comentarios y miradas despectivas, esa cicatriz debe ser lucida con más honor que cualquier medalla de condecoración.

Hace falta valor para ser como somos en realidad, para llegar a la conclusión que a la única persona a la que debemos rendir cuentas es a nosotras mismas entendiendo que quien realmente nos quiera aceptará nuestra forma, relieves, accidentes geográficos y curvas independientemente de la cantidad que tengamos y el lugar en el que se encuentren.

¿Cómo llevar un blog de moda con una discapacidad visual?

Esa era la pregunta que me hacía al conocer a Eva González, que a raíz de una enfermedad autoinmune que tuvo de pequeña, la periodista y community manager, fue perdiendo la vista progresivamente el motivo por el que creó Moda A La Vista, un blog de moda adaptado para personas con discapacidad visual.

Eva y Brooke. MODA A LA VISTA

Eva y Brooke. MODA A LA VISTA

«Hice el blog pensando en que quería que fuera accesible para personas con discapacidad visual pero mi intención no es que sea exclusivo para esas personas sino adaptado a ellas y también para que cualquier persona a la que le guste mi estilo me pueda seguir» afirma la bloguera que agradece la colaboración que recibe para subir los temas. «Escribo mis posts con Jaws (programa lector de pantalla de la ONCE), me pongo la ropa, alguien me hace las fotos y lo sube a WordPress, ya que no es una plataforma accesible».

Pero a la hora de estar al tanto de las tendencias, para Eva supone «mucho esfuerzo. Por mi trabajo y el niño no tengo tiempo de estar todo el día en las tiendas por lo que lo hago a través de Internet«.

Sin embargo no siempre es una vía sencilla, ya que «en cualquier revista de moda encuentras artículos del tipo Los 7 jeans que se llevan, pero pinchas y es una galería. Nadie pone un pequeño texto explicando si se llevan acampanados, rotos…»

¿Cómo compra la bloguera su ropa? «Elijo las tendencias que más me van a mí y las que van con mi estilo. Si algo se lleva y no me gusta como me queda, no me lo compro. Tengo un poco de resto visual en el ojo izquierdo por lo que distingo colores y formas si me acerco a las cosas, eso me ayuda bastante».

«Como perdí la vista progresivamente creo imágenes en mi cabeza por el tacto. Yo toco una prenda y lo que veo cuando la toco es el corte y el tacto. Si voy de compras acompañada y me dicen que el estampado es horroroso me hago una imagen según me van contando» afirma Eva.

Le pregunto si el hecho de ir con Brooke de compras, su perra guía compañera, le supone una dificultad a la hora de que le llamen la atención en los establecimientos. Afortunadamente «en las tiendas nunca me han puesto ningún problema. Me resulta un poco incómodo porque a veces en el probador no cabe o se agobia si le cae un perchero encima… En otros establecimientos sí he tenido pegas, pero en las tiendas de ropa nunca me han puesto ninguna».

Y es que, como Eva demuestra con su trabajo, lo que realmente tiene una discapacidad es la ciudad, o, en el caso de su blog, la propia tecnología.

Por qué Victoria’s Secret 2016 me huele a podrido

El otro día leí un tuit en el que una mujer afirmaba que la noche del desfile de Victoria’s Secret era la noche en la que todas las mujeres perdían la autoestima.

Y es que seamos sinceras, algunas de las modelos más bellas del mundo con su más de metro ochenta de altura, sin una pizca de grasa, es algo que puede hacer sentir un poco amenazada a cualquiera.

GTRES

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Sin embargo este año me he propuesto analizar con ojo crítico el desfile de la firma lencera y hay una serie de cosas que no es que no huelan bien, es que apestan.

Para empezar, el desfile es, desde el primer momento, (desde la preparación en el backstage de hecho) una oda a la artificialidad: depiladas hasta el extremo, pestañas postizas, maquillaje, extensiones, rellenos que te colocan el busto a la altura de la glotis…

El ambiente de felicidad máxima en todo momento, sonriendo a las cámaras, haciendo corazones con las manos o el símbolo de victoria con los dedos, es tan forzado que no me lo creo. Vamos a ver, no puede ser que no pierdan la sonrisa en ningún minuto de las horas de preparación para el desfile, no me creo que a ninguna no se le escape un bostezo, se suene los mocos o beba un vaso de agua.

Bueno, eso último sí que tiene sentido, ya que pasan las 12 horas antes del desfile sin comer ni beber nada. Además de que sus estrictas dietas se basan en las frutas, verduras y proteínas, para los días previos toman zumos detox y purés. Y todo esto acompañada de jornadas maratonianas de entrenamientos que ríete tú de las pruebas de Hércules: boxeo, kickboxing, entrenamientos de fuerza, abdominales, running spinning que complementan con yoga, ballet y pilates. Me tienes a mí una semana entrenando como una espartana y comiendo solo purés y termino asesinando a mi entrenador.

@flavialucini is SO ready for the #VSFashionShow. Be sure to watch her on Dec. 5! #regram #TrainLikeAnAngel

A video posted by Victoria Sport (@victoriasport) on

El ideal de belleza de Victoria’s Secret debería evolucionar y adaptarse a la sociedad actual que tiene otras demandas de mercado, es decir, dejar de vender una belleza tan concreta: que no supere ni los 30 años ni la talla 34.

Porque mientras que otras marcas como Aerie apuestan por no retocar a las modelos de sus campañas y elegir a mujeres con estrías, Victoria’s Secret sigue transmitiendo la misma imagen que hace 20 años.

La única diferencia que he encontrado respecto a otros años es que han salido diseños sin tanto relleno como sus habituales push ups. Hay sujetadores de Victoria’s Secrets que te dan para rellenar varios cojines y te sobra para un oso de peluche.

Pero bueno, tú se lo ves a Irina Shayk y vas emocionada a gastarte tus casi cien euros en el sujetador de turno cuando nunca va a quedarte igual de bien que a ella. Los fittings, esos misteriosos fittings de los que has oído hablar, son para adaptar los conjuntos a medida de las modelos, mientras que los que encuentras en tienda son fruto de la producción en masa.

Más y más perdidas a cada año que pasa, recortes en los puestos de trabajo de la firma, una emisión que ha pasado de la exclusividad a ser transmitida en directo… Quizás es el momento de que las alas de los ángeles de Victoria’s Secret vuelen empujadas por otros aires, los del cambio.