Archivo de noviembre, 2016

Calendario Pirelli, de supermodelos a supermujeres

La marca de neumáticos Pirelli empezó en 1964 a sacar el calendario que retrataría a las modelos más famosas de cada año. Era la manera de obsequiar a sus clientes más fieles, porque, ¿qué hay más típico que pensar en un taller con su respectivo calendario de mujeres desnudas? Nada, un mecánico enseñando la hucha en todo caso.

(Aquí debería salir mi feminista ofendida, pero teniendo en cuenta el gran éxito de los calendarios de bomberos para recaudar fondos, prefiero no pronunciarme).

 

Uma Thurman y Nicole Kidman. PETER LIEB

Uma Thurman y Nicole Kidman. PETER LINDBERGH

Kate Moss, Naomi Campbell o Gisele Bündchen son solo algunas de las supermodelos que han pasado por el calendario tras el objetivo de Testino o Lagerfeld.

Sin embargo, fue en el año 2016, cuando por primera vez el calendario contó con una fotógrafa femenina, Annie Leibovitz, que el concepto cambió radicalmente. Ya no se veían pechos desnudos ni cuerpos delgados sino que la fotógrafa quiso reflejar la diversidad de belleza fotografiando a Serena Williams, Amy Schumer o Yoko Ono, mujeres influyentes de éxito.

Para el 2017, ha sido Peter Lindbergh el fotógrafo responsable de la nueva edición. Siguiendo la estela de Leibovitz, el fotógrafo ha querido desligarse de los retoques fotográficos y crear una sesión más emocional.

«En una época en que a las mujeres se las representa en los medios y en todas partes como embajadoras de la belleza y la perfección, he pensado que era importante recordarle a todo el mundo que existe una belleza diferente, más real y auténtica, no manipulada por la publicidad ni por nada. Una belleza que nos habla de individualidad, del coraje de ser una misma y de sensibilidad» declaró el fotógrafo.

Julianne Moore. PETER LINDBERGH

Julianne Moore. PETER LINDBERGH

Emotional pretende destacar que la intención de sus fotos consiste en «hacer un calendario no sobre cuerpos perfectos, sino sobre la sensibilidad y la emoción, desnudando el alma de las personas, dejándolas así más desnudas que un desnudo».

«Como artista siento la responsabilidad de liberar a las mujeres de la idea de la eterna juventud y la perfección. El ideal de belleza perfecta que promueve la sociedad es un objetivo inalcanzable».

Para ello, ha escogido a 14 actrices como Julianne Moore, Uma Thurman, Nicole Kidman, Jessica Chastain, Penélope Cruz, Rooney Mara, Helen Mirren, Alicia Vikandero o Kate Winslet.

Y pese a que el fotógrafo defiende un supuesto ideal de belleza más real para la edición de este año, resulta un poco irónico que, gran parte de sus protagonistas, como señaló mi madre, se hayan sometido a retoques estéticos.

Carlos Andrade, Mister Internacional Madrid 2017: «La belleza física es algo totalmente efímero»


Desde que el concurso de Mister España cayó en bancarrota, ha sido Mister Internacional Spain el certamen que le ha relevado a nivel nacional.

Según Carlos Andrade, el madrileño que ostenta el título de Mister Internacional Madrid 2017, el concurso está «enfocado a la belleza principalmente, por tanto refleja cuidado corporal, facial y una forma de vestir no solo acorde al gusto de la persona sino que potencie sus cualidades».

CARLOS ANDRADE

CARLOS ANDRADE

Para él supone «una forma de representar a las personas de cada región. Es una forma de representar al mundo exterior los mejores talentos por así decirlo». ¿Y qué hay del punto de vanidad de los que se presentan a este tipo de concursos? Andrade lo tiene claro: «El ser humano tiene el deseo de sentirse deseado. Todos tenemos un ego que debe ser sano, pero que concursar tiene también ese atractivo es algo innegable».

Sin embargo, el entrenador personal de 25 años tiene muy claro que para él la belleza «es la combinación de no solamente el aspecto físico sino la armonía con la personalidad y el espíritu. Vivimos en un mundo en el que la primera impresión es lo que cuenta pero es solo el primer paso. Conociendo a la persona te das cuenta de su belleza interior. Se debe aunar todo, también el estilo de vida que sea mas o menos saludable. A fin de cuentas la belleza física es algo totalmente efímero, yo lo veo como si fueras a enamorar a una persona que es ciega».

CARLOS ANDRADE

CARLOS ANDRADE

Modelos con vitiligo, de tallas grandes… ¿Estamos viviendo un cambio de cánones estéticos que juegan en detrimento de los certámenes de belleza más clásicos? «La sociedad se está abriendo de miras. Estos certámenes ya no son todo. Antes Miss y Mister España eran lo único, ahora hay mas diversidad. Internet ha roto las barreras de todo, somos una sociedad liquida. Es decir hay mas diversidad y más puntos de vista. Antes lo único que percibíamos era la televisión o el periódico ahora una persona puede mirar en Internet hasta donde lleguen los limites de su curiosidad y creatividad. Son cánones igual de válidos y significan que hay menos barreras de entrada. Todo es mucho menos rígido» declara Andrade.

«Ahora esa belleza tiene cabida porque tiene un público y un mercado. Lo que veo insano es que sigan promoviendo modelos muy delgadas. La delgadez extrema no debería consentirse cuando pasa el punto de la salud. Debería controlarse. Veo bien que haya aceptación de tallas lo que veo inaceptable es que se estimule esa delgadez extrema».

Respecto al concurso de Mister Internacional Spain «estar en forma, llevar un estilo de vida saludable, medir más de 1,80, tener buena presencia o ser atractivo» son algunos de los requisitos que según el entrenador personal, les piden para participar.

«Desfilar en traje, en ropa casual que muestre las mejores cualidades, llevar al día las redes sociales subiendo fotos naturales del día a día y fotos profesionales» son algunas de las cosas que tiene en cuenta el jurado, aunque también tendrán que someterse a la prueba de preguntas de cultura general. Según el concursante, esa prueba en concreto «busca que seas una persona completa con armonía entre el interior y el exterior». Cuando le pregunto cómo se va a preparar para esa prueba en concreto me confiesa que de ninguna forma: «He sido una persona que se comía las enciclopedias, no sé qué podría prepararme».

En mi opinión, es quizás la prueba de redes sociales la única que moderniza un poco el certamen ya que bajo mi parecer, sigue promoviendo un tipo de belleza muy concreta basado en un rol masculino muy clásico. Para el participante «no habría ningún problema en que un chico con piercings o tatuajes se presente, pero a lo mejor ese chico tiene que ponerse un traje alguna vez en su vida. No es un filtro de entrada pero sí una forma de exposición».

«Cuando vas a un concurso hay que adaptarse a ciertos patrones» afirma Andrade. Le pregunto si se ha sentido cosificado participando en el concurso: «No me he sentido un objeto en ningún momento. Si a alguien solo le interesa tu físico te va a tratar así, pero si eres capaz de desplegarte, puedes hacer ver cómo eres en realidad».

Respecto al resto de sus compañeros y rivales, «hay muy buena onda. Hablamos a veces por Facebook o Whatapp y hay espíritu de competición sana». Para Carlos Andrade «sería un orgullo poder representar Mister Internacional Spain e ir al certamen internacional y dejar a España en lo mas alto». Solo me queda desearle suerte.

El escandaloso vestido de Chrissy Teigen que dañó mental y físicamente

Nadie, y repito, absolutamente nadie recuerda el paso de John Legend por los American Music Awards de este año, y es que su mujer, la modelo Chrissy Teigen acaparó la atención con su diseño de Yousef Akbar.

Siendo 100% sincera, lo que acaparó la atención fue la abertura del vestido que de no ser por un imperdible le habría llegado a la axila. La modelo ya lo advertía en su cuenta de Twitter, que se había depilado por encima de las rodillas porque podía ser un gran día. La depilación, láser por lo visto según aclaró posteriormente, llegó hasta la zona genital ya que a pesar de lo cuidadosa que fue a la hora de moverse con el vestido, un fotógrafo cazó de pasada el interior de la raja (de la falda) y zasca, escándalo al canto.

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Mientras que las críticas florecieron en las redes como zombies en The Walking Dead,  hubo incluso quien le recriminó que aquello no era «comportarse como una dama». Eh, ¿perdón? Estamos en 2016, esos comentarios se quedaron en 1940. Pero como a Chrissy le importaba bastante poco la polémica que se había creado en torno al modelito, le respondió divertida que si algo había dejado claro fue que era una dama.

En mi caso, y hablo también poniendo como ejemplo a amigas mías, la ropa interior no es del todo imprescindible. Ya fuera por cuestión de comodidad o porque el diseño no permitía que se me disimularan las bragas, las he dejado alguna vez en casa. Y ya de paso también el sujetador, por lo que he ido «marcando» o desbragada sin sentirme menos «dama».

Francamente lo que a mí me parece una vergüenza es que las criticas que recibió por ese despiste captado por un fotógrafo avispado le hicieran sentir lo bastante presionada como para llegar al punto se disculparse en su cuenta personal de Instagram por, y cito textualmente, «los que fueron dañados mental o físicamente por mi hooha«.

En primer lugar, cuando eliges ese tipo de vestido, sabes a lo que te expones. Es como cuando vas a una boda con un escote de palabra de honor o cuando llevas una falda corta y subes unas escaleras. Puede que no te haga mucha gracia pero asumes con toda la naturalidad que puedes acabar enseñando algo y ‘palante’.

En segundo lugar, vivimos en un mundo con empresas que superan constantemente los límites de emisiones de dióxido de carbono, en el que una mujer muere asesinada cada día, en el que la corrupción se practica impunemente, en el que acaecen atentados terroristas un mes sí y otro también (y estos solo son unos ejemplos); por lo que me parece un poco fuerte que una persona tenga que disculparse porque le cazaran un plano en el que se le veía ligeramente el asunto, que a fin de cuentas es algo de su propio cuerpo.

Por último, me gustaría señalar que todos, TODOS, tenemos genitales y en algún momento, los hemos mostrado sin querer, ya fuera haciendo pis en algún sitio público (no vayáis de dignos, que todos lo hemos hecho), en la playa víctimas de alguna ola traicionera o bajándonos del coche cuando llevamos falda corta.

Sí, el tema del vestido de Chrissy Teigen es una vergüenza, pero no por ella, sino por el hecho de que sigamos escandalizándonos por un cuerpo y no por otras cosas que son realmente inmorales.

Del «boho» al «rock», el estilo de Dulceida

Confesión: no sabía quién era Dulceida hasta que vi Quiero Ser por primera vez. Sí, sé que suena raro ya que por lo visto Dulceida es como la Michael Jordan de las blogueras de moda en España, pero yo vivía ajena a ella.

La cosa es que a raíz del programa, aquella chica me pareció más campechana que las cortinillas de cuentas de los pueblos, por lo que me puse a ver sus vídeos en los que encuentras prácticamente todos los temas del mundo: desde cómo bailar reggaeton hasta cómo fue su experiencia de hacerse una reducción de pecho.

Lo que mola de Aida es que es un poco como seríamos o tú o yo si lleváramos esa vida de influencer famosa por el mundo: se va a la semana de la moda de Milán comiendo unos fideos, alucina en modo groopie cuando tiene a Dita Von Teese cerca… Y a la hora de editar sus vídeos es la primera a la que le gusta hacer coñitas y reírse de sí misma: que si una cara raruna por aquí, que si bailecito de padre en una boda por allá…

Pero además, solo hace falta echarle un vistazo a su Instagram para coger ideas de conjuntos, porque la chica es muy apañada y le encuentra usos alternativos a prendas que tenemos por ahí tiradas.

Vaqueros, botines, faldas acampanadas, botas altas, sombreros… Un estilo que va del bohemio al más puro rock con su amor por el cuero.

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«No hay modelos con discapacidad porque se nos considera imperfectas y no puedes vender al mercado algo roto»

Ir de compras es esa experiencia más o menos satisfactoria pero necesaria que realizamos de vez en cuando: entrar a la tienda, elegir la que será en un futuro próximo nuestra ropa, probárnosla si tenemos el tiempo, quedarnos con ella si nos gusta cómo nos queda, pagar y marcharnos.

Qué fácil es todo cuando tienes dos ojos que ven, dos piernas que te llevan por las escaleras de la tienda o una espalda recta que te permite que la prenda te siente más o menos bien.

Jamás me había planteado que no pudiera ser igual de fácil para otras personas. También es verdad que jamás había conocido a personas a las que ir de compras supusiera un problema más allá de alguna peleílla en rebajas que se salda con un forcejeo.

Y creo que nunca me lo había planteado porque no he sido educada en la inclusión (de hecho me falta tanta educación en ese aspecto que no sé cómo abordar este tema de manera correcta así que disculpadme si en algún momento algo resulta ofensivo porque no es mi idea).

Empezaré por el principio, por una cafetería madrileña un domingo lluvioso de noviembre a las cinco y media de la tarde. Sumamos en total siete personas (tres de ellas periodistas, dicho sea de paso) y una perra guía que ocupan seis sillas de patas metálicas y una de ruedas. Lo que tenemos en común es que a todas nos interesa la moda y la imagen de una manera o de otra.

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Parece el principio de una novela de Agatha Christie pero es un meet-up (en castellano, una quedada) organizada por Being Inclusive, que se definen como «una empresa social de moda inclusiva» que busca que la industria de la vestimenta englobe no solo diversidad corporal sino funcional.

Algo bastante lógico ya que la moda es uno de esos sectores que prácticamente (algo también extraño, por cierto) apenas ha cambiado en los últimos 50 años, por lo que «es donde más barreras se pueden romper» opina una de las participantes.

Que la pasarela se convierta en una plataforma de difusión de la diversidad humana me parece aún un destino lejano de un camino largo, pero aquella reunión fue lo más parecido a un primer paso que puedo imaginar.

Todo se reduce a pensar un poco en los demás. En que no solo podemos ser tallados por una altura o un peso, sino a que también hay personas invidentes, con un pie dos tallas más pequeño que otro o con una ostomía, como es el caso de Encarna, que también tiene derecho a lucir ropa interior bonita. Todas somos reales porque esto no es una guerra de quién más o quién menos ya que todas tenemos la suerte de existir.

Pero sí hay mucho de aceptación personal y de aceptación por parte de los demás en esto: «Tenemos que comprender que hay gente que nace para vivir de pie y gente que nace para vivir sentado en una silla de ruedas» dice Ana.

«Nunca se van a atrever a hacer cambios porque es un reto social«, dice la periodista, que, además de deportista paralímpica acude a la cita con parálisis cerebral como «compañera de viaje» según nos comenta.

Quiere que se muestre un abanico en la pasarela: «He llamado dos veces a la Fashion Week y a la 080 de Barcelona y en cuanto me reconocían, me colgaban directamente». Su idea sería un desfile inclusivo pero «que no sea solidario de esos que salga la modelo de la mano con el discapacitado, que se profesionalicen las modelos con discapacidad«.

Potenciar que las empresas del sector se involucren e introduzcan más diversidad en las propias campañas, talleres de automaquillaje que también pueden servir de rehabilitación porque son actividades motoras, adaptar la ropa a los diversos cuerpos, que los medios de comunicación ofrezcan información accesible, campañas fotográficas que celebren las cicatrices o diseño de ropa «hazlo tú mismo» son algunas de las ideas que sugieren como pasos en el camino a la inclusión.

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Además de las perchas altas, las tiendas con escalones, la ausencia de rampas o los probadores para personas con discapacidad, que aunque existen por ley se acaban usando de almacén, hay otras barreras a las que las «in-girls» (el término ideado por Olga y Nerea, las fundadoras de Being Inclusive) se enfrentan: «Se nos considera imperfectas y no puedes vender al mercado algo roto» dice Ana, cuando «mi discapacidad me ha hecho ser quien soy».

«Hay chicas coquetas a las que les gusta cuidarse y si no pueden acceder a ello afecta a su imagen y autoestima» comenta Olga haciendo hincapié en la aceptación personal. «Debemos potenciar lo bueno, no esconder lo malo» dice Eva, la creadora de Moda a la vista, el primer blog adaptado para las personas con discapacidad visual.

Además de que «hay mucho miedo al desconocimiento» muchas veces no sabemos cómo usar el lenguaje, como puede haber sido mi caso.

Me despido con una frase de Raquel, que ideó un proyecto para que las personas que, como en su caso, tienen una diferencia de dos números entre un pie y otro, no gastaran una fortuna en zapatos sino que pudieran comprar uno de cada pie de los que iban para stock: «Somos unas luchadoras, unas valientes y no queremos que nos trate con lástima«.

Ni lástima ni mantenernos ajenos a esto, sino salir un poco de nosotros mismos y mostrarnos abiertos a, en primer lugar aceptar, y, en segundo lugar, apoyar, en la medida que podamos, lo diverso.

La Nochevieja de Studio 54 de Pull&Bear

A mediados de noviembre con los turrones ya colocados en el supermercado y los Todo a Cien cambiando las calabazas por los abetos, da la sensación de que la Nochevieja se acerca a pasos agigantados. Si eres de las que ya tiene la fiesta pensada, la entrada comprada, y la cena planificada, puedes empezar la búsqueda de tu conjunto para la noche del cambio de sufijo del año.

Pull and Bear también adelanta las fiestas con una colección de fiesta de inspiración setentera con brillos, lúrex y terciopelo que bien podríamos haber visto a las puertas de Studio 54 en Nueva York.

PULL&BEAR

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Complementos: para brillar de la cabeza a los pies

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Zapatos: no aptos para las que padezcan de vértigo

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Vestidos: metalizando la pista de baile

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Monos: largos o cortos

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Bodies: sin miedo a los escotes

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Faldas: triunfarán en dorado y plateado

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A Barbie le llegan las curvas

Crecí con Barbie, con Polly Pocket y con Bratz (con estas últimas algo menos), pero sobre todo con Barbie.

Cada año por Navidad una de ellas caía religiosamente en mi carta para los Reyes Magos. Ya podía ser Barbie Sirena, Barbie maestra o Barbie Bella Durmiente que mis Barbies eran exactamente iguales: el mismo cuerpo y la misma cabeza de goma maquillada con sombras llamativas y labios rosa fucsia. Vamos, que lo único que las diferenciaba era la ropa y el pelo (todas le hemos cortado el pelo a nuestras muñecas en algún momento de genialidad estilística)

No es precisamente un panorama muy alentador cuando estás en plena infancia y lo único que te ofrece el mercado es una muñeca rubia de piernas largas, piel bronceada y tetas duras y respingonas. Más que nada porque el 99% de las que jugábamos con esas muñecas no somos así ni lo seremos a no ser que pasemos por tacones, quirófano y rayos.

Es por eso que me resulta hasta gracioso el bombo y platillo inmerecido que se le está dando a Mattel por haber sacado una Barbie inspirada en Ashley Graham, conocida por ser una modelo de tallas grandes que promueve el (entrecomillado) «movimiento curvy«.

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Que Mattel saque una Barbie inspirada en Ashley Graham, en Beyoncé, en Nicki Minaj o en Jennifer López, que son algunas de las famosas que cuentan con su versión de la muñeca, no es un cambio en los cánones estéticos, no es una revolución de las tallas, no es una aceptación de la diversidad. Que Mattel saque estas muñecas no nos sirve absolutamente de nada.

En primer lugar, estas muñecas no van a estar a la venta sino que son la manera que tiene Mattel de lavarse la cara y seguir vendiendo sus millones de Barbies rubias de cuerpos irreales mientras, por el otro lado, alegan que ellos celebran todos los tipos de belleza sacando esas muñecas inspiradas en mujeres tan distintas.

Y una mierda (con perdón). La Barbie curvy viene a ser el equivalente a la campaña que tiene McDonald’s en contra de la obesidad infantil instalando gimnasios o como que Nestlé presuma de una nueva fábrica que no necesita agua mientras continúa cargándose las selvas de Indonesia.

En segundo lugar no tiene ningún sentido ir con el cuento de que se ha creado una Barbie XL si en realidad no es XL.

La modelo Ashley Graham pidió como requisito que los muslos de la muñeca se rozaran entre sí. No es solo muslos Ashley, una modelo de talla grande tiene celulitis, tiene estrías…tiene, en general, todo el cuerpo grande.

En cambio, la muñeca más curvilínea de Mattel tiene más figura, sí, pero solo en algunas zonas. Por lo visto engrandecer el cuello, los brazos y los tobillos habrían resultado demasiado chocantes. ¿El resultado? Una Barbie igual de poco realista.

Cambiando el champú por vinagre de manzana

Dice mi madre que los experimentos están bien siempre y cuando se hagan con gaseosa, pero como los hijos somos expertos en eso de desobedecer a los progenitores, me puse a experimentar con el vinagre.

No recuerdo cuando fue la primera vez que leí que el vinagre de manzana era un sustituto perfecto del champú. Mis únicas experiencias con el aliño habían sido en ensaladas.

Después de consultar en foros que no iba a quedarme calva por usar el truco, decidí tirarme a la piscina (de vinagre).

Mi segunda motivación para probarlo es que el vinagre sale mucho más barato, y como dentro de poco seré la encargada de mi propia intendencia, tengo que estar atenta a este tipo de cosas ya que pretendo vivir de manera más austera que un monje ermitaño.

(Os dejo la comparativa para que veáis que no os miento)

CARREFOUR

CARREFOUR

Para lavarme el pelo llené de vinagre de manzana hasta la mitad un botecito de 100 ml (de los típicos de aeropuerto) que tenía restos de champú. Soy de melena muy larga y con los 50 ml me pude lavar todo el pelo perfectamente. Aunque agité bien el bote por si conseguía lograr una mezcla, el líquido se quedó tal cual.

Después de mojarme todo el pelo repartí el vinagre por mi cabeza rezando por que no me cayera en los ojos. Todos sabemos lo que escuece un champú, y por el blog no estaba dispuesta a averiguar lo que puede llega a escocer el vinagre.

La aplicación fue igual que la de un lavado convencional, es decir, haciendo círculos con los dedos a lo largo de mi cuerpo cabelludo y frotando entre las palmas de mis manos las puntas. Aquello no soltaba ni un ápice de espuma, lógicamente.

Medio mareada por los efluvios, aclaré el pelo durante bastante tiempo con agua templada y lo primero que me sorprendió fue lo liso que quedaba tras el aclarado. Me llamó la atención porque yo soy la típica que no concibe un lavado de pelo sin suavizante/mascarilla/desenredante y al ver cómo quedaba tras quitarle el vinagre decidí no echarle nada más.

No os voy a engañar, a mi pelo recién lavado le podría haber restregado un par de hojas de lechuga y un tomate para hacerme una ensalada. Pero una vez se quedó seco del todo el olor había desaparecido por completo.

Tras mi experimento, a favor del vinagre tengo que decir que deja el pelo liso sin necesidad de productos que nos lo desenreden, que queda mucho menos apelmazado una vez está seco y que incluso al día siguiente de lavarlo el aspecto y el tacto es de recién lavado.

¿En contra? Para una ducha romántica yo seguiría usando el champú convencional.

 

Zapatos de terciopelo para volver a creer en el amor a primera vista

Lo hemos visto en camisetas, vestidos, pantalones y, esta temporada, el terciopelo es el tejido que también llegará a todos los zapatos: desde calzado plano hasta tacones para las noches invernales.

Para las más atrevidas los tonos burdeos, verde botella, rosa pastel o metalizados darán un toque de color al armario. Pero si la tendencia no termina de convencerte y la prefieres llevar discretamente, el negro siempre será el básico con el que el acierto está asegurado.

Botas altas

ZARA

ZARA

Botines

ASOS

ASOS

Sandalias con plataforma

BERSHKA

BERSHKA

Stilettos

ASOS

ASOS

Sandalias

H&M

H&M

Zapatos de cordones

ASOS

ASOS

Botines militares

STRADIVARIUS

STRADIVARIUS

Mocasines

ZARA

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Salones 

ASOS

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Elegante y discreto, el estilo de Melania Trump

A la exmodelo eslovena Melania Trump le toca hacer cambio de armario y llevarlo todo a sus nuevas dependencias de la Casa Blanca. Desde que inició su relación con Trump (allá por 2004) hasta convertirse en la primera dama de los Estados Unidos, Melania Trump ha experimentado un cambio de estilo, indudablemente ligado al desarrollo de la carrera política de su marido.

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Durante los primeros años de matrimonio, la pareja se dejó caer por fiestas en las que la exmodelo presumía de curvas dentro de vestidos muy ceñidos de colores llamativos. Conforme Donald Trump anunció su candidatura a las presidenciales, Melania abandonó los colores y los escotes a cambio de vestidos a la altura de la rodilla con el corte por el cuello. Una discreción y una melena estratégicamente semi-ondulada son algunas de las claves estilísticas que sigue la nueva primera dama, claves de la misma escuela de la Duquesa de Cambridge.

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Los vestidos con escote amplio y por encima de la rodilla de Melania Trump se dejaron de ver a partir de los últimos eventos a los que acudió la pareja antes de que Trump anunciara su candidatura.

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Poco después, Melania Trump se decantó hacia un estilo más elegante y discreto.

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Las faldas de tipo tubo, la manga francesa y los stilettos (de tacón fino y terminados en punta) han sido sus apuestas para los actos de campaña:

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