Archivo de marzo, 2016

La Biblia de las tendencias de la temporada primavera verano 2016

Llega la primavera lista para alterar la sangre y los armarios. Atenta a las tendencias que ya asoman por los escaparates de cada tienda, porque esto es lo que vas a llevar:

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1. ÁFRICA. El estampado étnico de esta temporada viene del corazón de la selva africana. Los vestidos y estampados más tribales del verano se llevan con complementos a juego como collares de cuentas o accesorios de plumas.

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Missoni, Chanel y Valentino. GTRES

2. REJILLA. No aptos para frioleras son los vestidos híbridos de crochet/rejilla (el bikini por debajo es opcional). Aunque no termino de verme cogiendo el metro vestida con uno de esos, para ir a por helados al chiringuito de la playa me parece perfecto.

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Valentino, Tommy Hilfiger y Alexander McQueen. GTRES

3. MIX DE COLORES. Si no sabes con qué color quedarte, elige un vestido que los lleve todos, y si mezcla estampados nos sirve también. Alejados del minimalismo, los vestidos chaos magic irrumpen con fuerza en la mayoría de las pasarelas.

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Gucci, Valentino y Chanel. GTRES

4. HOMBROS FUERA. Los hombros serán el centro de atención de todos los vestidos y tops robándole protagonismo a los escotes. Además, lo bueno de esta tendencia es que, con un par de tijeras, tú misma puedes convertir tus camisetas en shoulder-less sin dejarte un céntimo.

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Alexander Mcqueen, Givenchy y Giambattista Valli. GTRES

5. ‘SALTACAMAS’. Si pensabas que el pijama solo podías usarlo para dormir o para andar por casa, esta primavera verano lo sacarás a la calle en su versión más elegante. De raso o con encajes son los vestidos slip de la temporada.

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Calvin Klein, Givenchy y Céline. GTRES

6. TRANSPARENCIAS. Siguiendo la estela de la tendencia de enseñar el hombro, insinuar antes que enseñar, no faltan para la mayoría de los diseñadores las transparencias extremas.

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Gucci, Dior y Gucci. GTRES

7. DENIM. Un clásico que vuelve a reinventarse. No solo vuelve su versión de 1970, sino que viene acompañada del vaquero que llevábamos en el 2000. Apuesto lo que quieras a que tu madre aún guarda en el armario alguna de estas prendas.

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Giambattista Valli, Alexander Wang y Alexander McQueen. GTRES

8. VOLANTES. El movimiento de la temporada lo pondrán los volantes. Siempre empezando a la altura de la cadera y de manera asimétrica.

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Balmain, Roberto Cavalli y Alexander McQueen. GTRES

El negocio de tu menstruación

Y no, no me estoy refiriendo a las compresas, salvaslips o tampones (que al precio al que están bien podríamos considerarlos artículos de semilujo). Me estoy refiriendo a la industria que se está formando alrededor de nuestra querida regla más allá de lo que nos ponemos dentro de las bragas.

Bragas-joya. LILI-MJ

Bragas-joya. LILI-MJ

Desde que el hombre es hombre y el mundo es mundo, hemos tratado de buscar nichos de mercado en todas partes, todas literalmente (el elevador de comida para comer sin hacer nada de la Teletienda es un gran ejemplo de ello) y uno de los huecos que hasta ahora nadie se había planteado era este: la menstruación.

No solo que el periodo en sí sea una pesadilla (mayor o menor en función del dolor/sangrado) sino que te hace tener que estar pendiente de ochenta cosas: que si nada de pantalones blancos, que cuidado si llevas falda, que no te olvides de llevar compresas en el bolso… Todo lo que le rodea es un mundo, por lo que a tres neoyorkinas se les ocurrió que podían hacer esos días algo más fáciles con la invención de una lencería especial que absorbiera la sangre.

Braga especial absorbente. SHETHINX.COM

Braga especial absorbente. SHETHINX.COM

Lo primero que te vendrá a la cabeza es que seguro que son unas braga-faja-de-abuela, ¡pero no! La braga, tanga o culotte de Thinx son, además de absorbentes, bonitas. Aunque absorben el doble que un tampón, hay que estar pendiente de dónde está el límite de cada una (a ver si te la vas a poner el segundo día de regla y acabas liándola parda dejando el asiento del metro más rojo que un sketch de Kill Bill).

Otro punto a favor es que además, son sostenibles, ya que después de cada uso basta un lavado en agua fría para que puedas volverlas a usar, lo que el planeta te agradecerá enormemente.

No son baratas (cuesta cada una entre 24 y 35 dólares), pero si haces balance ¿cuánto te dejas al mes en tampones y compresas?

Aunque esta misma idea todavía no ha llegado a la sección de ‘baño’, lo más parecido es la línea de bragas de bikini de PantyProp. Absorbe las pérdidas de flujo y está diseñada para que la compresa no se salga, pero hay que llevarlas con algo siempre a modo de quitamiedos. ¿Te imaginas poder nadar sin estar pendiente de si tu compresa ha decidido explorar la piscina por su cuenta?

Pero quien realmente ha hecho de esto negocio es la diseñadora inglesa Lili Murphy Johnson, que ha convertido la menstruación en un artículo de lujo gracias a su colección de joyería inspirada en el sangrado de la regla.

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Para la artista «la menstruación está estigmatizada en nuestra cultura por una larga historia de superstición y desigualdad para las mujeres. Hay un interesante conflicto con la percepción del cuerpo femenino siendo visto como algo tan perfecto y de pronto algo tan grotesco y sucio. Las tiendas están saturadas de productos para controlar la regla en torno a la idea de que es algo sucio e incorrecto en nuestro cuerpo, algo que esconder».

«Mi colección está inspirada en la menstruación y en el frustrante, y con fugas, cuerpo femenino. Mi colección recoge tampones, compresas, jabones… y todos los productos que se les dan a las mujeres para controlar sus periodos» declara la artista en su web.

 

 

Resiliencia. Capítulo 10: Lo que te mereces

Cuando dos personas se encuentran pueden pasar varias cosas: todo o nada.

Y después está esta historia.

Capítulo 1: Dos semanas antes de la colisión
Capítulo 2: Una semana antes de la colisión
Capítulo 3: Un día antes de la colisión
Capítulo 4: Seis horas antes de la colisión
Capítulo 5: Colisión
Capítulo 6: 30 segundos después de la colisión
Capítulo 7: No solo los aviones vuelan
Capítulo 8: Cuesta abajo y sin frenos
Capítulo 9: Todo contigo

Capítulo 10: Lo que te mereces

– Espero que hayas dejado todo tal y cómo te pedí- Raúl salió de la habitación cuando oyó que Andrés entraba por la puerta.

-Tranquilo. Luces apagadas, chanclas y toallas recogidas y persiana metálica echada. Todo lo demás que llevé está a buen recaudo en la mochila.

-Más te vale. Mi jefe es un hijo de puta y como se entere de que le he dejado las llaves a alguien para echar un polvo, me veo de vuelta al paro.

-Ni te rayes, que no va a pasar- Andrés le dejó las llaves en la mano y le dio una palmada en el hombro-. Mil gracias tio, te debo una.-Se dirigió a su habitación.

-¡Dos si cuentas la moto!- Raúl le siguió a la habitación- ¿No vas a contarme qué tal ha ido?

-Eres una maruja. Ahora mismo solo quiero dormir. Mañana hablamos.

-¿Te ha dejado seco, eh cabrón? Mejor. Me alegro por ti.

Andrés espero a que su amigo volviera a encerrase en la habitación y se tumbó en la cama. Tenía demasiadas cosas en la cabeza después de la velada que habían pasado. Se le aceleró el pulso al recordar como Mia había dejado el bikini por el suelo y se había acercado a él con determinación. No sabía cómo pero habían acabado tumbados en una de las estrechas camillas que se usan para masajes. Mia no había dejado de mirarle a los ojos en cada momento, ni siquiera cuando se puso el condón y entró en ella. Casi parecía que la chica no había querido perderse ni un detalle. Recordó como habían empezado lento para que después Mia se subiera encima de él para deslizarse de arriba a abajo. Sus manos no se habían soltado ni un momento.

Por mucho que se revolvía en la cama no conseguía conciliar el sueño. Quería gritar a los cuatro vientos que se sentía feliz. De pronto se le ocurrió una idea estúpida de esas que solo surgen cuando se está borracho o enamorado. Buscó en su cajón unas latas de spray para maderas que se había llevado del almacén de Sanz Manualidades, para pintar unos estantes del salón, y, procurando no despertar a su compañero, dejó el piso silenciosamente.

Cuando a las doce seguía sin recibir noticias de Mia, Andrés empezó a dar vueltas por el almacén como un animal enjaulado. Odiaba no saber nada de su novia, era algo que le volvía loco. Le sorprendía como todo el amor que le despertaba la chica se convertía en algo amargo que le quemaba en la boca y le recorría cada centímetro del cuerpo. Esta vez ni su Facebook arrojaba una pista de dónde se encontraba. Mia llevaba horas sin poner nada. Se imaginaba que debía de seguir dormida ya que sino no se explicaba no haber sabido nada de ella. Sebas le distrajo con un pedido que tenía que mandar a Segovia, algo que, a lo máximo, le mantendría ocupado unos 30 minutos. Al poco tiempo de empezar a tramitar el envío, sintió vibrar el teléfono. «Mia» pensó automáticamente mientras se llevaba la mano al bolsillo. La chica le había mandado por Whatsapp una versión para piano de Nothing else matters, de Metallica. Sin pararse a escucharla, llamó. Al cuarto toque la chica contestó.

-¿Qué tal?-preguntó entre susurros.

-¿Qué haces? ¿Por qué hablas bajito? ¿Dónde estás?- Andrés se alarmó. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado con ella? ¿Tan difícil le resultaba tenerle al tanto?

-Estoy en las prácticas de televisión, no puedo hablar. ¿Te parece si hablamos luego?

-No, hablamos ahora.- Andrés se puso serio.- ¿Estás segura de que estás en clase? Porque yo creo que me estás mintiendo.

-Andrés, claro que estoy en clase. ¿Dónde iba a estar si no?

-No lo sé, tu sabrás… Lo que no entiendo es que si de verdad estás en clase no me hayas dicho nada de mi sorpresa.

-¡De verdad que estoy en clase y no puedo hablar! Me estás poniendo en un compromiso. No sé de que sorpresa hablas.-Andrés se planteó que quizás la chica le estaba diciendo la verdad.

-Si realmente estás en clase me habrías dicho algo de la sorpresa que te he dejado en la puerta del edificio.-Andrés aguardó la respuesta de Mia mientras la chica guardaba silencio.

-No he visto nada. Me encontré con una compañera de camino y entramos por la cafetería- La chica bajó la voz-. Luego lo miro, te lo prometo.

-No. Si de verdad estás ahí quiero que me lo demuestres, porque esto de tu amiga me suena muy raro a excusa recién sacada de la manga.

-Joder, Andrés. Te estoy diciendo la verdad. La chica no había desayunado y se cogió un café. ¿Puedes dejar de rayarte tanto con todo?

-¡No! No puedo. Porque no paras de hacer cosas raras y no me cuentas nada. Así es imposible tener algo contigo. Si de verdad esto te importara, saldrías de esa clase e irías a ver lo que te estoy diciendo para dejarme tranquilo. Porque salirte un segundo y volver no te cuesta nada y para mi significa mucho. -Andrés pensó la sencillez de su lógica y Mia debió de pensar lo mismo porque la oyó resoplar al otro lado del teléfono.

-Está bien- La chica cedió al fin-. Voy a decir que voy al baño. Luego hablamos.

-Mia, espero que no tardes más de unos minutos porque no quiero pensar que en realidad estás en otro sitio.

-Te estoy diciendo la verdad, Andrés.-La chica sonaba dolida.- Hablamos.

Andrés colgó el teléfono. Sebas le llamó la atención recordándole el envío de Segovia, pero Andrés hizo oídos sordos. Se moría de ganas de que Mia descubriera su sorpresa. Le habría encantado estar ahí viendo la cara de la chica cuando saliera de la facultad y viera las tres palabras que le había escrito con spray en las puertas acristaladas. Había sido demasiado sencillo, aunque haberlo hecho en una zona que solo estaba habitada por estudiantes durante las horas del día había facilitado las cosas. Por fin su teléfono volvió a vibrar. Mia le había enviado una imagen. Andrés la abrió. Definitivamente la frase ganaba de día. Cada letra de «Todo contigo, Caramelo» ocupaba una de las transparentes puertas, por lo que se veía a ambos lados del edificio. Aunque la pintura no quedaba tan lucida en el cristal como en la madera de su salón, era lo más adecuado que había encontrado. Mia había acompañado la imagen con un pie de foto: «¿Sabías que la multa menos grave por pintar un grafiti es de casi 800 euros?». Andrés miró incrédulo el teléfono. No podía creerse que aquella niñata le hubiera puesto eso. La respuesta se le vino a la mente al instante.

-¿Sabías que eres una zorra?

Aunque al segundo de mandar el mensaje se había arrepentido y no había tardado en disculparse, se ganó el enfado de Mia. Nada más terminar la jornada cogió el coche para ir a buscar a la chica. Aparcó en el mismo lugar donde la había esperado por primera vez. De camino había comprado en una gasolinera un par de snacks de chocolate. Sabía que eran la debilidad de Mia y esperaba que ayudaran a la chica a olvidarse del mal trago. Por mucho que ella le había dicho que no quería verle, acabó bajando a donde se encontraba aparcado. Andrés la vio aparecer subida a unas sandalias de tacón y con un vestido demasiado ligero para una primavera en la que todavía apretaba el fresco.

-¿A dónde vas?- Preguntó sin saludarla.

-Tengo fiesta en casa de Fer. Nos ha invitado a los del grupo y no sé si luego saldremos de fiesta. ¿No tienes nada más que decirme?

-Ya me he disculpado cincuenta veces. Si no pillas una broma no es mi culpa. Y no entiendo por qué tienes que ir a esa fiesta precisamente hoy que nos ha pasado esto.

-Que me insultes no es una broma ¿sabes? A mi me ha sonado muy en serio. Y aunque lo hubiera sido no me gusta que me digas eso de ninguna forma.- La chica no había dicho nada del plan de la noche y Andrés no lo dejó pasar.

-¿De verdad vas a salir de fiesta estando mal con tu novio?

-Andrés, no estamos mal. Estamos hablándolo. No tiene más vueltas.

-Pues para mi si las tiene. Si fueras una buena novia entenderías que ahora te necesito a mi lado- Andrés trató de convencerla de buenas acercándose a ella.-. Estás preciosa. ¿Por qué no dejas que te invite a cenar a un sitio especial y hacemos después las paces en el asiento de atrás del coche?

-No, ya he dicho que iba a ir. No voy a darle plantón a mis amigos por una tontería. De verdad, no te preocupes.

-No es una tontería. ¿Prefieres a tus amigos antes que a mí? Dice poco de tus sentimientos.

-Dice menos de ti que me hagas elegir.-La cabezonería de Mia sacó a Andrés de sus casillas.

-No me quieres una mierda. ¡No me puedo creer que vayas a dejarme tirado en un momento así!

-¡A mí no me eches la culpa de esto! Has sido tú el que me ha llamado «zorra».

-¡Era de broma! ¿Por qué eres tan imbécil?

-¡Dios! ¿Lo ves? ¡Otra vez me insultas! -Mia se alejó de él y bajando el tono se puso seria.- Yo no quiero esto Andrés. Así no. Así que espero que esta noche pienses en cómo me estás tratando- Echó un vistazo al móvil.-. Me marcho ya, no quiero llegar tarde a casa de Fer.

-Eso suponiendo que realmente vayas a esa supuesta fiesta con todos tus amigos y no me la estés liando.

-Ya basta, Andrés -La chica intentó darle un beso pero él apartó la cara. La rabia que tenía dentro amenazaba con desbordarle y liarse a puñetazos con todo lo que le rodeaba. Trató de contenerse pero no pudo evitar soltar una última granada.

-Ojalá cojas un sida, que es lo que te mereces.

Amor. MARA MARIÑO

Amor. MARA MARIÑO

«Matar animales por su piel ya no está de moda»

Armani ha pasado de firmar con la organización suiza Responsible Ecosystems Sourcing Plataform  un convenio mediante el cual le compraría a México pieles de cocodrilo por 130 dólares la pieza, algo que luego vendía por 5.000 o 15.000 dólares en función del tamaño del bolso, a romper con las pieles. ¡Hurra!

Abrigo de pieles de Armani. No, sintético tampoco te lo puedes permitir. GTRES

Abrigo de pieles de Armani. No, sintético tampoco te lo puedes permitir. GTRES

Como soy de la plebe, la noticia no es que me haya afectado demasiado como consumidora. Aún así puedo imaginarme a distinguidas señoras clientas habituales de la calle Serrano recostándose en sus divanes de la Moraleja «Traiganme una copa de Moet, necesito alcohol para ahogar esta pena».

Es por eso que la casa italiana sacará a la luz su primera colección sin pieles animales, la de otoño invierno 2017.

El comunicado emitido este martes por el Grupo Armani se comprometía a la lucha por la libertad de los animales ya que, para ellos «el uso de práctica crueles con animales es innecesario». Ajá, ¿se han dado cuenta ahora? ¿Es que hasta 2016 los animales con que hacían sus abrigos no sufrían sino que disfrutaban de formar parte de un outfit a juego con unos zapatos y un bolso?

Un cambio propiciado según el diseñador por el «progreso tecnológico de los últimos años», y es que los tejidos sostenibles empiezan a pisa fuerte.

Según el diseñador: «Mi empresa está dando un gran paso que es símbolo de que nos importan los problemas que tienen que ver el medio ambiente y los animales».

El presidente de Fur Free Alliance, el colectivo de organizaciones animalistas con el que Armani ha firmado el acuerdo, ha declarado que «el anuncio de Armani deja claro que diseñadores y consumidores pueden tener libertad creativa y lujo sin apoyar la crueldad animal. Su anuncio es la prueba de que la compasión y la innovación son el futuro de la moda».

Cuando dejas de usar pieles en 2016 pero llevas desde 2008 cabreando a los animalistas. GTRES

Cuando dejas de usar pieles en 2016 pero llevas desde 2008 cabreando a los animalistas. GTRES

La noticia ha sido recibida entre las organizaciones animalistas como si fuera la cura a las piedras en el riñón. De hecho las declaraciones no han tardado en aparecer. Para Claire Bass, directora ejecutiva de Humane Society International es «el mensaje más potente probablemente en ensalzar que matar animales por su piel no está de moda«.

Armani sigue la estela de Hugo Boss, Tommy Hilfiger, Calvin Klein, Ralph Lauren o Stella McCartney en el uso de pieles sintéticas. Han sido 40 años de confección de prendas a base de sufrimiento, pero, seré positiva: más vale tarde que nunca y es una victoria tanto para los animales como para los bolsillos de los clientes de Armani.

Cuando la faja se convirtió en tendencia

En mi tierna inocencia pensaba que el gimnasio era el único lugar del mundo ajeno a modas y tendencias (algo que sería lo lógico si tenemos en cuenta su función). No podría estar más equivocada.

Solo tengo que echarle un ojo a esas combinaciones de mallas fluorescentes con zapatillas idénticas, y casi manicura y maquillaje a juego, para darme cuenta de mi error. El gimnasio tiene su propio código estilístico y, de un tiempo a esta parte, después de los crop tops para entrenar, han llegado las prendas a la cintura.

Fajas discretas. WHATAWAIST

Fajas discretas. WHATAWAIST

En todo gimnasio hay tres prendas de este estilo: el cinturón de peso, fácilmente reconocible ya que se encuentra en toda figura de macho musculado (los reconocerás porque son los que más gritan para demostrar todo el peso que se están metiendo), que también lo llevan muchas mujeres para no dañarse la zona lumbar, la faja moldeadora de sujeción y los corsés deportivos.

Waist trainers es el nombre que reciben los productos que engloban estos dos últimos casos y que están orientados hacia un público femenino. Básicamente se encargan de modelar nuestro cuerpo para conseguir la preciada cintura de avispa (que a este ritmo se va a convertir en el nuevo escote).

Según Carolina Subira, dependienta de la tienda de fitness Fitness Store (c/Bravo Murillo), el objetivo de estas fajas es el de proteger la zona media que es donde van las sobrecargas. La sujeción es con velcros por lo que se adaptan a cualquier tipo de cuerpo y son las varillas internas las que mantienen la forma: «Son prácticas tanto para hacer deporte como para los que tienen problemas de espalda por lo que la puedes llevar para hacer ejercicio o en tu día a día». La faja moldeadora «no protege para levantar peso, es únicamente para modelar la cintura y mejorar la postura», en otras palabras, es genial para hacer deporte y mantenerte recta si tiendes a encorvarte normalmente (y ya de paso para presumir de cintura de princesa Disney).

Fajas Ann Chery

Fajas Ann Chery

Por último, los corsés son el complemento deportivo que se hicieron famosas a raíz de una publicación en Instagram de…¿adivináis quién? Correcto, Kim Kardashian. Según Ann Chery, una empresa especializada en la venta de estos corsés (o ‘Sport Waist Trainers‘ según ellos), aumentan la actividad termal de la zona de la cintura y maximiza los resultados de las sesiones de gimnasio. Vamos, que no solo vas a sufrir las sesiones de spinning en la más mortal anaerobia sino que vas a acabar con la cintura más mojada que la frente de un guiri comiendo chiles rellenos.

La broma de estos corsés milagrosos (que de 50 dólares no bajan) puede salir caro en salud a sus usuarias. Rebecca Harrington, periodista de New York Magazine quiso hacer el experimento de llevar uno de los corsés deportivos de Whatawaist, cuyos vendedores prometen  una reducción de entre dos o tres tallas solo por llevarla. Tras dejarse 153.23$ en un producto que debía llevar casi las 24 horas, tras cinco días viendo que no le permitía respirar, acabó dejando de usarla.

Como demostró el médico francés Ludovic O’ Followel en 1908, el uso de corsés a largo plazo puede provocar problemas respiratorios, desplazamiento de órganos, deformación muscular o torácica o alteración de funciones digestivas entre otras. Vale que no son los mismos que hace cien años, pero… siendo sincera, ¿merece la pena sufrir tanto por una cintura de Jessica Rabbit?

Se buscan modelos de varias etnias (pero no demasiadas)

¿Eres negra, asiática, latina, de Oriente Medio o de cualquier otra etnia? Si la respuesta es afirmativa, tienes menos posibilidades de formar parte de un desfile que si eres blanca. Así te lo suelto, sin vaselina ni nada.

A esta reflexión he llegado tras ver los resultados del recuento que The Fashion Spot ha realizado después de la Semana de la Moda de Nueva York otoño/invierno 2016. Pese a lo poco halagüeños que puedan parecer a primera vista (porque están bastante desequilibrados) ¡estamos hablando del show de mayor diversidad étnica de la historia! Ahí es nada. De los 120 desfiles, 68,10% de las modelos eran blancas y 31,9% de varias etnias (un cambio nada desdeñable, ya que si echamos la vista atrás al show de la colección pasada encontramos un 28,4% de modelos de color y  un 24,4% en el anterior).

En otras palabras, la semana de la moda de la Gran Manzana ha querido contar con varias etnias en plan «Así de comprometidos estamos con la sociedad que representamos la diversidad en nuestra pasarela» pero «A ver, tampoco vamos a pasarnos que esto es la Fashion Week y no un anuncio de Benetton«.

Es un dato positivo, no os digo que no, pero a la industria le queda un largo camino por recorrer (y eso que estoy solo hablando de etnias, que si nos pusiéramos a hablar de tallas y edades de las modelos podríamos estar protestando durante horas). Diseñadores como Kanye West, Zac Posen o Chromat apostaron por un casting de modelos de color superior al 85%. Aunque esto siguen siendo todavía las excepciones, así como Vetements o Balenciaga en la Semana de la Moda de París que solo incluyeron modelos blancas. Si nos salimos de la semana de la moda neoyorquina, las cifras son peores: el 77% de las modelos que han desfilado en Nueva York, París, Londres y Milán eran blancas.

Modelos de varias razas en el desfile de Kanye West. GTRES

Modelos de varias razas en el desfile de Kanye West. GTRES

Para luchar contra esto, la modelo Ashley B. Chew inició el pasado otoño con un bolso que lanzaba un potente mensaje ‘Black Models Matter’ la campaña del mismo nombre (que más adelante cambió a BlackLivesMatter) para reivindicar la presencia de modelos de color en la pasarela.

Este movimiento, además de denunciar la poca cantidad de modelos negras que hay respecto a las de etnia blanca, también criticaba el hecho de que en los backstages los estilistas y maquilladores no cuenten con productos para su pelo y tono de piel.

Naomi Campbell fue la primera en denunciarlo en la edición juvenil de Vogue: «Cuando era joven, me pasaba exactamente lo mismo. Cuando estaba preparándome para el show me topaba con estilistas que no tenían ninguna experiencia trabajando con modelos negras. Siempre tenía que llevar mis propios productos –mi propio maquillaje y productos para el cabello- para poder estar segura que tenía todo lo necesario para poder lucir cómo debía. Es muy decepcionante oír que todavía en estos días las modelos negras siguen sufriendo el mismo problema».

Este obstáculo sumado a la escasa diversidad racial en la pasarela, hace que los esfuerzos que han realizado tanto ella como otras modelos de color caigan en saco roto. La solución al problema no es simplemente meter más modelos de distintas etnias sino tener recursos para poder sacar lo mejor de su trabajo: «Estamos usando nuestras voces para alentar a la industria a ser más inclusiva en cuando a la diversidad racial. Y eso se aplica desde el casting hasta contar con los recursos que una modelo negra necesita para desfilar» contó la modelo.

 

 

 

Las modas que te pueden matar

Hace unos días leí un artículo de El Mundo que hablaba de que casi la mitad de las adolescentes españolas de 15 años se ven gordas (cuando solo el 20% lo están). Como mujer, no me sorprendió la cifra.

Thigh gap. TUMBLR

Thigh gap, el peligroso hueco entre los muslos. TUMBLR

Cuando yo tenía 15 años ni la más delgada de la clase escapaba de esos pensamientos. Sí, con 15 años muchas nos sentíamos gordas, llenas de granos y muy poco favorecidas con nuestras ortodoncias.

Pero era lo que había, veías que todas estaban como tú y pasabas del tema poniéndote a hablar de la última película de Harry Potter o de si habías pegado en la pared el póster de la Bravo.

Afortunadamente, no teníamos redes sociales, ya que por el Messenger, las amenazas a las que se encuentran expuestas las adolescentes de hoy en día, no nos llegaban.

Las redes sociales son como el cuchillo jamonero que guardas en la cocina. Bien utilizado, te hace tener unos platos de embutido que serían la envidia de los anuncios de Campofrío, pero como lo uses mal puedes llevarte un dedo por delante.

Son ventanas al mundo que están abiertas las 24 horas. Cuando pienses que tu hija, sobrina o amiga no puede recibir más estímulos porque es de noche, alguien con otra zona horaria estará subiendo imágenes dañinas.

#Collarbonechallenge. TUMBLR

Yo prefiero usar las monedas para comprar chocolate negro. TUMBLR

Las redes dan visibilidad tanto a lo bueno como a lo malo sin ningún tipo de distinción o censura, algo que llevamos viendo un tiempo con la viralización de los retos de delgadez.

Son modas que sirven para probar a delgadez sin tener en cuenta la salud. La publicación e imitación de ellas apoya la búsqueda de unos referentes inalcanzables y por tanto el rechazo al propio cuerpo, lo que empuja a trastornos de alimentación.

Entonces sí, claro que me explico que el 43% se vean gordas. Y hasta me extraña que no sean más.

Hemos pasado del #thighgap, la moda de subir imágenes en las que saliera el hueco entre los muslos (un hueco que depende de nuestra constitución ósea y no de nuestra delgadez) al #bikinibridge, el que consistía en subir una foto en bikini tumbada boca arriba sin que la tela tocara la piel al quedar sujeta por los huesos de la cadera.

Del #bellybuttonchallenge, el reto de tocar la parte izquierda del ombligo pasando el brazo derecho por detrás de nuestro cuerpo al #collarbonechallenge, el de colocar una ristra de monedas de céntimo en nuestras clavículas.

Estos retos, pese a depender de otros factores como flexibilidad o genética se convierten en modas virales afectando a unas mentes más impresionables que pueden acabar desarrollando un trastorno alimentario. Y, como me dijeron una vez hablando de estas enfermedades «la gente no le da la seriedad que tiene, de esto puedes morir«.

A mi el único reto del folio que me interesa es el de mi currículo. TUMBLR

A mi el único reto del folio que me interesa es el de mi currículo. TUMBLR

El último reto como la mayoría de ellos, proviene de China, el país cuyas muchas habitantes en vez de preocuparse por sus condiciones laborales, política de hijo único o libertad de prensa, prefieren fotografiarse con un folio A4 en la cintura para mostrar su delgadez. Hablo del #A4waist o #A4waistchallenge, un reto solo para aquellas con menos de 21 cm de cintura, que es lo que mide el papel.

Mientras estos retos sigan circulando libremente por la red, llegando a todas las adolescentes del mundo, se estarán promoviendo unos valores superficiales en vez de aceptación, autoestima y amor propio que son los que se deberían fomentar.

Si por mi fuera, educaría a las niñas en que el único folio que les debe preocupar es un título, un diploma o un currículo. Que las monedas mejor en la cartera (o invertidas en la versión premium de una web de series) que en el cuello. Que solo te pases el brazo por detrás de la espalda para rascarla. Que si te tumbas en la playa sea para disfrutar del sol o para echarte una siesta después de la panzada a calamares a la romana que te has pegado con tu familia en el chiringuito. Y que lo que verdaderamente hace a tus piernas hermosas es que te van a poder llevar a dónde quieras.

¿Cómo es #LaMujerPerfecta?

Lo que empezó la madrugada del viernes como una tendencia en Twitter por el reality show chileno de mega Volverías con tu ex, se convirtió siete horas más tarde en Trending Topic en España.

#LaMujerPerfecta hacía referencia a la que habían ‘diseñado’ los concursantes del programa, pero por la red social no tardaron en verse los requisitos que tenía que cumplir la mujer ideal, según cada uno.

Quitando el hecho de que nadie, absolutamente nadie en este mundo es perfecto, el hastag se convirtió en un espacio abierto para comentarios machistas que impunemente eran patada tras patada al significado de la palabra ‘igualdad’.

Y punto. Si no te gusta el fútbol ya puedes tener todas las virtudes del mundo que no sirves. ¿Y qué pasa si ama el baloncesto? ¿O si ama el bádminton? Reducir el valor de una persona en si ama o no el deporte me parece el simplismo llevado al extremo más radical.

Para mí esta afirmación tiene mucho peligro detrás porque apoya la idea de que es la mujer la que ‘por amor’ tiene que aguantar todo lo que le suceda independientemente de lo malo que sea para ella.

Por favor, que alguien le comunique a este usuario que estamos en 2016. Ya han pasado unos cuantos años desde los anuncios de 1940.

Canas y arrugas tenemos y tendremos absolutamente todos y no son los que determinan nuestra valía como individuos. Vete tú a decirle a ese niño al que sus abuelos le va a buscar, con un bocata de chorizo de Pamplona para la merienda más grande que la Virgen de la Macarena, que su abuela no es perfecta por tener canas y arrugas.

Quiero pensar que este tuit incendiario es simplemente para llamar la atención, porque si de verdad hay personas que piensan así, que paren el planeta que me bajo. Pero el tuit que más me llamó la atención fue el que me descubrió que existe un Wikihow (un proyecto público online de ¿Cómo se hace…?) sobre cómo ser la mujer perfecta.

Según esta página, la mujer perfecta debe mostrar siempre una actitud positiva, (sí, incluso cuando no nos apetece); debe ser prudente y detenerse antes de decir o pensar algo; debe controlar sus emociones (¿por qué? ¡No quiero controlar mis emociones! Si algo me pone de mala leche quiero gritar como una salvaje y si algo me hace gracia quiero reírme como una morsa histérica hasta que me salgan lágrimas); lleva un registro de los cumpleaños (¿y dejar sin trabajo a Facebook?); evita contar chismes (¡NO y no! No quiero evitar contar chismes. ¿Qué sería de nuestras vidas sin ese ratito con la amiga diseccionando cada detalle de la noche pasada?); mantén un equilibrio entre tu vida laboral y personal (ayyy Wikihow… Si fuera tan fácil).

No solo animan a reprimir totalmente cualquier reacción natural que podamos tener y a mecanizar cada comportamiento sino que no dejan de lado el aspecto físico. Para Wikihow la mujer perfecta se mantiene activa TODO el día (¿y cómo lo concilio con la vida laboral/personal); debe maquillarse y si no sabe, debe buscar tutoriales en Internet; tiene que seguir una rutina de cuidado de cara y piel (¿y si me apetece llevar el cutis con el relieve del Sistema Central?) y la mujer perfecta mejora su postura (ahí es dónde caemos todas, que siempre nos sentamos más torcidas que la espalda de Quasimodo). Menos mal que casi al final te anima a ‘aceptarte tal y cómo eres’ porque vamos… después de todos los puntos que hay que cumplir, me parece más fácil presentarme a presidenta de los Estados Unidos que tratar de ser una mujer perfecta.

Afortunadamente, no solo de trolls y de machistas está lleno el mundo, sino que las opiniones de las detractoras del hastag no tardaron en aparecer en el timeline.

No queremos ser perfectas, queremos ser nosotras mismas. Porque, tanto hombres como mujeres, somos únicos en nuestra especie, y eso nos hace maravillosos.

Resiliencia. Capítulo 9: Todo contigo

Hace años me instaron a escribir esta historia. Aunque, cuando me lo dijeron, esa historia no era esta historia. Así que supongo que, aunque no he elegido que sea de esta manera, he elegido compartirla tal cual es ahora. No es una historia personal aunque algunas vivencias son propias. Si he decidido escribirla es porque, si a mi me sirve de terapia, quizás a ti te pueda servir de ayuda.

Resiliencia te puede haber pasado a ti, a tu madre, a tu compañera del trabajo, a tu prima pequeña, a tu mejor amiga. Puede sucederle a tu hija. Es la historia de superación del mayor trauma de una vida. El maltrato puede adoptar muchas formas, pero, sobre todo, puede adoptar muchas caras.

Mia tiene 20 años, compagina sus clases en la universidad con su nuevo trabajo de azafata de eventos mientras saca tiempo para ver a Hugo, su novio adicto al gimnasio. Andrés a sus 28 años parece que tiene la vida resuelta con un trabajo fijo en una empresa de repostería y una relación de más de cinco años. Acaban de encontrase y ninguno sabe lo que se les viene encima.

Capítulo 1: Dos semanas antes de la colisión
Capítulo 2: Una semana antes de la colisión
Capítulo 3: Un día antes de la colisión
Capítulo 4: Seis horas antes de la colisión
Capítulo 5: Colisión
Capítulo 6: 30 segundos después de la colisión
Capítulo 7: No solo los aviones vuelan
Capítulo 8: Cuesta abajo y sin frenos

Capítulo 9: Todo contigo

Al coger el móvil y ver más de diez mensajes y una llamada de Andrés, Mia se temió lo peor. Había quedado con sus amigos a tomar algo y ni se había dado cuenta del tiempo que había pasado. Tras despedirse de Inés y lanzar besos al aire salió corriendo de la cervecería y llamó a Andrés. A Mia nunca se le había hecho tan larga una hora al teléfono. Después de explicarle que solo había salido a por unas cervezas no había manera de que Andrés se tranquilizara respecto a ella, algo que continuó las semanas siguientes. Cada vez que ella quería salir o quedar con unos amigos despertaba el nerviosismo de Andrés. Era algo que la chica no entendía, pero él parecía no querer dejarla nunca sola.

-Mia, me gustas demasiado. No hay nadie con quien esté mejor que contigo.-Andrés no paraba de repetírselo mientras ella trataba de hacerle entender que también quería espacio para así poder echarle de menos.

La gota que colmó el vaso fue el cumpleaños de Judith, otra de las chicas del grupo. Habían ido todos a cenar a un centro comercial para salir después de fiesta. En medio de la cena empezó a sonar su teléfono sin parar. Viendo que la llamada era de Andrés, Mia puso el móvil en silencio. Era el cumpleaños de una de sus mejores amigas y no le parecía el mejor momento para ausentarse, por lo que decidió devolverle la llamada después de la cena.

-¿Quién era, Mia?-preguntó Inés oliéndose la respuesta.

-Andrés, pero ya le llamaré luego.-dijo ella mientras posaba para el selfie cumpleañero que estaba haciendo Inés.

Después de varias llamadas silenciadas y algún que otro botellín de cerveza, salieron del restaurante listos para comerse la noche o incluso repetir al día siguiente si fuera necesario. Mia iba abrazada a Fer y a Judith cuando se topó con Andrés en la puerta del centro comercial. La mirada del chico era gélida.

-Buenas noches, Mia- dijo él mientras le cogía la cara y le plantaba un beso en la boca sin que Mia tuviera tiempo ni a decir «Hola».- ¿No me presentas a tus amigos?- Andrés soltó el brazo de Fernando que mantenía sujeto a la chica y pasó el suyo alrededor de ella. Judith, Fernando y los demás del grupo miraban la escena esperando la reacción de Mia.

-Hola Andrés, ¿qué tal? Soy Inés. Mia nos ha hablado tanto de ti…-Inés irrumpió efusivamente dándole dos besos para romper el hielo. Mia le fue presentando a los demás del grupo mientras seguía preguntándose qué hacía el chico ahí y como era posible que hubiera dado con ella.

Tras las presentaciones de rigor, todos se encaminaron al metro para ir a la discoteca. Mia y Andrés cerraban la comitiva.

-¿Por qué no has cogido mis llamadas?- preguntó el chico mientras la llevaba agarrada contra él.

-Estaba en el cumpleaños de mi amiga, no quería que nadie le robara el protagonismo. Y no hace falta que me cojas tan fuerte, que voy perfectamente.- Mia se zafó de su brazo y continuó andando a su lado.

-¿Sabes acaso para qué te llamaba?- Andrés empezó a parecer enfadado, pero bajó la voz para que sus amigos no oyeran la conversación- Tenía algo especial preparado para esta noche.

-¿Ah sí? Pues que pena, yo ya tenía planes. Te dije que era el cumpleaños de Judith.

-Ya has estado con ella, y lo menos que puedes hacer después de tener semejante feo pasando de mí es compensarme.

-¿Cómo?- Mia se detuvo incrédula – ¿Compensarte de qué? Es el cumpleaños de mi amiga y lo lógico es que esté con ella.

-Cierto, pero lo lógico es también que hagas caso a tu novio y no pases de él como de la mierda. ¿Crees que así funciona una relación, Mia?

-No creo que funcione haciendo siempre lo que a ti te da la puta gana-replicó ella. Andrés la miró cabizbajo y suavizó el tono.

-¿Sabes por qué te había llamado? Llevaba una semana organizando algo que no dependía de mí totalmente. Y no sé por qué pero el universo se ha puesto de acuerdo para que pasara esta noche. Sé que tienes lo de tu amiga, pero quería darte la sorpresa. Como no conseguía contactar contigo ví que te etiquetaron en una foto en la que salía la ubicación del restaurante, así que quise venir a buscarte. Pero no quiero que te sientas obligada. A fin de cuentas tú decides lo que haces.

-Mia, ¿vienes o qué?- Fernando la llamó a lo lejos. El grupo se había detenido en la entrada del metro esperando a que la chica se despidiera.

Mia miró al grupo y giró la cabeza hacia Andrés, que la miraba con una mezcla de ilusión y lástima. La chica suspiró para sus adentros rezando por que su decisión no la metiera en más problemas.

Cuando veinte minutos después llegaron Mia no reconoció el lugar.

-¿Un spa?- dijo mientras trataba de contener la risa viendo la persiana metálica echada. -Creo que a estas horas va a ser difícil que nos den cita para un masaje.

-Lo importante no es el momento sino el modo- dijo Andrés mientras sacaba de su bolsillo un manojo de llaves.

-Pero, ¿cómo…?- Mia presenció incrédula como Andrés subía la persiana ante sus narices. El chico la invitó a pasar y según entraron volvió a cerrar la persiana tras ellos. El interior del spa estaba oscuro. Mia reconoció el olor característico de sales de baño e incienso y casi automáticamente se relajó. Mientras tanto Andrés andaba buscando algo a su derecha. Tras un chasquido, las luces de la recepción del centro se encendieron y Mia puedo apreciar el interior. Estaba decorado como un templo asiático lleno de budas y divinidades con muchos brazos. Andrés se volvió hacia ella con varias cosas en la mano.

-Bikini, toalla y chanclas. El bikini te lo puedes quedar, pero la toalla y las chanclas tienes que dármelas a la salida- seguidamente le indicó dónde estaba el vestuario femenino-. En cuanto estés lista sal por la puerta que está al final. Nos vemos allí.

Mia no terminaba de creerse que aquello estuviera pasando. En esos momentos el cumpleaños de Judith era el último de sus pensamientos. Tras quitarse la ropa y dejarla amontonada a un lado cogió el bikini que Andrés le había dado. Le quitó las etiquetas sin apenas fijarse en el traje de baño y se lo puso. Por muy sueltos que había dejado los nudos de los laterales, la braga le quedaba minúscula y apenas le tapaba nada. Mia se fijó en la etiqueta que había arrancado y se lo explicó al ver que se trataba de una talla 38. La parte de arriba en cambio le quedaba perfecta. Impaciente se enrolló la toalla alrededor del cuerpo y cruzó la puerta que le había descrito Andrés. Nada más salir se encontró en una sala decorada como un templo en ruinas con vegetación natural saliendo de las grietas de las paredes. La única iluminación procedía de las decenas de velas que Andrés se encontraba colocando en el suelo alrededor de una gigantesca piscina termal. La chica le llamó desde el otro borde.

-¿Pero qué es todo esto?

-Te dije que tenía algo especial- dijo Andrés esbozando una sonrisa de felicidad. El chico dejó la última vela y se metió en el agua-. Esta es la piscina templada, pero también tenemos la de agua fría, la de agua caliente, sauna y baño turco- enumeró. Después se acercó braceando a los pies de Mia-. ¿Entras o te vas a quedar ahí plantada hasta que se nos derritan las velas?

La chica, sabiendo que los ojos de Andrés seguían cada uno de sus pasos, dejó la toalla en uno de los colgadores de la pared y entró en la piscina lo más dignamente que la braga del bikini le permitía. El agua estaba sencillamente perfecta. Lo suficientemente caliente como para relajar todo su cuerpo pero no lo bastante como para quemarle la piel. Mia dio un par de brazadas y seguidamente rodeó a Andrés. Con el agua cubriéndola se sentía más tranquila. No tenía complejos de su cuerpo. Venía de una familia de mujeres curvilíneas y siempre se había aceptado y querido tal cual era, pero el minúsculo trozo de tela no terminaba de hacerla sentir cómoda. Andrés la miraba como si fuera un tiburón y se dispusiera a pegarle un bocado de un momento a otro.

-Ese bikini te queda genial, caramelo- dijo-. ¿Has visto que bueno soy adivinando tallas?

-En realidad te equivocaste con la parte de abajo.- Andrés estalló en carcajadas que botaron por el silencioso spa.

-Si eso es lo que quieres pensar…- dijo mientras se acercaba a ella en busca de un beso. Mia se lo dio de buena gana y le rodeó el cuello con los brazos. Andrés se zafó de ellos y la agarró mientras la giraba contra el borde. La chica se clavaba el saliente de la piscina en la tripa, pero solo podía pensar en la boca de Andrés bajando por su nuca y por su espalda. Si en un principio el agua de la piscina le había parecido agradable, en esos momentos la notaba hervir. Cuando Andrés terminó de marcarla a besos la volvió a girar apretando su cuerpo contra el de ella. Mia aprovechó para deslizar sus manos por su pecho. El agua de la piscina les llegaba un poco por debajo de los hombros, por lo que tuvo que sumergirlas. Andrés tenía los hombros anchos. No tenía los pectorales ni la tripa definida, pero, después de su experiencia con Hugo, a Mia no le importó lo más mínimo, al contrario. Le encantaba su naturalidad. Entendía que Andrés prefiriera pasarse una tarde viendo series antes que levantando pesas mecánicamente, algo que a su parecer, aportaba menos que nada. Cuando Andrés empezó a explorar el interior de su bikini, Mia empezó a hiperventilar. Aquello estaba pasando demasiado rápido y no sabía si era el calor o las manos de Andrés pero no era capaz de pensar con claridad por lo que en un destello de lucidez, frenó las manos del chico.

-Andrés… para- Él se detuvo al instante-. Es que no estoy segura, está pasando todo muy rápido.- Él la miró largamente y se apartó. Tratando de serenarse el chico se pasó las manos por la cabeza humedeciendo sus rizos. Ni siquiera el agua conseguía que se le quedara el pelo liso.

– Ojalá dejaras de pisar el freno. – Andrés se salió del agua sin que Mia pudiera detenerle y buscó algo en una mochila que había dejado en el borde del baño. Seguidamente apuntó con un mando al techo y el sonido de violines se mezclo con los vapores.- Han pasado semanas y sigues sin entender la magnitud de esto, sin hacerte una idea de todo lo que siento por ti, de que no quiero perder un solo momento de mi vida lejos de tu lado. Quiero tenerlo todo y quiero tenerlo contigo- Mia aguantaba la respiración mientras reconocía la canción que sonaba de fondo-. Te quiero, Mia- declaró Andrés mientras Steven Tyler acompañaba de fondo sus palabras con Don´t wanna miss a thing.

La chica notó como se le encogían las tripas. Tomó aire profundamente y salió del agua dirigiéndose hacia Andrés. Por el camino soltó los nudos de la braga del bikini y se quitó por la cabeza la parte de arriba.

– Dame un beso- pidió ella.

– Te daría el puto universo si me lo pidieras.

 

Baños turcos. HAMMANALANDALUS

Baños turcos. HAMMANALANDALUS

 

Los accesorios que llevarás si tienes una boda, comunión o bautizo

El 2016 viene cargado de tendencias no solo para tu día a día sino para tus bbc (bodas-bautizos-comuniones) del 2016. La regla de oro del año: se apuesta por la naturalidad y la comodidad, unas líneas que heredamos de la sencillez del 2015. Así que si este año tienes un sarao formal toma nota de los complementos que van a ser la comidilla de tus familiares.

Las flores y tocados en el pelo han vuelto. ¡HURRA! Después de que en 2014 las llevábamos hasta para comprar el pan, en 2015 les hicimos la guerra. Pero este año vuelven. Si antes las coronas estrella eran las que tenían los floripondios del tamaño de una rueda de carro renacentista, esta temporada tienes de todo: desde coronas con más flores que un velatorio hasta recogidos con una o dos florecitas en plan sencillo. Las diademas, prendedores, peinetas, etc se visten también de primavera en tonos claros si eres una mujer clásica, o colores vivos si quieres animar el asunto. Eso sí, recuerda que en esta vida hay que tener un equilibrio y que un gran poder conlleva una gran responsabilidad, por lo que el mejor complemento de las coronas son vestidos de encaje o de tejidos lisos para darle protagonismo. Si eres una invitada/novia ‘fashionaddicta’ puedes aprovechar y meterle flores en rose quartz o azul serenity, los colores del año 2016 según Pantone.

coronas

Diademas de flores de Susan McLeary, tocados de Galia Lahav y corona de Óscar de la Renta

Los cinturones son ese complemento que cuando te pones el vestido piensas «Oh, Dios mío, qué bonito, me queda estupendo» y a los 15 minutos de banquete te estás arrepintiendo de no haber elegido el vestido suelto para poder inflarte tranquilamente a canapés. Estéticamente es el complemento ideal para resaltar la cintura o el pecho si se pone más alto. Aunque una de las tendencias de este año es meter un cinturón tipo cinta de un solo color los hay con flores, pedrería o brillos para acompañar los vestidos más discretos.

cinturones

Cinturones de pedrería a la cintura y a la cadera de Jesús Peiró, cinturón rosa de Óscar de la Renta y cinturón de pedrería de Patricia Avedaño.

Pero lo que ha sido el equivalente al descubrimiento del fuego esta temporada en cuanto a novias es el bolso de mano, que le quiere quitar el puesto al ramo de la novia. Esta revelación, que posiblemente hará marearse a algunas abuelas (¿Qué es eso de que no vas a llevar ramo?!), es una de las propuestas más vistas en los desfiles de las Bridal Fashion Week 2016. Y aunque el hecho de romper con la tradición de llevar el ramo es algo que a todas pueda parecernos chocante, ¿no os seduce la idea de poder llevar a mano un pañuelo para esas lágrimas inoportunas o un cacao para los labios? Pensad las posibilidades. A fin de cuentas, ¿que aporta el ramo? Nada. No solo no puedes meter nada en él sino que es algo que se te marchitará o, en el caso de que se lo des a tu mejor amiga la soltera, se le marchitará a ella. Pero un bolso de mano de fiesta te lo puedes poner cuando quieras y es un recuerdo que tendrás para siempre. Otro punto a favor de los clutch es que hay infinitas variedades por lo que no es difícil combinarlo con nuestro vestido. Podemos encontrarlo tipo cajita, cartera o bolsa cubierto de abalorios, de perlas o incluso más sencillos para los vestidos más barrocos.

clutch

Bolsos de mano de Inmaculada García.

Si eres una apasionada de los velos kilométricos de esos que todavía van por la iglesia cuando la novia ya está comiendo la tarta en el restaurante, esta tendencia no es para ti. Los velos del 2016 son los tipo birdcage y se llevan cubriendo parte de la cara (o entera). No solo añaden un toque de misterio a las novias sino que son muy MUY cómodos. No tienes que estar pendiente de que lo pisen tus sobrinos ni de que esté tu madre cerca para ponértelo bien porque podrás colocártelo tú misma, eso sí, si tienes las pestañas largas corres el riesgo de que se te enreden de vez en cuando.

velos

Velo negro de Isabel Sanchis, inspirado en los años 20 de Galia Lahav y con flores de Susan McLeary.

Mi moda favorita, ya sea para novias o para invitadas son las plantas vivas como complementos. Las puedes llevar en pulseras, anillos o collares y a mi parecer le dan un aire muy bohemio a los vestidos. La diseñadora de esta propuesta tan pionera es Susan McLeary que empezó a combinar sus accesorios con plantas vivientes. Durante dos o cuatro semanas puedes lucir el complemento antes de que la planta comience a salirse de la joya. En ese momento se pueden sacar de la pieza y poner en una maceta, por lo que el significado que tendrá esa planta será siempre especial. ¿Te imaginas tener en tu terraza plantadas las joyas de tu boda?

plantas

Joyas con plantas vivientes de Susan McLeary y plantas en las pulseras del desfile de Cristina Tamborero.