Si tienes un hombre en tu vida tienes dos armarios

¿Sabes el aspecto que tiene una tienda de ropa después de una jornada de rebajas? Pues comparado a mi habitación eso es el orden más absoluto. De hecho si mi familia fuera un reality show estaría nominada cada semana por mis problemas de orden. En realidad no es que sea desordenada, es que mi concepto de orden es más creativo que el del resto de las personas.

Cuando me pongo a ordenar la ropa más que episodios de una serie, podrían hacer varias temporadas. Temporada 1×01 El calcetín desaparecido, temporada 1×02 El calcetín sigue sin aparecer…Temporada 8×01 Ya empezamos a vislumbrar el suelo. ¡Ostras!, ¿de dónde ha salido este calcetín?

Tengo un sistema infalible: los montones de ropa. El montón de ropa del gimnasio, el montón de ropa interior, el montón de ropa sucia… Pero algo que siempre se repite es el montón de ropa que no me pertenece. Son prendas que expropio de mi hermano y de mis padres que, cuando las devuelvo, suelen alegrarse más que México cuando detiene al Chapo, porque, una vez han traspasado el umbral de mi habitación (que es algo así como la puerta a otras dimensiones que abre el Teseracto) las daban por perdidas.

Uso ropa de todo el mundo. Grande, pequeña, de hombre, de mujer y de hace 40 años. Uno de los armarios más saqueados es el de mi hermano, que tiene más paciencia que un santo cuando ve que le desaparecen camisetas o sudaderas que se quiere poner y aparecen misteriosamente en mi cuarto oliendo a colonia y desodorante de flores. Pero es que su ropa MOLA. Hay tantas cosas de hombre que podemos incluir en nuestros conjuntos del día a día sin perder un ápice de estilo…

¿Cuáles son esas prendas benditas que puedes incorporar y de las que ya puede despedirse tu familia? En primer lugar, la camisa de cuadros. La camisa de cuadros es un animal salvaje que habita en todos los armarios de todo varón entre los 8 y los 80 años. Puedes llevarla puesta cerrada (si te tapa el culo) con unas medias, abierta con unos vaqueros y camiseta blanca o anudada a la cintura si te queda exageradamente grande o increíblemente pequeña.

Otra prenda que deberías convertir en propia son las sudaderas y los jerséis gigantes. Hasta hace poco, solo usaba las sudaderas de mi hermano para el gimnasio, pero con el lampshading como tendencia, cuanto más largo y ancho mejor para llevar a la calle. El problema suele ser el estampado, ya que, en el caso de mi padre, sus jerséis más que jerséis bonitos son jerséis-de-padre, es decir, jerséis de colores muy extraños con dibujos o de tejidos raros que no sabes si realmente es una prenda o un exceso de stock de estampado de sofá que, como sobraba, convirtieron en jersey.

Para todas aquellas cuyos novios tienen la misma pierna que ellas, deberían hacerse con uno de sus vaqueros. En serio, la mayoría de las mujeres no somos conscientes de lo bien que nos sientan unos vaqueros masculinos. Fijaos si son favorecedores que muchas tiendas cuentan ya con esta anchura: el pantalón boyfriend.

Y por último ( y sin duda, mis favoritas) las CAMISETAS de chico. Además de que los dibujos y estampados de Batman, Sons of Anarchy, Rolling Stones y demás son también de nuestro agrado (sí, queridísimas tiendas, los grupos de rock, películas de acción y series protagonizadas por hombres en moto también nos gustan a nosotras), nos queda bien el rollo ancho. Así que recuerda: si tienes un hombre en tu vida tienes dos armarios.

http://thekewl.tumblr.com/post/24756076198

4 comentarios

  1. Dice ser Sebas191

    Pulsas en un enlace que pregunta ¿matarías a una persona para salvar a 5? y va y sale esto…

    13 enero 2016 | 10:43

  2. Dice ser Capella

    No es por nada, pero a ver si revisáis los enlaces porque he venido aquí pinchando (y varias veces para cerciorarme) en el enlace de «¿Matarías a un hombre para salvar a cinco?»

    13 enero 2016 | 10:46

  3. mara-viste-y-calza

    Ya está solucionado, gracias por el aviso 🙂

    13 enero 2016 | 10:49

  4. Dice ser Pecas y lunares

    Para esos días del mes…en los que tienes el armario lleno de NO TENGO NADA QUE PONERME, como tú muy bien has descrito en alguna ocasión, Mara, y que tantas veces nos ocurre a las mujeres, pues para esos días, bienvenida sea una incursión al armario del compañero/ marido/ padre o hermano

    14 enero 2016 | 09:05

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