Cada vez creo en menos cosas Un foro para pensar en lo divino y en lo humano

Cuidado con el supremo dentista

José Bono, el presidente del Congreso, católico practicante, lo ha explicado muy bien. Se puede creer en lo que no se ve, como Dios, pero no hay que ser creyente de las instituciones, como el Tribunal Supremo, por ejemplo, porque lo estamos viendo; incluso diría más: lo estamos viendo venir.

Para que podamos dar crédito a los tribunales, según Bono, son ellos los que deberían hacerse respetar “usando el sentido común”. Ese es el meollo del argumento. Para creer en Dios es imprescindible aparcar a un lado el sentido común, porque se trata de creer en lo que no se ve. “Pero no se cree en los dentistas, ni en los periodistas, ni se cree en los jueces. A los jueces les pasa como a los dentistas, que cuando te sacan una muela que no es la que te duele, le dices al vecino que no vaya a ese dentista”.

Bono y yo lo único que decimos es que el Supremo dentista nos puede quitar la única sentencia que no nos duele, mientras nos deja boquiabiertos con las pútridas muelas franquistas intactas.

A veces hasta olvido que Bono es de derechas.

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