Cada vez creo en menos cosas Un foro para pensar en lo divino y en lo humano

Archivo de octubre, 2007

¿Nos vamos de viaje al centro?

En vista de que la repetida frase de «todos los partidos políticos parlamentarios, excepto el PP…» estaba retratando a la derecha como a una banda de intolerantes, Mariano Rajoy ha decidido solucionar su soledad política con el anuncio de que el consenso va a ser su estilo de gobierno, ya que no lo fue el de su labor de oposición.

Nos lo acaba de comunicar en el acto de proclamación como candidato de su partido para las próximas elecciones. Así que cuando sea presidente no piensa volver a llamar al adversario «bobo solemne, de cobardía sin límites, mendigo de treguas, de una desfachatez sin límites, irresponsable, grotesco, frívolo, inexperto, antojadizo, veleidoso, inconsecuente, acomplejado, que tiene de adorno la cabeza, indigno, cobarde, irresponsable, que da coces, que se comporta como un hooligan británico, traidor a los muertos, taimado, que habla ya en batasuno, chisgarabís, insensato, un señor bastante poco de fiar, ambiguo, débil e inestable». Así que no piensa insultarle nunca más.

Es lo que tiene la extrema derecha, que cuando viaja al centro se vuelve más educada que la madre que la parió.

Padre, hijo y yo, el espíritu santo

Muchos de vosotros habréis visto que este blog mío alojado en 20 Minutos sólo era actualizado últimamente un día a la semana, el que coincidía con mi columna en el diario de papel. La razón es que estaba esperando a que misteriosas y para mí abstrusas razones técnicas me permitieran unificar en un sólo blog mis post diarios, y que a su vez pudieran estar alojados en los diarios 20 Minutos y Público a un tiempo. Ya sabéis: padre e hijo. Me siento el espíritu santo entre ambos.

Pues me comunican que, aunque con no pocas dificultades, el problema está ya resuelto. De hoy en adelante me podréis encontrar en manolosaco.com, una especie de agujero negro a donde van a ir a parar mis obsesiones y mis fidelidades.

A los amigos y adversarios que queráis seguir disfrutando (es un decir) de mi compañía no tenéis más que redireccionar (no sé si existe este palabro) vuestros RSS, y ¡hale hop! allí estaré.

manolosaco.com. Ese soy yo. Y vosotros, mi circunstancia, si así os parece.

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Meditación para hoy: el juez acaba de dejar en libertad sin fianza al cafre que agredió de palabra y obra a la menor ecuatoriana en un vagón de ferrocarril. Estoy buscando al primo del ministro de Justicia para ver si me lo explica. Quedad atentos a mis noticias.

El planeta se calienta menos que la derecha, según el primo de Zumosol

Popeye basaba la fuerza de las espinacas en la creencia errónea de que contenían mucho hierro, cosa que los productores de espinacas agradecieron eternamente, y hasta le levantaron varios monumentos.

Años después, una multinacional «demostró» falsamente que la vitamina C tenía una especial incidencia en la prevención de los catarros, en cuya urdimbre no estuvo totalmente ajeno un premio Nobel como Linus Pauling, del que se supo que había cobrado sumas de dinero generosas por colaborar en los presuntos estudios de campo. La confabulación funcionó con tanto éxito que aún hoy en día permanece en la mente de mucha gente que una dosis alta de vitamina C ayuda a pasar el invierno libre de toses y mucosidades.

El otro día, un juez inglés puso en solfa nueve puntos del famoso video que patrocina Al Gore, ex vicepresidente del gobierno de los Estados Unidos y reciente premio Nobel de la Paz, sobre el cambio climático, tras la denuncia de un camionero, miembro del partido de centro derecha New Party, que se embolsó por ello 1,5 millones de euros de una empresa filial de la petroquímica Exxon Mobil. Ni el juez ni el camionero son expertos en clima, que se sepa, pero el dinero de las empresas que quieren esconder su poder contaminante convierte en sabio al más tonto.

Ahora el sabio es otro que cree militar en un partido de centro derecha español. Mariano Rajoy pretendió ayer ridiculizar la lucha del gobierno (¡de Zapatero, oiga!) contra el cambio climático, apoyándose en los conocimientos de un primo suyo que al parecer es un científico que vale mucho, el chico. Me recordó lo del primo de Zumosol. Hacía una semana, desde su video en el que imitaba al rey, que no sentía tanta vergüenza ajena. Creo que actuaciones como estas van a constituir el núcleo duro de la moda otoño/invierno de Génova 13 Rue del Percebe.

Lo dijo como el que expone una obviedad, sin complejos, sin medir las palabras y las consecuencias tremendas que iban a tener incluso entre su propio electorado. Se preguntaba Mariano, con esa voz de líder de la oposición, con esa mirada de líder de la oposición, con ese porte y esa dicción de líder de la oposición, con ese gesto pausado de líder de la oposición (no sé si os había dicho que Mariano, por increíble que parezca, no es un payaso, sino un líder de la oposición), se preguntaba, digo, cómo era posible que Zapatero se preocupara tanto del calentamiento global cuando los meteorólogos no saben acertar con la predicción del tiempo de pasado mañana:«¿Quién sabe lo que va a ocurrir dentro de 300 años? ¿No tiene el gobierno cosas más importantes en las que pensar?»

Este es mi Mariano, mi líder de la oposición, echando una mano a las empresas contaminantes, para que la economía no se pare, como decía su presidente Aznar cuando echaba pestes sobre el tratado de Kyoto, angustiado ante la posibilidad de que el cumplimiento del convenio contra el CO2 llevara a este país a la ruina. Y eso para un patriota es una ruina.

Y yo pregunto: ¿No es esto una demostración clara de que la derecha es en sí una fuerza contaminante, que es un peligro letal para el planeta?

El régimen de la extrema placidez de los cementerios

Jaime Mayor Oreja no es un cualquiera. Como eurodiputado ostenta el cargo de Vicepresidente del Grupo Popular Europeo. En la Eurocámara se representa a sí mismo, a su partido y a los españoles que le han votado. Con tanta representación sobre sus hombros lo menos que se le puede pedir es que cuide sus palabras, porque hay palabras de efecto bumerán, que una vez lanzadas dan varias vueltas a la Tierra, retornan hacia ti y pueden levantarte la tapa de los sesos.

En unas declaraciones a un diario, dictadas con la ligereza de una conversación de taberna en una tarde de fútbol, aseguró, en referencia al régimen franquista, que “hubo familias que lo vivieron con normalidad y naturalidad”. ¿Las familias de los miles de asesinados, detenidos, torturados, represaliados por el régimen golpista entraban en ese cuadro de los “echpañolech normalech” a los que tanto se refiere su jefe Mariano Rajoy? Lo mejor de su aportación a la memoria histórica de la que él abomina es esta frase con la que se ganaría una entrada triunfal en la loca academia de la historia: el régimen de Franco«era una situación de extrema placidez». Eso sí que es aportación al debate. ¿Qué coño hará el resto del día en la Eurocámara un pensador de este pelaje?

Pero como la desmemoria ataca a la derecha por igual, la jerarquía de la Iglesia católica tampoco quiere recordar su entrega y entusiasmo en la colaboración con el régimen asesino de extrema placidez. El cardenal primado de España, o sea un cualquiera, Monseñor Cañizares, también quiere ajustar las cuentas con la historia, lo que es un contrasentido en alguien que fue elegido numerario de la Real Academia de la Historia por razones misteriosas, pues en realidad es un experto en libros de fábulas como la Biblia.

Él, que representa a la Iglesia cavernícola cuyos insultos a nuestra inteligencia financiamos con nuestros impuestos, insiste, como la oveja de su rebaño Mayor Oreja, en que no es bueno que echemos la vista atrás. Ahora, este historiador purpurado, anuncia una carta pastoral «para cuando ejerzamos nuestro voto». Como no puede justificar el pasado quiere manipular el futuro ¿Qué os apostáis a que, más o menos, vendrá a decir que el que no vote al PP comete pecado mortal? Yo, entre nosotros, monseñor, puestos a pecar prefiero follar. Qué quiere que le diga.

Para completar el panorama, Aznar toreaba ayer en Salamanca, junto al alcalde de la ciudad, en una nueva corrida de FAES (Fascismo Español, -¿o era Falange Española?-). Como sabéis, el hombrecillo insufrible también es historiador cuando los negocios se lo permiten. Suya es la aportación de que el problema de Al Qaeda con España no comenzó con la crisis de Irak a la que él había contribuido, sino “desde que España rechazó ser un trozo más del mundo islámico cuando fue conquistada por los moros, y rehusó perder su identidad, en el año 1300”. Toma ya. Impagable, aunque en Yorytáun le paguen. El caso, os decía, es que ayer Aznar acusó al PSOE de traidor, de negociar con ETA y con los gobiernos del PP a un tiempo, a dos bandas como en las buenas películas de espías. Y él puede acusar sin una sola prueba, porque a un historiador como él le basta con seguir el mismo método científico empleado para llegar a la conclusión de que en Irak había armas de destrucción masiva: la fe (“Créanme, en Irak hay armas de destrucción masiva”).

Con fe en el líder la felicidad está asegurada. La felicidad del idiota, bien es verdad, pero felicidad al fin.

Hay que hacer algo por Mariano

Acabo de oír a Mariano Rajoy un mensaje televisivo digno de estudio psicológico, en el que imita patéticamente el mensaje de fin de año del Rey. Mirando rígidamente a la cámara, como si se hubiera tragado el palo de la escoba, leyendo en el telepronter por donde le pasan el rodillo del texto, como si estuviese escenificando un ensayo general con todo, por si acaso llega a presidente dentro de seis meses y le pilla sin el suficiente entrenamiento.

Las imágenes me atacaron con un latigazo de vergüenza ajena del que todavía no me he repuesto. Lo digo de todo corazón: en Génova 13 necesitan urgentemente un psiquiatra que no sea Aquilino Polaino, el del Opus Dei. Porque la perspectiva de que alguien con ese trauma infantil pueda un día gobernar nuestras vidas y haciendas es terrible. Porque sólo alguien que ha perdido el contacto con la realidad puede ponerse a jugar con nosotros al bonito juego del mensaje navideño ante las cámaras, con esa ausencia total de complejos, sin que le caigan las lágrimas de la risa por la travesura que está protagonizando.

Como si se hubiese apoderado de su alma el hombrecillo insufrible que le habita, se permitió convocarnos a todos los españoles (supongo que a los españoles de bien, a la gente sencilla, normal, o sea…) a que celebremos con su partido el día de la Fiesta Nacional, quizá con banderitas de plástico compradas en los chinos del todo a cien.

Y en medio del disparate, una frase enigmática. Se ha atrevido a pedir a los españoles que “el 12 de octubre lo celebren con franqueza”. Por dios, con franqueza. ¿Tenía que ser con franqueza?

Fuego cruzado contra la agenda de Zapatero

Así no hay quien lleve una agenda coherente. Al pendón del gobierno de Zapatero (me gustan más los pendones que las banderas, cosas mías) le disparan desde las dos trincheras, en fuego cruzado: uno se supone que es fuego amigo -es un decir-, y el otro proviene desde un lugar impreciso de la caverna, mientras el gobierno intenta, en los raros momentos de alto el fuego, explicar su proyecto político.

Juan Luis Cebrián, el Consejero Delegado del Grupo Prisa, valedor de los gobiernos socialistas de Felipe González, padece un ataque de cuernos tan preocupante que ha hecho realidad lo que muchos nos temíamos desde hace años: que el diario El País es un “diario independiente de la mañana”, como reza en la mancheta, pero sólo de la mañana. Por las tardes y noches le perdemos la pista, se va de copas con malas compañías y se hace “dependiente” de intereses espurios. Y no son balas de pequeño calibre la munición utilizada por el heredero moral de Polanco. Son bombas lapa para demostrar que Zapatero es un inútil, que no sabe vender los logros de su gabinete, porque su política informativa (“informativa”, ¿váis pillando?) está marcada por “el oportunismo y la falta de estrategia”.

El fuego del grupo Prisa tuvo su origen, no en disensiones ideológicas, que son las razones nobles que alimentan y disculpan la pasión de los guerreros, sino en motivos empresariales, guerras del fútbol, pero como las de verdad, con las mismas razones vergonzantes que encienden otras guerras, como la de Irak. Y mientras, todos sus lectores pensando que el pedrojotismo era una enfermedad que atacaba en exclusiva a la gente que va por el mundo con las defensas intelectuales mermadas.

Aquí no había petróleo en juego, sino derechos audiovisuales de los partidos de la liga de fútbol. Y como Zapatero no se alistó en ese ejército y se negó a darle el apoyo de artillería que le pedía Cebrián por los servicios prestados, la Moncloa ha devenido en el blanco de un fuego amigo que tiene a toda la tropa desconcertada. Tan es así que hay días en que las críticas al gobierno crecen y crecen de tal manera que el país acaba alcanzando el tamaño del mundo. El país, por decirlo de otra manera, se le ha quedado pequeño a la república independiente de la mañana.

El otro fuego destinado a apoderarse de la agenda de Zapatero es el de ETA. Sabíamos que algún alumno torpón, sacado de la kale borroka, estaba terminando el cursillo del buen terrorista, y que venía en camino con su máster bomba bajo el brazo a salvar a la basca de la patria vasca. Bueno, pues ya ha llegado.

Arriesgando el pellejo a distancia, como los valientes gudaris, intentó matar a un guardaespaldas del concejal del PSE Juan Carlos Domingo, con su bomba máster adosada a los bajos del coche oficial. Por fortuna, el terrorista recién licenciado era más tonto de lo que nos temíamos, y el escolta ha quedado vivo para contarlo.

Así que ya tenemos la agenda de Zapatero centrada de nuevo en el terrorismo, aparcada la memoria histórica hasta que escampe, mientras el pobre Rubalcaba se ve obligado a insistir cansinamente en la obviedad de que la policía y la Guardia Civil siguen en estado de máxima alerta, con el aliento vigilante del superpatriota Rajoy en el cogote, las balas del fuego amigo de Cebrián silbándole cerca de la oreja, y la mesa de Batasuna rebosando champán. Menos mal que a Zapatero le queda Sonsoles, que canta como dios.

¿Es malo tener buena memoria?

Creo que vamos a tener Ley de la Memoria Histórica muy pronto, tras el acuerdo alcanzado entre el PSOE y las fuerzas políticas parlamentarias, excepto PP y ERC. Para ERC la ley se queda corta en la devolución tanto de los bienes como de la honra de los represaliados por el franquismo. Para el Partido Popular, esta ley no es más que una obsesión de Zapatero, una venganza, y no una restitución. La realidad es que los muertos están mal enterrados. En el Valle de los Caídos yace el cuerpo de un desalmado (si no tenía alma, ¿para qué enterrarlo en sagrado?) mientras que en las cunetas de caminos y carreteras de España reposan todavía los restos de miles de españoles asesinados por el «homo antecessor» del PP. Y este partido sabe que cada hueso exhumado es una acusación contra aquel régimen del que su presidente de honor formó parte como ministro y cómplice. No es que les duela esta Ley. Les duele la memoria misma.

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Meditación para hoy: estoy intentando unificar el blog que hoy se aloja en el diario PÚBLICO con este de 20MINUTOS. Estamos intentándolo hace días, pero esto de la informática, al parecer, es más difícil de solucionar que el proceso de paz en Euskadi. Esa es la razón de mi largo silencio en este blog, con el que tanto me identifico y en el que he lidiado con vosotros los mejores debates en estos últimos años. Mientras estamos perdidos, os dejo el post que hoy se publica en el 20MINUTOS de papel. ¡No huyáis, cobardes!