Cada vez creo en menos cosas Un foro para pensar en lo divino y en lo humano

Carestía y Eucarestía

La inflación de 2005 se puso en un 3,7%, casi el doble de lo previsto por el gobierno, y un poco menos que la del año 2002. Según el ministro Pedro Solbes, la mayor culpa de la subida la tiene el creciente precio del petróleo que repercutió en un 13% de incremento en el precio de los combustibles.

Desde hace más de un año el mundo contempla con estupor el alza del precio del petróleo hasta unos niveles que ni los más expertos ni clarividentes fukuyamas se habían atrevido a imaginar. Desde que tengo uso de mi escasa razón, el futuro agotamiento del petróleo era como una maldición milenarista, como un cercano fin del mundo con que nos amenazaban cíclicamente desde los medios de comunicación. Era algo parecido a esa advertencia que aseguraba que la población del planeta crecía de forma exponencial mientras que los alimentos sólo lo hacían de forma lineal.

Recuerdo que cuando era niño, el año 2000 estaba para mí lejísimos en el tiempo (claro que cuando George Orwell escribió en 1948 su novela del gran hermano “Nineteen Eighty-Four”, el año 1984 le parecía lejanísimo), pero era la nueva fecha milenarista en la que ocurrirían todos los males, y por la que apostaban los profetas de toda laya. Ninguno supo ver que un tercer factor, la tecnología, encontraría para esa fecha bolsas de petróleo y nuevas formas de producción de alimentos que cubrirían con mucho la demanda. ¿A qué precio? Bueno, si os parece, podemos suscitar ese tema otro día.

A donde quería llegar es que la subida casi exponencial del precio del petróleo en tres años no se debe a la escasez, como se nos aventuraba por entonces, sino a un nuevo factor disonante en la economía mundial, los países asiáticos emergentes, con China y Corea a la cabeza, con crecimientos del PIB cercanos al 10% anual. Ha sido el disparo de la demanda de petróleo para engrasar la nueva economía, y no la carestía (en su primera acepción del diccionario de la RAE) la que ha provocado la carestía (en su segunda acepción del diccionario de la RAE).

Yo, como no soy economista, me lo tomaba a broma cuando me avisaron en 1985, un año después de haber constatado que, afortunadamente, las predicciones de Orwell habían fracasado. Había ido a China para cubrir un viaje institucional de Felipe González por parte de Televisión Española. En una entrevista para el telediario, yo le hacía ver al entonces ministro chino de Comercio (de nombre gracioso que se pronunciaba más o menos “Ya Sí”, aunque vaya usted a saber cómo se escribía), mi admiración por los millones de bicicletas que se adueñaban del paisaje callejero de las ciudades de aquel inmenso país. Creo recordar que me dijo que tan sólo en Pekín circulaban más de cinco millones de bicicletas. Y a continuación me confesó que “si China cambiase su parque de bicicletas por motos –ya no digamos coches- no tendría suficiente petróleo para abastecerse”.

Veinte años después, la mitad de las bicicletas han sido sustituidas, no ya por motos sino por automóviles, su actividad económica creció casi exponencialmente, y la presión de su demanda energética es tan brutal que la OPEP, ahora sí, dice que apenas le queda margen para alcanzar la máxima producción posible de petróleo. No es que se haya agotado, es que no se puede extraer a mayor ritmo.

Ahora China, el gigante dormido, ha despertado y se está cobrando sus años de sopor económico. Y no lo puede parar ni Solbes. Así que preparémonos para lo peor, pues la riqueza de unos es siempre la pobreza de los demás. Aunque los ultraliberales quieran hacernos creer lo contrario.

Por cierto, meditación para hoy:

Carestía (1ª acepción del diccionario de la RAE): falta o escasez de algo…

Carestía (2ª acepción del diccionario de la RAE): precio alto de las cosas…

Eucarestía (Diccionario de Manuel Saco): cuando el precio de las cosas sube la hostia…

15 comentarios

  1. Dice ser pericles

    El problema, en España, es que hemos tenido que crecer económicamente dependiendo de factores externos que difícilmente podemos controlar por nosotros mismos. La inversión extranjera, la necesidad de comprar patentes también extranjeras, la insuficiencia energética y otros factores explican dicha dependencia. Pero, o crecíamos de esta forma desequilibrada, o no crecíamos. El libro titulado «El desarrollo de la España contemporánea: historia económica de los siglos XIX y XX», de Gabriel Tortella explica muy bien esta cuestión.En este sentido, y teniendo en cuenta nuestro peculiar modelo económico, parece lógica la explicación de por qué crecemos más rápido que nuestros vecinos y al mismo tiempo tenemos niveles de inflación más elevados que ellos.Los niveles de productividad de su mano de obra asalariada son más altos porque tienen una menor dependencia tecnológica de las patentes extranjeras, lo que les permite compensar sus déficit en sus balanzas de pagos mediante los aumentos de los bienes o servicios exportados. Si además tenemos en cuenta que los dos sectores principales con los que nosotros compensamos nuestro déficir exterior son la exportación de bienes agroalimentarios y de bienes de equipo o de consumo con patente extranjera y el turismo, que son sectores muy sensibles a subir los precios. Le sumamos la brutal especulación inmobiliaria que sufrimos, que recoge la mayoría de los excedentes de capital, que podrían ser dedicados a la inversión tecnólogica y a la innovación. Y sumamos también que somos más dependientes que el resto de nuestros vecinos en cuanto a fuentes de energía. Pues la verdad, no es tan extraño que tengamos indices de inflación más elevados que los países de nuestro entorno.La razón principal por la que seguimos creciendo y aumenta, con desequilibrios, nuestro nivel de vida, es por nuestra situación en Europa y nuestra pertenencia a la UE. Si no fuera por esto, nada nos diferenciaría de cualquier país africano.Pero aquí surge el problema, que ya he planteado en otro blog. Conocemos el problema de nuestro crecimiento desequilibrado. Intuimos que la solución está en perseguir las inversiones especulativas e invertir en educación y en innovacion tecnológica. Pero aquí planteo de nuevo la cuestión ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿Quien es capaz de poner coto a los especuladores y de tomar medidas que serían en un principio bastante impopulares? Al pueblo llano, con asustarle con que España se rompe y que podemos volver a un régimen autoritario, a los mejor se nos anula. Pero a los los grandes especuladores, ¿quién les pone coto?

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser Juan Antonio Cruz

    Sr. Saco:Vd. como siempre queriendo sacar algún tinte o como, que se relacione con la Iglesia aunque sea de soslayo «Eucarestía» (cuando el precio de las cosas sube la hostia) sinceramente creo que tiene un problema de tipo psicológico y dicho esto entremos en su artículo.La gran inflación que hemos tenido en el año 2005 un 3,7% y la prevista para el 2006 en cifras cercanas la trata de justificar asociándola al precio del petróleo.Se ve que Vd., no es economista, pero ya que ha querido exponer este tema, me atrevo a efectuarle la siguiente Pregunta:¿En el resto de los países cercanos Francia-Alemania-Inglaterra, ha subido menos el petróleo que en España?Si no es así, entiendo que el culpable de todo esto tiene otras causas y a mi entender no puede ser otro que el gobierno que nos desgobierna y eso que acaban de empezar y con una situación económica anterior envidiable.¿No es así? ¿Hasta cuando aguantará la economía con estos ineptos?Entiendo que al no decir Vd., nada sobre el particular, es que está totalmente de acuerdo con nuestros guías actuales y por otra parte quiere justificarlos y taparlos con lo del petroleo. ¿Me equivoco?

    14 enero 2006 | 09:54

  3. Dice ser Filomeno

    Tiene guasa que el que firma como Juan Antonio Cruz hable de las “obsesiones” de Manuel Saco, cuando la obsesión del tal Cruz es únicamente las obsesiones del Sr. Saco. Si no, repasad sus comentarios.Por cierto, la inflación de 2005 es menor que la de 2002, cuando el petróleo costaba ¡tres veces menos! Gobernaba Aznar, les recuerdo. ¿Se imaginan dónde hubiera estado la inflación de 2002 con el petróleo cerca de los 60 dólares el barril?

    14 enero 2006 | 11:14

  4. Dice ser Joseph

    Fue un mal dato en el 2002, y es un mal dato en el 2005, y tuvo causas distintas en uno y otro caso, y además lo importante no es la inflacióon en sí misma, que puede ser hasta buena por cuanto puede iindicar crecimiento, sino el diferencial ccon los paises del entorno, con los que se compite,por ccuanto implica pérdida de competitividad.De todas formas, si algo hay que agradecer a este gobierno, y en particular a Solbes, es su absoluta inactividad een matería de economía; el problema es que esa inactividad, a corto plazo deja que siga rulando la rueda por la inercia que lleva, pero si no se afrontan medidas correctoras de desequilibrios, por ejemplo déficit exterior, y pérdida de competitividad, y o por ejemplo déficit público considerando la totalidad del Estado incluyendo a las comunidades autónomas, y el diferencial de inflación con el entorno, la rueda se acabará parando.

    14 enero 2006 | 11:42

  5. Dice ser Manuel Saco

    PericlesEsa es la gran pregunta, quién le pone el cascabel al gato en una economía especulativa. Me recuerda la anécdota de un diputado de la República (creo que gallego) al que le preguntaban por qué se replantaban los bosque quemados con especies de rápido crecimiento, como determinadas pinoteas, y no con árboles autóctonos, como castaños, robles o nogales. Y esta fue la respuesta del político: “porque los pinos crecen en una legislatura”.

    14 enero 2006 | 13:32

  6. Dice ser Luis

    Si tienen paciencia de leerlo, les envio un documento sobre el fin de las energias fosiles y sus consecuencias.SI NO QUIEREN SABER LA VERDAD NO LO LEAN.El futuro sin energías fósilesLa Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo en junio de 1972 con la participación de delegados de 113 países –precedida por un intenso proceso de negociación entre el secretario general de la Conferencia y los Estados de los países menos desarrollados– oficializó los daños y riesgos de la masificación; meses antes, la publicación de Los límites del crecimiento, investigación auspiciada por el club de Roma, anunció que el progreso no era infinito ; los últimos meses de 1973, la primera crisis del petróleo provocó el derrumbe económico de las naciones industrializadas y, lo que es más relevante, la desaparición temporal del bienestar del que gozaban millones de personas.La noción que pretende erigirse como el paradigma del siglo XXI ha sido mal construida: el desarrollo sostenible no existe, es una fábula política para no preocuparnos del desastre que se nos avecina.El uso del petróleo y su finitud. La sociedad global no depende de la biosfera, sino de la litosfera: no es una civilización creada a partir de los procesos naturales, sino de sistemas políticos y tecnológicos elaborados gracias al fácil acceso a los hidrocarburos existentes en la corteza terrestre.Si bien la degradación ambiental es en buena medida consecuencia del uso del petróleo, el mantenimiento de los asentamientos humanos en la actualidad depende totalmente de él. Los límites del crecimiento (de la industrialización) no están en el deterioro de la Tierra, sino en la escasez del recurso que ha permitido su expansión: la humanidad sufrirá realmente los efectos del agotamiento de los recursos, pérdida de la biodiversidad, contaminación, erosión cuando carezca del petróleo: 1) energía para activar las máquinas que reemplazan los procesos naturales y transfieren, restauran o ‘maquillan’ los daños ambientales; 2) los elementos que permiten crear productos y alimentos sintéticos; 3) el sistema político que gestiona la resolución de problemas. Para la sociedad industrial el petróleo es tan vital como el agua en un desierto, es un error no problematizar su agotamiento: el siglo XXI será testigo del fin de la sociedad del hidrocarburo. Y probablemente su colapso total.El problema de la sostenibilidad debe redefinirse considerando el factor ‘petróleo’, principal recurso energético y materia prima base de la producción de alimentos en las sociedades industriales. Hablar de petróleo es hablar de complejidad social, de Estado de Derecho, de bienestar, de subsistencia, de extracción de minerales, de alimentos, de agua. La sociedad global depende de la industria energética y la petroquímica, no de bosques prístinos y manantiales transparentes.¿Existen alternativas al inminente ajuste económico que ocasionará el fin del petróleo barato y su posterior agotamiento?No hay en la actualidad gobierno, empresa, organización no gubernamental, universidad o instituto de investigación que no haya hecho suyo el concepto desarrollo sostenible. Este desiderátum global, fruto del pensamiento ambiental y progresista surgido en la década de 1960, busca armonizar las prácticas del desarrollo (crecimiento económico y bienestar social) con la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad y la gestión de un medio ambiente sano teniendo en cuenta las necesidades de los que habitan la Tierra en el presente y de los que vivirán en el futuro. Discurso integrador: pretende superar las pugnas existentes entre los diferentes sectores y movimientos sociales, partidos políticos, gobiernos y organismos empresariales. Discurso camaleónico: adquiere el color de quien lo utiliza. Es una falacia inventada por nuestras autoridades para ocultarnos la verdad.La verdad es que los procesos ambientales que sustentan la vida en la Tierra han sido alterados, incluso reemplazados. La perspectiva tradicional de la sostenibilidad no considera la dependencia de la sociedad global del petróleo; se analiza este recurso como contaminante (emisor de CO2), no como el factor esencial de la civilización contemporánea: es el principal recurso energético y la materia prima fundamental en la producción industrial de alimentos.Si en los últimos 150 años el hombre ha podido desarrollar la actual sociedad industrial ha sido gracias a encontrarse con una herencia tan insospechada como irrepetible.Cientos de millones de toneladas de hidrocarburos atrapados en el subsuelo de la Tierra, resultado de procesos geológicos fortuitos que a lo largo de cientos de millones de años fosilizaron la energia solar almacenada en inmensas cantidades de organismos prehistóricos. El petróleo ha sido sin lugar a dudas el carburante por excelencia del progreso económico del siglo XX. Pero el mundo está a las puertas de un cambio de trascendencia sin precendetes en la historia humana, el difícil paso de un petróleo abundante y barato a un suministro cada vez más escaso y caro.Hasta bien entrado el s.XVIII, las distintas civilizaciones humanas vivieron y progresaron en la medida de que fueron capaces de aprovechar directamente la energía del sol, ya fuera en forma de cultivos agrícolas, quemando leña o aprovechando la energía hidráulica o cólica para convertirla en trabajo y energía. El bajo porcentaje de energía solar que podían captar ponía un limite natural a la capacidad de producción, y con ello a la capacidad de reproducción y supervivencia humanad durante miles de años la población mundial se mantuvo constante. Sin embargo a mediados del s.XIX se inició una fase de crecimiento exponencial que ha llevado a la humanidad desde unos 500 millones de individuos con una esperanza de vida de alrededor de cuarenta años a los 6.200 millones de personas con una esperanza de vida de cerca del doble. A mediados del s-XXI podrían alcanzarse los 10.000 millones de personas.¿ Qué hizo posible esta explosión demografica ? ¿ Qué ocurrió a mediados del s.XIX ?No puede indudablemente ser atribuido a una sola causa, pero si lo analizamos al detalle se verá que la causa última que posibilitó a todos los demás factores fue que la humanidad pasó de vivir del flujo de la energía solar que llegaba diariamente a la Tierra, a vivir de la explotación de los recursos fosiles acumulados en periodos geológicos largísimo.Todo empezó a cambiar a finales del s. XVIII cuando el carbón proporcionó energía a las maquinas de vapor que iniciaron la revolución industrial y la Edad Contemporánea en la que nos encontramos, pero ello se acelero a partir de que a mediados del s.XIX se abrieron los primeros pozos petroliferos en Pensylvania (USA). Con el carbón, el petróleo y el gas la humanidad descubrió que los límites al crecimiento no los fijaba ya la cantidad de energía solar que capturaba en cada generación , sino la velocidad a la que podían extraerse los recursos energéticos fosiles.Desde el s. XX se ha convertido en el combustible vital de nuestra civilización contemporánea. El 90 % de la energía que en el planeta se consume es de origen fósil. Del consumo energético mundial el petróleo representa un 40% el carbón un 26% y el gas natural un 24% .La energía nuclear un 7 % y la hidráulica un 3%. El 65 % del petróleo se quema para mover el 95 % de los medios de transportes.La revolución verde que ha cuadruplicado la producción de alimentos en el último tercio del s. XX se debe al l5 % de la producción mundial de petróleo. Los campos son esponjas en donde se derraman fertilizantes y pesticidas para hacer crecer los alimentos. Literalmente, comemos gracias al petróleo. Para producir un kilo de carne de vacuno empleamos unos 10 litros de petróleo, y un kilo de pescado unos 4 litros de combustible. Y el que no se gasta en transporte o alimentos se utiliza para fabricar plásticos, productos químicos o farmacéuticos ( pensemos que hasta las aspirinas se hacen gracias al petróleo ) para calentar nuestros hogares o generar la electricidad que ha hecho posible este documento.La viabilidad de la sociedad industrial depende de la posibilidad creciente de una fuente de energía flexible, abundante y hasta hace poco fácil de obtener, pero finita. Aún así el ser humano se comporta de un modo consumista tal como si la industrialización fuera un derecho adquirido por tiempo indefinido, posible de extender a toda la humanidad y sin limites cuando en realidad estemos disfrutando de una herencia geológica dimitida y finita, que el día que se agote ya no habrá más.¿Que futuro nos aguarda en el s.XXI?En este siglo se producirá un repentino reajuste. Quizá para que sea más sencillo de comprender sea necesario mirar al pasado, cuando se producían reajustes poblacionales por las circunstancias adversas. El primer ajuste que se produjo en España en la Edad Moderna (Tras el descubrimiento de América 1492) fue en una Castilla a la que se le abría todo un mundo de posibilidades nos lo narra el Cronista Andrés Bernáldez:En 1502 la Reina Isabel la Católica había puesto tasa al trigo, señal inequívoca de penuria en las cosechas; son malas también las cosechas de los tres años siguientes, a causa de una tremenda sequía, unas devastadoras inundaciones traen la ruina del campo en 1505. En tales condiciones se desató una terrible hambruna por toda Castilla en 1506, y posteriormente una peste en 1507. Faltos de manos que recogieran las cosechas los campos andaluces son devorados por una plaga de langosta procedente de África en 1508.Las perdidas que se produjo en el Reino de Castilla (Lo que comprendería toda España exceptuando La Corona de Aragón que pertenecía a su esposo Fernando el Católico) fueron que pasó la población de los 7 millones y medio de habitantes en 1500 a menos de 4 millones en 1510.Esta leve referencia histórica que a ojos de casi todo el mundo puede pasar desapercibida, por afectar solo a España y no ser tan inmensamente devastadora como los fue la peste negra de 1348 que afectó desde Asia a toda Europa. Por así decirlo fue una pequeña pestecilla sin importancia fruto de malas cosechas y una hambruna generalizada.¿ Que catástrofe sucederá en el siglo actual cuando toda la producción de alimentos depende de un bien que va a acabarse ?Piensen en el peor escenario posible y disfruten de cada día de energías fósiles mientras puedan, porque cualquier aberración apocalíptica que digamos que a usted le pueda parecer exagerada y demencial quizás se quede corta.Nos acabaremos comiendo los unos a los otros.

    14 enero 2006 | 13:36

  7. Dice ser Javier

    Hola Manolo,Yo soy liberal. O mejor libertario (No sé si para distinguirme o para significarme). No ultraliberal, si eso lo asociamos a la derecha española, que no tienen nada ni de liberales ni de ultraliberales. NADA. Algunos retales económicos de liberalismo y nada más. (Pocos)Te equivocas cuando dices: «Así que preparémonos para lo peor, pues la riqueza de unos es siempre la pobreza de los demás.»No y no. No es «siempre». Lo es con los bienes «limitados». No escasos, sino «limitados». No todos los bienes escasos son limitados. (Seguro que hay economistas que lo llaman de otra manera, pero ésta creo que es útil)Lo que dices no es peligroso. Lo peligroso es extraer la consecuencia de que la mejor manera de equilibrar o igualar las riquezas es el reparto (¿Artificial?) y no el reparto mediante los mecanismos del mercado.Unos mecanismos que no son automáticos. NO. Es muy difícil que haya mercado. No hay mercado en apenas ningún sector de nuestra economía y por eso es necesario intervenir. Claro que sí.Pero hay que aprovecharse del mercado. Porque cuando funciona, permite generar riqueza a la vez que la distribuye (trabajo y valor añadido), cosa que el reparto no hace.Muchos pobres se quedan fuera del mercado. A ellos hay que protegerlos con reparto, sin ninguna duda. Pero aprovechándonos todo lo posible del mercado, conseguiremos que haya más dinero para repartir entre los que menos tienen.Eso significa que se acaben los privilegios de los que más tenemos. Que haya indemnizaciones por despido cuando hay tanta gente sin oportunidad para entrar en el mercado laboral, por ejemplo, es un privilegio que tenemos unos pocos, frente a una gran cantidad de la población. Con eso se debiera acabar.El liberalismo económico es el mejor recurso para reducir la pobreza. Pero la voluntad de muchos que se llaman liberales no es reducir la pobreza. Y por tanto no se preocupan de que la economía sea liberal, sino de que sea liberal «para sus intereses»Un abrazo y gracias por tus artículosJavier

    14 enero 2006 | 13:37

  8. Dice ser Manuel Saco

    Gracias, Javier. Como supongo que supiste adivinar, cuando me refiero a la riqueza de unos quiero decir la riqueza de las economías ultraliberales, a las que no les importa conseguir materias primas baratas, o exprimir el mercado laboral o la misma salud colectiva de los países pobres. Ya sabemos todos que un factor dinamizante de cualquier economía es el afán de superación, reflejado en incentivaciones de salarios. Pero no deja de ser sarcástico que países ricos en materias primas imprescindibles para el primer mundo (cobre, sulfatos, diamantes, petróleo, etc.) sean de una pobreza hiriente, donde sólo viven bien esos ultraliberales que les gobiernan, a los que se les llena la boca de “libertad de mercado”, de “su” mercado.

    14 enero 2006 | 15:04

  9. Dice ser francisco

    Parece ser que sí hay auténticos liberales en España, como Javier. Es un alivio.¿Por qué se os oye tan poco a vosotros, y tánto a los fascistas disfrazados?

    14 enero 2006 | 19:08

  10. Dice ser veste

    ¡Si Bakunin levantara la cabeza! Anda que no diferencia de liberal a libertario. es que teneis un cuajo…

    14 enero 2006 | 19:51

  11. Dice ser javier

    Hola veste,lo de libertario es una forma de diferenciarme de los «liberales» que han florecido últimamente y que no se parecen en nada a mí.Yo me siento liberla, no libertario. A mí me parece bien que exista un Estado fuerte, un pacto social, una ley común. Bakunin me pilla lejos.El cuerpo me pide que desaparezca el Estado. El cuerpo me pide anarquía. Pero creo imprescindible que haya una ley. Sólo porque son necesarias unas reglas de juego. No por otro motivo.Efectivamente, no pretendo usurpar ningún territorio ni a los libertarios ni a los liberales. No soy de ellos. Para mí la propiedad privada es insustituible para elaborar un sistema de justicia social.El problema no es que algunos tengan mucha propiedad privada, sino que haya tantos que no tengan nada de propiedad privada.Javier

    15 enero 2006 | 03:15

  12. Dice ser javier

    Cuando digo:Efectivamente, no pretendo usurpar ningún territorio ni a los libertarios ni a los liberales.Quería decir:Efectivamente, no pretendo usurpar ningún territorio ni a los libertarios ni a los anarquistas.Los lapsus no son casuales. Sí pretendo usrupar territorio a los que se llaman «liberales» y que no lo son.Javier

    15 enero 2006 | 03:20

  13. Dice ser hjjhhjjhhjhjhjhjhjhjhjhhjhjhjhjhjhjhjhjhjhjhjhjhjhjhjhjhjhjhjhj

    MANOLITO: El gran defecto del capitalismo es el desigual reparto del capital. La gran virtud del socialismo es el igualitario reparto de la miseria.

    24 enero 2006 | 20:33

  14. Dice ser A MI ME LA VAS A DAR

    cuando me refiero a la riqueza de unos quiero decir la riqueza de las economías ultraliberales, a las que no les importa conseguir materias primas baratas, o exprimir el mercado laboral o la misma salud colectiva de los países pobres. ES DECIR, TU JEFE POLANCO

    24 enero 2006 | 20:36

  15. Dice ser ferni.69

    Yo tampoco soy economista,pero para saber si todo va a subir de precio escandalosamente,basta saber si este año,por ejemplo, ha llovido poco o mucho, lo cual nos va adar igual(acierto seguro).Tambien pronostico una subida moderada pero repetida del precio del Brent(menudo bastardo),lo cual,entre lo uno y lo otro,y por arte de birli birloque,nos diran que la vida en el 2006 ha subido la friolera del 3 ó 3,25%.De verdad que si los articulos de 1ª y 2ª necesidad subieran solo esos indices me sobraria dinero a fin de mes para salir a tomar algo.Una hostia le dabayo al que calcula el I.P.C.

    24 enero 2006 | 23:14

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