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«Lo de que la ansiedad por dejar el tabaco es peor que fumar un poco en el embarazo es una leyenda urbana»

Recupero este jueves, Día Mundial sin Tabaco, el mensaje de que es preciso acabar de una vez con ese mito de que la posible ansiedad es peor que dejar de fumar.

Hay por ahí flotando una máxima que es una leyenda urbana (digo casi porque seguro que hay algún ginecólogo o matrona que lo dice aunque yo no haya sido capaz de encontrarlos) y que todos habéis oído: “Yo no he dejado de fumar en el embarazo porque el estrés que produce es peor para el bebé que el tabaco”.

Si estás embarazada o planeas estarlo deberías hacer todo lo humanamente posible por dejar de fumar. Tengo una amiga que lo logró imaginándose a su bebé con un cigarrillo entre los labios. Da igual el método, hay que intentarlo, buscando ayuda si es preciso.

No es cierto. En muy pocos casos eso puede ser verdad. Y para comprobarlo habría que intentarlo y no agarrarse a ese dicho como a una tabla salvavidas.

(GTRES)


Hace un año hablé con distintos expertos para elaborar un contenido sobre la muerte súbita del lactante y cómo evitarla. Y, claro, salió el tema del tabaco. Surgió hablando con la doctora Isabel Izquierdo Macián, neonatóloga y  coordinadora del Comité de Muerte súbita Infantil de la Asociación Española de Pediatría, cuya labor es estudiar la muerte súbita y, sobre todo, prevenirla.

Al recorrer con ella las recomendaciones a seguir para intentar sortear al fantasma terrible de la muerte súbita, me dijo: «La madre no debe de fumar ni un cigarrillo en el embarazo, altera los ganglios que hay en la base del cerebro, una zona que regula los despertares. Y prohibido también en el ambiente en el que el niño cohabita».

Cuando le comenté que abundaban las embarazadas que sostenían que era mejor encender algunos cigarrillos antes que dejarlo del todo porque la ansiedad de quitarse el vicio es más perjudicial para el niño que fumar un poco, no daba crédito a que hubiera ningún obstetra que refrendase esa leyenda urbana, bastante extendida y de la que hablé en este blog hace casi diez años.

Al compartir ese extenso reportaje en redes sociales me encontré con que @Nutri_Daniel destacaba precisamente esas pocas líneas:

Y pensé que tenía razón, que el tema merecía más que unas pocas líneas, así que me fui a las recomendaciones para embarazadas de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia:

Durante el embarazo debe evitar las bebidas alcohólicas y el consumo de otras drogas por ser perjudiciales para usted y, especialmente, para su hijo. Igualmente resulta nocivo el consumo de tabaco, por lo que si es fumadora deberá dejar de fumar.

Lo dejan clarísimo: si es fumadora deberá dejar de fumar. Pero lo mismo es una recomendación tan parca que los hay que achacan que hay letra pequeña que no estoy contando, así que contacté con Sofía Fournier, ginecóloga en Salut de la Dona Dexeus, en el Hospital Universitario Quirón Dexeus, un centro pionero en la obstetricia moderna, y autora del libro ¡Voy a ser mamá! ¿Y ahora qué?.

Obviamente lo mejor en el embarazo es cero tabaco. El tabaco obstruye la circulación arterial, puede favorecer la aparición de microinfartos placentarios, la preeclampsia, hay una asociación directa con el nacimiento de bebés más pequeños de lo normal. Esa leyenda urbana no es verdad. A una gran fumadora de 20 cigarrillos lo más que yo le puedo decir es «no te agobies si fumas 1 o 2 cigarrillos». Pero no por la ansiedad por dejar de fumar, que no va a afectar en absoluto al feto.

Y la doctora Fournier añade el alcohol a la ecuación:

La leyenda urbana es similar con el alcohol: «Me ha dicho mi ginecólogo que por una copita de vino no pasa nada». Alcohol cero. Tiene un papel muy importante en la migración de las neuronas. Agrede a la formación del sistema nervioso central.

Cuando pregunto si cree que puede haber algún ginecólogo que sí que haga esas recomendaciones, asiente, pero refiriéndose al alcohol:

 Mi madre es ginecóloga y entonces sí se decía que por una copa no pasaba nada. Y ella a mí me ha dicho: «yo bebí alguna de vez en cuando y mira lo lista que me has salido, que eres médico». Seguro que hay algún profesional desactualizado que sigue recomendando estas cosas, aunque sea nuestra obligación actualizarnos. A ver, que por tomarse una cerveza puede que no vaya a pasar nada. Pero mejor si se puede evitar.

Y para cerrar el asunto contacté con la doctora María Alcázar, especialista en diagnóstico prenatal y diagnóstico de bajo peso ecográfico, que también tuvo la amabilidad de contestarme.

Me he encontrado con esa leyenda urbana muchas veces. Lo dicen las madres fumadoras y siempre hay algún médico que les ha dicho que es mejor fumar un poco a la ansiedad dejarlo. Es totalmente falso. Ni siquiera un médico fumador lo diría. Es una leyenda urbana. El tabaco no produce una dependencia tan física como otro tipo de droga, es psíquica. No hay un síndrome de abstinencia y una calada ya afecta al feto, está totalmente comprobado. Veo que el niño es pequeño en la ecografía y te dicen «solo fumo tres cigarros». Pero es que el feto se fuma el triple.

El tabaco es para mí maltrato infantil, es una violencia al feto. Fumar en el embarazo es robarle el oxígeno. Es muy parecido a no darle suficiente de comer cuando nazca. Tienen más riesgo de tener problemas de tiroides, obesidad, diabetes… Problemas endocrinos que vienen del cerebro. El tabaco también entraña más riesgo de desprendimiento de placenta y muertes fetales y de prematuridad.

¿Qué es lo que sucede con esas embarazadas que han seguido fumando y se encuentran con algún problema en la ecografía?

La mayoría de las mujeres dejan de fumar cuando están buscando el embarazo. Es lo ideal porque el tabaco disminuye la fertilidad mucho. Hay muy pocas mujeres que siguen fumando en el embarazo. La leyenda urbana de que la ansiedad es peor es un autoengaño, pero hay gente que se autoengaña y sigue fumando, y en cuanto le dices que el niño es pequeño o ves arterias obstruidas en el útero o que le pasa algo a la placenta, la mayoría sí que se asustan y dejan de fumar. Pero eso no hace que se revierta la situación.

Y la doctora Alcázar recuerda otros mitos existentes, relacionados con el tabaco aunque no con la maternidad, que también comedirá erradicar.

Otra leyenda dice que si fumas menos de cinco cigarrillos al día no vas a tener ningún efecto de salud. Y hay otra que dice que cuando llevas un año sin dejar de fumar ya no vas a tener ningún problema relacionado con el tabaco.

Si hay niños y un techo no se debe fumar, aunque la ley no llegue a prohibirlo

La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) ha pedido que se modifique la actual ley que restringe el consumo de tabaco en lugares públicos para que incluya la prohibición de fumar dentro de los automóviles en los que viajen niños y en recintos con presencia de menores.

Lo leo y me alegro, ojalá fuese pronto una realidad. Aunque no puedo evitar pensar que no debería ser preciso legislar algo así. El sentido común dicta que, si hay niños y estamos bajo techo, ya sea el techo del coche familiar o de nuestro hogar, no se debería fumar delante de ellos.

Lo dicta el sentido común y el instinto más básico de protección de la infancia. El tabaco, entre otras cosas, favorece que aparezca el temido fantasma de la muerte súbita, compromete el desarrollo pulmonar de los niños, empeora asmas y alergias, propicia la aparición de diversos tipos de cánceres y enfermedades y da un ejemplo de mierda a nuestros menores.

Aunque no fumemos bajo techo junto a los niños, si nos ven fumar desde que van sentados en el carrito cuando estamos al aire libre, estamos abriendo la puerta a que ellos acaben también aspirando humo. ¿Con qué autoridad les vamos a exigir que no fumen en un futuro?

Es una adicción que empeora nuestra calidad de vida, que la acorta, que sale cara, que solo entiendo que se mantenga por la imposibilidad de dejarlo.

Pero se puede dejar. Hay muchos ejemplos. Todos conocemos a alguna que otra persona que lo intento repetidas veces sin éxito hasta que le vio las orejas al lobo y entonces lo dejo de la noche a la mañana.

Tener hijos puede ser un excelente elemento motivador, no hay que esperar a encontrarse de frente con un problema grave de salud. El deseo de tener hijos, antes de tenerlos en brazos o en nuestro vientre, también debería ser un detonante para al menos intentar parar de fumar.

Es importante que evitar el tabaco en presencia de los niños parta de nosotros, que nos ‘autoregulemos’, porque no sé cómo se iba a poder aplicar en la realidad la prohibición fumar en el interior de nuestros coches y hogares. Aún hoy es frecuente ver a niños sin cinturón de seguridad pese a su obligatoriedad. En este país somos especialistas en aprobar leyes cuyo cumplimiento luego no se persigue.

* Fotos: (GTRES)

Si estás embarazada (o planeas estarlo) haz el favor a tu hijo (y a ti) de dejar el tabaco

En junio de hace cinco años recogía en este blog la noticia de que el 80% de las fumadoras no lo dejaban al quedarse embarazadas. Como ha pasado un lustro, probablemente las estadísticas hayan variado. Lo desconozco. Lo que es seguro es que muchas mujeres siguen fumando durante su embarazo y en la posterior crianza de los niños.

Un año después volvía a escribir sobre el tema, España está ocasión por un estudio que concluía que los efectos adversos de fumar durante el embarazo eran mayores de lo que se creía

Antes de esos dos posts ya os había contado que si la madre fuma durante el embarazo y durante el primer año de vida del bebé, el riesgo del muerte súbita se multiplica por cuatro.

Para un adulto, fumar supone pagar por minar tu salud. Pero allá cada cuál si ya es mayor cito. En cambio ponerte un cigarro entre los labios estando embarazada es otra historia muy distinta.
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Los efectos adversos de fumar durante el embarazo son mayores de lo que se creía

Un amigo me pasa una noticia sobre un estudio que afirma que los efectos adversos de fumar durante el embarazo son mayores de lo que se creía.

Según el estudio fumar puede incrementar en un 40% el riesgo de que los niños tengan problemas en su desarrollo entre los tres meses y los dos años.

George Wehby, profesor de la Universidad de Iowa y director del estudio, ha procurado evitar factores que alteren los datos del estudio como embarazos de alto riesgo u otras adicciones o conductas de riesgo de las madres. Wehby cree que estudios previos han infraestimado los daños que puede producir el consumo de tabaco estando embarazada.

Se estudió para llevarlo a cabo a 1.600 niños de Argentina, Brasil y Chile, por lo que es el más grande llevado a cabo hasta la fecha. Se controlaron los hábitos fumadores de la madre y se pasaron regularmente tests cognitivos, de comunicación y de desarrollo neurológico a los niños.

En Estados Unidos fuman el 12% de las embarazadas.

En España el 80% de las mujeres que fuman no abandonan el tabaco al quedarse embarazadas contaba una noticia de 2010. El autor del estudio decía entonces:

Este especialista cree que los profesionales vinculados a la salud de la mujer deberían hacer más hincapié en este asunto y destacó que ya hay algún esfuerzo en este sentido, sobre todo por parte de las matronas. Además, el doctor Gascó rechazó que sea preferible fumar algún cigarrillo antes que someterse al estrés de la abstinencia.

«Esto no tiene ningún fundamento científico, en cambio sí lo tiene que el tabaco es un riesgo importante para la salud del feto y de la madre, que es el primer factor de riesgo evitable de morbimortalidad perinatal, de parto prematuro y de que el bebé nazca con bajo peso, con los problemas que ello acarrea. Además, tiene incidencia en el síndrome de muerte súbita del lactante», explicó.»

En enero de 2008 escribí en este blog una entrada titulada «Mi ginecólogo me ha dicho que es mejor que no deje de furmar» en la que ya hablaba de esa leyenda urbana que circula por ahí sobre que el estrés de dejarlo es peor que algunos cigarrillos al día.

Entonces escribí algo que sigo creyendo por mucho que algunas os lanzéis a mi cuello cuando lo defiendo:

“Mi ginécólogo me ha dicho que es mejor que no deje de fumar, que es peor el estrés de dejarlo que los dos o tres cigarros escasos que fume”.

Esa explicación, con ligeras variantes, la he escuchado en demasiadas ocasiones de futuras madres fumadoras.

Mentira cochina es lo que se me ocurre contestarles.

A veces incluso lo hago.

Otra posible es: “pero de verdad lo has intentado para saber si te estresabas tanto”

Y es que estoy harta de esa excusa, o autoengaño, o lo que sea en cada caso. Que ya suena a leyenda urbana. Aún no conozco a un solo ginecóloco o matrona que dé semejante consejo.

Preferiría que fueran sinceras y dijeran que saben que están perjudicando a su hijo, pero que no tienen fuerza de voluntad suficiente para intentar dejar de fumar.

Y no me vale que me digan “fulanita fumaba dos paquetes y le nació un niño la mar de guapo”.

También hay muchas madres que sí que fueron capaces de dejar de fumar.

De hecho, lo que debería hacer cualquier mujer que desee un embarazo es dejar el tabaco bastante antes de quedarse embarazada.

Tampoco es tanto sacrificio por un hijo, creo yo. Y, desde un plano egoista, es aún más beneficioso para la madre.

En Euskadi prohiben fumar en los parques y en los coches si hay menores

No se podrá fumar en el coche en el País Vasco si viajan menores de edad. Así se titula una noticia de portada en nuestro diario, tanto en papel como en web:

La nueva ley que prepara el Gobierno de Patxi López va mucho más allá, sobre todo en la defensa de la salud infantil. Quedará prohibido fumar en las áreas recreativas destinadas a los menores (algo que aún no está incluido en la ley estatal). Vamos, que los padres no podrán echar unas caladas mientras cuidan al hijo en cualquier parque infantil.

La ley vasca se mete hasta en el ámbito privado y fija la prohibición de fumar en «cualquier tipo de transporte privado donde estén presentes menores de edad». Porque esta ley «no busca perseguir a los fumadores y sancionar, sino concienciar de los riesgos de esta droga», dijo la consejera de Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta.

Las sanciones fijadas en la ley vasca se equiparan a las que se ponen por el alcohol. Las multas para las faltas leves podrán ascender hasta los 3.000 euros, aunque la media de las sanciones será de entre 60 a 600 euros.

Polémica a más no poder claro. Era de esperar. Parece que pide a gritos que nos posicionemos.

La noticia viene acompañada de una encuesta en la que un 60% está de acuerdo con la medida y un 28% también viene a estarlo aunque no crea necesario tirar de ley para ello.

¿Y yo que opino? Pues teniendo en cuenta que jamás he fumado, que he visto morir a alguien muy querido por culpa del tabaco, que conozco en profundidad los estragos que causa en la salud y que recuerdo con desagrado ser niña y soportar el tabaco en los viajes largos en coche con mi padre fumando sin parar sus ducados, creo que si tienes niños debes hacer lo posible por mantenerlo todo lo lejos del tabaco que puedas.

Ver adultos fumando encima de los niños me pone mala. Me consta que muchos padres recientes dejan el tabaco al tener hijos y que otros tantos lo intentan sin éxito pero se esfuerzan en no fumar delante de ellos. Y es que no es sólo el humo lo malo, también lo es el ejemplo que estás dando.

Pero leyes como éstas son muy mediáticas pero inservibles de facto. Me gustaría saber cuántas multas se habrán puesto dentro de un año por fumar en los parques infantiles o en el interior de un vehículo privado.

Si hay que hacer leyes antitabaco, lo que me gustaría de verdad es que los que mandan tuviesen los santos óvalos de prohibir su venta y consumo definitivamente por mucho dinero que mueva.

Todo lo demás me parece más estético que efectivo.

Y ya estoy algo mayor para aguantar poses.

El 80% de las fumadoras no lo dejan al quedarse embarazadas

Hay pocas cosas en las que soy tajante. Tiendo demasiado a meterme en los pellejos ajenos y por tanto a relativizarlo y entenderlo casi todo.

No es así con este tema.

Si un adulto quiere fumar o no es capaz de dejarlo, allá él y sus pulmones (y su corazón y su piel y su cerebro…). Pero si estas embarazada no son tus pulmones (o tu corazón o tu piel o tu cerebro…), estás comprometiendo los de tu hijo.

Si estás embarazada deberías hacer todo lo humanamente posible por dejar de fumar. Tengo una amiga que lo logró imaginándose a su bebé con un cigarrillo entre los labios. Da igual el método. Da igual si una vez hecho el esfuerzo vuelve a fumar tras haber parido. Pero hay que intentarlo.

Pero hay por ahí flotando una máxima que casi es una leyenda urbana y que seguro que todos habéis oído: «Yo no he dejado de fumar en el embarazo porque el estrés que produce es peor para el bebé que el tabaco».

MENTIRA

No es cierto. En muy pocos casos eso puede ser verdad. Y para comprobarlo habría que intentarlo y no agarrarse a ese dicho como a una tabla salvavidas.

Ese autoengaño, esa autojustificación me parece especialmente inadmisible cuando la mujer no se ha encontrado el embarazo por sorpresa sino que lo ha ido buscando. En esos casos has tenido tiempo antes de estar embarazada para dejar de fumar y que ningún feto sufra de ese peligrosísimo estrés.

Ya saqué este tema, que siempre es polémico y siempre despierta ofensas, hace un par de años. Hoy lo recupero tras leer en una noticia titulada El 80% de las fumadoras no abandona el hábito durante el embarazo al leer las declaraciones al respecto del doctor Plácido Gascó, coordinador del Grupo de Abordaje de Tabaquismo de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC)

«Hay grupos de población en los que es primordial abordar el consumo de tabaco, como es en el caso de las embarazadas. Dejar de fumar no sólo reduce los riesgos de sufrir un problema de salud para el recién nacido y las complicaciones durante el parto, sino que también mejora la salud de la madre a largo plazo».

Este especialista cree que los profesionales vinculados a la salud de la mujer deberían hacer más hincapié en este asunto y destacó que ya hay algún esfuerzo en este sentido, sobre todo por parte de las matronas. Además, el doctor Gascó rechazó que sea preferible fumar algún cigarrillo antes que someterse al estrés de la abstinencia.

«Esto no tiene ningún fundamento científico, en cambio sí lo tiene que el tabaco es un riesgo importante para la salud del feto y de la madre, que es el primer factor de riesgo evitable de morbimortalidad perinatal, de parto prematuro y de que el bebé nazca con bajo peso, con los problemas que ello acarrea. Además, tiene incidencia en el síndrome de muerte súbita del lactante», explicó.

«Mi ginecólogo me ha dicho que es mejor que no deje de fumar»

«Mi ginécólogo me ha dicho que es mejor que no deje de fumar, que es peor el estrés de dejarlo que los dos o tres cigarros escasos que fume»

Esa explicación, con ligeras variantes, la he escuchado en demasiadas ocasiones de futuras madres fumadoras.

Mentira cochina es lo que se me ocurre contestarles.

A veces incluso lo hago.

Otra posible es: «pero de verdad lo has intentado para saber si te estresabas tanto»

Y es que estoy harta de esa excusa, o autoengaño, o lo que sea en cada caso. Que ya suena a leyenda urbana. Aún no conozco a un solo ginecóloco o matrona que dé semejante consejo.

Preferiría que fueran sinceras y dijeran que saben que están perjudicando a su hijo, pero que no tienen fuerza de voluntad suficiente para intentar dejar de fumar.

Y no me vale que me digan «fulanita fumaba dos paquetes y le nació un niño la mar de guapo».

También hay muchas madres que sí que fueron capaces de dejar de fumar.

De hecho, lo que debería hacer cualquier mujer que desee un embarazo es dejar el tabaco bastante antes de quedarse embarazada.

Tampoco es tanto sacrificio por un hijo, creo yo. Y, desde un plano egoista, es aún más beneficioso para la madre.