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El peligro de colgar demasiado peso en la silla del niño

En el post de ayer, en un comentario, Carla contaba lo siguiente.

Ayer una chica con un carrito salía del supermercado con un montón de bolsas que fué colgando del manillar. Con la última bolsa el peso hizo volcar el carrito y el niño casi sale volando. Como hace frío iba sujeto con la funda del nido. Sino acaba en el suelo.

¿A qué madre reciente no le ha pasado tener demasiado peso colgando de la trasera de la silla de paseo, ir a sacar al bebé y ver con el niño en brazos como la silla se encabritaba mandando al suelo todo lo que llevaba colgado?

A mí unas cuantas desde luego. Pero la cosa puede ser más peligrosa de lo que parece.

El mayor susto que me he llevado con mi hija
fue precisamente por excederme usando la silla para llevar la compra.

Fue el verano de 2009, ella tenía unos seis meses, volvíamos de comprar en el coche con mi santo y su hermano. Como tenemos el garaje a unos minutos de la casa me descargó cerca del portal con la niña y yo colgué de las asas del carro tantas bolsas como pude. Tantas que Julia no era suficiente contrapeso. Cai en la puerta misma comencé a sacar las llaves con una mano mientras seguía empujando el carro con la otra, pero se me escapó. En un segundo el peso de las bolsas hizo que el carro se tumbara sobre sus ruedas traseras. Julia que iba dormida se despertó gritando asustada. Yo más asustada tal vez que ella la tomé rápidamente en brazos. No salió volando porque iba bien atada con un arnés de cinco puntos, si hubiera llevado sólo sujetas las piernas tal vez se hubiera deslizado hacia atrás dando con la cabeza en el suelo a través de la lona de la silla. No quiero ni recordarlo. Un par de obreros me ayudaron a enderezar el carro y a cargar las bolsas en el asiendo de la silla.

De verdad que fue un buen susto. Desde entonces me he pensado muy mucho cargar demasiado el carro. Nunca tanto como para que el peso del niño no lo compense, aunque sea cuesta arriba.

Y lo mejor, siempre que se pueda, la mochila que deja las manos libres. Julia tiene casi dos años y la ergobaby ha dado tan buen resultado que raro es el día que llevo su silla. Cuando no quiere ir andando, siempre tiene un hueco junto a mí.

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En la foto unos colgadores que han inventado para que se puedan colgar bolsos y bolsas en los carritos con manillar entero, sin asas.

¡Qué pocas cosas le compramos al segundo hijo!

En agosto os contaba que estábamos buscando desesperadamente el carrito más pequeño del mercado.

Cuando nació mi peque, como carrito para los seis primeros meses usé un Jané Carrera que me prestó mi prima.

Realmente cualquier carro que me hubiera prestado me hubiera servido: vivía en un tercero sin ascensor pero con un gigantesco cuarto de contadores en el bajo en el que dejar el carro y subir al enano en brazos. Además, yo sabía que viniendo de ella, no sería malo.

Pero ahora es distinto, la pasada primavera nos mudamos a otro piso algo más grande y con ascensor. El problema es que el ascensor es francamente pequeño.

Pues ya lo hemos encontrado y está encargado. Imagino que en cualquier momento me llamarán para ir a recogerlo.

Al final la solución ha sido dejar de lado los carritos convencionales que suman cuco, maxi-coxi y silla de paseo y optar por un tipo de sillas de paseo a las que se les puede añadir una maxi-cosi.

Hay varias marcas que tienen este tipo de solución. Nosotros nos hemos decidido por la Cybex Onyx Os dejo un par de imágenes de la silla de paseo y la maxi-cosi.

Cuesta 360 euros, pesa 6,95 kilos y mide abierta 79 centímetros de largo y 50 de ancho.

¿La conocéis? ¿Qué tal os ha resultado si la tenéis?

Total, el cuco apenas lo usamos un par de semanas con el peque. Y es probable que lo que más usemos sea la mochila ergo baby que ya está preparada.

Y realmente es la única gran compra que vamos a hacer. (en realidad nos la va a regalar mi suegra) Más adelante habrá que comprar una segunda sillita de seguridad para el coche. Y ya está.

Con el segundo hijo, entre que puede aprovechar muchas de las cosas de su hermano mayor y que ya no eres una madre primeriza que cree que todo puede ser necesario, la fase compras del embarazo se queda casi en nada.

 

El segundo ya nace heredando. Y Julia va a poder estrenar ropa porque es niña y va a nacer con el frío en lugar de en pleno verano como su hermano. Que si no, ni eso…

10 modelos de sillas de paseo peligrosas

La noticia salió ayer en todos los medios: hay 10 modelos de carritos peligrosos en el mercado.

Por diversos defectos o irregularidades en su fabricación que implican riesgo de lesiones diversas, mala postura, atrapamiento, asfixia o accidentes por fallos en los sistemas de frenado.

Estas diez sillas de paseo fueron incluidas a lo largo de 2008 en el sistema de alerta rápida para los productos peligrosos de la Comisión Europea.

En algunos medios no facilitaron detalles sobre las marcas y modelos. Es algo que he visto muchas veces y que, en casos como el que nos ocupa, me parece fata.

La organización de consumidores FACUA ha dicho bien clarito que se trata de los modelos de las marcas Nurse (referencia 14 Happy Plus), Coelstra (modelo Zippo 1), Hauck (modelo Speed Sun), Bruin (modelo T2004), Alu (referencia 9987), Chicco (modelo Multiway, en la foto), Carrefour (referencia 1302N), BBY (modelo Optimits), Comptine y Greater Win Limited.

Y esta organización recomienda a aquellos que posean uno de estos artículos que acudan al establecimiento donde lo adquirieron y soliciten su devolución con el argumento de su peligrosidad y de que las autoridades de Consumo han ordenado su retirada del mercado.

Si no hacen caso, pues demanda a Consumo al canto, que en este país los consumidores chillamos mucho y no volvemos a pisar un comercio determinado, pero demandamos poco.

Hay quien me ha comentado que son exageraciones, que tampoco es para tanto, que es dificilísimo que se den las condiciones que las hagan peligrosas para los bebés.

Pero qué queréis que os diga. Con nuestros peques no se juega.

¿No creéis?

¿Que hiciste con tus trastos viejos?


No es extraño, por eso, que el objeto más extraviado en Parquesur sean carritos de bebé. Al final de la jornada suelen aparecer en el parking, junto al hueco vacío que ocupó el coche familiar, olvidados por descuido con las prisas de última hora. Así lo explica un miembro de seguridad.

Lo leí hace tiempo en un artículo del dominical del País sobre Parquesur, probablemente el centro comercial más monstrenco de España.

Y la verdad, no me extraña. Nosotros no nos lo hemos dejado en alguna ocasión de milagro, con las prisas y el agobio de tener varias bolsas y un bebé llorando entre manos. Lo que sí me sorprendería es que no regresen por ellos. ¡Con lo que valen!

¿O es una nueva forma de abandonar carritos viejos como a perros y abuelos? Tal vez eran padres desesperados con los trasteros a reventar.

La verdad es que con un bebé son muchos los chismes que pasan brevemente por tu casa.

Algo que te parece imprescindible, puede tener una esperanza de vida de un par de meses. No es plan de ir acumulándolos todos.

Muchos de los míos eran heredados y los he devuelto. Los que estaban bien o los presté/regalé a amigos o directamente los llevé a Cruz Roja. Alguno que otro ha guardado mi suegra, que tiene la casa más grande que yo. Por si acaso…

Los hay que los subastan. Hay un mercado de segunda mano enorme (lo de la foto lo he sacado de un anuncio de Segundamano).

¿Tú que hiciste con tus trastos viejos?

Los carritos «aquí estoy yo», segunda parte

El segundo tipo de carritos «aquí estoy yo» son los que más me horrorizan a mí.

Son los carritos decimonónicos. Esos carros enormes, siempre azul marino y con grandes ruedas que, en los modelos más puros, son de un sólo eje.

Suelen adornarse con sábanas con puntillas y grandes lazos a los lados: rosas si llevan una niña y azules si llevan un muchachito, por supuesto.

Cuando llevan un capazo es imposible ver a la criatura. En su versión silla para bebés mayores, los niños suelen ir ataviados de tiroleses y las niñas con nidos de abeja en el pecho y lazos.

Un atraso y un cantazo. Recuerdo el día que vi a un pobre padre sudar para desmontar uno de esos carros en dos piezas mas bien inmanejables que apenas cabían en el maletero del mono volumen.

Pero esta gente de los carritos se lo monta muy bien.

Yo decidí heredar el discreto y funcional carrito de mi prima mayor, un Jané Carrera, y cuando mi peque cumplió los seis meses compré rebajada una silla de paseo de Chicco de otra temporada.

Y así fue como descubrí que las marcas, muy cucas ellas, cambian más o menos radicalmente de un año para otro los colores y formas de operar de los accesorios para intentar complicar la existencia a los que queremos ahorrar (o hacer que nuestros familiares empeñados en regalarnos algo ahorren, que esa es otra).

Mi silla es amarilla y gris claro. La bolsa de la silla es gris oscuro. No pegan ni con cola. ¿Y qué?

En las fotos, el carrito Lord de Arrue y el Carrera Pro de Jané.

¿Qué carrito prefieres tú? ¿Vanguardistas, decimonónicos o normalitos?