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La otra carta de nuestros niños, más importante que la de los reyes magos

imageHay muchos vídeos virales (o con aspiraciones de serlo) circulando por ahí con niños como protagonistas. Vídeos que apelan a la lagrimilla, que nos recuerdan lo que realmente importa. Publicidad de marcas que apelan a que somos seres emocionales. Coca Cola es experta en este tipo de anuncios. Sabemos que han sido elaborados, a veces con una inversión importante, para hacer que una marca determinada nos caiga mejor a cuenta de hacernos sentir, reflexionar o conmovernos. Aún así los vemos, reflexionamos y nos emocionamos. Y muchas veces lo merecen porque son condenádamente buenos e ingeniosos. Otras veces son sencillos pero transmiten verdades como templos, nada que no sepamos en realidad, pero a veces necesitamos que nos sujeten unos pocos minutos por los hombros para que detengamos nuestra rueda diaria y lo recordemos.

El último vídeo de Ikea es de estos últimos. En él piden a los niños que escriban una carta a los reyes magos, el listado tradicional de juguetes. Luego les dicen que tienen que escribir otra carta, esta vez dirigida a sus padres. Seguro que os podéis imaginar el tipo de cosas que les piden.

Por cierto, que conozco a unos cuantos de sus protagonistas, el vídeo se ha nutrido de las familias de madres blogueras.

¿Visto?

Por eso yo cada vez más partidaria de hacer regalos que implican compartir experiencias: ir a ver un musical, hacer una excursión, un viaje de fin de semana para toda la familia, ir a tirarnos en tiro lona o montar a caballo juntos.

Tal vez tendríamos que empezar a explicar a nuestros hijos que los Reyes magos también pueden traer ese tipo de cosas. Tal vez es culpa nuestra que les pidan objetos pensando que en las alforjas no caben juegos, tiempo juntos, cosquillas, canciones y excursiones. Tal vez no se lo estemos transmitiendo bien.

Muchos de nuestros niños tienen una cantidad de juguetes enorme en casa. Juguetes de todo tipo, objetos apenas amortizados, que se quedaron sin pilas y nunca fueron repuestas, que habíamos olvidado que guardábamos.

¿De verdad necesitan más?

Lo primero que hay que pedir a los Reyes Magos es que los juguetes sean seguros

En mi anterior post os hablaba de la seguridad de los biberones y productos en los que se calienta comida, hoy es buen momento para recordar que también hay que tener ojito  con los juguetes, que ya tenemos la Navidad encima (sí, está encima aunque algunos aún no hayamos quitado la arena de la playa de las alfombrillas del coche).

Unas muñecas inspiradas en las Monster High. (ipernity)

Unas muñecas inspiradas en las Monster High. (ipernity)

Son frecuentes las noticias sobre juguetes retirados, con problemas graves de seguridad e incluso con metales pesados que son tóxicos. Y no escapan las marcas supuestamente fiables. Por poner un ejemplo, Mattel también tuvo que retirar un porrón de juguetes no hace tanto. ¿Cuánto es un porrón? Pues 18 millones en todo el mundo.

Y tampoco vale lo de sospechar únicamente de ‘los chinos’ que grandes superficies están entrando también en la oferta de juguetes de serie B a los que mirar con lupa. De traca  la pseudo-Elsa (Frozen) y la seudo-monsterhigh que me encontré en una recientemente, puede que sean perféctamente seguras, pero yo las miraría con lupa.

Alguna que otra vez le han regalado a J&J algunos juguetes que han ido a parar directamente al contenedor.ante la duda, mejor curarse en salud.

Lo primero que hay que pedir en la carta de los Reyes Magos es que los juguetes sean seguros. Un tipo de letra pequeña vital como la de «sólo para líquidos fríos» de ayer que es responsabilidad de los padres.

Os dejo las recomendaciones de la OCU para elegir juguetes seguros:

  • Elige el juguete en función de la edad del niño. Procura que los niños más pequeños no usen los juegos de sus hermanos o amigos mayores.
  • Antes de comprarlo, conviene leer las advertencias de seguridad y las instrucciones de utilización: si no vienen en español, busca mejor otro juguete.
  • Cuidado con las piezas pequeñas. Son uno de los riesgos más comunes, sobre todo para los niños de menos de 3 años.
  • En la tienda, antes de decidirte, pasa la mano por las aristas y los bordes para comprobar que no cortan ni tienen rebabas…
  • Un juguete frágil, que se quiebra fácilmente, una vez roto, puede presentar puntas afiladas: tenlo en cuenta.
  • Los juguetes que sean muy duros y tengan elementos protuberantes pueden dañar a un niño pequeño.
  • Si el juguete lleva pilas, comprueba que el compartimento de las pilas es difícil de abrir.
  • Juguetes como patines, monopatines, bicicletas, etc. deben ir acompañados de un equipo de seguridad (casco, rodilleras…).
  • No compres juguetes con cintas o cordones largos si van destinados a los más pequeños.
  • Hay riesgos que no se ven: Hay que tener cuidado con las sustancias tóxicas o con compuestos químicos peligrosos. Por ejemplo, los ftalatos o algunas pinturas con elevado contenido en metales pesados (plomo o cadmio) son tóxicas, y están prohibidas o no pueden usarse a partir de ciertos límites. Otras veces se emplean disolventes que pueden ser irritantes para la piel, las mucosas o afectar al sistema nervioso. De igual manera en este tipo de productos nunca deben usarse materiales inflamables o que ardan con facilidad.
  • Lee las instrucciones de utilización… y explícaselas a los niños.
  • Quita los envases y plásticos que envuelven el producto (aunque es buena idea conservar los datos que identifican al fabricante o importador).
  • Vigila a los niños mientras juegan: asegúrate de que dan a los juguetes el uso para el que han sido diseñados, y de que son adecuados para su edad y habilidades.
  • Revisa periódicamente el estado de los juguetes, y tira los que estén estropeados o rotos: así se previenen riesgos.
  • Enseña a los niños a recoger y guardar sus juguetes después de jugar, para evitar accidentes.

Lo que quiero para Reyes

No sé si es vuestro caso, pero me consta que mañana es el día favorito del año para mucha gente.  Y no es ya por los regalos que recibas, es por los que das, por el recuerdo de la magia de nuestra niñez, por el reflejo de la magia en los niños, por el ambiente festivo…

Esto es lo que le he pedido a mi santo para Reyes. Y para mi cumpleaños el próximo mes de marzo. Para todos mis regalos de reyes y cumpleaños.

Y, paquetes aparte (o no), esto es lo que pediré a mis hijos y a todos aquellos a los que quiero.

¡Feliz día de Reyes!

MAGOLA marzo 30 CUIDADO

Y, ya sabéis, hoy a la cama prontito.

 

 

Época de catálogos, cartas, compras…

Ayer andaban ya colocando las luces de Navidad por mi barrio. Queda poco para que las enciendan. Y este pasado fin de semana ya estaba la Plaza Mayor en Madrid con sus típicos puestos esperando a ser abiertos.

La Navidad está a la vuelta de la esquina y se nota en la decoración de las calles, en los turrones copando las zonas de los helados en los supermercados, en los anuncios de la Lotería y también, sobre todo cuando hay niños en la casa, en los catálogos de juguetes.

Todas las grandes superficies y jugueterías ofrecen estos días sus catálogos de juguetes, con su modelo de carta a los Reyes al final.  Y en muchas casa es lectura obligada para concretar qué pedir. Pero viene bien a veces un paseo por alguna juguetería, para poder ver si lo que se promete en la foto se parece a lo que en realidad se quiere.

(GTRES)

(GTRES)

En nuestra casa la norma es pedir un único juguete en cada casa (la propia, la de abuelos y tíos), así que hay que pensar bien lo que se quiere. Una vez decidido recortamos lo juguetes seleccionados de los catálogos o los imprimidos tras coger la foto en Internet y colgamos las dos cartas en la cocina, para que los Reyes las vean bien y para que los peques vayan creando expectación. Con Jaime es especialmente útil, así va viendo lo que va a llegar en mes y medio a casa. Jaime, por su autismo, aún no pide ningún juguete, así que somos nosotros con ayuda de su hermana los que elegimos aquello que creemos que más le puede gustar.

Y tras los catálogos y las cartas vienen las compras. No sé a vosotros, pero a mí no me gusta dejarlo para el último momento.  Noviembre es un buen mes para asegurarte de tenerlo todo y no andar luego con agobios y carreras por no encontrar lo que han pedido. Además, suele ser en noviembre cuando hay mayores ofertas. Como mucho compramos los regalos durante los primeros días de diciembre.

En los últimos años estoy cogiendo la costumbre de comprarlos por Internet, por precio, por comodidad y por rapidez. Además, comprando online es más sencillo hacerlo a escondidas. Me consta que, entre los padres recientes que me rodean, también es una tendencia en auge.

Mi referencia a la hora de comprar online son Amazon y eBay, sobre todo la primera tiene una experiencia de compra y un servicio post venta fantástico. No por nada es el gigante del comercio electrónico. Aunque más vale acudir a esos sitios teniendo muy claro lo que se quiere comprar. Pero hay muchos sitios interesantes para comprar que  se están poniendo las pilas digitales, como Dideco, Imaginarium o, desde hace pocos días, Disney Store.

Y a mí me gusta, siempre que puedo, comprar directamente en sitios más modestos: por ejemplo directamente cuentos a pequeñas editoriales o juegos de mesa, que ya sabéis que me encantan, en comercios online discretos.

 ¿Cómo os organizáis vosotros para elaborar la carta a los Reyes? ¿Y para comprar lo que piden?

Los regalos preferidos de Reyes

Julia llevaba desde antes del verano pidiendo «una heladera para hacer helados». Teníamos clarísimo que iba a ser su regalo favorito, no por nada lleva un año insistiendo en que de mayor quiere ser cocinera y astronauta. Nosotros hemos implantado la costumbre de hacer un único regalo en cada casa, y ella quería que la heladera viniera a la nuestra para ser el primero que se encontrase.

En el caso de Jaime, que no pide aún nada y nosotros intentamos pensar en qué regalos le gustarían y le vendrían bien, creo que el favorito es una serpiente de goma a la que puede retorcer y hacer oscilar. Algo que antes de tenerla hacía con las correas de nuestra perra.

Obviamente ha habido más. Por mucho que intentamos moderarnos (no solo por la regla del regalo único, también procurando que no sean regalos excesivamente caros), y creo sinceramente que lo hacemos bastante, siempre acaban recibiendo más juguetes de los que pueden abarcar. Por eso en pocos días llegará la tarea de seleccionar qué juguetes hay que jubilar ya, donando los que estén bien y tirando a la basura los que estén estropeados. Pero de momento, toca disfrutar.

Julia también ha tenido un juego de cocinar con plastilita, una caja de Playmobil y un disfraz de médico. Jaime una nueva mochila para el cole, un cuaderno viajero a estrenar y un juego de pinchitos.

¿Cuáles han sido los juguetes de Reyes favoritos de vuestros peques?

La primera cabalgata

Hoy, por vez primera, iremos con los niños a la cabalgata de los Reyes Magos. No a la de Madrid capital, que en años anteriores hemos visto por la tele. Nosotros vivimos en otra ciudad madrileña y nos parece una locura desplazarnos al centro con los peques. Julia es muy pequeña, Jaime tiene autismo y la paciencia justa, y nos da la impresión de que hay demasiado barullo.

Iremos a la que se lleva a cabo en nuestra ciudad. Y acudiremos al inicio de la cabalgata, que es un lugar más tranquilo y la hora es más temprana. Para cuando llega a la zona cercana a nuestra casa, ya sería demasiado tarde, y todo el mundo sabe que en la noche de Reyes hay que acostarse prontito para ver al día siguiente los regalos bajo el árbol.

Estamos deseando ver disfrutar de la magia de estos días. Ver la ilusión en los ojos infantiles viendo a los Reyes, dejándoles en casa leche y galletas y levantándonos por la mañana para ver los regalos. Si ya la mañana de Navidad fue una gozada, la de Reyes, que en nuestra familia es la fiesta grande, va a ser aún mejor. Es el primer año en el que Julia la disfrutará plenamente.

La cabalgata es un buen calentamiento. ¿No os parece? ¿Vosotros iréis?

Para finalizar os dejo con la lista que hizo un lector con las mejores cabalgatas de Reyes.

Las imágenes son de cabalgatas de toda España ede años anteriores.

¡Qué poco dura la magia!

Definitivamente, los tres años son la edad en la que se desata la magia de la Navidad y los Reyes Magos. El año pasado, cuando Julia tenía dos, también se enteró y lo disfrutó. Pero nada que ver con la explosión de estas fiestas.

En Nochebuena dejamos leche y galletas (las de dinosaurios, sus favoritas) para Papá Noel y una zanahoria bien grande para Rodolfo y sus amigos. Dejamos encendido el árbol de Navidad de las hadas, importantísimo. A la mañana siguiente vino corriendo a nuestro dormitorio, el primer año que sucede, gritando «ayer me dormí muy pronto, ayer me dormí muy pronto». Le habíamos dicho que era un requisito imprescindible para que viniera Papá Noel.

«Corre al salón, ve a ver si Papá Noel ha dejado regalos debajo del árbol y nos lo cuentas», dijo mi santo. Julia salió como un sputnik y volvió dando saltitos, con la cara tan iluminada que hacía sombra al árbol. «¡Hay regalos! ¡Vamos, vamos! ¡Ha venido!».

Tener hijos pequeños en casa nos sirve además a los adultos para reencontrarnos con la ilusión que teníamos de niños. ¡Qué poco dura esa magia! Hay que mimarla, protegerla. Son tan poquitos años…

Despertamos a Jaime y fuimos todos al salón. Jaime, con seis años, no entiende el barullo que montamos. Su autismo le roba la magia de estas fiestas. La mañana de Navidad y de Reyes son uno de esos momentos que desearías con todas tus fuerzas que el autismo ladrón de ilusiones (y de tantas otras cosas) desapareciera.

¿Oro, incienso y mirra? Mejor chocolate, cuentos y un gatito

Somos de los muchos que aprovechan para decorar la casa de Navidad en el puente de la Constitución. Así que ayer, jueves, colocamos árbol y demás adornos. Y yo me llevé como regalo una buena muestra de lógica aplicada infantil protagonizada por Julia (camino de los cuatro años), tras montar el Belén de Playmobil y ponernos a jugar con él:

“¿Le llevaron a un bebé oro, incienso y mirra?”.

“Sí”.

“¿Qué es el incienso y la mirra?”.

“El incienso es una resina que huele muy bien cuando se quema. La mirra, la verdad es que no estoy segura”.

“¿A mí no me van a traer los Reyes Magos eso, verdad mamá?”.

“No, a ti te traerán regalos que te gusten”.

“¿Y al bebé le gustaba el oro, incienso y mirra?”.

“Pues… no lo sé, no creo la verdad”.

“¿Y por qué le trajeron esas cosas?”.

“En aquella época eran muy valiosas”

Julia se queda pensando. Coge un librito de Playmobil y se lo encasqueta a Melchor en la mano.

“Mejor que le lleven un cuento al bebé”.

“¿Oro, incienso y cuentos?”.

“¡Chocolate, cuentos y un gatito!”.

Creo que tiene toda la razón. Cualquier niño preferiría su propuesta, así que nuestro Belen de Playmobil va a ser muy poco tradicionalista a partir de este año.

Este año hemos comenzado pronto a comprar regalos de Reyes

Solo un regalo por casa, esa es la norma que tenemos con nuestros hijos. Pero en realidad a mi santo y a mí nos toca comprar bastantes regalos para nuestros hijos. ¿Por qué? Pues porque los abuelos y bisabuelos de Julia y Jaime nos encargan que les compremos sus regalos, lo que hacen tres casas además de la nuestra.

Este fin de semana ha sido productivo. El viernes por la mañana, aprovechando que era festivo en Madrid, estuvimos recorriendo distintas jugueterías tomando nota (o fotos con el móvil, que es lo mismo y es más rápido) del precio y caraterísticas de los juguetes. Comprobamos de primera mano lo que dicen siempre en la OCU y FACUA, que el precio varía muchísimo. Un juego que en un sitio puede costar 29 euros, en otro vale 20. El porcentaje de ahorro es importante, merece la pena comparar.

El sábado, con los deberes ya hechos, acudimos directamente a las tiendas más baratas a comprar los juguetes elegidos. Pudimos adquirir sin agobios un montón de regalos. Y pudimos comprobar que no somos ni mucho menos los únicos que compran sin estrés en noviembre.

Pero no creáis que hemos sido así siempre, también somos expertos en correr a última hora.

¿Vosotros sois de comprar con tiempo o cuando ya están cociendo los roscones?

El primer día de colegio tras los Reyes Magos

Recuerdo perfectamente lo cerca que han caído siempre los Reyes del fin de las vacaciones de Navidad. Por eso mis padres solían adelantarme buena parte de los regalos (sobre todo los libros) a Navidad para tenerme entretenida.

Y también recuerdo perfectamente que uno de los alicientes de la vuelta al cole dejando los juguetes aún oliendo a nuevo en casa era la posibilidad, únicamente ese primer día, de llevar mi juguete preferido (entre los transportables) al colegio para enseñarlo a los compañeros.

Tocaba elegir bien, meter en la mochila y ese primer día era casi un segundo día de Reyes, con todos enseñando y compartiendo sus nuevas adquisiciones.

Ahora los colegios no permiten que los niños entren con juguetes. Al menos los colegios que yo conozco. Para evitar conflictos y poner de manifiesto desigualdades, cosa muy lógica.

Pero yo que conocí aquel primer día de clase teñido del espíritu de los Reyes Magos, la verdad es que lo echo en falta para nuestros peques.