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Un par de gadgets, vistos en el CES, para madres recientes

Los 20 gadgets del CES 2012 es un tema de mis compàñeros Carolina Denia y Juan Castromil, que hacen el blog de tecnología Clipset y que andan ahora en Las Vegas, en la feria tecnológica más importante del mundo.

Es un recopilatorio con las 20 novedades tecnológicas que más les han llamado la atención del CES. A mí lo que me ha llamado la atención es que haya dos cacharros pensados para madres recientes: Withings Smart Baby Scale y 4Moms Origami.

El CES está repleto de pequeñas maravillas desconocidas como Origami, un peculiar carrito para bebés que integra un montón de tecnología. Se pliega de forma motorizada, cuenta con luces LED para iluminar el camino como faros, integra una pantalla LCD como consola informativa de recorrido, tiempo, etc. Y además recarga tu móvil con la electricidad generada por el movimiento de las ruedas.

Withings es la marca que desarrolló una báscula y un tensiómetro que se conectaban al iPhone y permitía realizar un seguimiento de tus progresos. Ahora que los sensores de salud son capaces de medir tu nivel de azúcar en sangre o el nivel de descanso cuando duermes, estos franceses presentan una pesa para bebés que almacena todo el proceso de crecimiento del pequeño.

La pesa para bebés no me llama tanto la atención, puede ser que porque yo tampoco soy muy de pesarme yo (puede pasar un año entero sin que pise la báscula, mi indicador es la ropa o el espejo) o de andar haciéndolo con ellos (si su desarrollo es saludable). Además, puede incluso ser insano en manos de padres que tienden a obsesionarse con la ganancia de peso de sus bebés. El carrito tecnológico, aunque totalmente prescindible, me parece que tiene más gracia. No creo que vea ninguno por la calle, sinceramente.

El cálculo del peso intrauterino

Ayer por la tarde fuimos a ver a unos buenos amigos. Nos conocemos desde que éramos adolescentes, hemos viajado juntos, ido mucho al cine y ahora compartimos días de zoos y parques con nuestros peques.

Tienen un niño que en julio cumplirá dos años y ella ayer salía de cuentas. Ya había estado en monitores y dijeron que la niña pesaría en torno a tres kilos y medio.

Tuvimos una de esas tardes tranquilas, tan comunes entre padres recientes, con los niños jugando y comiendo galletas. Y sobre las 20:00 nos fuimos. Nada indicaba que esa noche tendrían que salir hacia el hospital.

De madrugada nos ha llegado un mensaje al móvil, el nuevo método de anunciación del siglo XXI. Su segunda hija ya ha nacido. Todo ha ido bien. Y pesa la friolera de cuatro kilos y trescientos gramos.

Además de para dar la bienvenida al mundo a la pequeña Nora, escribo por que es uno más de los muchos casos que conozco en los que las previsiones de peso de los ecógrafos se equivocan.

La verdad es que cuando a mí me controlaron al final del embarazo, ellos mismos advertían de que hay un margen de error de hasta medio kilo por arriba y por abajo.

Lo que siempre me hizo dudar de la utilidad de tener ese dato. ¿De qué sirve decirle a una futura madre reciente el peso del niño con semejante margen de error?

Podrías decir que al menos te sirve para saber si un niño va a ser grande o pequeño. Pero tampoco lo veo claro.

Si te dicen que pesará unos tres kilos igual puede pesar dos y medio y ser bien pequeñito que tres y medio y estar tirando a gordito.

Medio kilo en un recién nacido es un mundo.

En este caso han sido ochocientos gramos de error, un mundo para un bebé.

Y lo que me preocupa es que me consta de cesáreas llevadas a cabo precisamente con la excusa del elevado peso del bebé.

Que vale, que parir un bebé de más de cuatro kilos siempre cuesta más que uno de dos. Pero ahí está mi amiga para demostrar que es posible.

De hecho Julia casi pesó los cuatro, tuve una cesárea previa, y nació en un parto vaginal.

¿Con vuestros hijos acertaron con el peso intrauterino?

«No se te ocurra levantar peso»

El otro día un ginecólogo le contó un chiste buenísimo a una buena amiga mía.

Se trata de la misma chica que este otoño os contaba que estaba embarazada por segunda vez con placenta previa.

Afortunadamente ese problema se solventó. Sale de cuentas la primera semana de marzo y te ya le han dado la baja. En parte debido a que su primer hijo se adelantó un par de semanas.

¿Cuál es ese chiste tan bueno? Pues que no se le ocurra levantar peso.

A ver cómo se apaña estando sola en casa casi todo el día con un niño de 22 meses que pesa ya 17 kilos. Sí, pesa más o menos lo mismo que mi peque a sus tres años y medio. Es un niño que se sale de los percentiles por arriba.

Es imposible no hacerlo varias veces al día.

Y comentábamos que pasaría si tuviera la mala suerte de tener una cesárea. Después de una intervención así sí que tiene que pasar bastante tiempo sin levantar peso. ¿Cómo apañarse?

Desde aquí aprovecho para desearle toda la suerte del mundo. Esa horita corta que tanto escuchan las embarazadas casi a término.

Con la cesárea esta precaución es de cualquier cirugía mayor. Os dejo con una explicación de Babycenter.es sobre por qué no debe levantarse peso durante el embarazo.

Las mujeres embarazadas deben tener cuidado a la hora de levantar cosas pesadas, especialmente a medida que el embarazo avanza.

Cuando estás embarazada, tus ligamentos se aflojan y tus articulaciones se vuelven menos estables, con lo cual podrías hacerte daño más fácilmente. A medida que tu vientre aumenta de tamaño y tu centro de gravedad se desplaza levemente hacia adelante, se crea más presión en la parte baja de la espalda y eso la hace más vulnerable. Este desplazamiento del centro de gravedad puede resultar en una pérdida de equilibrio, lo que aumenta las posibilidades de una caída que, además de hacerte daño a ti, puede ser muy peligrosa para tu bebé y ocasionar un parto prematuro o separación prematura de la placenta.

Es importante que aprendas a levantar peso de forma correcta para aliviar al máximo la carga en la espalda: agáchate, mantén la espalda recta, haz fuerza con las piernas en lugar de hacerla con la espalda cuando debas levantar peso, coge el objeto pesado cerca de tu cuerpo y evita girar el torso: es importante que cada vez que te gires, tus caderas acompañen la posición de los hombros. Si la carga es demasiado pesada, no la muevas tú sola.

Las tablas de crecimiento, los famosos percentiles

Ayer acudimos con Julia a un nuevo control de peso. Ya os conté que nació un lunes casi a medianoche pesando 3,860 kilos. Cuando dejamos el hospital el jueves pesaba 3,530. El lunes siguiente, con una semana de vida, había ganado 10 gramos. Ayer, tras otra semana más dedicada a mamar y dormir, ya estaba en 3,950. Es decir, ha recuperado unos 400 gramos en 8 días y está en el percentil 75.

¿Qué significa eso? Pues que mi pediatra y mi enfermera de pediatría se han quedado tan contentas viendo que evoluciona bien y ya no volveremos a vernos hasta el control del mes y luego para vacunarla a los dos meses.

El problema es que muchas veces, cuando esa ganancia de peso es más lenta o tarda en producirse, se traduce en médicos prescribiendo la ayuda de biberones, madres angustiadas y/o familiares presionando para dar complementos a «ese bebé tan pequeño que seguro que está pasando hambre».

Muchas madres recientes pasan de temer a la báscula del ginecólogo o la matrona cuando están embarazadas a temer a la báscula del pediatra.

Es muy necesario un control de peso, no digo que no, pero esa báscula ha contribuido a cargarse mucha lactancia materna.

Y luego está el tema del percentil: tan normal es estar en el 2 como en el 98. El niño que está en el 2 significa que de 100 niños normales y sanos, 98 pesarán más que él. Y el que está en el 98 es difícil que encuentre otro niño más pesado que él.

No es mejor una cosa que otra. Aunque me hace gracias como algunos padres y abuelos parecen competir por tener el percentil mayor. Los hay que parecen preferir niño grande, ande o no ande.

Además hay otro asunto: los percentiles que manejan nuestros pediatras están elaborados con niños vascos alimentados en su mayoría con biberón.

Antes o después imagino que implantarán las tablas internacionales que la Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboró en 2006 con 8.440 niños de Brasil, Ghana, India, Noruega, Estados Unidos y Omán.

La OMS ha demostrado que las pautas de crecimiento de los 0 a los 5 años tienen más que ver con la alimentación que con la etnia o los factores genéticos.

Una de las razones por las que suelo recomendar los libros de Carlos González es por lo bien que explica én qué consisten y qué importancia darles a estas tablas de crecimiento.