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Los pelos de las niñas

No es que yo sea muy ducha en peinar niñas, me maravillan esas personas capaces de hacer todo tipo de trenzas, moñitos y coletillas a las niñas pequeñas, sobre todo porque las hay que no paran quietas ni para estornudar. Pero bueno, me apaño. En cambio mi santo es incapaz de hacer una coleta, poner unas horquillas o peinar minimamente de la forma que sea.

Por suerte Julia tiene el pelo muy finito, liso y prefiere llevarlo corto, con flequillo y a lo ‘bob’. Le queda la mar de gracioso y nos ahorra mucho peine. Y Jaime lo lleva siempre entre corto y muy corto por eso de ser chico. Ellos dan menos guerra en ese sentido.

Yo también tenía el pelo fino aunque tirando a ondulado cuando era pequeña y recuerdo perfectamente los tirones y mis quejas en la bañera al lavarme la cabeza y al prepararme para ir al cole. No me gustaba llevar horquillas ni lazos, así que mi madre en cuanto pasó la Comunión tiró de tijera.

Confieso que no me gustan las niñas pequeñas con el pelo demasiado largo. No porque no las vea guapísimas, que a esa edad todo les queda divínamente, sino por su comodidad, por ahorrarles tirones, enredos, peinados que agotan su paciencia… aunque me consta que muchas niñas se niegan a tenerlo corto. Pocas princesas vemos con el pelo a la altura de la oreja.

En fin, os dejo un vídeo ligerito y relacionado con el tema para el fin de semana. Yo desaconsejaría a cualquiera que intentara emular lo que hace el papá de este vídeo, pero tiene su gracia.

Los bebés y los peluqueros

Cris, una lectora habitual de este blog, comenta en el suyo lo siguiente:

Aparte de cocinera creativa por eso de ir introduciendo sabores y texturas nuevas y de guardaespaldas, porque sin ocho pares de ojos se puede liar una muy gorda, he comenzado mi nueva tarea: peluquera. Nunca pensé que me iba a ver con la máquinilla de cortar el pelo en la mano… y usarla!

Y es verdad que conozco muchas madres recientes que nunca se habrían atrevido a rebajarse el flequillo convertidas en peluqueras de sus hijos pequeños.

Yo he tenido suerte: mi cuñada nació con talento de peluquera. Corta el pelo y peina a todo el que se deja. Le gusta y se le da bien. Así que siempre ha sido ella la que se lo ha cortado.

Aún recuerdo una vez que acompañé a una amiga y su sobrino de unos tres años a una peluquería y el disgusto que se llevó el pobre. Ni juguetes, ni piruletas ni silla, en forma de dinosaurio… al final salió de allí con la cabeza a medio pelar.

Al mío en casa, distrayéndole con la teta o algo en la tele, y con paciencia y suavidad se deja cortar.

Con las niñas imagino que la cosa es similar , aunque si la intención es dejarles el pelo largo no habrá tanta necesidad de tirar de tijera, a no ser que desees que lleven flequillo.

Eso sí, ahí sí que debe ser una fiesta de trenzas, coletas, recogidos, moñitos, lazos y demás accesorios para el pelo.

Lo que va a disfrutar mi cuñada con Julia…

Aunque con las niñas también habrá cepillados con tirones, lloros, nudos y enredos.