Entradas etiquetadas como ‘pasos’

Pasito a pasito, cachito mío

Ya llegó el momento de la verticalidad. Julia, a sus diez meses y medio, no quiere otra cosa más que estar de pie y avanzar pasito a pasito bien agarrada a nuestras manos.

Su universo se ha ampliado enormemente, ya puede recorrer la casa de juguete en juguete.

De hecho es ahora cuando parece estar animándose a gatear un poco.

Pero lo que realmente le gusta es caminar tambaleante sujeta a un adulto de confianza.

Es decir, que también llegó el momento de encorvarnos para facilitar las exploraciones de un bebé que no llega mucho más allá de nuestras rodillas. Todo un mico bípedo.

Claro que, como bien dice su abuela, puede estar así meses hasta que se decida a dar sus primeros pasos sin manos de seguridad.

Por cierto, con su hermano no sacamos mucho partido a un arnés pensado para tales fines. A ver si lo amortizamos con Julia.

Otra cosa: el día de la resonancia magnética llegó y pasó. Y como me habían dicho, no fue tan malo como parecía. El peque se ha portado como un campeón. Ha sido muy paciente y no ha protestado más que al final, cuando ya estaba harto y con razón de ayunos, túneles raros y vías en la mano.

Los pies de los bebés ¿libres o sujetos?

PRIMERA EXPERIENCIA

Hace un tiempo compré en una tienda unos zapatos para mi peque, que ya comenzaba a andar.

Adquirí unos zapatos carísimos, todo fuera por el bien de los pies de mi bebé, de una marca inglesa. Con una piel suavísima y una suela firme pero muy blanda. Similar a la de los zapatos 24 horas de los adultos que se puedne curvar hasta formar un círculo casi perfecto.

La dependienta de la tienda especializada me aseguró que no había zapato mejor. Me convenció. Lo compré.

Con esos zapatos ha estado hasta ahora, que ya le empiezan a estar justos. Así que hoy me he acercado a otra tienda de zapatos infantiles. No he ido a la misma por que me pilla a 500 kilómetros.

SEGUNDA EXPERIENCIA

La dependienta número dos me echa una charla asegurando que los zapatos que lleva mi peque y yo creía excelentes son malísimos.

Que es como ir en zapatillas y eso es malísimo para el pie en desarrollo. Que el niño necesita una suela firme y el tobillo bien sujeto.

Le pruebo otros zapatos mucho más recios, también bastante caros, de esta otra escuela de pensamiento zapatero-infantil.

La marca, presente en todas las zapaterías infantiles que he visto por mi ciudad, es Pavlovsky.

Superado la impresión inicial, mi peque parece andar igual de bien (o de mal) con éstos que con los otros.

Y yo lo único que recuerdo es haber leído en algún libro y que la matrona en los cursos post-parto nos contó que lo mejor para los niños es andar descalzos.

¿Con qué teoría zapateril debo quedarme? ¿Con la de los zapatos duros o blandos?

La semana que viene tengo la revisión de los 18 meses, preguntaré a la pediatra.

Hasta entonces: ¿Qué me podéis aconsejar vosotros?