Este blog arrancó hace ocho años. Jaime era un bebé de un año que aún no sabíamos que tenía autismo y Julia no era más que una declaración de intenciones. Un blog en el que había mucha lactancia y embarazo, muchos contenidos que me cuesta identificar como míos, otros tantos que ni siquiera recuerdo, bastantes que hoy no hubiera escrito, incluso reflexiones que ahora me discutiría a mí misma.
El blog ha ido evolucionando y yo también. Se ha convertido en un interesante viaje al pasado de una misma. También en la mejor forma de dejar constancia de lo que hicieron mis hijos, cuándo comenzaron a andar, a dormir solos, a mostrar los primeros dientes. Crear un blog de maternidad no fue idea mía, me animó la dirección editorial de 20minutos. Y me alegra que lo hicieran, ya forma parte de mí.
En los últimos meses estoy revisando los primeros posts que escribí, aquellos que a veces no siento como míos. Hay unos meses que me entristece recordar. Los meses previos al diagnóstico de autismo de Jaime. Los meses entre el año y medio y los dos años y poco de Jaime, en los dejó de pronunciar las pocas palabras que ya manejaba, aquellos en los que viví en la negación.
No, a mi precioso niño dorado no podía pasarle nada malo. Ya habló y volverá a hablar, es que su carácter es algo despegado, mi amigo X y el hermano de mi amiga C no hablaron hasta los cuatro años, hay que respetar los ritmos de cada niño…