Entradas etiquetadas como ‘masticas’

Las cuatro manías de mi hija a la hora de comer

¿Recordáis que hace unas semanas os comentaba que Julia era mala comedora? No es cierto. Le encanta comer. Eso sí, con cuatro salvedades importantes:

La primera es que se niega a tomar purés y papillas. No quiere. Cierra la boca y no hay nada que hacer. Tan claro nos lo ha dejado desde que tiene diez meses que he desistido de hacérselos.

Quiere masticar. Quiere trocitos. Así que come pasta, arroz, queso blanco, pavofrío… come prácticamente lo mismo que nosotros pero en cachitos pequeños.

La segunda es precisamente que tiene que comer lo mismo que comemos nosotros. Puede estar disfrutando como una loca con sus minimacarrones, que si su hermano termina su plato y le ofrecemos el yogur, ella ya no quiere más pasta y también tenemos que ofrecerle un yogur.

«Culo veo, culo quiero» dice su padre.

La tercera es que está comisqueando todo el día, precisamente por que todo lo que ve lo quiere y por que ha aprendido a pedirnos galletas y aspitos.

«Eres una pica, pica» le digo yo.

La cuarta es que tiene que comer con sus manitas. Con la cuchara empieza a intentarlo, pero atina poco. En realidad casi todo lo come con las manos, practicando la pinza y pringándose de aceite o salsa de tomate hasta la cabeza.

«Eres una cochinota» le dice su abuela.

Aunque para ser justos con ella hay que decir que cada vez tira y mancha menos. La foto es de cuando aún no había depurado la técnica y la mitad del alimento se perdía por el camino para alegría de mi perra. Ya no pasa.

Tenemos algunos miembros de la familia poco conformes, sobre todo a las abuelas, que disfrutarían viéndola zamparse un tazón de cereales en el desayuno, un plato gigante de puré en la comida y otro de papilla de fruta con galletas en la merienda como hacía su hermano.

Ver engullir a un bebé causa una extraña satisfacción en los adultos.

Pero yo estoy de lo más contenta. Pensándolo bien, creo que sus cuatro manías son cuatro grandes virtudes.

Primero por que está masticando, que es lo que hay que hacer. Masticar pronto fuerte y bien ayuda además luego a hablar mejor.

Segundo por que se fija en lo que hacemos los demás, en lo que hay en nuestros platos y por que quiere probarlo. Eso es pura y sana curiosidad.

Tercero por que está comunicándose constántemente con nosotros para pedirnos comida o agua.

Y cuarto por que ella misma está trabajándose su autonomía. Quiere hacer las cosas solita aunque aún no haya cumplido el año. Y eso también es bueno.

Y como, aunque no sea una niña grande y hermosa que diría mi abuela, crece y engorda, podemos estar tranquilos.