Hoy Jaime se ha comido dos plátanos como si fueran la mejor chuche del mundo. Puede parecer una tontería, algo baladí. Probablemente lo sea, pero para nosotros ha sido increíble.
Es frecuente que los niños con autismo tengan muchos problemas a la hora de alimentarse, que sean muy restrictivos con la comida, que no tomen sólidos.. Nosotros tenemos suerte, Jaime es muy buen comedor. Le gusta comer casi de todo y tiene una dieta muy variada. Pero la fruta siempre ha sido un problema: solo la tolera triturada. Hemos trabajado con él en casa, también sus terapeutas, pero en los últimos meses lo abandonamos. No se pueden manejar veinte frentes abiertos simultáneamente (otros objetivos concretos de autonomía o comunicación) y, sinceramente, había otras peleas que me parecían mejores.
Ha sido en los últimos tres meses en los que en su colegio nuevo nos contaban que comenzaba a comer plátano y naranja. Nosotros lo creíamos a medias, ayer lo vimos con nuestros propios ojos.
Parece mentira cómo cosas tan pequeñas pueden alegrarte de tal manera el día.
Lo que sí es cierto es que, aunque siempre ha sido muy buen comedor, nos costó superar los purés. Hasta los dos años no comenzó a mordisquear su primer cuscurro de pan. Un enganche muy frecuente en niños con autismo, como ya os he contado. Tal vez por la experiencia pasada con Julia procuré comenzar pronto a darle el alimento en trocitos y a no pasarle demasiado la comida. También tuvimos suerte; ella nunca quiso purés, jamás tomó papillas de cereales, siempre prefirió sus granos de arroz, sus macarrones en trocitos, su fruta cortada…
Si tuviera un tercer hijo, desde luego ni intentaría los purés y las papillas, le ofrecería lo que Julia tan adecuadamente quería de forma instintiva.
Y todo esto me recuerda que mi cuñada me contaba que en la reunión previa a comenzar el colegio de mi sobrina, insistían mucho en que los niños debían poder comer alimentos sin triturar, y que bastantes padres reconocían no haber superado aún con niños de dos/tres años la fase purés, en parte por el miedo reconocido al ahogamiento.
Yo con Jaime hubiera estado en ese grupo, pero Jaime tiene un trastorno en el desarrollo.