Con los años mis opiniones son más moderadas. Esa paleta de grises en la que veo representado el mundo deja claro que estoy envejeciendo. Pero hay determinados asuntos en los que sigo siendo tajante, en los que mi postura es blanca o negra (o verde, rosa o arcoiris).
Creo que las personas del mismo sexo deberían poder casarse si así lo desean. La ley no debe ser diferente para ellos. Y creo firmemente que pueden ser tan buenos padres como cualquiera y que tendrían que tener las mismas facilidades en cuanto a la concepción, adopción y crianza de los hijos que las parejas heterosexuales.
Me gustaría dejaros con las palabras de un adolescente (tiene apenas 19 años) que ejemplifica y expresa todo lo que yo pienso:
Por eso me ha alegrado saber esta semana del nacimiento de Oveja Rosa, una revista que se describe a sí misma como «la primera especializada en familias homoparentales en Europa y América Latina».
Madres lesbianas, padres gays, homosexuales que busquen información acerca de cómo tener o adoptar hijos, y familias diversas son el público objetivo de Oveja Rosa, la primera revista para familias homoparentales en Europa y América Latina. Se considera familia homoparental aquella donde una pareja de hombres o de mujeres se convierten en progenitores de uno o más niños.
“Las familias homoparentales han existido siempre pero cada vez tienen más armas legales para ocupar su lugar en la sociedad, para empoderarse. Oveja Rosa pretende dar el espacio informativo que otros medios no contemplan, como es el caso de las parejas formadas por personas del mismo sexo que tienen hijos”, señala María Jesús Méndez, directora de la revista.
Oveja Rosa contendrá temas de salud, estilo de vida, pareja, consultorio de especialistas, madres, padres, bebés, niños, adolescentes, ocio, cultura, literatura, cine, viajes, etcétera. Se trata de la única revista digital especializada sólo en gays y lesbianas que tienen hijos y/o desean tenerlos.
En la actualidad, el concepto de la estructura familiar tradicional ha evolucionado y se ha diversificado hacia nuevas formas de convivencia. La figura del núcleo familiar formado por padre, madre e hijos ha dado paso a otras alternativas. En este sentido, las familias homoparentales se han convertido ya en una realidad más que palpable en nuestra sociedad. El matrimonio homosexual está aprobado en 14 países y varios estados de México y Estados Unidos. Las legislaciones van en alza. No obstante, hasta ahora ningún medio de comunicación había volcado sus contenidos a este público.
Pienso sinceramente que todo lo que podamos leer relativo a la maternidad es en un 98% independiente de si los padres son una pareja hetero o gay. Espero que mi blog pudiera servir o ser de interés a cualquier padre independientemente de su orientación sexual, sí que hay un 2% diferente y sí que tiene sentido que haya un medio especializado que lo trate y que trate ese otro 98% desde esa perspectiva.
Cómo la mejor manera de presentar algo es dejar una muestra, aquí tenéis un artículo de Marta Márquez llamado 10 maneras de acceder a la maternidad. Que lo disfrutéis.
1.- Inseminación artificial en clínica fertilidad. Esta opción es la más común y la más conocida. Hay clínicas de fertilidad en casi todas las grandes ciudades. La técnica es muy sencilla: consiste en introducir una muestra de semen de un donante anónimo, mediante una cánula, por la vagina y soltarlos en el cuello del útero para que lleguen con facilidad al óvulo. Esta técnica tiene una fiabilidad del 25% en el primer intento y aumenta con la repetición. Se suelen intentar entre 4 y 6 inseminaciones. Si no hay éxito se cambiaría de técnica. Su precio oscila desde los 800 a los 1.500 euros.
2.- Inseminación casera. Esta opción es para las más arriesgadas. Teóricamente no es legal. En el registro civil suelen pedir un certificado que entrega la clínica como que el proceso se ha llevado a cabo de forma legal. Pero no en todos los registros lo hacen. Puede ser una opción si no tenéis muchos recursos. Existen páginas web en las que muchos hombres se ofrecen voluntarios como donantes. No piden ningún dato sobre vosotras ni sobre los niños que nazcan. De hecho, ni siquiera tienen por qué enterarse de que el proceso ha sido positivo. Muchos de ellos han sido donantes en clínicas y tienen las analíticas para vuestra tranquilidad. La opción consiste en concretar con él un día en el que la gestante sea fértil e introducir el semen vosotras mismas con una jeringuilla larga. El precio puede variar pero podría ser unos 50 euros por intento. Hay muchos tipos de “donantes anónimos ilegales”. Los hay que piden 30 euros, pero también los hay que piden 400, porque aportan una buena genética (cociente intelectual alto o belleza). Vamos, casi a la carta. Hay todo un mercado negro.
3.- Fecundación in vitro (FIV). Cuando la inseminación no funciona o existe algún problema de base, se intenta la FIV. En esta técnica se estimulan los ovarios para que en vez de generar un óvulo se desarrollen entre 10 y 20. Se extraen pinchando los ovarios y en el laboratorio se fecundan. Los que resultan fecundados finalmente se dejan en observación 48 horas y de los que sobreviven a este proceso, entre 1 y 3, se implantan en la gestante y los otros pueden congelarse ya fecundados para siguientes intentos. La probabilidad es notablemente superior, entre el 50 y el 80% y su precio entre 4.000 y 8.000 euros.
4.- ICSI o Microinyección intracitoplásmica de espermatozoides. Es el escalón más alto, de momento, de las opciones en clínicas u hospitales. La técnica es muy similar ala FIV solo que, en el momento de la fecundación, no se deja el esperma fecundar a los óvulos de manera natural. En este caso se fecundan uno a uno con un solo espermatozoide. Como su nombre indica, es una microinyección la que, una vez seleccionado el espermatozoide, lo introduce directamente en el citoplasma del óvulo. La probabilidad de éxito es muy alta, ya que tanto óvulo como espermatozoide son seleccionados por su calidad. El precio puede rondar los 10.000 euros.
5.- Donación de óvulo o Método Ropa. El método Ropa, recepción de óvulos de la pareja, es realizar una FIV a la madre no gestante e implantar los óvulos ya fecundados en la gestante. De esta manera, la madre gestante dará a luz a un bebé genéticamente de la no gestante. Así, una será madre gestante y la otra madre biológica. Tanto el porcentaje de éxito como el precio es el mismo que en una FIV. Se recomienda que sea la mujer más joven la que aporte la carga genética.
6.- Adopción. Es un proceso en el que una pareja pone en conocimiento de su comunidad su intención de adoptar un menor y, a raíz de eso, se pone en marcha un complejo sistema hasta que se da el visto bueno, es decir, la idoneidad de la pareja para criar a un niño o niña. Para llegar a este fin hay que pasar un sinfín de entrevistas con psicólogos, curso de formación, declaración de idoneidad, tramitación, viajes al país y procesos administrativos. Además, hay que sumar que no todos los países aceptan como candidatos a parejas homosexuales. Los precios son muy variados porque depende de los países y de los viajes que haya que realizar antes de que os entreguen al niño o la niña. Y el tiempo de espera pues puede alargarse hasta dos años.
7.- Acogimiento familiar. Este proceso es parecido a la adopción, con la particularidad de que los niños, que generalmente vienen de familias desestructuradas o con problemas, van a seguir teniendo visitas con sus familiares. Generalmente, son niños que necesitan tratamiento psicológico porque han vivido situaciones poco recomendables para ellos. El acogimiento puede solicitarse de manera temporal o permanente. Cada una de las opciones lleva asociadas unos requisitos pero, en líneas generales, el trámite es similar a la adopción.
8.- Co-parentalidad. Bajo este nombre encontramos la forma en la que el donante no es un mero espectador sin voz ni voto. En este caso el donante asume el papel de padre de la criatura que venga a este mundo. Se crea un vínculo entre la pareja y el padre biológico. Esto puede tener dos lecturas y legalmente es complicado pero es una opción como cualquier otra. En España no es legal tener dos madres y un padre pero puede ser un padre sin filiación o una persona cercana a la familia.
9.-Fecundación de un óvulo con otro óvulo. Este caso, por ser el más sorprendente, merece ser tratado de manera independiente. No obstante, a modo informativo, apuntamos que es un método que está en proceso de desarrollo y sobre el que hay diversas líneas de investigación. Podría utilizarse en casos de enfermedades ligadas al cromosoma Y. Hay quien afirma que no se pueden generar bebés sanos sin el cromosoma Y, quien apoya la idea de que hay que continuar investigando y que, quizá en un futuro, podamos tener niñas preciosas biológicamente de dos mujeres.
10.- Maternidad subrogada. Conocido coloquialmente como “vientre de alquiler“. Esta opción suele verse más en parejas heterosexuales y homosexuales hombres. Generalmente las mujeres lesbianas no acceden a este método porque al tener dos úteros es más factible que uno de los dos o los dos sea sano. Además, es un proceso muy caro. Puede llegar a los 200.000 euros. Al igual que muchos otros procesos, en España no está legalizado así que ha de llevarse a cabo en algunos estados de Estados Unidos o la India. Si ninguno de los dos úteros puede albergar un feto, la maternidad subrogada es una buena opción. Una de las dos aportaría el óvulo y una persona anónima el semen y una mujer que conoceríamos sería la encargada de llevar a cabo la gestación. Se realiza un contrato por el cual ésta está obligada al finalizar la gestación a entregar el bebé a sus madres, no teniendo ninguna vinculación legal con el niño o la niña.
Da igual el modo. La esencia no varía. ¿No os parece?