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‘Enredados otra vez’, a Rapunzel le vuelve a brillar la melena


Vuelve Enredados, a mi parecer una de las mejores películas de Disney de los últimos años por su enfoque aventurero en una historia de princesas atípica. Vuelven Rapunzel y Eugene, la mejor pareja Disney, la más carismática y equilibrada de las películas de princesas. Vuelve la princesa que gustaba de ir descalza, que era una artista polivalente, que se alegró de que le cortaran la melena y que ha generado miles de millones en merchandising. Una reciente gallina de los huevos de oro solo superada por Frozen en ese sentido y en los últimos años. Pero no vuelve en pantalla grande, sino en forma de película y luego serie para televisión (a partir del 28 de abril en Disney Channel). Algo que no es noticia, aunque tal vez no todo el mundo que me está leyendo supiera.

Visitar las cocinas en las que Disney Television Animation elabora con precisión digna de un chef con varias estrellas Michelin sus productos televisivos, supone viajar por una constelación de edificios en Los Angeles. Disney es tan grande y tan diverso que es imposible contenerlo en una única construcción. Y os aseguro que las imágenes que acompañan este texto no hacen justicia a uno de esos lugares, aquel en el que los artistas de Disney vuelven a dar vida a Rapunzel dedicando ocho semanas de trabajo aproximadamente por episodio.

La creatividad rezuma, literalmente, por las paredes en forma de story boards, todo tipo de dibujos y fotografías. La zona de descanso homenajea a El patito frito, la tasca en la que se reúnen los villanos de corazón de oro. Los artistas, que pueden estar acompañados de sus mascotas, trabajan en cubículos amplios y cómodos que permiten la concentración y en los que su nombre está dibujado en el interior de pequeñas sartenes que son de hierro de verdad.

Eso que veis bajo este párrafo es un despacho, aunque no lo parezca del todo. El de Chris Sonnenburg, productor ejecutivo y supervisor de dirección con el que tuve el placer de charlar brevemente. Igual que con Ben Balistreri, supervisor de producción sentado a esa mesa de dibujo que es casi una pieza de museo y cuyo despacho es como una exposición de Star Wars organizada por alguien con horror vacui.

Hablando con ambos y con otros miembros del equipo responsable de volver a dar vida a la princesa de Disney que cantaba, bailaba y pintaba, compruebas la pasión con la que encaran su trabajo y el cuidado que ponen en todo detalle. Muchos de esos detalles pasan desapercibidos incluso a los espectadores más atentos. Hablando con ellos aprendes a ver la película con otros ojos, descubres por ejemplo como absolutamente todo tiende a ser ondulado como el pelo de Rapunzel, los códigos de colores, la luz omnipresente que representa a Rapunzel…

Incluso Pascal es más de lo que parece. Así me hablaba del pequeño camaleón Sonnenburg cuando, le pregunté por la cantidad enorme de ‘pascales’ que había en su despacho’: «Pascal es la verdad de Rapunzel. Pascal muestra lo que Rapunzel está realmente sintiendo y me encanta eso de él, me encanta cómo ve a través de ella cuando trata de decir algo que no es verdad. Me encanta esa pequeña conciencia que está sobre su hombro». Sí, efectivamente. Pascal tiene mucho que ver con el Pepito Grillo de Pinocho.

He tenido la oportunidad de ver el arranque de la serie, concebido a modo de película televisiva y que se ubica entre la película y el corto apoyándose en una línea que hay al final de la película, cuando Eugene dice, «después de años y años pidiéndoselo, finalmente dijo sí». Esos años son los que encontraremos en la serie, con segunda temporada ya confirmada.

¿Qué nos encontraremos? Pues tras un arranque vertiginoso de persecución a caballo con Eugene como narrador que recuerda a una de las primeras escenas de la película original, a Rapunzel aprendiendo a ser princesa, a asumir sus responsabilidades y a relacionarse con sus padres, con un cabello que vuelve a crecer dorado. También a un Eugene enamorado hasta las trancas y con demasiada prisa (de nuevo, al igual que en Frozen, aparece el mensaje de que hay que conocerse y pasar tiempo juntos antes de lanzarse al altar). Veremos la presentación de nuevos conflictos, besos frustrados, un elevado porcentaje de aventuras y muchas canciones.

Es posible que echemos en falta a Mother Gothel, una malvada memorable que recordaba a Cher, obsesionada con la belleza y la eterna juventud, pero encontraremos a todos los demás personajes. Y unos cuantos nuevos, entre los que destacan la tatuada Lady Caine, como nueva antagonista, y, sobre todo (por tiempo en pantalla), la dama de compañía y mejor amiga de la princesa, que responde al nombre de Cassandra y que no acaba de hacer buenas migas con Eugene.  En esta serie, las chicas son de armas tomar, literalmente.

«Rapuzel necesitaba un amigo con el que hablar, más allá de Eugene»,
me explicó Balistreri, «así llegó Cassandra. Rapunzel es tan optimista, tan feliz por todo, que para equilibrarlo necesitábamos a alguien que la bajara a tierra. Y Cassandra es maravillosamente sarcástica, sabia en un estilo callejero. Era un elemento muy necesario y nos dimos cuenta muy rápido».

Colorido, ondulante, casi algo vivo… otro de los protagonistas de la serie es el reino de Corona, cuyo nombre en castellano en la versión original no tiene que ver con los lugares en los que se inspiraron. «Cuando miro Corona. Hay partes de Polonia, Alemania, Prusia. Pero realmente lo veo como Fantasyland en Disneyland. Es como un reino de cuento, intrincado, con colores vibrantes y muy inspirado por las ilustraciones», cuenta Sonnenburg.

Viendo esa película me dio la impresión de que había más presencia de Rapunzel que de Eugene, que tal vez ese equilibro de la película se resentía. Pero Chris Sonnenburg me pidió paciencia: «Tenemos una larga historia que contar. Espera. Hay un montón de Eugene. Necesitábamos que el pelo creciera y por eso hay mucho de ella al principio. Pero créeme, Eugene tiene una parte gigante en la serie».

A falta de ver cómo se desarrolla la historia, sus protagonistas y en qué consiste esa mitología ideada para explicar que el cabello de Rapunzel vuelva a crecer y sea, además, indestructible, el retorno de Enredados es una buena opción de entretenimiento televisivo, apto para ver en familia.

Os dejo con el tráiler: