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El miércoles, el día de la piscina

El miércoles siempre ha sido día de piscina escolar en casa, de preparar mochila con albornoz, zapatillas, bañador y gorro para Jaime (y sándwich, que el agua da hambre). Mi pequeño delfín va además los martes y jueves por la tarde a natación, unas clases especiales que oferta el ayuntamiento para niños con discapacidad con un monitor para uno o dos niños.

Jaime bajo el agua.

Jaime bajo el agua.

Todos los veranos buscamos un lugar con una piscina tranquila en la que ambos puedan disfrutar del agua. Sobre todo Jaime. Nada le gusta más. Ya os he dicho en alguna ocasión que a este paso acabáremos viéndole de atleta paraolímpico.

A partir de hoy también será día de piscina para Julia. Hoy comienza a ir con su colegio público en autobús a unas instalaciones municipales en las que chapoteará con sus compañeros de cuatro años. No todos los niños de su clase irán. El miedo es libre y hay padres que se han negado. Esos niños se quedarán jugando en el colegio.

Ella está encantada. La piscina le gusta tanto como su hermano, aunque ella aún no llega más que a sardinilla (se defiende bien pero lo de meter la cabeza bajo el agua lo lleva fatal).

Ambos llevan en matronatación desde muy pequeños, saber nadar cuanto antes es tan importante como llevarlos con el cinturón de seguridad en el coche. Eso me decía siempre mi enfermera de pediatría y creo que tiene toda la razón.

Y hacer deporte también lo es. Sobre todo jugando, pasándolo bien, sin competición ni presiones absurdas antes de tiempo y rompiendo un poco la rutina del cole. No sé vosotros, pero yo recuerdo que me encantaba tener actividades diferentes cuando era una niña.

¿Más horas de gimnasia en los colegios o más horas de parque y deporte?

Ayer la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, anunció que el Gobierno pretende implantar una hora de gimnasia al día en los colegios.

Mato ha hecho este anuncio después de que un estudio de la Comisión Europea revelase que los niños españoles hacen menos ejercicio que los de otros países europeos.

El Ejecutivo, ha señalado, pretende concienciar a las nuevas generaciones de la importancia que tiene una alimentación sana y potenciar el ejercicio físico en los colegios, por tratarse del lugar donde los niños pasan la mayor parte de su tiempo.

Ya veremos si se acaba materializando. En cualquier caso, a poco que se miren los comentarios de la noticia se verá que es un tema polémico. Y pese a que defiendo a ultranza la actividad física desde bien pequeños, no sé si una hora por narices de gimnasia diaria en el colegio es buena idea, sobre todo pensando en de dónde demonios van a sacar esa hora.

Yo recuerdo la gimnasia del colegio en mis tiempos como una absoluta pérdida de tiempo. Exactamente igual que @mollirunner.

Y tiendo a pensar como mi compi bloguero @_Spanjaard, nada sospechoso de defender la inactividad física teniendo en cuenta el blog que escribe:

Claro, que en el caso de optar por parque y juegos activos, salir en bici, hacer excursiones… se requiere de la implicación real y constante de los padres.

¿Cómo lo veis vosotros?

Os dejo unos grafiquitos de la última Encuesta Nacional de Salud, para reflexionar (y sí, ya dejo el tema de los deportes y el ejercicio infantil por una temporada, que estoy últimamente muy pesadita).

Atencieón a la diferencia entre niños y niñas

Atención a la diferencia entre niños y niñas

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El deporte y los niños: que prueben de todo, que escojan su camino

7227553560_6f839d1b46Quiero que mis hijos hagan deporte. Quiero que hacer deporte forme parte de su vida, que sean ese tipo de personas activas que, aunque durante algunos periodos de su vida no lo practiquen, siempre tengan esa inquietud dentro. No tengo que enumerar aquí las virtudes de hacer deporte en nuestro estado de salud, todos las conocéis de sobra. Y además hacer deporte me parece que te auyda a centrarte en la adolescencia, te da autoestima y te ayuda a ser más disciplinado y a tener más opciones de ocio que salir con los amigos.

Jaime, por su autismo, lo tiene complicado con los deportes de equipo. Pero nada como un delfín a sus seis años, ya ha estado en algunas carreras populares y en su cole le están enseñando a patinar. Probamos la escalada, que por horario al final no era viable, suponía cargarle demasiado de actividades, y lo dejamos, pero con la idea de retomarlo. Y a ver si esta primavera insistimos con la bicicleta.

Julia, con cuatro recién cumplidos, va a matronatación desde muy pequeña y también ha participado en la versión infantil de algunas carreras populares. Pero mi idea es ofrecerle distintas opciones, que pruebe varios deportes para que pueda elegir el que más le gusta, en el que más le encaja. Nunca forzar, nunca obligar, simplemente presentar para que pruebe y decida.

Precisamente esta semana he llamado a un club de gimnasia rítmica que me ha dicho que habrá que esperar un año más, una compañera del trabajo me ha sugerido el ballet y quiero informarme de algún club de atletismo en el que también pueda probar. Y cualquier actividad ante la que muestre interés, no ya deportiva, de cualquier tipo: canto, música, ajedrez (se supone que es un deporte, pero yo no acabo de encajarlo mentalmente como tal)…

¿Vuestros hijos práctican algún deporte con regularidad? ¿Cuál? ¿Cómo y a qué edad se iniciaron? Me encantará escuchar y aprender de los que ya han andado este camino.

Una nueva actividad: escalada (gracias por dejarnos intentarlo)


Mi pequeño rubio deportista con autismo, que ya sabéis que creo que acabará compitiendo en la piscina de los Juegos Paralímpicos, ha comenzado una nueva actividad extraescolar que creo que le gustará mucho: la escalada. A partir de ahora, todos los jueves por la tarde, iremos a un rocódromo. En los parques infantiles (y en casa por los muebles, que me gusta menos) es un escalador nato. Tanto es así que su hermana ha decidido que “a Jaime le gusta mucho espiterman”.

Pero el post de hoy no va por la nueva actividad que vaya a hacer, sino como agradecimiento a los que lo han hecho posible.

Os contaré desde el principio cómo ha sido la historia: en el polideportivo en el que vamos a la piscina, vi un cartel de una asociación, pequeña y de gente joven, aficionada a la escalada que había logrado que les cedieran parte de las instalaciones municipales para desarrollar su afición y enseñársela a otros. Me puse en contacto con ellos y logré hablar con la persona que enseña a los niños.

Una chica, joven, que jamás ha tenido experiencia con niños con discapacidad pero que en lugar de asustarse y negarse, está dispuesta a lanzarse a la piscina con nosotros, a que aprendamos los tres juntos.

Hace unos días quedamos a solas los tres en el rocódromo interior en el que aprenden los niños. Jaime no quiso escalar, pero estuvimos familiarizándonos con el entorno, dandos saltos en la colchoneta, haciéndnos coquillas y toqueteando las paredes. A partir de ahora iremos ambos: yo para ayudarle a adaptarse a la clase, a coger confianza y a comprender y seguir las instrucciones de su profe. Y no me cabe duda de que los cuatro niños que van a la clase también se beneficiarán del paso de Jaime por sus vidas.

Se agradece gente así, abierta, dispuesta a intentarlo. Se agradece mucho, en serio.

Corre por el niño

El 21 de octubre hay una carrera preciosa, por el parque del Retiro de Madrid, para la obtención de fondos destinados a la investigación en enfermedades graves infantiles: Corre por el niño.

Allí estarán Pedro Delgado y Pilar López de Ayala. A Pilar, que os dejo en vídeo animándoos también a participar, pude verla corriendo el año pasado, en la primera y exitosa edición de esta carrera popular.

Pero yo os animo a acudir, aunque no queráis o podáis correr (o andar o correandar) los 5 o los 10 kilómetros que tiene, y quedaros hasta el final para aplaudir a los muchos niños afectados por alguna de esta enfermedad que cruzan la meta en busca de su medalla.

Es realmente emocionante. Todas las carreras populares son eventos con un ambiente sano y agradable y lugares estupendos para llevar a los niños, pero ésta en concreto lo es aún más.

Y para los que no seáis de Madrid, hay dorsal 0.

Y si queréis ir calentando motores (o piernas), este mismo fin de semana hay una carrera en Getafe con una distancia accesible para cualquiera: tres kilómetros que se pueden hacer corriendo o andando.

Juegos Paralímpicos: correr, nadar, pedalear, bailar, ser feliz…

Una de las cosas que más le gusta hacer a Jaime es nadar en la piscina. Probablemente se trate de su actividad favorita. Comenzó a ir a matronatación con nosotros cuando tenía dos años y ahora, con seis recién cumplidos, está hecho un sireno. Bucea, se lanza, cruza la piscina en diagonal a braza… disfruta en el agua como una sardinilla y, desde luego, ya nada mejor que yo. Tenéis prueba gráfica en este post.

Pese a ser de carácter tranquilo, le gusta moverse. Le gusta correr, escalar, saltar, bailar… por eso este año en cuanto bajen un pelín más las temperaturas vamos a llevarle a una pista de atletismo bien vallada que hay a diez minutos de casa abierta para todo el mundo, para que corra allí feliz y contento. Este año también voy a llamar a un club de escalada, a ver si podemos iniciarnos también con eso, que seguro que le encanta. Y la bici está esperando,  no olvidada. Todo como un juego obviamente, no es un entrenamiento sino una manera de estas más conectado y que su tiempo libre transcurra de manera constructiva.

El deporte en los niños siempre es recomendable, esencial. Ya me habéis oído contarlo más veces. A Julia también la animaremos a practicarlo. Pero con Jaime, por su autismo, tiene además muchos beneficios adicionales, al menos en potencia, así que hay que intentarlo.

Aquí tenéis a James Hobley. Tiene autismo diagnosticado desde los cuatro años y es un bailarín excepcional. Ha llevado la antorcha olímpica. En un momento del vídeo explica que bailando es cuando se siente «normal».

Tommy Des Brisay tiene 19 años y autismo. No pronunció su primera palabra hasta cumplir los siete años. Corre y participará en estos Juegos Paralímpicos.

Como ellos hay muchos más. Con autismo y con muchos otras discapacidades muy diferentes. Os aseguro que yo seguiré sus éxitos en Londres. ¿Quién sabe? Tal vez en los que se celebren en Madrid pueda ir a animar a mi hijo.

Aquí tenéis varios vídeos promocionales/inspiradores de los Juegos Paralímpicos.

“Mamá, esto no es fútbol, es España”

Me preguntaban hoy algunos cómo habían vivido mis niños la final de ayer. Pues bien, Jaime ni lo vio. Imagino que los niños de su edad (casi 6 años) ya han entrado en la edad de plena eufora futbolera, pero al tener autismo no le importa en absoluto. Como el lunes había que madrugar para ir al cole, el arranque del partido le pilló cenando y luego se fue a dormir. Hoy ha ido al cole con su camiseta roja, eso sí.

Julia, con tres años cumplidos en marzo, estuvo de lo más divertida un rato. Antes de llegar a casa, por la calle, estuve contando con ella a todos los que llevaban camisetas rojas hasta que se nos acabaron los números. Nada más ver la televisión soltó “yo me pido los azules papá”. No se quedó muy convencida. Y disfruta chillando “¡gol!” y “¡España, ra, ra, ra!”, pero no entiende nada. De hecho negaba insistentemente que estuviéramos viendo fútbol: “Mamaaaá, esto no es fútbol, es Españaaaa”. Y, para ser sinceros, pronto se cansó y también se fue a dormir.

El sábado anterior sí que fue otra historia. Vinieron a casa varios amigos, todos con niños pequeños, y se lo pasaron todos teta hasta que cayeron dormidos literalmente agotados de tanto jugar. Jaime vio una parte e incluso lograron que jaleara un poco a la selección, sin entender lo que decía.

Un sábado es mejor día para los que tenemos niños pequeños, sin duda.

Por último, me pareció bonito ver a los hijos pequeños de los jugadores jugando en el campo, tras conseguir sus padres la copa. Muchos de ellos, por cierto, igual de a su bola que los míos.

¿Cómo lo vivieron vuestros peques? ¿Son muy futboleros?

¿A qué edad se sueltan a nadar los niños?

Jaime lleva desde los dos años acudiendo a la piscina municipal. Primero matronatación en nuestra compañía, desde hace dos años solito junto a otro niño también de integración y su monitor. Siempre le ha encantado el agua, desde bebé mostró tendencias acuáticas y las hemos fomentado. Ya sabéis de lo mucho que me gusta inculcarles el hacer deporte.

Pues bien, lleva todo este curso acudiendo dos veces por semana. Y ha sido el curso en el que definitivamente se ha convertido en nadador. Ayer fue el último día y nos permitieron pasar a verle. Me quedé alucinada. Se lanza desde el borde sin manguitos, burbuja ni nada, bucea, nada sin problemas de un lado a otro y hace amagos de braza. Daba gusto verle. Se ha soltado muchísimo en estos meses. No sé si los cinco años es la edad a la que todos los niños suelen aprender a nadar (o a no ahogarse al menos), pero nosotros estamos contentísimos con lo que es capaz de hacer y sobre todo con lo que le divierte.

Así que tiembla Michael Phelps, que llega mi hijo (aunque lo suyo serían las paraolimpiadas). Solo nos hace falta lograr que nade en línea recta, que ya llegará. Otra cosa es que lo de competir no casa bien con él, no lo entiende en absoluto ni a mí me importa. Hace un par de domingos le apunté a correr 150 metros de la carrera Liberty, es veloz como una bala pero llegamos los últimos (eso sí contentísimos). Salimos ya al final ya que era el único niño que corría acompañado por un adulto y a mitad de la carrera no entendió de que iba la vaina, se paró y pidió brazos, le cogí y seguimos corriendo. Se ve perfectamente en el vídeo. Julia en cambio, que anda corriendo por aquí, se dejó los pies y llegó de las primeras.

Volviendo a la piscina, en junio tiene también clases, aunque con otro monitor, y en julio y agosto ya nos encargaremos nosotros de tenerle a remojo.

Julia también está yendo a natación, pero me da que va a ir más despacito. Le pasa como a su madre, lo de meter la cabeza bajo el agua no le acaba de gustar y así es difícil prosperar.

Recuerdo que mi enfermera de pediatría siempre decía que enseñar a los niños a nadar cuanto antes es tan importante como llevarlos bien sujetos en la silla de seguridad del coche. No puedo estar más de acuerdo.

¿Cuándo y cómo aprendieron los vuestros?

III Carrera Infantil Semana de la Primavera

Justo hace una semana os hablaba de lo mucho que me gustan las carreras populares infantiles como actividad para ir con los niños. De hecho, justo en el momento en que aparecerá publicado este post estaré participando con toda la familia en la carrera Liberty.

Pues bien, un amigo es uno de los organizadores de esta carrera, que se celebrará el próximo 27 de mayo. Se celebrará, con suerte, ya que como él mismo me cuenta:

Nos está costando un triunfo conseguir que el Ayuntamiento de Madrid la autorice como carrera. Tras presentar toda la documentación el día 3 de marzo, todavía no tenemos confirmación de su posible celebración.

Hemos mantenido varias charlas y reuniones con Participación Ciudadana y con Asesores del Concejal Presidente de La Junta Municipal de Villaverde.

Casi todo el trabajo está realizado: trofeos, premios, bebidas, carteles. No vamos a permitir que no dé frutos, por lo que hemos solicitado permiso de manifestación.

Este día 27 no es día de quedarse en la cama. Ven con tus niños para que corran, y ven tú (tengas niños o no) a participar en la primera carrera de sacos de la Semana de la Primavera de Villaverde.

Así que ya sabéis, hay plan el próximo domingo.

Carreras populares para/con niños

Esta mañana hemos estado en la I carrera popular por el autismo que se organizaba en Madrid, cortesía de la asociación Afanya TGD. Con una temperatura estupenda hemos corrido/andado/trotado 306 personas con dorsal y un buen puñado más sin él a lo largo de 2,2 kilómetros. Todo un éxito para ser la primera carrera que organizaban. Nos han recibido con agua, globos, medallas para todos los niños y bollitos y nos hemos hecho una gran foto de grupo. El año que viene repetirán (repetiremos) con la aspiración de llegar a los mil participantes (eso dijo el concejal de deportes y yo le he tomado la palabra).

A título personal, nos lo hemos pasado realmente bien. Jaime ha corrido solo y genuinamente feliz en la salida y la llegada en pista, rodeado de gente. Julia ha corrido al principio y al final, también en pista, y el resto del tiempo ha ido en carrito adelantando corredores y pidiendo paso diciendo «¡pi, pi!». Incluso tuve la oportunidad de conocer a algún lector del blog que se acercó por allí.

En la foto podéis ver a Jaime y a mi santo abandonando el recinto, una vez finalizada la carrera.

El ambiente de las carreras populares es fantástico para ir con niños, sobre todo de las carreras solidarias, que hay muchas (por el síndrome de down, del hospital niño Jesús, por el cáncer de mamá…). Me parece un plan fantástico para niños. Desde luego, a partir de hoy, voy a estar pendiente de todas las que se organicen.

De momento el domingo 6 de mayo Julia y yo estaremos en la carrera de la mujer, 6,6 kilómetros que ella hará en carro y yo empujando en buena compañía.