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El, a veces duro y largo, proceso de dejar el chupete

No soy yo muy amiga de redirigir el reflejo de succión de los niños al chupete. Pero no voy a juzgar jamás a los padres que lo utilicen, ni mucho menos. Yo misma con Jaime, en ese primer trimestre terrible de cólicos que tuvo, probé a ver si el chupete le calmaba (en inglés a los chupetes se les llama ‘pacificadores’ por algo). Pero no lo quiso. Con Julia ni lo intenté. Y ninguno de los dos se ha chupado el dedo.

Lo que está claro es que me he ahorrado el paso de eliminar el chupete de sus vidas. A mí misma me costó mucho. Recuerdo tener cuatro años y todavía usar el chupete a ratos en casa. Incluso me acuerdo del cajón en el que lo guardaba, bajo la tele.

Por regla general los pediatras y odontólogos recomiendan quitarlo a partir del año. Pero no siempre es fácil, sobre todo si forma parte de la rutina del niño para dormir. El año que los niños se escolarizan, con dos años largos o tres años, en los colegios también insisten en que se elimine el chupete.

Hoy lo he recordado por un nuevo estudio limita la capacidad para imitar gestos y afecta a su comunicación y su madurez emocional. Otros estudios previos ya consideraban que el chupete afectaba a la formación dentaria y facilitaba la aparición de otitis.

Yo he visto retirar el chupete de muchas maneras a mi alrededor, pero normalmente ha sido algo gradual: primero solo dentro de casa, luego solo para dormir, luego solo para dormir por las noches pero no en la siesta…

Contadme. ¿Cómo fue la retirada del chupete en vuestros hijos? ¿Qué edad tenía el niño? ¿Fue decisión del peque? ¿De ambos?



EN la imagen varios chupetes colgando de un árbol. Es
una tradición danesa que simboliza el fin de la etapa de succión. Los hay por lo visto que llevan a cabo la recogida y cuelgue de chupetes con el niño y con mucha pompa, una ceremonia que no tiene vuelta atrás.

¿Cómo dormir a un bebé?

Hay muchas formas de dormir a un bebé o a un niño muy pequeño. La mayoría son universales y sobradamente conocidas:

– Darle el pecho.
– Darle un biberón.
– Darle un chupete.
– Cantarle en brazos.
– Mecerle en brazos.
– Moverle en el carrito alante y atrás.
– Sacarle de paseo en el carrito.
– Sacarle de paseo en el coche (el rum rum es infalible).
– Sacarle de paseo en una mochila portabebés.
– Tumbarse a su lado y cantarle.
– Tumbarse a su lado, cerrar los ojos y relajar la respiración. El sueño invita al sueño.
– Contarle un cuento.

Pero luego las hay más exóticas, hallazgos sorprendentes que hacen por casualidad padres recientes. ¡Y funcionan!

Éstás son algunas de las que he visto o he practicado:
– Mecerle frente a un ruido blanco, como el que produce una campana extractora o un secador.
– Botar con él en brazos sobre una pelota de pilates.
– Apretarlo con una manta o un par de cojines.
– Ponerle un pañuelo liviano sobre el rostro.

¿Conocéis alguna más?

El uso de chupetes perjudica el habla de los niños

Un sábado al mes desde que comenzó este curso escolar mi santo y yo estamos acudiendo al Hanen. ¿Y qué es eso del Hanen? Pues una escuela para padres con niños con dificultades en el lenguaje.

Vamos varias parejas que tenemos hijos con un nivel comunicativo más o menos parejo, todos entre los tres y los cinco años.

Nos enseñan la teoría, nos ponen deberes, nos grabamos en vídeo en casa y los analizamos en grupo.

Hace un par de meses la cosa fue de logopedia y una de las recomendaciones que nos hicieron fue descartar de una vez el chupete.

Nuestro peque nunca lo quiso, ya os lo conté en otra ocasión. Y a Julia ni me planteé dárselo.

Si lo más conveniente es no ofrecérselo antes del mes y luego quitárselo al año, y no tenía yo ganas de andar con guerras de deschupetear a la niña por unos pocos meses.

Además, si ella quiere succionar, ahí está mi pecho.

Y nos ha salido bien. Va camino de los trece meses. No usa chupete, tampoco biberón y no se chupa el dedo. Igual que sucedió con su hermano.

Volviendo al Hanen, ya allí nos contó el logopeda que el uso del chupete interfería con el correcto desarrollo de los músculos implicados en el habla.

Dijo literalmente que debíamos evitar el chupete para que la lengua tenga la correcta posición en reposo.

Hoy lo recuerdo a raiz de una noticia en la que aparece un nuevo estudio que dice más o menos lo mismo.

Os dejo parte:

Los investigadores evaluaron las asociaciones entre los hábitos de succión y alimentación y los trastornos del lenguaje en preescolares de entre tres y cinco años. Los resultados mostraron que retrasar el uso del biberón hasta que el niño tenía al menos nueve meses reducía el riesgo de desarrollar trastornos del lenguaje en edad preescolar.

Por otro lado, los menores que succionaron sus dedos o utilizaron un chupete durante más de tres años mostraron ser hasta tres veces más propensos en el desarrollo de trastornos del lenguaje. Los efectos perjudiciales de estas conductas se concretaron en dificultades para pronunciar ciertos sonidos de palabras o para simplificar su pronunciación.

La hipótesis de los investigadores se basa en que los niños, cuando se chupan el dedo o usan de manera habitual chupete o biberón, no ejercitan todos los músculos de la cavidad oral. Esto impide que no desarrollen completamente la capacidad para el habla.

Por el contrario, durante la lactancia materna, el bebé ejercita todos los músculos de la boca, cara y la lengua, y logra una mejor capacidad de habla.

Estudios anteriores ya habían revelado que el amamantamiento es beneficioso en el desarrollo de la respiración coordinada, el acto de tragar y la articulación del habla.

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP) considera que ya en la segunda mitad del primer año se debe comenzar a limitar su uso.

Por cierto, que los ejercicios que nos recomendaron, los consejos que nos dieron ese día, son perfectamente aplicables a cualquier niño pequeño aunque no tenga especiales dificultades.

A ver si tengo unos minutos para «pasar los apuntes» y compartirlos con vosotros. Tal vez os resulten interesantes.

Como el mecanismo de un chupete

Mi peque no usó nunca chupete, alguna vez se lo ofrecí pero lo escupía. Tampoco yo quería que lo usara. Alguna vez lo he contado. A Julia me he negado a dárselo.

Supuestamente calma mucho a los bebés y hay estudios que apuntan a que puede ayudar a evitar la muerte súbita.

¿Por qué no quiero dárselo? Porque me parece un engorro más que otra cosa: no recomiendan dárselo antes de los dos meses y quitárselo al año. Como muy tarde a los dos años para evitar problemas.

El peque pasó sin él, como ya he dicho, y no lo echamos en falta.

Yo fui adicta al chupete, en casa lo usé demasiado tiempo, a mi madre le costó dios y ayuda quitármelo y conservo como recuerdo de su uso una mala oclusión dentaria.

Pese a todo el otro día abrí uno de los que me había regalado y tenía para vestir santos.

La pobre Julia está rabiando con los dientes (ya hay un piquito asomando en la encía inferior) y a sus cuatro meses es muy pequeña para la mayoría de mordedores. Pensé que tal vez morder el chupete, que es más manejable, por cualquiera de sus extremos la aliviaría.

Y me llamó la atención encontrar un papelito cuidadosamente plegado con sus instrucciones de uso en varios idiomas.

He de confesar que recordé la frase hecha de «más fácil que el mecanismo de un chupete» y me hizo cierta gracia.

Basicamente decía que se esterilizara antes del primer uso y que se descartara a los dos meses, y que no se colgara en torno al cuello del bebé.

Pero tal vez deberían incluir además las recomendaciones de uso pediátricas.

Aunque no todos los pediatras están de acuerdo en todos los puntos, la mayoría aboga por:

1. En niños con lactancia materna: ofrecer el chupete a partir de que se establezca claramente la lactancia materna.

2. En niños con lactancia adaptada: ofrecer el chupete desde el/los primeros días de vida, sobre todo porque se ha visto una relación mayor con el síndrome de muerte súbita del lactante en estas madres.

3. No es necesario volver a colocar el chupete si se cae durante el sueño.

4. No untar el chupete en soluciones dulces.

5. Retirar el chupete al llegar el año de edad.

¿Os apetece compartir vuestra opinión/experiencia chupetil?

Aventuras y desventuras con el chupete (y el dedo)

El otro día salió una conversación chupetera en los comentarios de un post, y he decidido recoger el guante pese a que mi experiencia con el chupete es tirando a inexistente.

Durante los primeros días no quise darle el chupete, lo único que le ofrecí fue el pecho siguiendo las recomendaciones de organizaciones como la liga de la leche o la OMS.

El chupete, como la tetina del biberón, se chupa de manera muy diferente que el pecho y es aconsejable no ofrecérselo a un recién nacido hasta que la lactancia materna esté bien instaurada.

Pero tenía varios chupetes en casa, que me regalaron en el hospital, amigos… incluso me regalaron cosas como guardachupetes (botecillos de plástico para conservarlos limpios cuando el bebé no los está usando) o sujetachupetes (pinzas más o menos ornamentadas que los sujetan a la ropa).

Y todo el mundo insistía tanto en que el chupete les tranquiliza mucho, les ayuda a coger el sueño, les calma el llanto… que intenté repetidas veces que lo aceptara.

También me decían que si no aceptaba el chupete era muy probable que se chupara el dedo, y que eso le deformaría los dientes y sería mucho más difícil de quitárselo.

No hubo manera. No quiso chupete en ningún momento. Y yo pronto dejé de insistir. Pero la verdad es que yo no lo he echado en falta ni él tampoco.

La foto que véis fue de la única vez que lo admitió más de 30 segundos en la boca. Y yo creo que era porque estaba dormido y con la guardia baja.

Tampoco se ha chupado nunca el dedo.

Así que como nunca chupeteó ni quiso dedo, nunca tuve plantearme cómo quitárselos al hacerse mayor.

Pero ya vi en los comentarios y he oído de otros padres recientes que hay trucos de todo tipo: desde decirles que los Reyes Magos le traeran muchos juguetes a cambio de su chupete, ponerles mejunjes que sepan mal, rompérselos y no sustituirlos por uno nuevo, quitárselos directamente y aguantar «quiero tete, quiero tete» durante unos días…

Por cierto, que yo usé chupete hasta los cuatro años. Volvía del cole y me iba derecha al cajón de los chupetes.

¿Cuál es vuestra experiencia chupóptera?

Regalos ridículos para bebés

«Un equipo de madres y redactoras de The Times ha publicado en la edición digital del diario un listado con los regalos para bebés más estúpidos y caros.

El chupete de Armani, con un precio de 30 euros, encabeza la lista. El más caro es un carrito de niño de cromo y piel de venta en los almacenes Harrods.»

El biberón de Benetton, el sujeta chupetes de plata con forma de osito y la funda con puntilla para biberones que me regalaron se quedan en nada.

Nunca los he usado. Estoy aguardando a ver quién me atrevo a colocárselos 😉