Hoy he dormido apenas cuatro horas. Pero no, nada que ver con una noche toledana de alguno de mis peques. Ayer por la noche, por primera vez en muchos meses, salí con unos amigos. Fuimos a un concierto de jazz de la prometedora y genial Melissa Aldana que empezaba a medianoche. Inmediatamente después del concierto regresamos a casa, pero ya nos habían dado las tres de la mañana.
Y a las siete los niños han tocado diana, como suele ser habitual. Es día de colegio.
El virtuosismo de esta chilena afincada en Nueva York y de sus dos compañeros a la batería y al piano, ayudados por dos cafés y una coca cola, evitaron que me durmiera. Si la cosa hubiera sido más melódica y la silla más cómoda no sé si no hubiera dado una cabezada.
Con niños pequeños y trabajando, las salidas están contadas y muy seleccionadas. El cuerpo difícilmente aguanta tanta nocturnidad. Y la mente sabe que recuperar las horas de sueño no es algo tan sencillo. La única opción para lograrlo es ir esta noche a dormir tan pronto como se hayan acostado ellos. Y esperar que ambos duerman un buen número de horas del tirón.
Respecto a las salidas nocturnas, cada pareja de padres recientes es un mundo.
Mi santo y yo siempre hemos sido más diurnos, más de excursiones, cines y cenas que de otras cosa. Al menos una vez al mes procuramos apañarnos canguros para disfrutar de algún rato juntos. Y procuramos hacerlo de día, que es más sencillo para los canguros y para los niños. No es raro que vayamos al cine a la sesión de las 16:30 y nos escapamos a comer en lugar de a cenar.
Es muy raro que nos vayamos solos, cada uno por su lado. Era raro antes de tener niños y lo sigue siendo ahora. Lo de ayer fue muy excepcional.
No sé cómo os organizaréis vosotros. Yo conozco parejas con niños pequeños que tienen diferentes sistemas establecidos: establecen que todos los viernes por las noches se escapan y buscan ayuda de abuelos o canguros, alternan un día de salida semanal uno y otro (este sábado tú con tus amigos, el siguiente yo con los míos), uno renuncia voluntariamente a las salidas nocturnas en favor del otro…
De lo que no tengo constancia en mi entorno es de ningún padre reciente que conserve el ritmo habitual previo a su paternidad. Aunque seguro que los habrá. De todo hay…
En cualquier caso para nosotros, aunque de vez en cuando te pida el cuerpo alguna escapada a solas, el ocio que ahora nos apetece es con nuestros hijos. Como mejor lo pasamos es planeando como pasar el tiempo con ellos.
Ya habrá tiempo de nuevo para aburrirnos juntos. ¿No creéis?