Recuerdo estar deseándolo en el primer embarazo, me miraba ante el espejo como una idiota y acudía a mi santo en bragas y de perfil preguntándole «¿Tú crees que ya se nota?».
Creo que es algo muy común en las primerizas con embarazos deseados.
Pero ahora, así me torturen, no me acuerdo de cuándo se notó. Sí que recuerdo que fue de repente, de la noche a la mañana, que mis vaqueros ya no cerraban bien.
Y las que habéis estado embarazadas sabéis que esa tripa no admite apreturas.
Por entonces los llevaba desabrochados con un cinturon que evitara que se viera. Ahora sé que existen unos chismes especiales que te permiten llevar tus pantalones de siempre abrochados con más holgura y menos fachas.
De nuevo, también de repente, pasé de esa etapa en la que parece que estás empachada (o descuidada como dice una amiga) a parecer embarazada.
En el segundo embarazo, ya os lo conté, pasé directamente a la segunda etapa a una velocidad de vértigo.
Tan deprisa que creo que si hubiera un tercero lo notaría la mañana después de la concepción.
Pero también sé que cada madre futura es un mundo para estas cosas.
Las hay que con bien avanzado el segundo trimestre aún tienen una barriga imperceptible. Anda que no habrán posado veces ante el espejo buscando una curva en aumento.
¿Vosotros recordáis ese inicio de barriga?