Algunos consejos para comprar cuentos (porque no todo vale)

GTRES

A raíz de mi reciente post, sobre «un cuento ideal para las niñas», hablaba con otra madre reciente sobre los libros infantiles y que no todo vale. Pero hay mucha gente que cree que todo cuento es bueno por definición, por ser un libro. Si sirve para leer, bien está. Y no es así.

Igual que hay maravillas que nos emocionan a los adultos cuando se las leemos a nuestros hijos pequeños y que atesoraremos siempre, hay muchos productos poco cuidados, para salir del paso, para vender sin más.

No se puede comparar la cuidada selección editorial de Siete Leguas, Cuento de luz, Lóguez, Idampa o Kalandraka con un montón de cuentos que proliferan en mercadillos y supermercados, pero también en librerías, sin calidad ninguna o muy poca.

No son libros que traigan necesariamente mensajes lesivos, simplemente son pobres, anodinos. Cuentos que apenas se leen, que pasan rápidamente al fondo de la estantería y que, cuando nuestros hijos crecen y sus lecturas son más complejas, descartamos rápidamente porque no compensan el espacio que ocupan.

Mi amiga me contaba: «con los juguetes he logrado que miren la calidad, que entiendan que no todo vale, pero con los cuentos parece que cuesta más». Es cierto. Regularmente aparecen distintos tipos de informaciones sobre cómo elegir los juguetes óptimos para los niños, del peligro de determinados productos o incluso su retirada. Tal vez se deba a que la industria juguetera está mejor organizada que la editorial, pero lo cierto es que esas recomendaciones no llegan respecto a los cuentos y libros infantiles.

Otro amigo, relacionado con una editorial que lanza muchos títulos infantiles, me hablaba de que, igual que los juguetes, muchos de esos cuentos cuestionables vienen de China. Autores e ilustradores de aquel país que se traen, traducen y venden por cuatro perras.

Es el caso, por ejemplo, del cuento «ideal para las niñas» y es algo que hay que tener en cuenta cuando compramos libros para nuestros niños.

¿Cómo comprar cuentos para nuestros niños?

Es buena idea seguir las recomendaciones procedentes de los colegios, libreros de confianza y otros padres en cuyo criterio confiemos. Teniendo siempre en cuenta que hay un mundo a descubrir mucho más allá de los típicos clásicos súperventas como ¿A qué sabe la luna? O Adivina cuánto te quiero.

Algunos de los cuentos más cuidados, con más cariño creados y que más han gustado en casa, provienen del crowdfunding, no son tan populares, pero igualmente meritorios. En el blog he hablado, por ejemplo de Las ciudades de colores, Un amigo diferente, El silencioso amigo del viento, Galgui o Mujeres. Es una vía a explorar.

Hay blogs dedicados a reseñar estos productos. Yo lo hago de vez en cuando pero ahí está, por ejemplo, el blog especializado en estas lides de Trastadas de mamá, que es bibliotecaria y cuentacuentos, hace talleres de cuentos para padres y puede guiarnos, también desde sus redes sociales.

Una ventaja de los cuentos es que son breves y se les puede echar un buen vistazo antes de comprarlos en casi cualquier librería. Merece la pena hacerlo. Igual que merece la pena llevar a los niños a esas librerías que permiten que miren y decidan qué les gusta y escucharles.

Otra buena idea es fijarnos en los nombres de los autores y de las editoriales. De hecho, cuando he leído cuentos con Julia siempre empezamos viendo la portada y leyendo quien lo ha escrito y publicado. Si un autor nos encanta podemos mirar que más hay publicado en España por esa persona. Lo mismo vale para las editoriales que veamos qué sacan títulos que nos gustan y que tienen en sus webs y redes sociales sus catálogos y novedades.

Conviene desconfiar de entrada de los libros vinculados a licencias. Puede haber cuentos estupendos basados en La patrulla canina, Peppa Pig o cualquier otra serie infantil de éxito, que juegan con el factor nada desdeñable de despertar el interés de nuestros hijos de entrada por tratarse de personajes que les gustan, pero a veces se da lo de «tira de la licencia y échate a dormir». Si la calidad del cuento no nos convence, mejor ponerles un episodio de la serie en la tele y leer otro cuento. En casa hemos leído muchos cuentos y ninguno con licencia se encuentra entre los mejores.

Las bibliotecas públicas son un gran invento infrautilizado con frecuencia. Todas tienen sección infantil y acudir allí nos permite trabajar con nuestros hijos la responsabilidad y el cuidado de los bienes ajenos.

Y para terminar, por mucho que muchos cuentos tengan un importante componente educativo, lo más importante es que nuestros niños se diviertan, que disfruten entre sus páginas. El amor a la lectura no nace de la imposición y no a todos nos gusta lo mismo. Tal vez un libro que a nosotros nos parezca maravilloso, a nuestros hijos no les llame la atención. En esos casos no merece la pena insistir.

2 comentarios

  1. Dice ser Silvia

    Hola. La verdad es que hay mil tipos de cuentos, para mi, mis niños son pequeños, me gustan los que se pueden contar varias historias porque en las ilustraciones hay tanto que ver que siempre se puede improvisar alguna historieta y como ejemplo os propongo «El hombre de la flor» yo es con el que mejor nos lo pasamos por las noches antes de dormir.
    También me gusta mucho otro, se llama «El huerto de Pelo y Tola», este es un cuento infantil con actividades y guía para cultivar un huerto con niños de uno a tres años, lo que más me gusta es que es como un juguete porque ya tenemos nuestro huerto en casa en una maceta y como muchas noches me pide este cuento cuando toca regar o cualquier otra cosa que propone el libro pues le gusta mucho.
    Un saludo y gracias por ayudarnos en la tarea.

    18 enero 2017 | 10:34

  2. Dice ser Sue

    Los libros del zorro rojo o los de Ekaré son también maravillosos para los niños…

    18 enero 2017 | 15:57

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