¿Son los cementerios lugar para ir con niños?

DSC_0426Me siento inclinada a contestar que no, pero es una pregunta que creo que no tiene una respuesta clara. Imagino que depende del niño, de la edad que tenga, de la familia en la que esté, del motivo por el que vaya a acudir al cementerio.

En mi familia nunca hubo tradición de visitar el cementerio en el Día de Todos los Santos. Yo crecí ajena a esa costumbre y a los camposantos. Mis padres tampoco me quisieron llevar a tanatorios ni entierros, claro que no hubo ninguna muerte cercana hasta que rondé los diez años y murió mi bisabuelo. Ahí sí que fui y podría habérmelo ahorrado. No guardo un buen recuerdo de toda esa gente caminando seria entre lápidas hasta encontrar el lugar en el que lo depositaron.

Poco más tarde, en el pequeño cementerio de la aldea asturiana en la que pasaba los veranos, cometí con mis primos la bienintencionada travesura de repartir las flores y adornos entre todas las tumbas para que ninguna estuviera vacía de atenciones. Suerte que no nos pilló nadie, dudo que hubiera entendido nuestros buenos propósitos.

Mis dos hijos han estado en cementerios militares en Normandía, haciendo turismo de manera respetuosa, y son lugares cuyo peso se respira. Caminar entre esas miles de tumbas idénticas, ya sean británicas, estadounidenses o alemanas, debería hacernos reflexionar. Pero esa es otra historia muy diferente a acudir a visitar el lugar en el que está enterrado un ser querido.

Pese a que tienen un abuelo y una bisabuela a los que conocieron en un cementerio cercano, no hemos ido con ellos. Tampoco soy yo de ir, la verdad. La gente a la que quise y se fue vive en mis recuerdo, en las fotografías, en los aniversarios propios. No en un trozo de piedra en un lugar ajeno.

Este sábado mi santo fue con su madre a colocar unas flores en la tumba de su padre, ofreció a Julia acompañarles, pero no quiso ir y por supuesto no insistimos.

Los cementerios tienen una carga emocional que puede resultar muy pesada para niños pequeños, por lo que reflejan los adultos que hay allí, por la extrañeza del lugar, por los conceptos nuevos que hay que aprender a manejar cuando se está allí.

Patricia Díaz, psicóloga de la Fundación Mario Losantos del Campo, especializada en el proceso del duelo y cuyas guías os recomiendo (en breve publicarán una nueva además), no lo recomienda con niños menores de seis años y da unas pautas si vamos a ir con ellos:

– Describiremos al niño qué es un cementerio y lo que verá en él.
– Le explicaremos qué va a pasar, si verá una sepultura, si es un nicho: qué va a ver y cómo es el procedimiento.
– Si lo desea, le permitiremos que haga algún homenaje y le explicaremos en qué consisten si es que hubiera alguno (un responso, unas palabras, si alguien deja flores o si por el contrario se lleva alguna flor de las coronas, etc.) Anticiparemos las distintas situaciones que puedan darse.
– Podemos pedirle que nos ayude o que participe, si queremos hacer un homenaje.

En cualquier caso hay que tener en cuenta dos factores muy importantes:

La decisión de ir o entrar es siempre del menor. Nosotros se lo explicaremos, le preguntaremos lo que quiere y será él quien tome la decisión. Si, una vez tomada, percibimos cualquier síntoma de incomodidad o malestar en el niño, le preguntaremos si desea interrumpir la actividad y le acompañaremos fuera sin darle importancia, le explicaremos que es normal y que no pasa nada.
Tenemos que estar abiertos a responder cualquier pregunta del niño, dejaremos en todo momento abierta la posibilidad de preguntar.

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18 comentarios

  1. Dice ser Lola

    Yo vine a pisar un cementerio cuando ya tenía unos quince años. La verdad es que siempre fui muy miedosa y esos lugares me daban yuyo.
    Pero ya que la muerte es algo natural a la que alguna vez tendremos que llegar se debería de aprovechar la muerte de un ser querido para explicarles a los niños, por supuesto dependiendo de la edad, lo que ello significa cosa que también estará influenciado por las creencias personales de cada uno.
    Ya de adulta sólo visito los cementerios si voy a acompañar algún entierro, no acostumbro llevar flores los días de los fieles difuntos, en una época en que era un poco más creyente que ahora prefería escuchar una misa por ellos. Y creo que es más importante ocuparse de los vivos cuando nos necesitan que hacer peregrinaciones al camposanto una vez al año.

    31 octubre 2016 | 08:47

  2. Dice ser raise&revolt

    Estuve ayer en el cementerio de San Isidro de Madrid, donde hacen visitias guiadas. Y sí, algunos padres llevaron a sus hijos. Muy recomendable para todos los públicos.

    31 octubre 2016 | 08:56

  3. Dice ser mi voluntad libre

    «He visto brindar con cava y música heavy»

    Yo quiero uno así. Si no doblan las campanas, si no hay misa, y si no piso la Iglesia, mejor.
    Incinerado y las cenizas adonde quieran menos dejarlas presas en lugares que dicen sagrados. Como vine m equiero ir. Siendo nada y volviendo a la nada. Y si algo o alguien hay allá, no le va a impoertar si me falta un gramo de ceniza, o si no est´atoda junta, o si me falta un dedo, una pierna, una mano o lo que sea, para ser almita completa.

    31 octubre 2016 | 09:37

  4. Dice ser marian

    Desde los ocho años mi hijo quería visitar un cementerio y/o asistir a un entierro, él lo tenía muy claro y coincidiendo con la muerte de su abuelo cuando ya tenía 10, le llevamos tanatorio incluido, eso sí no le dejamos que lo viera muerto.
    Depende de los niños y de la familia, hay veces que es peor lo que imaginan que lo que finalmente es.

    31 octubre 2016 | 10:26

  5. Dice ser Vergamulo

    Yo llevo yendo al cementerio desde que tengo uso de razón. No a entierros, evidentemente. Pero sí que recuerdo, siendo un crío, ir por estas fechas con mi madre, mis abuelas y mis tías a arreglar los nichos de los abuelos y bisabuelos para el Día de Todos los Santos. Y no estoy traumatizado por ello, ni hizo falta preguntar a un psicólogo ni charlatán similar. No sé, yo lo veo como algo normal, porque lo llevo haciendo toda la vida.

    A los niños simplemente hay que explicarles lo que hay allí como algo normal, no es bueno que vivan permanentemente en una burbuja.

    31 octubre 2016 | 10:26

  6. Dice ser Manuel

    Pues yo fui a mi primer funeral con 7 años de mi abuelo, y primero no me contaron nada de esas cosas de golpe porque ya me habían educado mucho tiempo al respecto de cosas normales, que para muchos padres son tabú no valla a ser que el niño se ponga triste, y lo viví con el duelo y la normalidad que le quitáis todos a esos momentos que parece que cualquier cosa puede trastornar a un niño, y lo que no os dais cuenta es que lo que trastorna a un niño es la psicosis de los adultos con que todo le puede trastornar, lo que les hace no actuar con normalidad delante del niño.

    31 octubre 2016 | 10:35

  7. Dice ser José María

    Yo no tengo la costumbre de ir al cementerio, pero creo que, para el que la tenga, llevar a los niños no tiene por qué ser nada malo. La muerte es algo natural y no está mal que se tome como tal desde que eres un niño.

    31 octubre 2016 | 10:42

  8. Dice ser Lola

    Por cierto, mira como se celebra en Mëxico el Día de Muertos. Es interesante ver otro punto de vista.
    http://adligmary.blogspot.com.es/2016/10/muertos-funerarias-y-panteones.html

    31 octubre 2016 | 10:46

  9. Dice ser Don PinPon

    Yo creo que la pauta la marca la edad y la maduración mental del niño. Si sus padres creen que puede entender el concepto de la muerte sin miedo y que es parte de la vida no veo nada malo en ir a un cementerio y hacer un pequeño homenaje a tus seres queridos que ya no están.

    En cuanto a lo de la gente que en general no va a los cementerios y prefiere los recuerdos, las fotos, los vídeos y las fechas señaladas pues me parece muy bien. Pero creo que el ritual de ir hasta un cementerio a visitar la tumba de un ser querido es distinto a eso. Vas allí y en silencio (cualquier día menos el de Todos los Santos que no hay silencio ni nada) reflexionas no sólo sobre tu ser querido y el dolor que viviste al enterrarle, sino también de tu vida y que bien podría truncarse en cualquier momento. Un cementerio, por absurdo que parezca, te puede hacer sentir mucho más vivo de lo que crees

    31 octubre 2016 | 11:45

  10. Dice ser Vaya dilema

    Me parece, que después de la programación que disfrutamos en las televisiones en estas épocas, hasta la visita a un cementerio es mas enriquecedor.

    31 octubre 2016 | 12:52

  11. Dice ser Paco

    Con Franco iban a correccionales y les daban unas palizas y castigos tremendos y eran niños inocentes…supongo que no les causara ningún trauma el hecho de ir a Los Cementerios

    31 octubre 2016 | 13:11

  12. Dice ser Carmen

    Depende de la madurez de…los padres. De los niños, no. De los padres que son, o bien los que infunden fortaleza y naturalidad, o bien los que tratan a los niños como idiotas sin capacidades.

    La visita a un cementerio se puede explicar como una visita al lugar donde descansan y duermen los que ya no están más. El niño así lo entiende. Si se emplean palabras lisas y llanas, precisamente esas son las que no entienden. No le puedes decir: el abuelo está muerto. Vamos a ponerle flores.
    Así no lo entiende. Porque en su mente no existe el concepto de futuro (o ideas abstractas)hasta bien entrada la adolescencia. A veces los niños entienden mejor las metáforas y juegos de palabras.
    Visitar un cementerio, si. Pero ver una persona fallecida sí que no es nada recomendable para un niño.

    31 octubre 2016 | 13:33

  13. Dice ser dfasfa

    pues depende de la edad del niño pero mas sanopara su desarrollo que muchas otras cosas mas progres que sueles defender

    31 octubre 2016 | 14:40

  14. Dice ser filo

    Si los llevas a un campo de futbol pueden ir a cualquier sitio.

    31 octubre 2016 | 16:30

  15. Dice ser huerfanito

    Lo que no es recomendable es la psicóloga esa que mencionas, esa convierte en inútil a cualquier criatura humana.

    01 noviembre 2016 | 00:31

  16. Dice ser mary

    No veo que hay de malo en que los niños de una forma natural descubran lo que es la muerte (y con ello la vida), el dolor que se siente cuando se van los seres queridos, que sepan que algunas personas los entierran, que los creyentes reciben funerales y actos sagrados para descansar en paz, y en general todo el respeto y emociones que giran entorno al tema. A lo mejor así recuperan la empatía necesaria para apreciar la vida y respetarla.
    Tanto rollo con los hospitales, cementerios y funerales y luego hay padres que tan anchos con que vean violencia y barbaridades en la tele, internet, libros, videojuegos…. prefiero que mi hijo vaya a un entierro antes de que vea a diario gente peleando y acabe considerando normal insultarse o darse una paliza.
    Respecto a llevarlos a cementerios de turismo y no llevarlos a ver a sus seres queridos no lo entiendo..en mi opinión tan bien está la cultura como el desarrollo de las emociones. Yo creo que el dolor por la pérdida de alguien a quien quieres y el duelo y evolución de esos sentimientos hasta que los conviertes en nostalgia es una parte más de la naturaleza y de la sensibilidad de los seres humano y nos enriquece como personas. ¿Cuándo? Pues cuando toque, cuando un ser querido muera y según la edad y madurez del niño pues de una u otra manera….
    Y otra cosa, a veces no se trata de lo que uno crea, sino de lo que crean sus seres queridos. Yo no soy religiosa, ni quiero funeral ni ser enterrada, pero si por ejemplo mi padre sí quiere ser enterrado y misas y que le lleven flores a su tumba….. pues eso, que menos que complacerle de vez en cuando, aunque yo también le recuerde a mi modo en otras ocasiones.

    01 noviembre 2016 | 12:26

  17. Dice ser Ana Belén

    Para mí no, no es lugar para niños, ni cementerios ni tanatorios, ya tendrán edad de ello y ya tendrán que ir cuando sean adultos, por desgracia. Pero si no tienen edad de ir, aquí, tampoco la tienen de hacer turismo por ellos, resultará igual de poco adecuado y recomendable. Lo de comentar q de forma respetuosa, está de más, es de pura lógica que hay que ir con respeto, a un cementerio y a muchos sitios más, enseñar respeto a los niños en todas las ocasiones de la vida forma parte de una educación.
    Porque no sea un cementerio lugar para niños, no significa que nuestra tradición de ir a los cementerios sea arcaica o ridícula, siempre os acordáis de los cementerios el uno de noviembre, pero los que ya no están forman parte de nuestra vida y nuestros recuerdos siempre, durante todo el año y se les puede visitar cualquier día.
    Os recuerdo que Halloween también es una fiesta de difuntos, la veis de otra forma por los disfraces y el cachondeo que montáis alrededor, pero es macabra, a ver si visitar un cementerio es traumático y horroroso y disfrazarte de muerto viviente, con sangre y desgarros por todos ladosm con calaveras, guadañas, hachazos en la cabeza y demás horroroes va a resultar que es dulce, agradable y a los niños no les crea dudas, preguntas e incluso miedo. Que cada uno haga lo que quiera, está claro, pero por haber importado una fiesta ajena y haberla adaptando aquí, no tenemos por qué ridiculizar lo nuestro ni compararlo. Cada cultura honra a sus muertos, a sus vivos y sus fechas de una manera, todas respetables, ni mejores ni peores y creo que deberíamos mantener lo nuestro porque es nuestro, porque son nuestras tradiciones y hay que continuarlas y salvaguardarlas porque forman parte de nuestra cultura y debemos transmitirlas de generación en generación, no para que las siga el que no quiera pero para que no se pierda, al menos, su conocimiento. Muchos años tiene El Quijote, por poner un ejemplo, nada tienen que ver ya con nuestros días, ¿por eso habría que ignorarle y desdeñarle?. Me parece que es de incultos el,pisotear tradiciones y despotricar de ellas, no las sigas, pero no las ridiculices.
    Y por cierto, eres muy repetitiva con las fiestas, todos los años por estas fechas cuentas lo mismo, no quieres la fiesta pero te vales de ella para rellenar esto.

    06 noviembre 2016 | 10:34

  18. Dice ser Miriam

    Va a depender del vínculo con el niñ@.
    Personalmente fuí con mi hija menor a visitar a mi hija mayor, fallecida en diciembre del 2010, la experiecia fué horrible para ambas, a mi me hace muy mal y Catalina solo tenía seis años, llorando me dijo: mamá sacala de ahí y llevémosla a casa, le dije: eso quisiera mi amor!!! En cambio mis sobrinos van contentos a visitar a su prima Dai.
    Es diferente si se trata de una persona mayor, que vivió lo suficiente, lo siento natural.
    Cuidemos las emociones de los niños!!!

    14 noviembre 2016 | 02:35

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