Me gusta que se visibilice el dar el pecho, ese momento que es al mismo tiempo un acto de amor y lo más natural y cotidiano del mundo (o debería).
No me gusta que se imponga y se criminalice a aquellas madres que no amamantan. Tampoco me gusta que se reste el valor que tiene dar el pecho y se ataque a las que defienden que es la opción más natural y saludable, porque lo es. Me parece tan obvio se puede ser tan buena madre dándolo como cogiendo el biberón que me resulta absurdo tener que ponerlo en negro sobre blanco.
Me guardo para mí las sensaciones de tener a mis hijos junto a mi corazón, vencidos a dulces sueños y regalándome aromas aún más dulces. Y luego las risas, los dientes, las miradas de complicidad… recuerdos que me acompañarán hasta el final, solo míos pese a ser semejantes a los de millones de mujeres.
Confieso que cuando veo a otras madres amamantando, sentadas en un banco esquinado de un centro comercial, en una sala de espera, en la playa, en la calle… me enternece y sonrío para mí, recordándome ahí.
Fotografiamos en gran medida lo que queremos atesorar, aquello que nos conmueve, nuestros destellos de felicidad, de paz, de ternura. Probablemente en exceso en estos tiempos.
En la inmensidad de fotos que hacemos y subimos a redes sociales están nuestros hijos, estamos nosotras dándoles el pecho. Y esas fotos ahora tienen nombre: #Brelfie.
Una compañera del trabajo me pasó un reportaje en el que se veía a celebridades como Olivia Wilde, Miranda Kerr, Gisele Bundchen, Natalia Vodianova, Karolina Kurkova, Sara Carbonero… que también se han rendido a capturar estos momentos y mostrarlos en sus redes sociales. Os aseguro que las entiendo.
Ya os decía que me gusta que se visibilice el hecho de dar el pecho, para desterrar falsos mitos, para normalizarlo, para que nuestros hijos crezcan viéndolo y sepan que es natural, normal, como respirar, como caminar. Me gustan también porque me recuerdan esos momentos con mis hijos en brazos, mis hijos que ya tienen siete y nueve años y cuyo aliento ya no huele a leche dulce.
Hay veces en las que creo que no somos más que memorias y esperanzas.
Pues genial.
Y si quitan la censura dle pezón en instagram, instagramitas irracionales, pues mejor.
El cuerpo no merece la censura de torpes moralistas del cuarternario.
Sería ya de lo peor antinatura ver a una madre amamantando al enmascarado del antifaz (por el cuadrado de censura negro tapando parte noble y natural humana femenina….
19 julio 2016 | 16:04
Num 1 …
Pero no es solo Instagram, es tambien google, yotube, 20 minutos y casi todas las publicaciones, pero es porque el poder feminazi se impone sobre todo lo racional, para ella la belleza de la mujer, es un delito, no se puede exhibir.
19 julio 2016 | 16:56
El ser humano censurando su propia naturaleza, por ver negatividad en ella, o por ser bella….
Serí aun ejercicio muy bueno preguntar a quienes censuran si tras visionar uno scuantos de sus trabajos censores, ven seriedad y signo de razón el producto de sus cerebros.
Ese mundo humano «digno y sano» que persiguen es sencillamente antinatura, horroroso.
19 julio 2016 | 18:36
Yo personalmente no entiendo la moda de subir fotos personales a las redes sociales, donde cualquier desconocido puede criticar lo que haces, como vistes o lo que pesas.
Mis fotos las comparto unicamente con mi familia y amigos reales, igual que antes de internet podría entregarles personalmente las imágenes.
Y habiendo imágenes de niños con más motivo.
19 julio 2016 | 19:12
Lo de Youtube no tiene nombre.
Censuran incluso a Tunick. Dicen que es porque se sienten afectadas algunas neuronas.
Y en lugar de deducar a esas neuronas en la naturalidad del cuerpo, se arrodillan a esa nefasta moralina represora. Y cuando salen senos por la tarde enal tele dicen que los emborronan porque es horario de protección de menores. Donde hay represión el escuido siempre es el mismo. Como si los senos fueran delictivos, cuando los únicos que ven maldad en eso son los mayorcitos mal educados…. La mujer, como siempre, la culpable por ser como es…
Un desastre de hipocresía orquestada por represión antinatura. Un mundo reprimido es un mundo gobernable,
https://www.youtube.com/watch?v=OQhjVoUaGEM
19 julio 2016 | 20:47
Es tan especial y bonito lo que se siente al dar el pecho… Para mí es genial e irrepetible así como el vínculo madre hijo que se genera. Vale muchísimo la pena esas semanas de dolor y de incertidumbre sobre si sube de peso, es magia lo que viene después.
19 julio 2016 | 21:29