Jugando a viajar en el tiempo con los niños en Numancia

imageJulia tiene siete años, ya va teniendo una edad en la que recorrer y disfrutar puntos de España en los que aprender algo de Historia, en los que jugar y disfrutar mientras cala un poco de lo que allí sucedió siglos atrás. Con un poquito basta, de hecho más importante que lo que pueda aprender es lograr que la curiosidad anide en ella, que la semilla de querer saber arraigue.

Esos lugares, con frecuencia al aire libre, son también sitios en los que Jaime disfruta. Con nueve años y autismo, lo que pudiera pasar en esas ruinas no le atañe, pero pasear al aire libre, correr, saltar y trepar siempre le gusta.

Ya os conté hace tiempo que hay familias en las que hay un hijo con autismo y no salen apenas de casa por ello. No es nuestro caso. La flexibilidad también se trabaja, al igual que la paciencia. Y no hablo sólo de las personas con autismo, también de los que les cuidamos. Se puede hacer mucho teniendo en cuenta sus ritmos, adaptando las visitas a aquellos lugares en los que él también lo pase bien.

23355132320_be05338598_kComo el yacimiento celtíbero de Numancia, un sitio tranquilo, interesante, que permite jugar, explicar y triscar mucho. La visita, llevada con calma, puede durar tres o cuatro horas en los que se pueden visitar viviendas reconstruidas y subir a las murallas. Es preferible una visita guiada, aunque luego, si se va con niños, el tiempo de juego y de imaginar que somos bravos celtíberos o romanos empeñados en arrasar el sitio es obligado a mi parecer.

Por cierto, que pese a ser un lugar que recomiendo y por eso hoy hablo de él en el blog, a nosotros casi nos deja con mal sabor de boca la visita por las prisas que nos metieron con muy poca educación alguno de los trabajadores que quería cerrar. En fin…. una pena. Y parece que nuestra mala experiencia al final no es la única, en Trip Advisor un usuario comenta: «ya eran las dos del mediodía y al acabar la visita los encargados nos echaron de malas maneras, ni poder entrar un momento al baño y eso que había muchos niños pequeños… Una vergüenza». Así que ya sabéis, no vayáis con el tiempo justo.

Tampoco me pareció bien adaptada para sillas de ruedas. También es una lástima.

No os voy a dar la lata en este blog con la historia de Numancia, que para eso hay muchas webs en las que informarse para poder informar a nuestros niños. Porque no nos equivoquemos, enseñarle a ellos también es recordar, descubrir y aprender nosotros a una edad en la que todo queda más fijado si ponemos interés.

Dependiendo de cuándo se visite, se pueden ver representaciones y espectáculos didácticos. La entrada cuesta 5 euros, los niños de entre 8 y 17 años pagan 3, igual que mayores de 65 años, jubilados, discapacitados, desempleados, grupos… Los menores de 7 años no pagan. En la web oficial está toda la información sobre horarios, precios, cómo llevar a cabo reservas o cuándo son las actividades, que en su mayor parte provienen de la asociación cultural Tierraquemada.

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Las ruinas de Numancia están dentro de la Lista roja de Patrimonio español en peligro es un listado creado por la asociación española sin ánimo de lucro Hispania Nostra que lleva cuarenta años luchando por la protección del patrimonio español. En esa lista se aspira a recoger aquellos elementos del Patrimonio Histórico español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.

Os recomiendo que echéis un vistazo, es muy inspiradora a la hora de programar excursiones con nuestros niños y de conocer en qué situación están. El nuevo sitio de Numancia y los yacimientos romanos que la circundan viene ahora dado por las urbanizaciones de viviendas y los polígonos industriales. Lo de este país con el ladrillo no tiene nombre.



La visita a Numancia lleva una mañana o una tarde,
pero el entorno permite completar una escapada de fin de semana estupenda. La rivera en la que confluyen el Duero y el Duratón están llenas de magia, igual que muchos de los pequeños pueblos de la zona en los que abundan la oferta de hospedería rural.

 

Soria es un tesoro a descubrir, con sus pueblos de piedra, las veredas, la luz cambiante, los castillos en ruinas y los bosques que parecen lothlorien.Preferiblemente en otoño; tengo contrastado con varios sorianos que los días aún cálidos de otoño son los más hermosos. También la primavera en la que ahora nos encontramos, pero en otoño además hay setas, que para mí que soy como un hobbit es algo a tener muy en cuenta a la hora de programar cuándo ir a esa región.

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