El día de la madre y el día del trabajo, un día de reivindicar y no sólo de felicitar

imageEl día de la madre, un día que ha eclipsado a la celebración del día del trabajo. En la mayoría de las casas recibíamos felices flores, dibujos, besos, libros y desayunos en la cama, visitábamos abuelas, salíamos a comer fuera de casa y mandábamos y recibíamos fotos de flores y memes por whatsapp felicitándonos este día, ignorando salvo cuando nos encontrábamos las tiendas cerradas (¿dónde van a comprar los procrastinadores el regalo? Habrá que tirar de plantas) que hoy es también uno de mayo, el día del trabajo. El día que debería recordarnos todo lo que se ha luchado y se debería seguir luchando.

Pobre día del trabajo, no hay nada comercial asociado a él. ¿Cómo competir con algo que genera catálogos, cartelería, publicidad a espuertas y especiales en los medios?

Imposible.

Que el día de la madre y el día del trabajo coincidan debería ser una oportunidad para recordar todas las medidas laborales que harían falta para lograr una conciliación efectiva, empezando por la equiparación de los permisos de hombres y mujeres. Alejándonos de nuestras fronteras, también para reivindicar los derechos más básicos de los trabajadores, hombres y mujeres, padres y madres.

También de los niños. Aún a día de hoy el trabajo infantil es una realidad ingente, inconcebible, dolorosa.

Os dejo un fragmento de un post que publicó en febrero mi blog vecino Trasdos que os recomiendo leer entero.

Las cuatro fotos que aparecen en esta entrada fueron sacadas por Hine como reportero oficial de la con la entidad sin afán de lucro National Child Labor Committee, la organización más activa de los EE UU dedicada a combatir el uso de la mano de obra infantil. Hine fue el primer reportero en dar cuenta de las condiciones de trabajo de los niños obreros que trabajaban en la ciudad y en el campo.

Las cuatro fotos son retratos superpuestos: cada una está formada por varios disparos de la cámara sobre un número indeterminado de críos diferentes. Todos los niños que aparecen en ellas —nunca sabremos cuántos: es imposible distinguir el número de facciones empastadas una sobre otra, sobre todo porque Hine no era muy ducho en el asunto y los negativos proceden de diferentes condiciones de luz— eran trabajadores de una hilandería de algodón en Carolina.

A día de hoy sigue habiendo demasiada mano de obra infantil.

Los comentarios están cerrados.