Las madrastras no son las malas del cuento, el Día de la madre también va por ellas

Con mis bisabuelos.

Con mis bisabuelos, amortizando el vestido de la comunión para llevar las arras en una boda.

No recuerdo que la bisabuela Tere nos levantara jamás la voz, pero sí sus magdalenas. Las horneaba siempre que íbamos de visita a su piso y aún me recuerdo devorándolas cono el mayor manjar del mundo. Probablemente en ese momento lo eran. Proust tenía sus magdalenas y yo las mías, que también me transportan a mi infancia.

La bisabuela Tere cocinaba muy bien, tenía la mano blanca, la de hacer magia entre fogones. Si leéis este blog sabréis de mi gusto por la cocina y podríais pensar que lo heredé de ella. Es imposible.

Mi abuelo tuvo dos madres, pero yo sólo tuve una bisabuela.

Mi bisabuela Tere murió cuando yo entraba en la adolescencia, poco después de mi bisabuelo. Mucho antes de ordenadores, móviles, aplicaciones, redes sociales y páginas web. Me pregunto qué haría si supiera que hoy es la protagonista de este blog.

No me engaño, los míos son los recuerdos de una niña y de las visitas acumuladas en verano. La recuerdo alta, de ojos claros, pómulos marcados, dedos largos y nariz aguileña. Sé realmente que no la conocía, no sé bien cómo era, sus gustos, sus miedos…

Pero mi abuelo, que ya supera los noventa años, sí se acuerda bien de ella y siempre con cariño. Siempre fue para él como una madre y cuenta nunca hizo diferencias con el resto de sus hermanos. Su otra madre, mi otra bisabuela, aquella de la que he heredado rasgos pero no recuerdos, murió cuando él era un bebé. Era muy guapa, pero lo sabe por lo que le dijeron y por una foto enmarcada en blanco y negro que hay en la vieja casa de mis abuelos, poco más puede contar de ella.

¡Qué pena que ‘madrastra’ arrastre tantas connotaciones terribles! Tantas arrastra que las que lo son con frecuencia no quieren verse llamadas así, se estremecen al oír la palabra, aunque esas connotaciones no correspondan con la realidad, una realidad en aumento que normalmente encaja con mi bisabuela Tere.

Las dos eran madrastras famosas del cine, en películas que rompieron la taquilla y que todos conocemos. ¿Por qué se nos viene siempre primero a la mente la malvada de Blancanieves?

Va siendo hora de cambiar nuestras imágenes mentales. Las madrastras no son las malas del cuento, el Día de la madre también va por ellas

 

5 comentarios

  1. Dice ser Luca

    Es que yo directamente eliminaría los días del padre y de la madre (sí de acuerdo, ya sé que es imposible a día de hoy) y los sustituiría por un «día de la familia». Que seguramente ya exista, ahora que hay días mundiales hasta para el escarabajo pelotero, pero potenciarlo y hacer de él un dia auténtico de celebración como puede ser el día de la madre o del padre…… digo todo esto porque mi madre que en gloria esté falleció cuando yo tenía 10 años y cada vez que venía (y viene) el día dichoso de marras, yo lo pasaba realmente mal, y lo mismo mis hermanos.

    No creo ser el único, ídem para los que ha fallecido el padre, o sus padres están divorciados, situaciones de desarraigo familiar (dile a un niño que su padre le pega que le tiene que hacer un regalito , y conozco un caso cercao), o ahora que puede tener dos padres o dos madres, y así un largo etc……. pues eso, un follón.

    29 abril 2016 | 10:13

  2. Dice ser marian

    Me pongo mala con tanto día de…. ni caso.

    29 abril 2016 | 10:25

  3. Dice ser YEpa

    Vale, si con madrastra te refieres a la mujer que sustituye a la madre ausente, por abandono o muerte. Pero si madrastra es también la nueva mujer del padre divorciado… pues no, porque los niños siguen teniendo madre, por mucho que algunas les gustara lo contrario.

    29 abril 2016 | 16:30

  4. Dice ser Lydia

    No se debería hacer apología de «los días de», yo los eliminaba todos porque son tan absurdos como rentables para los negocios. Eliminaba los de la familia porque madre, padre se es, evidentemente, todos los días y cualquier día tus hijos te hacen mejor homenaje con una frase, una sonrisa o una flor espontánea, sin que lo marque el calendario ni las perfumerías. Y los «días de» todos los problemas me parecen también hipócritas y absurdos, quién tiene un problema también le tiene a diario y todos los días necesita ayuda, comprensión y reconocimiento y las personas con conciencia así lo expresan. También son días que se utilizan para publicidad y rellenar papeles y espacios en los medios de comunicación.
    Y sobre las madrastras, pues habrá de todo, no porque la nueva mujer de Sonrisas y lágrimas fuese maravillosa significa que todas lo sean y, desgraciadamente hay mucha madrastra de Blancanieves adaptada a nuestros días. Lo mismo pasa con los padrastros, sólo hay que escuchar algunas noticias. Ni todo el monte es orégano ni hay que vivir en los mundos de Yupi y coger dos historias de cuento no me parece real, más bien, infantil.
    Y ya que algunos siguen el aborregamiento de celebrar este día, diré que tampoco son excelentes madres todas aunque hayan parido, ser buena madre no es sólo parir, como ser buen padre no es sólo engendrar.

    30 abril 2016 | 08:59

  5. Dice ser Paz

    La utilidad de los «días de…» es la de hacernos reflexionar.
    Y el día del padre y de la madre son de los más útiles, al menos para darnos cuenta de que no es un papel fácil, al contrario, y hasta que uno no se hace mayor no entiendes muchas cosas, sean buenas o menos buenas.

    Y por último, celebrar y agradecer es algo que da sentido a la vida, si nada es importante, lo mejor sería abandonar este mundo y dejar de vivir como un animal.

    02 mayo 2016 | 22:50

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