Devoré el súper ventas de Ken Follett justo cuando estalló. Debía tener unos quince años y me recuerdo comiendo con el libro sujeto entre el plato de lentejas y el vaso, incapaz de detener su lectura. En aquel momento lo disfruté mucho, aunque no dejó más poso que el relacionar a ese escritor con el gusto por las mujeres de grandes pechos y el acordarme de él cada vez que oigo que hablar de Andrés Iniesta, que como adjetivo con ‘h’ intercalada era uno de sus términos favoritos (o del traductor). Y vamos a dejarlo ahí, que este es un blog de maternidad (no el de Lilih Blue) y de lo que quería hablar era del juego de mesa inspirado en el libro. Ya le preguntaré a mi compañero David Yagüe, que lo suyo es la novela histórica, lo que le parece.
Hace mucho que no os recomendaba un juego de mesa, ya toca recuperar viejas costumbres. Los pilares de la tierra es un juego creado por Michael Rieneck & Stefan Stadler editado por Devir ya bastante antiguo, va a cumplir la década. Si os lo recomiendo es porque en estos momentos es uno de los favoritos (si no el que más gusta) a mi pequeña testeadora de juegos de siete años. Ya sabéis que en mis recomendaciones prima el corazón antes que la cabeza. Perdonadme si eso supone que os costará un poco más encontrarlos a veces.
«El juego de la iglesia» lo llama ella, que no tiene ni idea de la historia de amor medieval de Jack y Aliena. Poco le importa que haya una novela o una serie de televisión. A ella lo que le gusta es este juego de gestión de recursos que probablemente adolece de complejidad para los jugones de pro, pero que resulta ideal para niños aunque ese no fuera el público objetivo con el que se lanzó, estoy segura.
¿A partir de que edad se le puede hincar el diente? Julia lo maneja con solvencia desde los seis años, pero ella tiene ya mucha trayectoria, disfruta de los tableros y aguanta largo rato en la mesa. Pero a partir de ocho años creo que la mayoría de los niños lo disfrutarían.
En la caja se exigen bastantes más años. Depende de dónde se mire se verá a partir de diez o de catorce años. Lo que siempre sucede. Desconozco el criterio que se aplica cuando se pone ese dato, pero empiezo a pensar que la edad recomendada es más una cuestión de ‘ojímetro’ o de marketing para evitar que el juego parezca demasiado sencillo a los potenciales compradores adultos, que un dato realmente útil para los que tenemos niños y ganas de jugar con ellos. Lo ideal sería que pusieran a niños a jugar para comprobar a partir de qué edad se puede recomendar.
Vamos al grano. Es un juego para cuatro jugadores, aunque hay una expansión que amplía ese número. El objetivo es acumular puntos de victoria, el que más tenga, gana. El número de turnos va marcado por la construcción de la catedral, que viene en piezas. Cada vez que concluye una ronda, se añade una parte.
El turno comienza con cada jugador repartiendo a sus trabajadores entre el bosque, la cantera y la gravera para obtener los materiales con los que construir la catedral: piedra, madera o grava. Se lleva a cabo seleccionando cartas de recursos. En esta primera parte también se pueden contratar artesanos que convertirán esos materiales en otros, en puntos de victoria, dinero o ventajas. Si nos sobran peones (o estamos caninos de pasta), podemos mandarlos a la fábrica de lana para obtener dinero.
La segunda parte del turno es la más extensa. Ahí nos centramos en el tablero y lo que hay que hacer es colocar nuestras tres piezas en las diferentes opciones que tenemos: el mercado para comprar o vender materiales, la corte del rey para evitarnos el lago de impuestos, para conseguir las cartas de los personajes que conocemos del libro con los que obtener ventajas, lograr directamente uno o dos puntos de victoria, asegurarnos del favor del prior Philips para que no nos afecten los eventos negativos…
Con pocas excepciones, donde esté el marcador de un jugador no podrá estar otro. ¿Y cómo se decide el orden? Metiéndolos todos en una saca oscura y sacándolos al azar. Los primeros que salgan tendrán, para contrarrestar esa ventaja, que pagar más por colocar sus piezas en el tablero. Esa aleatoriedad le da un puntito muy interesante.
Aquí tenéis muy bien explicada la mecánica:
Conclusión: sencillo pero no simple, interesante para adultos y apto para niños. Tal vez incluso anime a que se lea la obra de Follett, que despertar el interés por la lectura siempre es bueno. Y el tablero y las cartas son preciosos, mis fotos no les hacen justicia. Si podéis echarle mano, no lo dudéis.
Para terminar, un vídeo de Ken Follett explicando cómo se le ocurrió la idea de escribir Los Pilares de la Tierra, con motivo del lanzamiento de la miniserie de televisión homónima basada en su novela.
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¡Que gusto da ver a peques que se adaptan al tablero bien desde tan pequeños!
¿Has probado la continuacion? Yo este Pilares lo tengo por estrenar en la estantería, pero Un Mundo Sin Fin también me pareció un diseño muy apañao.
Saludetes!!
08 abril 2016 | 09:05
Hola iMisut. No, la expansión aún no la hemos probado. Anímate con el juego, que merece la pena 🙂
08 abril 2016 | 09:10
¿conseguisteis jugar a la guerra del anillo? ¿O es aún demasiado pequeña para ese juego?
08 abril 2016 | 10:25
Muy prematuro Óscar, vamos a probar con el Quest, dado que la tenemos entusiasmada con El señor de los anillos 🙂
08 abril 2016 | 13:54
Hola. Les recomiendo para adultos y niños más grandecitos El Mundo Sin Fin, que no es la expansión de Pilares, sino un segundo juego del mismo diseñador basado en el segundo libro de la saga de Follett.
El juego es completamente diferente en cuanto a mecánicas y un poco más complejo que Pilares, pero comparte con este el arte pastoral y muy detallado de Michael Menzel y algunos elementos familares (cubitos de madera y algo de construcción), aunque incluye muchos otros completamiente nuevos.
Todavía nos encontramos en Kingsbridge, pero han pasado 200 años desde el primer juego/libro (obviamente encontramos diferentes personajes, que esto no es Highlander) y la aldea se se ha convertido ya en una pequeña ciudad que debe ser administrada y expandida, todo eso mientras se enfrentan los problemas que trae la guerra contra Francia y la Peste Negra.
Durante mucho tiempo fué el juego favorito de nuestro grupo, destronado haceapenas unos meses por Los Viajes de Marco Polo.
13 abril 2016 | 21:22
Apasionante este mundo de los juegos de mesa.
Por si queréis comparar juegos de mesa y precios, tenéis la web de Ludonauta: https://www.ludonauta.es
Un saludo.
12 septiembre 2017 | 15:31
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Un saludo.
12 septiembre 2017 | 15:32