Asumir renuncias, aprender a reír bajo la tempestad y perseguir la igualdad

a00458037 7245Vivir es elegir. Elegir es asumir renuncias. Cuando encuentras dos caminos ante ti, seleccionar uno significa descartar el otro. La persona que eres se va construyendo en gran medida por esas elecciones, por lo que sumaste y lo que restaste.

Vivir feliz implica estar dispuesto a llevar a cabo esas elecciones sin mirar atrás, sin arrepentirse por el rumbo decidido, capaces de dar volantazos y cambiar de carril si es preciso.

Da igual que sean decisiones con un punto de inflexión o de lento transcurrir. No importa si fueron tomadas con fría lógica o porque era lo que nos decían las tripas. Tengo un amigo que dice que todas las decisiones importantes en esta vida se toman al final con un «y a tomar por’culo». Probablemente tenga razón.

El problema es cuando la capacidad de elección no está en nuestra mano.
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Es cierto que el rumbo que ha llevado nuestra vida no depende únicamente de nosotros, ni mucho menos. La vida te vapulea, nos rodea una tormenta que arrecia y amaina a su capricho. Vivir es asumir renuncias y también es aprender que hay que reír y bailar bajo la lluvia.

Lo que no puede ser es que las renuncias te las impongan, que la capacidad de elección esté limitada por mezquindades, por viejas inercias, por modos rancios.

Lo que no puede ser es que no haya igualdad a la hora de intentar llevar el timón de tu vida en plena tempestad. Y no la hay. Las renuncias que llegan por ese motivo, los caminos perdidos por culpa de la desigualdad, esos sí envenenan. Hay muchas batallas que merecen ser peleadas, la de la igualdad real es una de ellas.

Feliz día de la mujer a todos, también a los hombres que están a nuestro lado sin pretender estar por delante o por encima. Y sí, feliz, porque la felicidad y la celebración no impide la lucha.

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* La ilustración de Luis F. Sanz es hoy portada de la edición impresa de 20minutos.

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